(256) La homosexualidad en la doctrina católica

–¿Y cómo se atreve usted a exponer públicamente esta doctrina?

–Confirmo así el testimonio de la verdad que hace poco ha dado con fortaleza apostólica Don Fernando Sebastián, el que fue mi Arzobispo en Pamplona (1993-207).

El Papa Francisco anunció (12-II) que Mons. Fernando Sebastián Aguilar será nombrado Cardenal el 22 de febrero de 2014. Con esta ocasión los periodistas le hicieron varias entrevistas, y en una de ellas, preguntado acerca de la homosexualidad, declaró que es «una manera deficiente de manifestar la sexualidad», añadiendo que las personas en «muchos casos de homosexualidad se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado».

Esta breve declaración de la doctrina católica ocasionó un linchamiento generalizado, del que doy cuenta al final de este artículo. Don Fernando, en todo caso, no hizo sino confesar la doctrina católica sobre la homosexualidad, según podremos comprobar en los tres documentos más importantes publicados sobre el tema por la Congregación de la Doctrina de la Fe (= CDF) y por el Catecismo de la Iglesia Católica. Son míos los subrayados, subtítulos y maquetación de estos documentos que reproduzco en fragmentos, pero que en los enlaces pueden verse íntegros.

* * *

CDF. (1975-XII-29)

Declaración «Persona humana», acerca de ciertas cuestiones de ética sexual, firmada por el Prefecto, Card. Franjo Seper, aprobada y confirmada por el Papa Pablo VI, que ordenó su publicación.

–Hoy es frecuente considerar natural la homosexualidad y lícito su ejercicio

8. En nuestros días –fundándose en observaciones de orden psicológico– han llegado algunos a juzgar con indulgencia, e incluso a excusar completamente, las relaciones entre personas del mismo sexo, contra la doctrina constante del Magisterio y contra el sentido moral del pueblo cristiano.

Se hace una distinción –que no parece infundada– entre los homosexuales cuya tendencia, proviniendo de una educación falsa, de falta de normal evolución sexual, de hábito contraído, de malos ejemplos y de otras causas análogas, es transitoria o a lo menos no incurable, y aquellos otros homosexuales que son irremediablemente tales por una especie de instinto innato o de constitución patológica que se tiene por incurable.

Ahora bien, en cuanto a los sujetos de esta segunda categoría, piensan algunos que su tendencia es natural hasta tal punto que debe ser considerada en ellos como justificativa de relaciones homosexuales en una sincera comunión de vida y amor semejante al matrimonio, en la medida en que se sienten incapaces de soportar una vida solitaria.

–La fe cristiana, fundada en la Escritura, enseña lo contrario

Indudablemente, esas personas homosexuales deben ser acogidas en la acción pastoral con comprensión y deben ser sostenidas en la esperanza de superar sus dificultades personales y su inadaptación social. También su culpabilidad debe ser juzgada con prudencia. Pero no se puede emplear ningún método pastoral que reconozca una justificación moral a estos actos por considerarlos conformes a la condición de esas personas. Según el orden moral objetivo, las relaciones homosexuales son actos privados de su ordenación necesaria y esencial. En la Sagrada Escritura están condenados como graves depravaciones e incluso presentados como la triste consecuencia de una repulsa de Dios [18]. Este juicio de la Escritura no permite concluir que todos los que padecen esta anomalía por esta causa incurran en culpa personal; pero atestigua que los actos homosexuales son por su intrínseca naturaleza desordenados y que no pueden recibir aprobación en ningún caso.

[18]. Rom 1,24-27: «Por eso los entregó Dios a los deseos de su corazón, a la impureza con que deshonran sus propios cuerpos; pues cambiaron la verdad de Dios por la mentira y adoraron y sirvieron a las criaturas en lugar del Criador, que es bendito por los siglos, Amén. Por lo cual los entregó Dios a las pasiones vergonzosas, pues las mujeres cambiaron el uso natural en uso contra naturaleza, e igualmente los varones, dejando el uso natural de la mujer, se abrasaron en la concupiscencia de unos por otros, los varones de los varones, cometiendo torpezas y recibiendo en sí mismos el pago debido a su extravío». Cf. también lo que dice San Pablo a propósito de los que practican la sodomía en 1Cor 6,10; 1Tim 1,10.

Es falsa la tendencia a disminuir o eliminar en el ejercicio de la sexualidad la realidad del pecado grave

10. El respeto de la ley moral en el campo de la sexualidad, así como la práctica de la castidad, se ven comprometidos en una medida no pequeña, sobre todo en los cristianos menos fervorosos, por la tendencia actual a reducir hasta el extremo, al menos en la existencia concreta de los hombres, la realidad del pecado grave, si no es que se llega a negarla.

Algunos llegan a afirmar que el pecado mortal que separa de Dios sólo se verifica en el rechazo directo y formal de la llamada de Dios, o en el egoísmo que se cierra al amor del prójimo completa y deliberadamente. Sólo entonces tendría lugar una «opción fundamental», es decir, una de aquellas decisiones que comprometen totalmente una persona, y que serían necesarias para constituir un pecado mortal; mediante ella tomaría o ratificaría el hombre, desde el centro de su personalidad, una actitud radical en relación con Dios o con los hombres. Por el contrario, las acciones que llaman «periféricas»–en las que niegan que se dé por lo regular una elección decisiva– no llegarían a cambiar una opción fundamental; y tanto menos cuanto que, según se observa, con frecuencia proceden de los hábitos contraídos. De esta suerte, esas acciones pueden debilitar las opciones fundamentales, pero no hasta el punto de poderlas cambiar por completo. Ahora bien, según esos autores, un cambio de opción fundamental respecto de Dios ocurre más difícilmente en el campo de la actividad sexual donde, en general, el hombre no quebranta el orden moral de manera plenamente deliberada y responsable, sino más bien bajo la influencia de su pasión, de su debilidad, de su inmadurez; incluso, a veces, de la ilusión que se hace dedemostrar así su amor por el prójimo; a todo lo cual se añade con frecuencia la presión del ambiente social. Sin duda, la opción fundamental es la que define en último término la condición moral de una persona; pero una opción fundamental puede ser cambiada totalmente por actos particulares, sobre todo cuando éstos hayan sido preparados, como sucede frecuentemente, con actos anteriores más superficiales. En todo caso, no es verdad que actos singulares no son suficientes para constituir un pecado mortal […]

Por lo tanto, el hombre peca mortalmente no sólo cuando su acción procede de menosprecio directo del amor de Dios y del prójimo, sino también cuando consciente y libremente elige un objeto gravemente desordenado, sea cual fuere el motivo de su elección. En ella está incluido, en efecto, según queda dicho, el menosprecio del mandamiento divino: el hombre se aparta de Dios y pierde la caridad. Ahora bien, según la tradición cristiana y la doctrina de la Iglesia, y como también lo reconoce la recta razón, el orden moral de la sexualidad comporta para la vida humana bienes tan elevados, que toda violación directa de este orden es objetivamente grave (24.- Cf. las notas anteriores 17 y 19; Decreto del Santo Oficio18-III-1666: Denz 2060; Pablo VI, 1968: enc. Humanæ vitæ, 13 y 14).

–Haya verdad y prudencia al evaluar la gravedad del pecado concreto contra la castidad

Es verdad que en las faltas de orden sexual, vista su condición especial y sus causas, sucede más fácilmente [en comparación con otros pecados] que no se les dé un consentimiento plenamente libre. Y esto invita a proceder con cautela en todo juicio sobre el grado de responsabilidad subjetiva de las mismas. Es el caso de recordar en particular aquellas palabras de la Sagrada Escritura: «El hombre mira las apariencias, pero Dios mira el corazón» (1Sam 16,7). Sin embargo, recomendar esa prudencia en el juicio sobre la gravedad subjetiva de un acto pecaminoso particular no significa en modo alguno sostener que en materia sexual no se cometen pecados mortales.

Los Pastores deben, pues, dar prueba de paciencia y de bondad; pero no les está permitido ni hacer vanos los mandamientos de Dios, ni reducir desmedidamente la responsabilidad de las personas: «No menoscabar en nada la saludable doctrina de Cristo es una forma de caridad eminente hacia las almas. Pero esto debe ir acompañado siempre de la paciencia y de la bondad de que el mismo Señor dio ejemplo en su trato con los hombres. Venido no para juzgar, sino para salvar, El fue ciertamente intransigente con el mal, pero misericordioso con las personas» (Humanæ vitæ, 29).

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CDF. (1986-X-1)

Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales, firmada por el Prefecto, Card. Joseph Ratzinger, y aprobada por el Papa Juan Pablo II, que ordenó su publicación. Esta larga carta contesta objeciones y rectifica interpretaciones pastorales erróneas sobre el documento de 1975, antes citado.

La tendencia homosexual es objetivamente desordenada

3. …En la discusión que siguió a la publicación de la Declaración [de 1975], se propusieron unas interpretaciones excesivamente benévolas de la condición homosexual misma, hasta el punto que alguno se atrevió incluso a definirla indiferente o, sin más, buena. Es necesario precisar, por el contrario, que la particular inclinación de la persona homosexual, aunque en sí no sea pecado, constituye sin embargo una tendencia, más o menos fuerte, hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral. Por este motivo la inclinación misma debe ser considerada como objetivamente desordenada.

Quienes se encuentran en esta condición deberían, por tanto, ser objeto de una particular solicitud pastoral, para que no lleguen a creer que la realización concreta de tal tendencia en las relaciones homosexuales es una opción moralmente aceptable.

Sólo es lícita la unión sexual del hombre y de la mujer unidos en matrimonio

7. La Iglesia, obediente al Señor que la ha fundado y la ha enriquecido con el don de la vida sacramental, celebra en el sacramento del matrimonio el designio divino de la unión del hombre y de la mujer, unión de amor y capaz de dar vida. Sólo en la relación conyugal puede ser moralmente recto el uso de la facultad sexual. Por consiguiente, una persona que se comporta de manera homosexual obra inmoralmente.

Optar por una actividad sexual con una persona del mismo sexo equivale a anular el rico simbolismo y el significado, para no hablar de los fines, del designio del Creador en relación con la realidad sexual. La actividad homosexual no expresa una unión complementaria, capaz de transmitir la vida, y por lo tanto contradice la vocación a una existencia vivida en esa forma de auto-donación que, según el Evangelio, es la esencia misma de la vida cristiana. Esto no significa que las personas homosexuales no sean a menudo generosas y no se donen a sí mismas, pero cuando se empeñan en una actividad homosexual refuerzan dentro de ellas una inclinación sexual desordenada, en sí misma caracterizada por la auto-complacencia.

Como sucede en cualquier otro desorden moral, la actividad homosexual impide la propia realización y felicidad porque es contraria a la sabiduría creadora de Dios. La Iglesia, cuando rechaza las doctrinas erróneas en relación con la homosexualidad, no limita sino que más bien defiende la libertad y la dignidad de la persona, entendidas de modo realístico y auténtico. […]

Hay una gran presión actual de grupos y de políticos para legitimar el ejercicio de la homosexualidad

8. …Sin embargo, en la actualidad un número cada vez más grande de personas, aun dentro de la Iglesia, ejercen una fortísima presión para llevarla a aceptar la condición homosexual, como si no fuera desordenada, y a legitimar los actos homosexuales. Quienes dentro de la comunidad de fe incitan en esta dirección tienen a menudo estrechos vínculos con los que obran fuera de ella. Ahora bien, estos grupos externos se mueven por una visión opuesta a la verdad sobre la persona humana, que nos ha sido plenamente revelada en el misterio de Cristo. Aunque no en un modo plenamente consciente, manifiestan una ideología materialista que niega la naturaleza trascendente de la persona humana, como también la vocación sobrenatural de todo individuo. […]

Ha de condenarse el menosprecio y persecución contra los homosexuales

10. Es de deplorar con firmeza que las personas homosexuales hayan sido y sean todavía objeto de expresiones malévolas y de acciones violentas. Tales comportamientos merecen la condena de los pastores de la Iglesia, dondequiera que se verifiquen. Revelan una falta de respeto por lo demás, que lesiona unos principios elementales sobre los que se basa una sana convivencia civil. La dignidad propia de toda persona siempre debe ser respetada en las palabras, en las acciones y en las legislaciones.

También ha de reprobarse el fomento cultural, político y legal de la homosexualidad

Sin embargo, la justa reacción a las injusticias cometidas contra las personas homosexuales de ningún modo puede llevar a la afirmación de que la condición homosexual no sea desordenada. Cuando tal afirmación es acogida y, por consiguiente, la actividad homosexual es aceptada como buena, o también cuando se introduce una legislación civil para proteger un comportamiento al cual ninguno puede reivindicar derecho alguno, ni la Iglesia, ni la sociedad en su conjunto deberían luego sorprenderse si también ganan terreno otras opiniones y prácticas torcidas y si aumentan los comportamientos irracionales y violentos.

La condición homosexual congénita o la adquirida

11. Algunos sostienen que la tendencia homosexual, en ciertos casos, no es el resultado de una elección deliberada y que la persona homosexual no tiene alternativa, sino que es forzada a comportarse de una manera homosexual. Como consecuencia se afirma que ella, no siendo verdaderamente libre, obraría sin culpa en estos casos.

Al respecto es necesario volver a referirse a la sabia tradición moral de la Iglesia, la cual pone en guardia contra generalizaciones en el juicio de los casos particulares. De hecho en un caso determinado pueden haber existido en el pasado o pueden todavía subsistir circunstancias tales que reducen y hasta quitan la culpabilidad del individuo; otras circunstancias, por el contrario, pueden aumentarla. De todos modos se debe evitar la presunción infundada y humillante de que el comportamiento homosexual de las personas homosexuales esté siempre y totalmente sujeto a coacción y por consiguiente sin culpa. En realidad también en las personas con tendencia homosexual se debe reconocer aquella libertad fundamental que caracteriza a la persona humana y le confiere su particular dignidad. Como en toda conversión del mal, gracias a esta libertad, el esfuerzo humano, iluminado y sostenido por la gracia de Dios, podrá permitirles evitar la actividad homosexual.

La actitud espiritual del homosexual cristiano

12. ¿Qué debe hacer entonces una persona homosexual que busca seguir al Señor? Sustancialmente, estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, uniendo al sacrificio de la cruz del Señor todo sufrimiento y dificultad que puedan experimentar a causa de su condición. Para el creyente la cruz es un sacrificio fructuoso, puesto que de esa muerte provienen la vida y la redención. Aun si toda invitación a llevar la cruz o a entender de este modo el sufrimiento del cristiano será presumiblemente objeto de mofa por parte de alguno, se deberá recordar que ésta es la vía de la salvación para todos aquellos que son seguidores de Cristo.

Esto no es otra cosa, en realidad, que la enseñanza de apóstol Pablo a los Gálatas, cuando dice que el Espíritu produce en la vida del creyente: «amor, gozo, paz, paciencia, benevolencia, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí» y aún más: «No podéis pertenecer a Cristo sin crucificar la carne con sus pasiones y sus deseos» (Gal 5,22.24) […]

Las personas homosexuales, como los demás cristianos, están llamadas a vivir la castidad. Si se dedican con asiduidad a comprender la naturaleza de la llamada personal de Dios respecto a ellas, estarán en condición de celebrar más fielmente el sacramento de la Penitencia y de recibir la gracia del Señor, que se ofrece generosamente en este sacramento para poderse convertir más plenamente caminando en el seguimiento a Cristo. […]

La verdadera pastoral católica en relación a los homosexuales

15. Esta Congregación, por consiguiente, anima a los Obispos para que promuevan en sus diócesis una pastoral que, en relación con las personas homosexuales, esté plenamente de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia. Ningún programa pastoral auténtico podrá incluir organizaciones en las que se asocien entre sí personas homosexuales, sin que se establezca claramente que la actividad homosexual es inmoral. Una actitud verdaderamente pastoral comprenderá la necesidad de evitar las ocasiones próximas de pecado a las personas homosexuales.

Deben ser estimulados aquellos programas en los que se evitan estos peligros. Pero se debe dejar bien en claro que todo alejamiento de la enseñanza de la Iglesia, o el silencio acerca de ella, so pretexto de ofrecer un cuidado pastoral, no constituye una forma de auténtica atención ni de pastoral válida. Sólo lo que es verdadero puede finalmente ser también pastoral. Cuando no se tiene presente la posición de la Iglesia se impide que los hombres y las mujeres homosexuales reciban aquella atención que necesitan y a la que tienen derecho.

Un auténtico programa pastoral ayudará a las personas homosexuales en todos los niveles de su vida espiritual, mediante los sacramentos y en particular a través de la frecuente y sincera confesión sacramental, mediante la oración, el testimonio, el consejo y la atención individual. De este modo la entera comunidad cristiana puede llegar a reconocer su vocación a asistir a estos hermanos y hermanas, evitándoles ya sea la desilusión, ya sea el aislamiento. […]

17. …Será conveniente además promover programas apropiados de catequesis, fundados sobre la verdad concerniente a la sexualidad humana, en su relación con la vida de la familia, tal como es enseñada por la Iglesia. Tales programas, en efecto, suministran un óptimo contexto, dentro del cual se puede tratar también la cuestión de la homosexualidad.

Esta catequesis podrá ayudar asimismo a aquellas familias, en las que se encuentran personas homosexuales, a afrontar un problema que las toca tan profundamente.

Solamente es verdadera acción pastoral la que se fundamenta en la verdad

Se deberá retirar todo apoyo a cualquier organización que busque subvertir la enseñanza de la Iglesia, que sea ambigua respecto a ella o que la descuide completamente. […]

18. El Señor Jesús ha dicho: « Vosotros conoceréis la verdad y la verdad os hará libres » (Jn 8, 32). La Escritura nos manda realizar la verdad en la caridad (cf. Ef 4, 15). Dios que es a la vez Verdad y Amor llama a la Iglesia a ponerse al servicio de todo hombre, mujer y niño con la solicitud pastoral del Señor misericordioso.

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CDF. (1992-VII-23)

Algunas consideraciones acerca de la respuesta a propuestas legislativas sobre la no discriminación de las personas homosexuales

Premisa.

Recientemente, en diversos lugares, ha sido propuesta una legislación que haría ilegal la discriminación basada en la tendencia sexual. En algunas ciudades las autoridades municipales han puesto a disposición de las parejas homosexuales (y heterosexuales no casadas) casas populares, destinadas a las familias. Esas iniciativas, aunque parecen orientadas más a ofrecer un apoyo a los derechos civiles fundamentales que a mostrarse indulgentes con su actividad o con su estilo de vida homosexual, pueden influir negativamente en la familia y en la sociedad. Por ejemplo, muchas veces surgen problemas como la adopción de niños, la contratación de profesores, la necesidad de casas por parte de las familias auténticas, y las preocupaciones legítimas de los propietarios de casas al seleccionar a los potenciales arrendatarios.

Aunque es imposible imaginar las eventuales consecuencias de propuestas legislativas en este sector, las siguientes observaciones intentarán indicar algunos principios y hacer algunas distinciones de carácter general que tanto el legislador consciente como el elector y las autoridades eclesiásticas, llamados a afrontar ese problema, deberían tener siempre presentes.

Igualdad fundamental de los derechos civiles de los homosexuales, y algunas limitaciones

6. «La Iglesia es consciente de que la opinión, según la cual la actividad homosexual sería equivalente, o por lo menos igualmente aceptable, a la expresión sexual del amor conyugal, tiene una incidencia directa sobre la concepción que la sociedad tiene acerca de la naturaleza y de los derechos de la familia, poniéndolos seriamente en peligro» (Carta CDF 1986, n. 9).


10. La «tendencia sexual» no constituye una cualidad comparable con la raza, el origen étnico, etc., respecto a la no discriminación. A diferencia de esas cualidades, la tendencia homosexual es un desorden objetivo (cf. Carta CDF 1986, n. 3) y conlleva una cuestión moral. (cf. Carta, n. 9).

12. Las personas homosexuales, en cuanto personas humanas, tienen los mismos derechos que todas las demás personas, incluso el derecho a no ser tratados de una manera que ofenda su dignidad personal (cf. Carta n. 10). Entre otros derechos, todas las personas tienen derecho al trabajo, a la casa, etc. Sin embargo, esos derechos no son absolutos. Pueden ser limitados legítimamente a causa de un comportamiento externo objetivamente desordenado. Esto, a veces, no sólo es lícito, sino también obligatorio; no sólo se impondrá a causa de un comportamiento culpable, sino también en el caso de personas enfermas física o mentalmente. Así, se acepta que el Estado puede limitar el ejercicio de los derechos, por ejemplo, en el caso de personas contagiosas o enfermos mentales, con el fin de proteger el bien común.

No debe considerarse la homosexualidad como fundamento de ciertos derechos

13. Incluir la «tendencia homosexual» entre las consideraciones según las cuales es ilegal discriminar, puede llevar fácilmente a considerar la homosexualidad como fuente positiva de derechos humanos, por ejemplo, en relación con la así llamada «acción positiva», o tratamiento preferencial en tema de contratos de alquiler. Esto es tanto más perjudicial cuanto que no existe un derecho a la homosexualidad (cf. n. 10) y que, por tanto, no debería constituir una plataforma para reivindicaciones judiciales. El paso del reconocimiento de la homosexualidad como factor según el cual es ilegal discriminar puede llevar fácilmente, si no de modo automático, a la protección legislativa y a la promoción de la homosexualidad. Se invocaría la homosexualidad de una persona, contraponiéndola a una discriminación comprobada, y así el ejercicio de los derechos se defendería precisamente a través de la afirmación de la condición homosexual, en lugar de hacerlo a través de la demostración de una violación de los derechos humanos fundamentales.

14. La «tendencia sexual» de una persona no es comparable con la raza, el sexo, la edad, etc.

No debe inhibirse la Iglesia ante la generación de leyes contrarias al bien común

16. Por último, cuando está en juego una cuestión acerca del bien común, no es oportuno que las autoridades eclesiales apoyen o se mantengan neutrales ante una legislación negativa, aunque ésta haga algunas excepciones con las organizaciones y las instituciones de la Iglesia. La Iglesia tiene la responsabilidad de promover la vida de la familia y la moralidad pública de la entera sociedad civil basándose en los valores morales fundamentales, y no sólo para protegerse a sí misma de la aplicación de leyes perniciosas (cf. n. 17).

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Juan Pablo II (1992-X-11)

Catecismo de la Iglesia Católica

–Castidad y homosexualidad

2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf. Gén 19,1-29; Rm 1, 24-27; 1Co 6,10; 1Tm 1,10), la Tradición ha declarado siempre que «los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados» (CDF, Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.

2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.

2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.

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Oremos por las personas homosexuales. Ésta es la acción pastoral más eficaz para ayudarles espiritualmente. Dios les llama, como a todos nosotros, a la perfecta castidad y a la perfección evangélica, es decir, a la santidad. Cristo quiere mantenerlas libres, con la libertad de los hijos de Dios: libres de la carne, del mundo y del diablo, padre de la mentira, príncipe de las tinieblas, que busca destruirnos (Ef 6,10-13). Debemos «combatir los buenos combates de la fe» (1Tim 6,12) contra quienes promueven el pecado de la homosexualidad activa y la ideología del género contraria a la naturaleza y la gracia. Es una lucha espiritual que tendrá como armas fundamentales la oración y la penitencia, la adoración al Santísimo, el rezo del Santo Rosario. El Señor quiere que le pidamos esta gracia, y nos asegura: «Si mi pueblo, sobre el cual es invocado mi Nombre, se humilla, orando y buscando mi rostro, y se vuelve de sus malos caminos, yo le oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra» (2Cró 7,14).

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El Sr. Arzobispo emérito de Pamplona-Tudela, Don Fernando Sebastián Aquilar, fue nominado Cardenal por el Papa Francisco (12-II-2014), y como es normal en estos casos, fue entrevistado por varios medios de comunicación, entre ellos por el diario malagueño El Sur (19-I-2014). Una de las cuestiones que se le presentaron fue ésta:

–¿Entiende como tal [deficiencia] la homosexualidad desde punto de vista de la moralidad?

–Sí. Muchos se quejan y no lo toleran, pero con todos los respetos digo que la homosexualidad es una manera deficiente de manifestar la sexualidad, porque ésta tiene una estructura y un fin, que es el de la procreación. Una homosexualidad que no puede alcanzar ese fin está fallando. Eso no es un ultraje para nadie. En nuestro cuerpo tenemos muchas deficiencias. Yo tengo hipertensión, ¿me voy a enfadar porque me lo digan? Es una deficiencia que tengo que corregir como pueda. El señalar a un homosexual una deficiencia no es una ofensa, es una ayuda porque muchos casos de homosexualidad se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado. No es ofensa, es estima. Cuando una persona tiene un defecto, el buen amigo es el que se lo dice».

Inmediatamente se alzaron protestas enardecidas. Algunas llegan incluso a fingir una solicitud positiva por el bien de la Iglesia, amenazado por el osado Mons. Sebastián. Conmovedor.

–La portavoz socialista en el Ayuntamiento de Málaga lamenta indignada la falta de sintonía entre el Cardenal Sebastián y el Papa Francisco: «No son los vientos de cambio que soplan, en apariencia, desde el Vaticano… El Cardenal se convierte en intérprete del propio Papa, que parecía alejado de estas tesis retrógradas, insultantes, anticonstitucionales… El Papa Francisco debería plantearse si un cardenal así ayuda a la regeneración que defiende». –Por su parte, el Front d’Alliberament Gai de Catalunya solicita al Fiscal general del Estado que abra diligencias en contra del Cardenal, al ser sus declaraciones «absolutamente indecentes», ya que «esta expresión atenta contra el marco jurídico español que protege como derecho fundamental la dignidad y la no discriminación en el artículo 18 y 14 de la Constitución». –El presidente de la asociación Entiende anuncia una campaña en las redes sociales por unas declaraciones que «evidencian la homofobia de la jerarquía eclesiástica». –El portavoz del colectivo LGTB afirma que «declaraciones de este alcance homófobo son una clara incitación al odio y a la discriminación, comportamientos penados en el artículo 510 del Código Penal, y ponen en peligro la seguridad de miles de adolescentes homosexuales que ya de por sí sufren bulling homófobo».–La secretaría de Igualdad del PSOE asegura que «decir que la homosexualidad es una deficiencia es no reconocer un principio profundamente democrático como es la libertad de las personas para ejercer su sexualidad, que es diversa», principio defendido en «la Constitución y las leyes de nuestra democracia».

No quiero cansarles con la enumeración de otras muchas protestas. Pero permítanme que les traiga dos, especialmente indignantes.

–El director de Religión Digital, portal multirreligioso, en su artículo Enrocarse o pedir perdón: el dilema de Don Fernando (20-I-2014), escribe: «A mi juicio, sus declaraciones están produciendo un daño enorme a la Iglesia y al Papa que lo eligió para crearlo cardenal. Por eso y aunque no soy nadie para darle consejos, me atrevo a pedir, con todo el respeto y el aprecio que le tengo, que rectifique públicamente. Convoque, cuanto antes, una rueda de prensa con un único punto: pedir perdón. Primero a los homosexuales. Después, al Papa y a la Iglesia. No hace falta que se cubra de ceniza y se vista de saco. Basta con que pida disculpas y trate de explicar sus desafortunadas declaraciones». Palabras que ciertamente el Cardenal Sebastián sabrá apreciar en su justo valor.

El Parlamento de Navarra (27-I-2914), con la oposición de UPN y de PP de Navarra, aprueba una Declaración institucional que reprueba las palabras de Mons. Sebastián. Por su parte, la portavoz en Navarra del PP estima «innecesaria» la reprobación, e incluso la considera «injusta», porque Mons. Sebastián ha dicho «lo que a él le parece oportuno», de manera que «extiende a toda la Iglesia católica la opinión de uno de sus miembros». Está claro que la señora Portavoz del PP no sabe en esta cuestión lo que dice. Con los documentos arriba citados queda claro que lo dicho por Don Fernando no es una opinión suya, sino la doctrina católica sobre la homosexualidad.

Nada es hoy tan peligroso en las naciones apóstatas como la afirmación de la verdad católica. Por eso es silenciada tan frecuentemente, al menos en algunas cuestiones, y no sólo en medios culturales y políticos, sino también eclesiales. Pero los cristianos, y especialmente los Obispos, hemos sido enviados por Cristo al mundo para continuar la misión que recibió del Padre: «yo he venido al mundo para dar testimonio de la verdad» (Jn 18,37). Por eso en InfoCatólica queremos solidarizarnos con Mons. Fernando Sebastián, dando gracias a Cristo que le asiste para ser en el mundo su testigo fiel. En seguida de su nombramiento, recibió diversos nombres, según lugares y ambientes: Cardenal de Salamanca, Cardenal de Málaga, Cardenal de Pamplona, etc. Nosotros queremos llamarle, al menos en nuestro rincón en la web, Cardenal de InfoCatólica, pues durante varios años tuvo en nuestro diario digital un muy apreciable blog. Estamos con usted, Don Fernando.

José María Iraburu, sacerdote

Índice de Reforma o apostasía

55 comentarios

  
Percival
Gracias por decir la verdad en toda su riqueza amorosa. Y por resumir tan adecuadamente la doctrina auténtica.
28/01/14 4:05 PM
  
Armando G.
Bajo mi punto de vista, lo que antes conocíamos como marxismo, tras la caída del muro de Berlín y con él, de los viejos axiomas comunistas, ahora va recobrando su inercia y revitalizándose bajo nuevas banderas, como la ideología de género, el aborto o el feminismo radical. No obstante, permanece intacto su modus operandi y sus fines y características, osea, la infiltración insidiosa en las instituciones, la destrucción de toda huella cristiana en la sociedad, y la proclamación de una dictadura brutal donde cualquier mínima disidencia ideológica es castigada sumarísimamente. Curiosamente, en España este tipo de movimientos no suelen triunfar, también, por qué no decirlo, gracias al espíritu de cruzada que permitió sobrevivir a media España en los años 30, eso sí, a costa de grandes sacrificios, pues no se conocen muchos casos de países que pudieran sobreponerse a una revolución comunista en marcha, con todo el aparato gubernamental y el respaldo de la URSS. El enemigo bien lo sabe, y creo que esta vez intentará asegurar el golpe, una vez juzgue que la quinta columna(léase neoteologistas de la liberación, feministas, nacionalistas)infiltrada en la Iglesia española ha alcanzado cierta masa crítica. En cuanto estimen que tal masa crítica es suficiente, no quepa duda que lanzarán sus despiadados ataques, pues España es la perla de gran valor contra la que quieren saldar muchas y viejas cuentas, que son a la postre, las cuentas de la serpiente antígua. Saludos.
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JMI.-Lo de "infiltrada en la Iglesia española" mejor lo dejamos en "infiltrada en no pocos cristianos de España". Mejor, sí.
28/01/14 4:07 PM
  
Raúl
Se expone usted con este artículo a una soberana reprobación pública de todos los progres de este país, Padre Iraburu... Tiemblo sólo de pensarlo. Usted sabrá lo que hace.
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JMI.-Los católicos en España tenemos garantizada por la Constitución la libertad de expresión, y por supuesto tenemos pleno derecho a publicar la doctrina de la Iglesia.
28/01/14 4:26 PM
  
pedro de madrid
Mi más cordial enhorabuena por este valiente artículo que no se aparta nada de la doctrina de Jesús
28/01/14 5:24 PM
  
José Luis
Se dice que la verdad llega a doler. Pero la verdad no duele, porque sana. El que no quiere ser sanado, es como aquel que piensa que no necesita medicina, y por eso no acude al médico.

Los expertos: médicos y científicos serios dicen que no existen "genes homosexuales", y muchos ya lo sabemos por la fe en las Sagradas Escrituras. Pero incluso esos estudiosos de autoridad suelen dar la razón a la Santa Biblia.

No sé si me explicaré mal, así que acepto la corrección. Los homosexuales no tiene derecho por su homosexualidad, pero si como personas, que es algo distinto. Del mismo modo, del ladrón, no tiene derecho en su conducta, ni los fraudulentos, pero sí como personas, pero por la mala conducta uno será juzgado en este mundo o de entrada para el otro.

Siempre se debe tener respeto por las personas, pero el pecado de las personas, no merecen ningún tipo de respeto, porque es un germen de muerte. La persona por el contrario, si busca la vida conforme a Cristo y persevera a pesar de las dificultades, encontrará ese camino de verdad y libertad, es decir, el vivir conforme a Cristo.

Algunas veces he leído a alguien que dice que es "católico y gay", pero esto dos conductas no se relacionan entre sí, pues el ser católico, el ser cristiano, es no obstinarse en la corrupción del pecado, y nada tiene que ver con el libertinaje.

La realidad, que nadie viene a este mundo como ese tipo de tendencias antinatural como la "homosexual", tengo mucho reparo al decir palabras como esas.

Una cosa es cierta,

• Ninguno, cuando sea probado, diga: «Es Dios quien me prueba»; porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie. Sino que cada uno es probado por su propia concupiscencia que le arrastra y le seduce. Después la concupiscencia, cuando ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, una vez consumado, engendra la muerte. No os engañéis, hermanos míos queridos: toda dádiva buena y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de rotación. (Santiago, 1, 13-16)
28/01/14 5:29 PM
  
Oscar de Caracas
Me puede dar consejo de como hablar a personas así descritas (homosexuales)?
No soy persona de fácil palabra y creo que lo voy a estropear.
Gracias padre.
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JMI.- No sabría aconsejarle. El modo conveniente de hablar depende de la persona a la que quiere comunicar su pensamiento.
En la duda, si teme que con sus palabras haga más daño que ayuda, no hable del tema y encomiende al Señor en la oración a esa persona.
28/01/14 5:37 PM
  
Mª Virginia
Gracias por su inquebrantable fidelidad y coherencia, padre querido. Excelente síntesis para clarificar a quien tenga el menor asomo de confusión en el tema!
Manifiesto de paso mi contundente apoyo y agradecimiento al Cardenal D. Fernando, pidiendo a Dios cunda su valiente ejemplo.
28/01/14 5:44 PM
  
Armando G.
Gracias P. Iraburu por la aclaración, no obstante cuando hablaba de "Iglesia española" englobaba a los fieles católicos, pero creo que la puntualización es necesaria para evitar posibles confusiones. Peeeeero en mi opinión la táctica neocomunista tiene ahora como prioridad infiltrar submarinos en todas las instancias eclesiales, partiendo desde los fieles (me imagino que cuanta más alta sea la instancia, más difícil será encontrar ingenuos submarinistas). O lo que es lo mismo, la secularización submarina. Esto es un invento de los romanos para buscar oro, la "ruina montium". La Iglesia española es el último reducto importante antes de la apostasía total de Europa, España tiene muchos kilómetros de costa y los submarinistas acechan. Saludos.
28/01/14 6:12 PM
  
Eduardo Jariod
Por si cabía alguna duda de lo que piensa la Iglesia al respecto. Gracias por esta precisión, P. Iraburu.

Podrá molestar el uso del término deficiencia en cuanto que puede implicar una connotación despectiva (como la de tara, por ejemplo), que es por completo ajena a la intención de Mons. Sebastián y de todo católico de bien cuando trata de comportamientos moralmente desordenados. En ese mismo sentido, cabe hablar con perfecta pertinencia de perversión o de aberración, en cuanto que con tales términos se expresa la naturaleza desviada de un comportamiento, una tendencia o una actitud. Que existen usos despectivos de tales términos, es evidente; pero no cuando se utilizan para describir la naturaleza de tales actos. El más que tolerante Freud hablaba de la homosexualidad como de una parafilia entre otras muchas, es decir, como una perversión o desvío de la sexualidad humana normal, describiéndola como una alteración en la elección de objeto (personas del mismo sexo) y del fin del acto (prácticas anales u orales frente a la heterogenitalidad). En efecto, en este sentido los homosexuales presentan una sexualidad deficiente por perversa o pervertida.

Otra cosa es que aquel que la padece, en verdad, la goce, y que de tal goce perverso se enorgullezca y no sienta la menor necesidad de cambio en su vida. A personas así, sin duda, les herirán que se les recuerde la verdad de su mentira: que son deficientes y pervertidos.

Todo mi apoyo y mi solidaridad también para Mons. Sebastián.
28/01/14 6:12 PM
  
Ricardo de Argentina
Desde hoy rezaré por las intenciones del futuro Cardenal Sebastián Aguilar, Príncipe (principal) de la Iglesia Católica.
28/01/14 6:15 PM
  
Luis López
Después de lo sucedido con el aborto, donde todas las voces discrepantes en España de manera casi unívoca han querido ampliar el mal y no erradicarlo, en este tema sucede algo parecido. El mal lo ocupa casi todo.

Porque el ambiente es cada vez más hostil y asfixiante contra los católicos (pienso en Monseñor Sebastián, en Monseñor Reig Pla o en el Arzobispo de Granada). Y no tardará mucho en llegar el día en que se nos sentará en el banquillo de los acusados por palabras como las de Mons. Sebastián o artículos como los de Vd. o simplemente por comentar la Biblia en público. Y se nos despreciará como apestados.

O somos conscientes desde ya que nuestro testimonio está abocado a ser perseguido (y no sólo verbalmente, sino cada vez con más virulencia), o es que queremos seguir en la ensoñación de que vivimos en un "Estado de Derecho", en una "democracia avanzada".
28/01/14 6:36 PM
  
Enrique G. B. A.
No es feliz hablar de deficiencia, a la luz del catecismo y de los otros documentos citados.
Por otra parte, el Cardenal toca un dogma que no se permite cuestionar, el de que -muchos o pocos- homosexuales pueden revertir, abandonar, superar su atracción por el mismo sexo.
El discurso políticamente correcto, no permite ni siquiera plantearlo. Los teócratas laicos, se rasgan las vestiduras de solo escucharlo.
El Cardenal, al igual que el Papa Francisco, tampoco juzga, recuerda si que en esto hay materia de pecado.
Sobre la naturaleza del mismo trata bien este artículo.
28/01/14 6:56 PM
  
estéfano sobrino
Buen resumen, aunque creo que parte del problema fue la pregunta confusa del periódico, y que Mons. Sebastián no aclaró. Las dos cuestiones mezcladas son:

a) La tendencia homosexual.
b) El ejercicio de la sexualidad de modo homosexual.

Sobre a) Se puede decir que es una deficiencia desde el punto de vista médico y psiquiátrico. Como lo es la miopía, la cojera o la sordera. Y es la que admite tratamiento para, por lo menos, disminuir los sufrimientos que produce al que la padece. Pero moralmente la tendencia en sí mismo no es pecaminosa, e incluso puede ser ocasión de virtud para el que lucha contra ella.

Sobre b) la doctrina cristiana dice que esa conducta es pecaminosa, que ofende a Dios y a los que la practican. Pero también los heterosexuales tienen que vivir su sexualidad de modo ordenado.

Lo normal es que un médico hable de a), y un sacerdote de b). Por esto, si un sacerdote habla de a), es más importante que precise, pues los lectores pueden terminar mezclando cosas distintas.

(También es cierto que el que no quiere entender, no entenderá, por muy bien que se le explique).

De todos modos, pater, ándese con ojo, que como bien dice, "nada es hoy tan peligroso en las naciones apóstatas como la afirmación de la verdad católica": tendremos que encomendarle a la protección divina para siga afirmando verdades por estos lares.

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JMI.-Gracias por sus oraciones.
Orad, hermanos, para que todos, especialmente los Apóstoles (sus sucesores), enviados (apóstoles) para predicar el Evangelio, la verdad de Cristo, cumplamos todos fielmente esa misión (envío).
28/01/14 7:37 PM
  
Anacoreta
Gracias P. Iraburu, no podíamos esperar menos de usted. A Dios gracias, es usted un faro luciente en estos tiempos de apostasía. Gracias por su claridad y convicciones tan firmes, que Dios le recompense tanto bien como hace desde su sacerdocio y como pastor de las almas. Toda mi solidaridad y gallardía con Mons. Sebastián.
Realmente España es una china en la bota de Satanás... pero la Virgen María es la Reina de España y será aplastado bajo sus pies. Adelante que no estamos solos.
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JMI.-Bueno, yo lo único que he hecho es copiar/pegar de los documentos de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad. La heroica es Ella, asistida por su Esposo, Cristo.
28/01/14 7:43 PM
  
Armando G.

No veo por qué hay que ser tan derrotista y no veo por qué, si el comunismo fue vencido una vez, el neocomunismo no siga su camino, como vemos que ocurrió en España. El neocomunismo, heredero de aquel marxismo, lleva en su entraña un acerado componente antisemita a la vez que anticatólico, y no me cabe duda que en cuanto adquiera poder de gobierno actuará contra el pueblo judío. Recordemos que el General Franco salvó, gracias a su intervención directa, a miles de judíos (solamente Ángel Sanz Briz salvó a más de tres mil judíos húngaros acogiéndoles en la embajada española de Budapest siguiendo las órdenes del gobierno de Franco) e indirectamente a otras muchas decenas de miles que, huyendo del terror nazi, recalaron en España para proseguir su camino hacia los Estados Unidos de Norteamérica, como el caso de Claude Steiner, discípulo predilecto del padre del análisis transaccional Eric Berne. Es un ejemplo de intelectualidad judía que hoy no existiría. No veo por qué, si el Corazón de Jesús salvó a España una vez del terror rojo, y de paso, a gran parte del pueblo judío, no pueda volver a ocurrir esto otra vez. Saludos.
28/01/14 7:46 PM
  
Errata Notandum
JMI.-Muchas gracias por su aviso. Corrijo el texto.
28/01/14 7:57 PM
  
Juan Mariner
Armando Guerra: el homosexualismo es defendido igual a diestra que a siniestra. No veo diferencias entre los hijos de los marxistas y los hijos de los liberales. La izquierda liberal y la derecha liberal se encuentran en los bilderbergianos impulsores de la ingeniería social que tenemos que sufrir.
28/01/14 8:05 PM
  
Observador y analista
En linea con la precision de Estefano Sobrino en su comentario, comparto, expresandolo con mas precision, un concepto que escribi en el hilo de la noticia al respecto:

La tendencia homosexual es deficiente, pero la practica homosexual no es meramente deficiente, es autodestructiva. En los planos espiritual, psicologico y fisico.

Agradeceria que me digan si me estoy "pasando tres pueblos" por pensar así. Honestamente, creo que no.

28/01/14 8:15 PM
  
josep
una cosa es la tendencia sexual de una persona y otra los actos sexuales que realice.
28/01/14 8:17 PM
  
Armando G.
Hola. No me llamo Guerra, pero bueno. Juan Mariner, yo opino que el neomarxismo no tiene nada que ver con el marxismo del que nace. Aunque parezca una paradoja, comparten el mismo espíritu, y sin embargo no se parecen en casi nada. El materialismo científico ha dado paso al materialismo a secas en cuanto a negación del Espíritu, y ahí entran los neoideólogos de la ingeniría social a la que usted alude, heredera y disímil, a primera vista, del paraíso socialista de los primeros filósofos y pensadores comunistas. Es una ideología encubierta que se aprovecha los Bilderbergs y Trilaterales, pero que en cuanto triunfe acabará con ellos, según creo, en cuanto, en ciertas partes de la tierra triunfen, y esto no será en España (parezco un vidente). Porque al igual que Trotsky y otros ilusos perecieron a manos del monstruoso Stalin, el hombre de los dientes de acero, sus epígonos llevarán el mismo camino, como el profesor Frankenstein que perece a manos de su criatura. Nuevamente, e injustamente, se culpará de todo al pueblo judío, y nuevamente España le prestará su ayuda, como hizo el General Franco. Saludos.
28/01/14 8:37 PM
  
Phillip
Me parece oportuno su artículo y un acierto la exposición documental de la doctrina de la Iglesia sobre este tema. Gracias a usted, padre JM y a Infocatólica, por su postura consecuente y coherente. Mi agradecimiento también a Mons. Fernando
Sebastián, electo Cardenal, cuyo nombramiento es, para mí, un signo de la sabiduría del Papa Francisco.
28/01/14 9:04 PM
  
Daniel Iglesias
Excelente artículo. Muchas gracias, Padre José María. ¡Y viva el Cardenal de InfoCatólica!
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JMI.-Gracias, Daniel.
28/01/14 9:31 PM
  
Santi
A Observador, decir que la homosexualidad es físicamente destructiva es una afirmación que carece por completo de fundamento.

Me gustaría añadir una apreciación y una duda:
-La apreciación es que me parece que en España debería primar la libertad de expresión, dentro de la cual entre la libertad de decir cosas ofensivas para otros. Me parece una salvajada y algo impropio de un país como España que se sancione al arzobispo por lo que dijo, pero también me parece un claro error que en la Iglesia mucha gente pida que la ley actúe cuando se nos ofende. Me parece que la libertad de expresión incluye la libertad de ofensa y de decir cosas repulsivas, hirientes e incluso blasfemas.

-La duda es si lo aquí dicho son cuestiones doctrinales o cuestiones dogmáticas, y cuales son las diferencias entre lo doctrinal y lo dogmático.

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JMI.-Perdón, pero Observador no dice que "la homosexualidad es físicamente destructiva". Dice que "La tendencia homosexual es deficiente, pero la practica homosexual no es meramente deficiente, es autodestructiva. En los planos espiritual, psicologico y físico". Distingue bien "la tendencia" de "el ejercicio de la tendencia homosexual".

Uno de mis amigos, p.ej., tiene una arraigada tendencia homosexual, pero la domina con la gracia de Dios y vive establemente la castidad. Es una hombre sano espiritual, psicológica y físicamente; muy trabajador, servicial, abnegado y, para más, apostólico.

Si se dejara llevar por su tendencia y ejerciera su homosexualidad se haría mucho daño a sí mismo. Y a otros. "Como sucede en cualquier otro desorden moral, la actividad homosexual impide la propia realización y felicidad, porque es contraria a la sabiduría creadora de Dios" (Carta 1986,7). "Los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados. Son contrarios a la ley natural. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual" (Catecismo 2357). Todo lo que sea obrar contra lo natural, no sólo es ofensa al Creador, pecado, sino que es también lesivo para la persona. Lo único conforme a la naturaleza en la vida sexual es la unión estable de un hombre y una mujer.

Por lo demás, lo que Ud. dice acerca de las palabras ofensivas tiene toda la razón. "Es de deplorar con firmeza que las personas homosexuales hayan sido y sean todavía objeto de expresiones malévolas y de acciones violentas" (Carta 1986,10).
28/01/14 10:12 PM
  
J
Falta la carta de Bergoglio a las carmelitas bonaerenses de 22 de junio del 2010, calificándolo como movida de satanás.
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JMI.-Bueno, yo me he limitado a los tres documentos principales de la CDF y al Catecismo. Pero enseñanzas aparte de los Papas, y concretamente del actual, hay muchas. En este mismo blog, si mira Ud. mi artículo «Dios proteja al Papa [Francisco] de los ataques de Satanás y de todos sus otros enemigos» (16-03-2013) verá Ud. que reproduje el texto al que Ud. alude:

«El Papa Francisco no ignora la persecución de Satanás, que habrá de sufrir él y toda la Iglesia, y que se inició hace veinte siglos. Esta conciencia del carácter diabólico de ciertas persecuciones se manifiesta en Mons. Jorge Mario Bergoglio, por ejemplo, cuando siendo Cardenal de la Iglesia y Arzobispo de Buenos Aires, escribe a los cuatro Carmelos bonaerenses (22-VI-2010) acerca del “proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo”, que el Gobierno argentino había preparado y que el Senado iba a discutir próximamente (el 13-VII).

«Aquí está la envidia del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra. No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una “movida” del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios.

«Jesús nos dice que, para defendernos de este acusador mentiroso, nos enviará el Espíritu de Verdad. Hoy la Patria [argentina], ante esta situación, necesita de la asistencia especial del Espíritu Santo que ponga la luz de la Verdad en medio de las tinieblas del error; necesita de este Abogado que nos defienda del encantamiento de tantos sofismas con que se busca justificar este proyecto de ley, y que confunden y engañan incluso a personas de buena voluntad.

«Por esto recurro a Ustedes y les pido oración y sacrificio, las dos armas invencibles que confesaba tener Santa Teresita. Clamen al Señor para que envíe su Espíritu a los Senadores que han de dar su voto [...] Miremos a San José. A María, al Niño y pidamos con fervor que ellos defiendan a la familia argentina en este momento. Recordémosle lo que Dios mismo dijo a su pueblo en un momento de mucha angustia: “esta guerra no es vuestra sino de Dios”. Que ellos nos socorran, defiendan y acompañen en esta guerra de Dios. Gracias por lo que harán [ustedes] en esta lucha por la Patria».

¿Está muy bien dicho, no? Pues ése es el pensamiento del Papa Francisco.

Nota.-Por cierto, de los 25 comentarios que llevamos esta tarde sólo he tenido que eliminar a un comentarista (no a él, perdón: a sus comentarios, se entiende), que decía esta perla: «para bergoglio la homosexualidad no es pecado; si usted desea autoengañarse allá usted». Qué cosas...
28/01/14 10:25 PM
  
Isabel
A estas alturas, ya es que no entiendo como no se comprende todavía que la sexualidad (horrible palabra) para los cristianos, solamente es aceptada dentro del matrimonio cristiano. Nada más que en esa unión es lícita la sexualidad. Y siempre dándole vueltas al mismo molino.

No está permitido para los católicos practicar el sexo entre los homosexuales o lesbianas, pero tampoco entre una pareja hombre y mujer que no estén casados por la Iglesia.
Sólo dentro del matrimonio. ¿Es qué es tan difícil de entender?

¡Qué hartera!

Saludos Padre.
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JMI.-Efectivamente. Un hombre y una mujer. Y si son católicos, solo dentro del matrimonio-sacramental. Si no lo son o han apostatado del cristianismo, dentro del matrimonio natural.
Ya se ve que está Ud. bien informado.
28/01/14 10:48 PM
  
Juventus
Gracias, padre José María, y gracias a Dios por este Cardenal.

Yo soy un joven universitario, que desde pequeño siento la tendencia homosexual, y reafirmo fehacientemente que la homosexualidad es una deficiencia de la psicoafectividad.

La homosexualidad es sólo la punta del iceberg de muchas deficiencias emocionales. Buscamos en la atracción de nuestro mismo sexo, la virilidad no afirmada...buscamos la figura paterna, que sin querer, falló...

Los autodenominados "gay" se muestran muy alegres, pero en realidad son personas cargando muchos traumas y tristezas.

Necesitamos pastores que nos guíen en esta batalla de la castidad, en un mundo hedonista. Le ruego me encomiende en sus oraciones, habemos jóvenes que queremos ser hijos de la Iglesia, ser de Cristo.

Saludos desde México.
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JMI.-Muchas gracias por su carta. Y por su vida.
Agárrese bien fuerte a la mano de Cristo (ya está bien tomado de ella por lo que dice). Nunca se arrepentirá, y siempre comprobará que en Él encuentra la Verdad, el Camino y la Vida.

Doy muchas gracias a Dios porque le guarde en su gracia y en su paz.
Bendición +
28/01/14 11:36 PM
  
Santi
Perdone la insistencia, pero vuelvo a preguntar una cosa que no he entendido.

-¿Realmente llevar a lo físico las tendencias homosexuales lleva a la destrucción física? Practicar sexo homosexual me parece que no lleva a ningún daño físico, a no ser que se transmita una enfermedad de transmisión sexual. Exactamente igual que en las relaciones heterosexuales.

-El hecho que decir que lo natural es la monogamia heterosexual es algo que me resulta complicado de asumir. Yo tengo una relación monógama con mi mujer, pero si siguiese mis tendencias y mis apetencias aprovecharía mis ocasiones para realizar adulterio, que es lo que muchas veces me apetece cuando surge la oportunidad. Sin embargo, nunca lo he hecho por amor a mi mujer, por respeto a mi mismo y por amor a Dios y a los mandamientos. Sin embargo, eso no quita que efectivamente me sea difícil asumir que lo natural sea la monogamia, porque la gran mayoría no tendemos a ello y "el cuerpo nos pide otra cosa"

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JMI.-Llámelo "destrucción física" o con otras palabras. Pero sí, todo lo que sea orientar la propia vida por caminos prohibidos por el Autor de la naturaleza con Autoridad suprema, es decir, todo lo que implique prácticas anti-naturales, daña inevitablemente a la persona, no sólo en su vida moral, también en su condición psico-somática, porque el hombre es unidad alma-cuerpo. Los actos malos hacen mal al hombre. Al hombre entero.
29/01/14 12:03 AM
  
José María Iraburu
+Tamañana, señores comentaristas.
JMIraburu
29/01/14 12:20 AM
  
Antón
La Iglesia Católica Romana ha perdido mucha autoridad para proclamar estas verdades, por los siguientes motivos:
Primero: en los sermones no se habla del castigo por el pecado, que es la muerte eterna¡¡ es obvio pero nunca se escucha, entonces la gente no se asusta ni intimida y vive desordenadamente, luego llegan los embarazos no deseados y el gusto por lo prohibido, y entonces los obispos claman para que la ley no ampare las situaciones que ellos han contribuido en parte, por la falta de predicación¡¡ ¿mejor prevenir que curar no? ¿dónde está la predicación del ayuno? Hay demonios que no salen sino por la oración y el ayuno
Segundo: ¡¡por la pederastia en la iglesia¡¡ y no mindundis que sería algo no demasiado escandaloso sino por personas importantes como Marcial Maciel o el obispo de Bélgica que lo reconoció en televisión¡¡
tercero: por la "cultura" católica desde los años 60, en las iglesias se canta música de los beatles y demás estilos pasados de moda, además que está los músicos católicos como Martín Valverde que son de un sentimentalismo pegajoso, entonces la gente no toma en serio a la iglesia, se siente muy cutre¡¡
29/01/14 12:22 AM
  
Carlos Perez
Juventus, ánimo, amigo.

Soy casado y tengo 8 hijos, me considero hetererosexual, fiel a mi esposa y te aseguro que la castidad tampoco la tengo facil !! Es una lucha diaria, pero digamos con San Pablo: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece"
29/01/14 12:54 AM
  
Observador y analista
Agradezco al Padre Iraburu por sus respuestas a partir de lo que yo habia escrito, y comparto plenamente lo que escribio.

A Santi:

Está documentado que el promedio de vida de los que practican relaciones homosexualidad es mas bajo, principalmente por el riesgo de contraer una ETS por la promiscuidad (y ademas por la mayor tasa de suicidios). Pero ademas, en el caso de la sodomia hay un daño fisico aunque no haya promiscuidad. Entiendo que eso es justamente a lo que se refiere San Pablo en la parte final de Rom 1,27:

"Igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío."

Para ser totalmente exacto en mi comentario anterior, tenia que haber discriminado el plano fisico y haber escrito: "y en el plano fisico potencialmente autodestructiva por el riesgo de ETS, y, aun sin ese riesgo, lesiva en el caso de la sodomia." Sinceramente me repugna hablar del tema.

Por otro lado, en filosofia tomista y teologia catolica, ley natural no se refiere a aquello a lo que tienden nuestros impulsos instintivos o espontaneos, sino a aquello que es conducente al mayor bien global del ser humano, segun lo discierne la razon, donde "bien global" tiene en cuenta que el ser humano tiene un alma espiritual inmortal. En este sitio hay filosofos y teologos que pueden expresar esto mejor, pero el tema esta desarrollado en los puntos 1954 a 1960 del Catecismo.

Aun en un plano puramente biologico la diferencia es clara: mi tendencia dietetica espontanea es comer casi todo de lo que hay en las panaderias y casi nada de lo que hay en las verdulerias. Pero yo he aprendido, usando mi razon, que seguir esa tendencia instintiva seria destructivo fisicamente.


29/01/14 1:59 AM
  
Alf_3
Y a pesar de lo que algunos de los 'ofendidos' por las declaraciones, quisieran y dejaron entrever, Mons Sebastián, será Cardenal próximamente, pues Papa Francisco lo seleccionó, entre otros motivos, por su rectitud, además tan caritativa.
El lobby gay no quiere ser tocado ni por el pétalo de una rosa. Quieren derechos especiales.
Quizá algunos se sientan iluminados con tan buen artículo y busquen re-orientarse. Así se los permita el Señor Jesús.
29/01/14 2:14 AM
  
Alejandro Galván
Y es bueno recordar, ante aquellas Posibles Personas que digan que el Card. Sebastián emitió una opinión personal que el Santo Padre Francisco no conocía y/comparte, que el Papa se considera "alumno" del Cardenal.
29/01/14 9:31 AM
  
Isabel
Querido Padre.

Sobre su comentario en el que contesta amablemente al mío: Estoy bien informada, no bien informado, que luego la gente saca conclusiones equivocadas.
Un abrazo en Cristo.
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JMI.-Aclarado.
29/01/14 10:37 AM
  
Eleuterio
La verdad es que este tema está meridianamente claro. El empeño del Mal por liar las cosas y tratar de hacer que lo malo sea bueno y lo bueno, malo, no hace más que demostrar que, en efecto, el Príncipe de este mundo es, para muchos, el Rey de este mundo.

De todas formas, no creo que en nada afecte al cardenal que fuera obispo, entre otros lugares, de Pamplona y blogger de InfoCatólica, le afecte lo más mínimo lo que se ha dicho, se dice y se dirá de él. A palabras necias...
29/01/14 11:47 AM
  
Ricardo de Argentina
Ha hecho muy bien en eliminar el comentario Padre, porque el despiste de quien lo mandó es impresionante: en la lucha contra en gaymonio en Argentina el Card. Bergoglio ha mostrado su perfil más favorable.
Baste mencionar que la prensa mundana ha registrado la crónica de homosexuales militantes que, habiéndolo identificado en el "subte" (Metro)cuando se dirigía a la Curia, lo increpaban abierta y burlonamente diciéndole :"No pudiste hacer nada para impedir la ley, eh?", amén de otras expresiones menos educadas.
29/01/14 4:16 PM
  
manuel
Estoy seguro de que la portavoz del PP no ha leído la homilía del Santo Cura de Ars "Sobre el respeto humano" (publicada por ed. Rialp en Amor y Perdón,Homilías, recopiladas por D. J.M. Casciaro), porque no podría dormir con su comentario cobarde que a todos quiere contentar.
29/01/14 5:50 PM
  
berg
padre, si la doctrina de la iglesia con respecto a la homosexualidad es tan clara; por que los enemigos de la iglesia interpretan la entrevista que concedió el papa a la civilta cattolica como una especie de "indulto" a la practica de la homosexualidad. gracias.
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JMI.-Porque falsificando a PPFrancisco, hacen como que ha cambiado la doctrina de la Iglesia en esto y en esto, y les da la razón a "ellos", los enemigos de la Iglesia. No es demasiado difícil de entender..
29/01/14 7:48 PM
  
fraterlupus
JMI.-Perdone, pero este art. trata de la homosexualidad en la doctrina católica.
29/01/14 8:03 PM
  
Luis I. Amorós
Gracias por el artículo, padre Iraburu.
Dice verdad don Fernando, aunque su comparación a la hipertensión es desafortunada, a mi juicio. Los problemas psicológicos no son comparables a otros trastornos de la salud.

Comparto la apreciación de estéfano sobrino: hay que distinguir tendencia de acto.

1) La tendencia homosexual (trastorno del objeto sexual) es antinatural porque se aparta del objeto intrínseco de la sexualidad (la procreación) de forma radical.
Esta asociada a ciertas taras de la adquisición de habilidades psicoafectivas durante el desarrollo psicosexual (juventus lo ha descrito muy bien), con las que no se nace, pero de las cuales el sujeto no es culpable: disbalance entre progenitores con predominio de el del otro sexo y deficiente comunicación con el del propio, dependencia emocional de amistades isosexuales, timidez e inseguridad excesivas, amaneramiento, o dificultad para entablar relaciones socio-eróticas progresivas con miembros del otro sexo durante la adolescencia, entre otros.

Esa tendencia (como la de otras parafilias) y todas las deficiencias afectivas asociadas se pueden corregir, existen psicoterapias con buenos resultados. Pero, como toda neurosis, no se puede curar si no se reconoce como problema, si se intenta convertir en normalidad.

Si se lleva a cabo esa terapia, se evita caer en la siguiente fase

2) Como toda inclinación sexual desordenada (también la pederastia, la ninfomanía, el onanismo, o el narcisismo), se precisa de una enorme fuerza de voluntad para someter los impulsos al juicio moral de nuestra razón y nuestro espíritu. Cuanta mayor oportunidad existe para caer, mayor facilidad para hacerlo, con lo cual el pecado se convierte en vicio.
Así, pues, la ayuda de Dios se hace precisa para superar la inclinación activa en casi todos los casos.

Una persona con tendencias homosexuales necesita afecto y comprensión para poder expresar su desorientación y sufrimiento. Lo que no necesita es marginación familiar o social, condenación, ni mucho menos las burlas y chistes sobre maricas que son tan frecuentes en nuestra sociedad (supuestamente tan tolerante con la homosexualidad). Si se acompaña de personas fuertes que le puedan ayudar, si recurre a la oración, puede dominarse hasta que logre curar las heridas emocionales y descubrir su auténtica tendencia sexual (yo he conocido un caso así personalmente, y varios por referencia, y siempre es igual).

3) La práctica homosexual es equiparable a la fornicación (se produce fuera del matrimonio) agravada por la antinaturalidad de su práctica. El movimiento gay, que propugna precisamente esa fornicación (jamás un grupo gay aceptará un homosexual que viva en castidad su tendencia: para ellos eso es represión, y si no practicas sexo homosexual, no eres homosexual), en casi todos los casos justifica la promiscuidad. No es sino una sucursal del gran movimiento pansexualista, que además propone por norma un modelo de vida en la que la sexualidad es un goce físico y las personas se usan para ese fin. ¡Cuántos "alegres" iconos gay no acaban sus días vacíos por dentro!

4) El mal llamado matrimonio isosexual es contrario a la naturaleza del matrimonio (procreativa) y al mandato divino, por tanto jamás puede ser admitido. La sustitución del amor conyugal por un amor de amistad hacia una persona del mismo sexo legalizado por un vínculo, en remedo del amor conyugal genuino, sólo sirve para enmascarar al sujeto los efectos más obvios de su desviación. Añádase la adopción de niños, que se convierten en parte de ese remedo, usados para darle un aspecto parecido al de una familia natural. Todas estas acciones son contrarias a la naturaleza, y no pueden ser aprobadas.

Cuanto más pronto se corrige el problema, más rápido y con más facilidad se vuelve a la tendencia sexual natural. Naturalmente, si la tendencia se practica, se justifica y se hace girar en su torno toda la actividad afectiva y física de la sexualidad, más complicado resulta salir, más instalado en la antinaturalidad se halla el sujeto, más distancia ha andado por el camino torcido.
Pero para Dios nada hay imposible.

Si hay homosexuales que leen su artículo, don José María, que sepan que la enseñanza cristiana no condena inclinaciones de las que uno no es culpable, sino los actos malos que se cometen por no ser capaces de resistir esa tendencia desordenada. Que busquen ayuda emocional, porque pueden lograr encajar su sexualidad natural y su tendencia sexual, pudiendo alcanzar así su plenitud como personas. No es imposible, ni raro, ni mucho menos.
Hay que rezar por ellos y apoyarles para hacer lo correcto.
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JMI.-Gracias, Luis I.
Se nota que eres doctor en medicina el autor de este comentario.
La distinción en la homosexualidad de "tendencia y acto", en la que aludes a estéfano sobrino, está presente explícita o indirectamente en casi todos los documentos de la Iglesia, como sabes.
29/01/14 8:35 PM
  
Luiscar
En la Pasion de Cristo se encuentran escondidos todos los remedios.
Contemplemos al Señor despreciado,escupido,escarnecido y crucificado por nosotros y se nos caera la cara de verguenza por nuestro amor al placer desordenado,y la frente al suelo para que nuestro orgullo se de de bruces.Deja que EL incendie tu corazon de com-pasion y entonces entenderas a quien dabas culto y con que clase de fuego extraño.Permite al Señor que te lleve a los pies de la Cruz y de cierto de cierto "os digo",que veras y experimentaras el indecible Amor que Dios te tiene y jamas seras el mismo.Si eras ladron y/o asesino ,si homosexual o drogadicto ,lo que sea,dejaras la mala practica cuando recibas el Espiritu de Cristo.
No seas como aquellos que no querian ir a Cristo,no rechaces el yugo del Señor y vete a la Cruz con EL y EL te santificara.No hay otro remedio para el pecado y el desorden que el Espiritu Santo.

Condenate a ti mismo,busca el arepentimiento y Dios te salvara,no dejes a tu orgullo(gay) que te salve de arrepentirte,porque te condenara y te arrepentiras
..¿demasiado tarde? ,nunca lo es si genuinamente se produce,en el tiempo de gracia.Ese es nuestro mas ferviente deseo para todos; "arrepentios y convertios",nosotros lo hicimos por la Gracia de Dios y damos Fe,que el Reino estaba muy cerca,"dentro de vosotros" ,porque EL habia entrado a nuestro corazon para gobernar nuestras vidas y llevarnos a..

La Paz de Cristo.
30/01/14 12:50 AM
  
Alejandro Holzmann
La primera parte de la declaración de Monseñor Sebastián es claramente parte de la doctrina católica sobre la homosexualidad. La segunda, en cambio, en cuanto a que se trataría de un trastorno psicopatológico con posibilidad de tratamiento con terapias curativas, no ha sido hasta el momento abordada por el Magisterio. Salvo a la frase aislada de la Declaración Personae humanae: "Se hace una distinción —que no parece infundada— entre los homosexuales cuya tendencia, proviniendo de una educación falsa, de falta de normal evolución sexual, de hábito contraído, de malos ejemplos y de otras causas análogas, es transitoria o a lo menos no incurable, y aquellos otros homosexuales que son irremediablemente tales por una especie de instinto innato o de constitución patológica que se tiene por incurable.", salvo esta frase, y salvo también alguna que otra intervención aislada de algún obispo (Monseñor Munilla), no se conocen pronunciamientos de la Iglesia al respecto.

A casi cuarenta años de la Declaración Personae humanae, habiendo crecido exponencialmente en perversión y extensión el fenómeno de la homosexualidad, y disponiendo por otra parte la psicología, la psiquiatría y la sociología modernas ahora muchos más datos válidos y útiles, y disponiendo además ahora de muchos más argumentos de orden biológicos, resulta difícil comprender que no haya habido un pronunciamiento más claro del Magisterio y un desarrollo de este aspecto de la condición homosexual.
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JMI.-Yo no he estudiado monográficamente el tema de la homosexualidad. Por eso me he limitado a exponer los documentos principales sobre el tema, que tienen, por cierto, altísima calidad y precisión. Su afirmación de que "en casi cuarenta años no ha habido un pronunciamiento más claro del Magisterio" sobre la homosexualidad y su posible sanación terápica vale si se refiere a documentos de la Santa Sede de la importancia y amplitud de los que he citado. Yo, personalmente, creo que son suficientes, es decir, que enseñan lo que el Magisterio apostólico de alto nivel puede iluminar sobre el tema.

Pero no es válida respecto a Cartas Pastorales de Conferencias Episcopales sobre el tema. Tampoco es válida en cuanto a pastorales de Obispos. Usted cita a Mons. Munilla, pero en la Iglesia hay unos 5.000 Obispos. Por otro lado, como sabrá, hay organizaciones católicas (y no católicas) que tienen centros de asistencia especializada al servicio de personas homosexuales que han realizado numerosos estudios de investigación experimental, han fomentado libros y folletos sobre el tema, y lo que es muy importante, durante los decenios a los que usted alude, han realizado terapias de alta calidad científica con frecuencia exitosos.
30/01/14 3:59 AM
  
José María Iraburu
Subo de la Capilla, donde he rezado en la Liturgia de las Horas el Oficio de Lectura, donde viene hoy, jueves de la III semana del T.Ordinario, esta lectura preciosa del Sermón 7 del Obispo de Nápoles, Juan Mediocre (s. VI). Copio/pego un fragmento

"El que vivía en tiniebla y en sombra de muerte, en la tiniebla del mal y en la sombra del pecado, cuando nace en él la luz, se espanta de sí mismo y sale de su estado, se arrepiente, se avergüenza de sus faltas y dice: 'El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?' Grande es, hermanos, la salvación que se nos ofrece. Ella no teme la enfermedad, no se asusta del cansancio, no tiene en cuenta el sufrimiento. Por esto, debemos exclamar, plenamente convencidos, no sólo con la boca, sino también con el corazón: 'El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?'

"Si es Él quien ilumina y quien salva, ¿a quién temeré? Vengan las tinieblas del engaño: 'el Señor es mi luz'. Podrán venir pero sin ningún resultado, pues, aunque ataquen nuestro corazón, no lo vencerán. Venga la ceguera de los malos deseos: el Señor es mi luz. Él es, por tanto, nuestra fuerza, el que se da a nosotros, y nosotros a Él. Acudid al médico mientras podéis, no sea que después queráis y no podáis".
30/01/14 7:34 AM
  
Charles Carpenter
He sido sacerdote por más de 35 años. En las consultas pastorales he conocido a homosexuales que felizmente siguen un programa para la terapia de recuperación de su orientación heterosexual. En vez de hablar de una "homosexualidad latente", hablan de la heterosexualidad latente, porque todos nacimos con una identidad sexual. Son las experiencias en la infancia que pueden hacer daño a esta identidad. En los programas dicen que entre unos 70% á 80% recuperan su heterosexualidad. Los que no la recuperan será normalmente por la edad avanzada o por la falta de convicción o de determinación necesaria, como en cualquier programa de doce pasos. Cuando no la recuperan, al menos hablan de la adquisición de la virtud de la castidad, que les hace capaces de afrontar el problema sin caer en actos sexuales con personas del mismo sexo.
30/01/14 5:02 PM
  
santi
Una duda muy general, pero que seguro que algún comentarista comparte conmigo. ¿Cuál es la diferencia entre doctrina de la Iglesia y dogma? ¿Es lo dicho aquí dogma o solamente doctrina? ¿Qué implica no creer en algún dogma de la Iglesia y qué implica no creer en alguna parte de su doctrina?

Perdona el caracter básico de la consulta, pero seguor que alguno más no lo tiene claro.
30/01/14 7:18 PM
  
Maga
Padre Iraburu, extraordinario post. Le felicito. Caballero y demás despistados: la homosexualidad es intrínsicamente desordenada y la práctica de la sodomía es pecado mortal. Esta es la Doctrina revelada por el Verbo Eterno de Dios Encarnado, Nuestro Señor Jesucristo, a su Esposa, la Santa Madre Iglesia. El que rechace esta Doctrina, rechaza al mismo Dios. Lo siento, `pero esta es la Verdad.
31/01/14 6:35 AM
  
Jordi
JMI.- Perdone, Jordi, pero yo de Cooperativas no tengo apenas idea.
02/02/14 1:46 PM
  
fidel
que sorpresa la mía al estar en una página protestante (contralaapostasia)encontrar éste mismo tema con todo y su autor, no cabe duda que todos los días se aprende algo...
04/02/14 2:00 AM
  
Herimal
En el tema de la homosexualidad hay que deslindar dos planos, el moral y el médico.

En el plano moral, yo como católico me someto a la doctrina de la Iglesia, que enseña que los actos homosexuales son pecaminosos y por lo tanto exhorta a las personas homosexuales a reorientar su tendencia o mantener una vida de continencia perfecta. Sí que me atrevo a señalar que quienes consiguen esto segundo se ubican en una situación espiritual privilegiada, y sin duda recibirán una recompensa muy especial si perseveran hasta el final en el paraíso. Y también añado que nada de lo dicho puede contradecir dos cuestiones fundamentales: el respeto, cariño y máxima comprensión que le debemos a cualquier homosexual, ponga en práctica o no estas consideraciones; y la libertad personal y los derechos de los homosexuales, que lógicamente les afectan solo en el plano civil y a nivel individual, sin poder hablarse por contradicción en términos de un "matrimonio homosexual" o una supuesta adopción por parte de parejas del mismo sexo.

En el plano médico, como conocedor del tema, me gustaría sin embargo aclarar algunas cuestiones que han surgido en los comentarios. Primero sobre la conducta homosexual en sí misma, desde el punto de vista psicológico y fisiológico; y segundo sobre la patologización o despatologización de la homosexualidad y su supuesto tratamiento.

La conducta sexual en los animales superiores tiene, en efecto, una función primaria de tipo reproductivo. La atracción sexual permite la cópula y, a través de la misma, la perpetuación de la especie. Sin embargo, observamos ya cómo en sociedades de primates superiores como los bonobos, la función sexual ha adquirido también una función secundaria de gratificación e incluso control social. Es decir, el curso evolutivo ha ido añadiendo funciones en principio no propias a la sexualidad animal; cosa que sucede a menudo con otras funciones biológicas. En el ser humano, observamos que efectivamente la actividad sexual cumple esta doble función. Desde un punto de vista espiritual añadiríamos que el fundamento de esto último estriba en el dimorfismo sexual como elemento constitutivo de la institución matrimonial, en su doble finalidad procreativa y unitiva. No obstante, las consideraciones espirituales son de suyo distintas de las meramente naturales, que se basan solo en lo empíricamente demostrable.

A partir de aquí, podríamos decir que la homosexualidad puede explicarse perfectamente si atendemos a que el sexo ya no cumple "solo" una función de tipo reproductivo, sino también de recreación y gratificación. A partir de esta realidad vendrá la valoración moral de cada caso (que en el ámbito católico se hará sobre todo a partir de la Revelación), pero sin negar la propia realidad natural.

¿Es o no es la homosexualidad, teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, y la casuística disponible de personas homosexuales, una enfermedad? Analicemos lo que queremos definir por enfermedad. En general, aceptamos que es una situación en la que deben conjugarse un sufrimiento personal subjetivo con una merma objetiva del rendimiento fisiológico; o, al menos, estar presente uno de los dos factores. De este modo, existen homosexuales que efectivamente no sufren, incluso manteniendo relaciones homosexuales plenas; y tampoco puede objetivarse ninguna merma de su rendimiento fisiológico o alteración biológica subyacente. Por tanto, la conclusión es que la homosexualidad, como tal, y desde un punto de vista exclusivamente médico, no es una enfermedad.

Ahora bien, tenemos que hacer algunas precisiones, porque si no el análisis quedaría incompleto. Existe una homosexualidad egosintónica, que describiría el ejemplo antes citado, y también -y esto es lo que algunos intentan negar- una homosexualidad egodistónica. La primera es la que se adecua al yo del sujeto, la segunda no. Es decir, en determinadas personas -que podrán ser muchas, pocas, todas o ninguna en un momento concreto- se produce una desintonía entre su proyecto de vida personal y la orientación sexual que perciben en sí mismos. Esto, atendiendo a las clasificaciones psiquiátricas internacionales, se podrían categorizar como un trastorno sexual no especificado. El trastorno, la patología, no está en ser homosexual; estaría, en todo caso, en sufrir a causa de que tu homosexualidad se opone a tu proyecto de vida, el cual, brotando de tus arraigadas creencias personales, no puede ser realizado. ¿Qué hacer entonces? Lógicamente, se presentan dos opciones: una suerte de terapia de reafirmación homosexual, donde, priorizando tu orientación sexual sobre tus creencias, rechaces estas últimas para asumir la primera; o bien, un tratamiento psicológico que reoriente tu condición sexual, ya que bajo ningún concepto quieres rechazar tus creencias. Es lo que se llama "terapia reparativa". ¿Es ésta efectiva? No existen estudios concluyentes que lo demuestren, aunque sí testimonios personales. Lo que no es ético es prohibirla legalmente y estigmatizar y perseguir a los psiquiatras, psicólogos y pacientes involucrados en la misma.
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JMI.-De acuerdo en mucho de lo que dice. Pero en desacuerdo al final: en la unión sexual del hombre y de la mujer hay una connaturalidad anatómica y fisiológica que en modo alguno se da en el acto sexual homosexual. El primero es bello, suave y sano, como todo lo que es natural; el segundo es feo, violento y proclive a enfermedades, como todo lo que es contrario a lo natural.

Cuando la Iglesia afirma que el acto homosexual es contrario a la naturaleza no lo dice solamente en un sentido espiritual y teológico, sino también médico, físico, corporal, psicológico.
04/02/14 6:27 PM
  
Herimal
Sin duda padre existe una discomplementariedad anatomofisiológica intrínseca en los actos homosexuales; lo que yo quiero decir es que, en mi opinión (y en la de la mayoría de la comunidad científica, no toda anticatólica) ello no lleva a concluir que la homosexualidad sea, en sí misma y por sí sola, una enfermedad como tal.
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JMI.-La Mayoría de la Comunidad Científica (presuntamente) tiene el nous con más agujeros que un queso de Grouyère si no estima como una enfermedad la tendencia, adicción y práctica de un ejercicio sexual "intrínsecamente discomplementario en su condición anatomofisiológica", es decir, contrario a la naturaleza.

"Alardeando de sabios, se hicieron necios" (Rm 1).
05/02/14 3:16 PM
  
Javier
Hablar de lo que puede sentir o vivir interiormente un un homosexual, es como si una persona que nunca ha consumido droga le tratara de explicar a un drogadicto lo que siente y lo que es.
La homosexualidad siempre ha existido, no es algo nuevo o moda, o por culpa de los medios, o por culpa del lobby gay... lo que pasa es que actualmente como en los países de Europa y occidente ya no es tratada como enfermedad ni son condenados o castigados los que son homosexuales, pues hay mayor libertad en salir del "closet". Hablan de ley natural, pero resulta que en la naturaleza hay homosexualismo en varias especies de animales, entonces ¿a quien se aplica lo natural? y por ejemplo, cuando una persona nace sin brazos, ¿eso es antinatural? y si usa los pies como brazos, ¿es pecador? Lo que nos hace pecadores o no es nuestro comportamiento con los demás, tanto peca un heterosexual que se acuesta con 100 mujeres fuera del matrimonio, como lo puede hacer un gay con su promiscuidad.

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JMI.-Riza usted el rizo. Que el acto sexual heterosexual es NATURAL, es decir, conforme a la naturaleza anatómica y fisiológica masculina y femenina es algo obvio. No es una apreciación cultural, histórica, cambiante. Es la verdad del hombre y de la mujer. Y que el acto sexual homosexual va en es CONTRA-NATURAL, es también algo cierto. No se puede decir que ambos actos son igualmente NATURALES. Es falso.

Que haya que tratar con respeto a los homosexuales, etc. es ya otro tema. Por supuesto que los cristianos estamos convencidos de ello.
14/02/14 5:45 PM
  
Ricardo Granada
Me parece importante promover dos acciones pastorales católicas que atienden a personas en condición de Atracción al Mismo Sexo (AMS) no deseada:
1. www.courage-latino.org en Estados Unidos couragerc.org
2. www.esposiblelaesperanza.com

P. Iraburu y Mons. Fernando Sebastián Aguilar, Gracias y Dios les Bendiga abundantemente para continuar valientemente proclamando la verdad según la revelación de Dios.
22/09/14 6:18 AM
  
LUIS FERNANDO SERNA GARCIA
ESAS TENDENCIAS TORCIDAS,CASI DEMENCIALES LAS QUIEREN CONVERTIR EN MODA Y DICEN QUE LO QUE ES MODA NO INCOMODA,PERO CONDENAN CIERTAS MODAS AL INFIERNO ACEPTEMOLO O NO,JESUS DICE:DE QUE TE VALE GANAR EL MUNDO SI A LA FINAL PIERDES TU ALMA? NO CREO QUE SEA BUEN NEGOCIO TRATAR DE GANARLE A DIOS, ALIANDOCE CON EL DIABLO,TODAS ESAS TENDENCIAS BIENEN DEL MUNDO,DE LOS QUE SON DEL MUNDO Y DEL DIABLO MISMO,GRACIAS PADRE POR ANUNCIAR Y DENUNCIAR, DIOS ALGUN DIA LO RECOMPENSARA.
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JMI.-Gracias a usted por leerme.
Le recuerdo que no se debe escribir en mayúsculas. Algunos hay que rechazan sin más los textos mayusculeados.
23/09/15 5:11 AM
  
Alfredo
Consulta: si alguien tiene inclinación homosexual, pero la tiene 'controlada' (es decir, que cuando se presenta las tentaciones las rechaza siempre -obviamente, siempre con la ayuda de Dios-) ¿esta obligado a, si tiene los medios* (terapia, etc), 'eliminar' esa inclinación homosexual, aunque lo tenga 'controlado' (con la ayuda de Dios, obviamente, como dije arriba)?
Salu2 cordiales.
__________
*Lícitos, obviamente.
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JMI.-Son casos complejos que no halla en una Sala de Comentarios la sede adecuada para analizarlos y responder.ç
Yo tengo un amigo sacerdote con tendencias claramente homosexuales, que controla tan perfectamente como un sacerdote guarda en castidad perfecta su tendencia sexual hacia la mujer. Nunca se me ha ocurrido recomendarle que se ponga en terapia, y le medio-dirige conmigo desde hace unos 30 años, en los que jamás ha fallado un milímetro en tan delicada cuestión moral.

Pero siendo la tendencia homosexual contraria a la verdad de la naturaleza humana,siendo una anomalía (sea su origen genético o psico-social o ambas cosas), si ocasiona problemas morales considerables, sí que sería conveniente ponerse en terapia.
09/09/16 2:49 AM
  
Alfredo
Gracias por su respuesta. Dios le bendiga. Salu2.
10/09/16 5:30 AM

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