La Fundación Komen no resiste y vuelve a financiar abortos
El 31 de enero la Fundación Komen, dedicada a la lucha contra el cáncer de mama, decidía dejar de financiar a la multinacional del aborto, la IPPF –International Planned Parenthood Federation–.
La decisión parecía coherente con el reciente estudio que mostraba que el aborto incrementa en casi 200 por ciento el riesgo de cáncer de mama. El movimiento pro-vida estadounidense estaba de enhorabuena. La IPPF es, por encima de cualquier otra consideración, un inmenso negocio y una poderosa máquina al servicio de la ideología de la «cultura de la muerte». La bestia necesita dinero, que proviene de donativos y de las ayudas públicas ofrecidas por Obama.
Desde el mismo momento del anuncio, la fundación ha sido blanco de furibundos e histéricos ataques, a todos los niveles: redes sociales, ataques web, prensa en papel –NYT y demás patulea–. El alcalde de Nueva York y el sindicato de la ceja obamita se lanzaron a pedir apoyos para la IPPF. Numerosas organizaciones pro-vida cerraron filas para que Komen resistiese.
Parece que las dudas estaban fundadas. Hoy, sorpresivamente, se somete, ganaron los matones:
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