24.04.14

Scalfari, ¿el fin de la papología?

Scalfari, ¿el fin de la papología?

Creí que sí, pero parece que va a ser que no. No sé si recuerdas el asunto.

  • Eugenio Scalfari, periodista y confeso ateo, director del diario italiano La Reppublicaentrevista al Papa Francisco el 24 de septiembre de 2013.
  • La «entrevista» se publica el 1º de octubre en el diario anticlerical y lleva su firma.
  • La «entrevista» contiene afirmaciones y fabulaciones increíbles, que el periodista pone en boca del Papa
  • La Santa Sede publica la entrevista en su página web.
  • Los medios de comunicación de todo el mundo se hacen eco de la entrevista (como no puede ser de otro modo). Se generan reacciones de entusiasmo, de desaprobación y mediopensionistas.
  • El 11 de noviembre de 2013 la Santa Sede retira la entrevista de la página web, no era más que una recreación realizada por el «periodista» que ni siquiera la grabó. Luego ya se supieron más detalles sobre todas las cosas que el ateo quería el que el Papa hubiese dicho.

Durante un mes y pico la gente opinó sobre lo que supuestamente había dicho «el Papa al ateo»: relativismo, no es necesaria la evangelización, experiencias místicas, fabulación sobre la aceptación del papado, el papel de los laicos, de la mujer…

Podríamos establecer tres categorías de opinadores:

  • Muchos medios de comunicación y la progrez eclesiástica: entusiasmada. No era para menos: ¡qué bien lo que ha dicho!
  • Algún medio de comunicación y sectores algo excitados de católicos: escandalizados. No era para menos: ¡hala, lo que ha dicho!
  • Un grupo importante de comunicadores, blogueros, periodistas católicos intentando hacer encaje de bolillos y forzando una interpretación católica a la supuesta entrevista. No era para menos: en realidad lo que ha dicho quiere decir

Cuando a mediados de noviembre, el propio Scalfari reconoce que ‘puso en la boca de Francisco cosas que él nunca dijo’, los opinadores de las tres categorías se quedaron, como se dice castizamente, colgados de la brocha: no había o no se sabía lo que había dicho, luego nada podía opinarse.

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19.04.14

¿Cómo legalizar cualquier fenómeno, desde la eutanasia hasta el canibalismo?

El silencio de los corderos

¿Cómo legalizar cualquier fenómeno, desde la eutanasia hasta el canibalismo?, ayer RT traducía al español un sugerente artículo del columnista ruso Evgueni Gorzhaltsán publicado en ADME. Gorzhaltsán aplica la «ventana de Overton» a un caso extremo: el mecanismo de aceptación pública del canibalismo. Pero creo que no es muy complicado sustituir el ejemplo por otros: divorcio, aborto, matrimonio homosexual, pederastia, incesto, eutanasia…

Joseph P. Overton vicepresidente del Centro Mackinac de Política Públicas, postuló que dentro de un área de política pública determinada, por ejemplo, la educación, sólo un pequeño conjunto de políticas, principios o actuaciones, se considera políticamente aceptable. Ese conjunto, «ventana», no se define por lo que prefieren los políticos, sino más bien por lo que creen que pueden apoyar sin poner en riesgo su elección. Esa ventana puede estar más abierta o ser más ancha, según la metáfora que se prefiera, según cambian las ideas de la sociedad que los elige.

Overton adscribe los grados de aceptación de las ideas públicas a estas categorías:

  • Inconcebible o impensable
  • Radical
  • Aceptable
  • Sensato
  • Popular
  • Política

Gorzhaltsán pone el ejemplo radical de cómo convertir en aceptable la idea de legalizar el canibalismo paso a paso, desde la fase en que se considera una acción repugnante e impensable, completamente ajena a la moral pública, hasta convertirse en una realidad aceptada por la conciencia de masas y la ley. Eso no se consigue mediante un lavado de cerebro directo, sino en técnicas más sofisticadas que son efectivas gracias a su aplicación coherente y sistemática sin que la sociedad se dé cuenta del proceso.

Reproduzco el «sugerente camino» al canibalismo legal que propone Gorzhaltsán según las categorías de aceptación de Overton (negritas mías, redacción original).

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3.04.14

No consiguen amordarzar a Mons. Sebastián: archivada la denuncia por manifestar lo que la Iglesia dice

Cardenal Sebastián

Nuevo revés para la gaystapo. Una asociación homosexualista había denunciado al recién creado cardenal por el Papa Francisco, Mons. Sebastián, por mantener y manifestar públicamente las enseñanzas de la Iglesia Católica respecto a la homosexualidad y a los homosexuales (todavía hay quien confunde ambas cosas). La fiscalía de Málaga abrió investigación que ahora cierra con una justificación que levantarás ampolla entre los más fanatizados:

  • no suponen una infracción penal,
  • están amparadas en el derecho a la libertad de expresión y a la libertad religiosa, y
  • manifiestan públicamente lo que la Iglesia dice.

En la entrevista del 19 de enero que desató cacería de medios de comunicación, periodistas y acomplejados, Mons. Sebastián respondía:

Vamos a desobedecer un poco al Santo Padre que ha dicho que los curas no deberían estar todo el tiempo hablando de los homosexuales, el aborto y el preservativo. Ya es famosa su frase sobre los gays en la que afirmó él no era nadie para criticarlos. ¿La comparte?

–El Papa extrema los gestos de respeto y estima a todas las personas, pero no traiciona ni modifica el magisterio tradicional de la Iglesia. Una cosa es manifestar acogida y afecto a una persona homosexual y otra, justificar moralmente el ejercicio de la homosexualidad. A una persona le puedo decir que tiene una deficiencia que es lo que es, pero eso no justifica que deje de estimarla y ayudarla. Creo que esa es la postura del Papa, lo mismo respecto del matrimonio homosexual o los divorcios. Vamos a estar a su lado, pero la Iglesia no puede cambiar las exigencias de la moral. El amor siempre pide fidelidad y ser irrevocable. El amor humano es lo que es y la Iglesia tiene que defender la verdad y la autenticidad profunda del hombre, ayudando a todos, a los que lo realizan bien y a los que se equivocan o fallan.

Ha mencionado la palabra deficiencia. ¿Entiende como tal la homosexualidad desde el punto de vista de la moralidad?

–Sí. Muchos se quejan y no lo toleran, pero con todos los respetos digo que la homosexualidad es una manera deficiente de manifestar la sexualidad, porque ésta tiene una estructura y un fin, que es el de la procreación. Una homosexualidad que no puede alcanzar ese fin está fallando. Eso no es un ultraje para nadie. En nuestro cuerpo tenemos muchas deficiencias. Yo tengo hipertensión, ¿me voy a enfadar porque me lo digan? Es una deficiencia que tengo que corregir como pueda. El señalar a un homosexual una deficiencia no es una ofensa, es una ayuda porque muchos casos de homosexualidad se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado. No es ofensa, es estima. Cuando una persona tiene un defecto, el buen amigo es el que se lo dice.

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2.04.14

La conversión al catolicismo de Obi-Wan Kenobi (a los 100 años de su nacimiento)

 Alec Guinness

Hace cien años, un 2 de abril, nacía en Londres Alec Guiness, Sir Alec desde 1959. Interpretó muchos personajes, muchas películas: Oliver Twist (1948), Ocho sentencias de muerte(1949), en la que interpretaba… ¡ocho papeles!?, coronel Nicholson en El puente sobre el río Kwai (1957). Pasaje a la India (1984), Un cadáver a los postres (1975), Scrooge (1970), Cromwell (1970), Hotel Paradiso (1966), Doctor Zhivago (1965), La caída del imperio romano (1964), Lawrence de Arabia (1962).

Aunque probablemente sea más reconocido por la generación de mis hijos como de Obi-Wan Kenobi, en la primera parte de la saga de La guerra de las galaxias (las antiguas como me dicen los críos).

Alec Guiness fue bautizado como anglicano, y la historia de su conversión al catolicismo siempre me ha gustado.

Primero porque en ella tiene mucho que ver Chesterton y la imagen de los buenos curas. La caída del prejuicio. Como cuenta en su biografía:

Todo empezó cuando rodamos la película sobre el Padre Brown (1954), dirigida por mi buen amigo Robert Hamer. Estábamos en los exteriores de Borgoña cuando tuve una pequeña experiencia de cuyo recuerdo siempre he disfrutado.

Hacia el anochecer me encontraba aburrido y sin saber qué hacer. Vestido con mi negra sotana, subí por el serpenteante y polvoriento camino hacia el pueblecito. En la plaza, los niños chillaban en medio de infantiles batallas, con palos por espadas y tapas de cubo de basura por escudos.

En un café Peter Finch, Bernard Lee y Robert Hamer disfrutaban del primer Pernod de la velada. Al saber que no me necesitarían hasta cuatro horas más tarde, me volví a mi hotel. Para entonces ya era de noche.

No había caminado mucho cuando escuché unos pasos apresurados y una voz aguda que me llamada «Mon Pere!» [¡Señor Cura!]. Un chico de siete u ocho años me tomó de la mano y la apretó fuertemente, balanceándola mientras mantenía un parloteo incesante.

No me atreví a hablar por miedo a que mi horroroso francés le pudiera asustar. Aunque yo era un absoluto desconocido, el chico me tomó por un cura y, consecuentemente, por alguien digno de la mayor confianza.

De repente con un «Bonsoir, mon Pere!» [«Buenas noches, Padre»] y una deslavazada reverencia, despareció por el agujero de un seto. El chico había disfrutado de un alegre y tranquilizador paseo a casa, y a mí me dejó con un extraño sentimiento de euforia. Mientras seguía caminando, se me antojaba que una Iglesia que podía inspirar tal confianza en un niño, haciendo de sus sacerdotes -incluso cuando eran unos desconocidos- tan sencillamente accesibles, no podía ser una institución tan intrigante y aterradora como solía ser descrita. Aquel día empecé a sacudirme de encima mis anquilosados prejuicios, tan largamente aprendidos. [Alec Guinness, Memorias, Ed Espada Calpe, Madrid, 1987]

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1.04.14

El nuevo santo, José de Anchieta, apóstol de Brasil: milagros, poesía, gramáticas, hospitales, colegios, Sao Paulo

José de Anchieta

El Santo Padre, el 2 de abril, por medio de lo que se denomina «canonización equipolente», reconocerá la santidad de José de Anchieta, el apóstol de Brasil y uno de sus fundadores.

Una vida apasionante: poeta, literato, escribió en portugués, latín y lenguas indígenas; diplomático, enfermero, naturista; redactó la primera gramática de lengua tupí; fundó hospitales, escuelas, pueblos y ciudades, entre ellas Sao Paulo. Y por encima de todo un enamorado del Señor, por eso fue beatificado por Juan Pablo II en 1980.

Ingresó en la Compañía de Jesús recién fundada, hijo de vasco y canaria, nació en Tenerife(1534). Estudió en Coimbra (Portugal). Vamos, desde el punto de vista humano un hombre de «las Españas», de esos a los que ninguna película haría justicia. Luchó contra los franceses y otros esclavistas en la apasionante historia de Brasil. Durante su gobierno jesuita puso el germen de lo que serían las famosas Reducciones de Paraguay. Quiso tanto a los indígenas y a los pobres que su primera ocupación fue darles la Buena Nueva. Ahora que se habla tanto de Nueva Evangelización pienso lo lejos que estamos de esos «titanes del Señor».

Yo descubrí su vida en un libro que nunca me canso de recomendar y regalar: «Hechos de los apóstoles de América» de José María Iraburu (¿os suena el autor?).

Iba a resumir los extensos trece folios que don José María le dedica, pero no haría más que desfigurarlos. Así que mejor os transcribo dos capítulos con detalles que quizá no leáis en las semblanzas que se publiquen estos días, esas cosas que según el parecer de algunos ya no se estilan. A buen seguro que os pica la curiosidad y termináis leyendo todo.

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31.03.14

A los 10 años de «La Pasión» de Mel Gibson

A los 10 años de «La Pasión» de Mel Gibson

Diez años de la película «La Pasión de Cristo», de Mel Gibson. ¿Diez años ya? Si querido lector…[dejo un prudente espacio para poder emitir las consabidas exclamaciones: ¡cómo pasa el tiempo!, ¡no puede ser!, ¡qué mayores!, etc] Todavía recuerdo el día que la vi. A los dos o tres días era el estreno en salas comerciales. Me quedé mucho rato rezando, pensando, llorando…, bueno ya no lloraba, pero los efectos eran evidentes. ¿Recordáis la primera impresión?

Para los que consideren que el cine también es un arte, «La Pasión» es quizá la obra artística religiosa de más impacto y más catequética de la historia. ¿Exagero?, creo que no. Quien la haya visto, y son millones, no puede abstraerse a su iconografía y sus referencias. Me explico: ¿habéis intentado acompañar al Señor en el Vía Crucis, o habéis leído el Evangelio sin que os vengan sus imágenes? Lo dudo.

Evidentemente es muy dura. Como decía el director unos días antes del estreno:

–La pasión de Cristo, tal como la narran los Evangelios, fue muy violenta. Si usted es sumamente fiel a esa narración, ¿no cree que la gente podría presenciar escenas demasiado violentas?

–Mel Gibson: Para algunas personas podrían resultarlo, pero…, ¡eh!, fue así. No hay nada de violencia gratuita en esta película. Creo que un menor de doce años no debería verla, a no ser que sea muy maduro. Es bastante fuerte. Nos hemos acostumbrado a ver crucifijos bonitos colgados de la pared. Decimos: «¡Oh, sí! Jesús fue azotado, llevó su cruz a cuestas y le clavaron a un madero», pero ¿quién se detiene a pensar lo que estas palabras significan realmente? En mi niñez, no me daba cuenta de lo que esto implicaba. No comprendía lo duro que era. El profundo horror de lo que Él sufrió por nuestra redención realmente no me impactaba. Entender lo que sufrió, incluso a un nivel humano, me hace sentir no sólo compasión, sino también me hace sentirme en deuda: yo quiero compensarle por la inmensidad de su sacrificio.

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