¿Los obispos en España animan a los sacerdotes y religiosos (y religiosas) a vestir como tales?
Bueno, no es tan así, pero en mi ingenuidad es la conclusión que he sacado de la última campaña que propone el secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia de la Conferencia Episcopal Española para la Campaña del Día de la Iglesia diocesana, que este año se celebra el 12 de noviembre: «Orgullosos de nuestra fe».
El video está bien, la verdad. Refleja escenas cotidianas de tres jóvenes a los que los «respetos humanos» arrastran momentáneamente a plantearse ocultar su fe en manifestaciones externas. Y…, no hago spoiler.
Como tema de fondo me ha llamado mucho la atención, volver a manifestar la fe en público, con orgullo. Casi me lo tengo que volver a repetir despacito, me suena a castellano antiguo después de la experiencia de los últimos años. No sé si es transitorio, se les ha escapado o es un gancho de fundraising. Pero está muy bien.
Sin embargo, en la presentación de la campaña se suscitó un interesante debate a instancias de una pregunta de la que considero una de las periodistas más perspicaces que conozco. Lo recoge muy bien Navarro-Pareja en ABC:
Lo curioso de la campaña, en particular del vídeo, es que, aunque los obispos plantean que «los protagonistas del Día de la Iglesia diocesana son todos los que forman parte de la Iglesia y de su misión, todo el Pueblo de Dios», en la práctica se muestre que quienes tienen dudas sean todos laicos y quienes ejemplifican el testimonio que les lleva a cambiar sólo sean consagrados, dos sacerdotes y una religiosa. Un mensaje que encaja a duras penas con el de «dar más protagonismo a los laicos» y «huir del clericalismo» que pregonan tanto los últimos Papas, como numerosos documentos de la Conferencia Episcopal.
Preguntado por esta circunstancia, Jose María Albalá, responsable de la oficina de sostenimiento, ha explicado que se trata más de ejercicio de «síntesis» a la hora de mostrar la labor de la Iglesia, sin que en ello se minusvalore el papel de los laicos. Aunque también ha añadido que dado el «descrédito que están sufriendo los sacerdotes, queríamos aprovechar para mostrar al sacerdote en esa disposición de servicio». También ha añadido que aunque no se trata «de una campaña de rehabilitación pública de esa figura», sí que es «importante» ese mensaje, y que es más habitual que «los laicos tengan esa situación de complejo en el día a día».
La pregunta es importante. La respuesta se me queda un poco coja. Quizá es el enfoque. Quiero pensar que es intencionado que tanto los dos sacerdotes como la religiosa vistan como tales. De hecho, así se les puede identificar en el video, no por la actividad que realizan.
Estoy convencido de que en el fondo es también una llamada a sacerdotes y religiosos a que se muestren orgullosos de su fe y su vocación, también con lo externo. Veremos cómo se desarrolla la cosa.
Gracias a Dios en mi diócesis la mayoría de los sacerdotes diocesanos llevan alzacuellos, no puedo decir lo mismo de los religiosos. Hay margen de mejora.
Para otra ocasión el tema de Cáritas, que me quiero quedar con lo positivo de la campaña.
20 comentarios
Y demuestra cómo. para el cristiano, la batalla se libra siempre, siempre en nuestro interior. Tengamos paciencia con quiénes no tienen la fuerza para luchar, o no saben hacerlo, o no van bien armados o... lno están sostenidos por otras personas que les animen a ser fieles con quien es siempre es Fiel. Tengamos paciencia, sobre todo, con nuestros sacerdotes.
284 Los clérigos han de vestir un traje eclesiástico digno, según las normas dadas por la Conferencia Episcopal y las costumbres legítimas del lugar.
285 § 1. Absténganse los clérigos por completo de todo aquello que desdiga de su estado, según las prescripciones del derecho particular.
§ 2. Los clérigos han de evitar aquellas cosas que, aun no siendo indecorosas, son extrañas al estado clerical.
669 § 1. Los religiosos deben llevar el hábito de su instituto, hecho de acuerdo con la norma del derecho propio, como signo de su consagración y testimonio de pobreza.
§ 2. Los religiosos clérigos de un instituto que no tengan hábito propio, usarán el traje clerical, conforme a la norma del c. 284.
«Y esto con mucha pena y escándalo (basta ir a sastrerías eclesiásticas en Roma para ver el escándalo de sacerdotes jóvenes probándose sotanas y sombreros o albas y roquetes con encajes)».
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Así que ya saben. Jersey a cuadros o rombos, y pantalones de pana gris o marrón.
¿Cuáles fueron ésos papas que les daba pena ajena ver un cristiano con hábito en plena calle?
Éso sólo lo dice el papa actual, y desde hace mucho que ridiculiza los hábitos religiosos, hoy de nuevo lo dice.
Tal vez estoy equivocada, nada nuevo será, pero la verdad no tengo idea si también los papas anteriores se burlaban de la ropa.
"Os he dicho esto para que no os escandalicéis.
Os expulsarán de las sinagogas. E incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios.
Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí."
Lo de matar, obviamente que en primer lugar se refiere al sentido literal, pero también podríamos pensar en sentido alegórico, que las autoridades eclesiales matan la sana tradición, matan la fe, matan las vocaciones, porque eso es lo que se consigue cuando se ataca toda iniciativa que busque rescatar y conservar la Tradición en su plenitud... y haciendo esto piensan que dan culto a Dios.
Si los mismos religiosos no se atreven a dar testimonio de su condicion, ¿Que nos van a pedir a los laicos ?
Ojala este video no fuera solo publicidad.
Es lamentable cómo nos han infiltrado hasta en la terminología.
Importancia y obligatoriedad del traje eclesiástico
61. En una sociedad secularizada y tendencialmente materialista, donde tienden a desaparecer incluso los signos externos de las realidades sagradas y sobrenaturales, se siente particularmente la necesidad de que el presbítero —hombre de Dios, dispensador de Sus misterios— sea reconocible a los ojos de la comunidad, también por el vestido que lleva, como signo inequívoco de su dedicación y de la identidad de quien desempeña un ministerio público[247]. El presbítero debe ser reconocible sobre todo, por su comportamiento, pero también por un modo de vestir, que ponga de manifiesto de modo inmediatamente perceptible por todo fiel, más aún, por todo hombre[248], su identidad y su presencia a Dios y a la Iglesia.
El hábito talar es el signo exterior de una realidad interior: «de hecho, el sacerdote ya no se pertenece a sí mismo, sino que, por el carácter sacramental recibido (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1563 y 1582), es “propiedad” de Dios. Este “ser de Otro” deben poder reconocerlo todos, gracias a un testimonio límpido. […] En el modo de pensar, de hablar, de juzgar los hechos del mundo, de servir y de amar, de relacionarse con las personas, incluso en el hábito, el sacerdote debe sacar fuerza profética de su pertenencia sacramental, de su ser profundo»[249].
Por esta razón, el sacerdote, como el diácono transeúnte, debe[250]:
a) llevar o el hábito talar o «un traje eclesiástico decoroso, según las normas establecidas por la Conferencia Episcopal y según las legitimas costumbres locales»[251]. El traje, cuando es distinto del talar, debe ser diverso de la manera de vestir de los laicos y conforme a la dignidad y sacralidad de su ministerio; la forma y el color deben ser establecidos por la Conferencia Episcopal, siempre en armonía con las disposiciones de derecho universal;
b) por su incoherencia con el espíritu de tal disciplina, las praxis contrarias no se pueden considerar legítimas costumbres[252] y deben ser removidas por la autoridad competente[253].
Exceptuando las situaciones del todo excepcionales, el no usar el traje eclesiástico por parte del clérigo puede manifestar un escaso sentido de la propia identidad de pastor, enteramente dedicado al servicio de la Iglesia[254].
Además, el hábito talar —también en la forma, el color y la dignidad— es especialmente oportuno, porque distingue claramente a los sacerdotes de los laicos y da a entender mejor el carácter sagrado de su ministerio, recordando al mismo presbítero que es siempre y en todo momento sacerdote, ordenado para servir, para enseñar, para guiar y para santificar las almas, principalmente mediante la celebración de los sacramentos y la predicación de la Palabra de Dios. Vestir el hábito clerical sirve asimismo como salvaguardia de la pobreza y la castidad.
-la sotana que llevaba san Juan Pablo II el día del atentado en la plaza de San Pedro, el 13 de mayo de 1981, fue expuesta en una de las capillas del Santuario de San Juan Pablo II en Cracovia. La reliquia fue aportada por el cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia y durante mucho tiempo secretario personal del pontífice. ( tanto tiempo guardada es porque seapreciaba la sotana)
-La iglesia titular del cardenal Joseph Ratzinger en Roma, Santa Maria Consolatrice, y la primera iglesia que visitó Benedicto XVI como pontífice, recibirá una placa conmemorativa y una sotana del papa emérito, fallecido el 31 de diciembre de 2022.
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