¡Wow!: buenas noticias sobre Fr. Corapi, no es otro Alberto Cutie
Cómo pasa el tiempo, con perdón por el lugar cómun. Probablemente sólo más viejos del lugar se acuerden de Fr. Corapi. Un torbellino, comunicador extraordinario, con una historia de conversión que conmocionó a mucha gente. Sus «charlas» en EWTN movían corazones.
Pero en verano de 2011 saltó el escándalo. No sólo hubo asuntos de inmoralidad sexual con una persona adulta, también se le acusó de faltar a la pobreza y de haber vuelto a engancharse a las drogas.
Fr. Corapi dio un portazo. Se quejó de indefensión, de que habían vulnerado su presunción de inocencia y anunció que dejaba el sacerdocio.
Para ser sinceros, no se hicieron todo lo bien que se podían las cosas. Pero en estos casos es difícil. Le perdí la pista. No sé en qué quedaron los juicios y las investigaciones. No es que no importase, es que la respuesta de Fr. Corapi no era una respuesta.
A la par que anunciaba que dejaba su ministerio, hacía publicidad de su nueva aventura, «Black Sheep Dog», que presumiblemente vería la luz al año siguiente. Pero nada, desapareció.
Ayer Matt Abbott, que suele estar muy bien informado, contaba:
Una fuente fiable me ha informado que el padre John Corapi, […], permanece en el sacerdocio y recobra (’re-establishing’) su vida espiritual.
No hay indicios de que vaya a regresar a la vida pública en el corto plazo, si lo hace. Sin embargo, es bueno saber que el Padre Corapi al menos será un tranquilo guerrero de oración en este tiempo extremadamente difícil para la Iglesia y el mundo.
Espero que termine bien esta historia, diametralmente distinta a la del Padre Cutie, que sí abandonó el sacerdocio y la fe. Se hizo epispcopaliano para «satisfacer» sus expectativas.
Supongo que hay mucho que ‘re-establecer’, pero me reconforta ver cómo el Señor ahí está, siempre. San Pedro lloró después de haber negado al Señor, la tradición cuenta que Su Madre, Nuestra Madre le consoló. Ojalá Judas se hubiese podido cruzar con la Virgen en su huida.
Pondría la mano en el fuego a que la Virgen tiene también tiene esta vez un papel destacado.
El inicio de curso es una buena ocasión para recomenzar. Feliz reentré.
19 comentarios
Es mejor que se les reduzca al estado laical ( siguen siendo sacerdotes) y que no mantengan una vida doble.
El celibato hay que vivirlo en castidad y salud y no hipócritamente, sólo de ese modo se convierte en virtud. Y no todos pueden con ello.
Están primero los Mandamientos de Dios que las normas disciplinarias y sí la norma, por bo saber llevarla, te lleva a cualquier pecado contra la castidad, lo primero son los Mandamientos: que se casen.
Pero es que el caso de Fr. Corapi como el de el P. Cutie, nadie los amarró. Cutié opto por hacerse episcopaliano y se casó. Fr. Corapi ha decidido, solito, seguir adelante con su sacerdocio sin ser tan mediático. Conozco sacerdotes que después de pasar por un alboroto afectivo y de hormonas, se sosiegan, reflexionan y retoman su camino, otros, como dice Ud, han pedido la reducción al estado laical y se han casado.
Y otros siguen una doble vida, situando al celibato por encima de los Mandamientos, a los votos por encima de la castidad bien entendida.
Bromas aparte, ojalá la Iglesia recupere al sacerdote pero el escándalo ya está servido.
Una aclaración, Pedro lloró al encontrar su mirada con la de Jesús, y eso no es una tradición, sino que está en el Evangelio de San Lucas. Lo que dice la tradición es que el consuelo de la Virgen le salvó de caer en la desesperación por su traición.
Me gusta mucho lo que dices, «me reconforta ver cómo el Señor ahí está, siempre.» Justo ayer escuchaba en Radio María un programa excelente del P. Horacio Bojorge, sobre el demonio de la acedia en la Iglesia, que visión la de este padre para mostrar con tanta agudeza muchos ejemplos que ilustran hasta qué punto ese mal de la acedia, asedia a todos los cristianos, y está en la raíz de los principales males que vemos. Él la define como ceguera para las obras buenas de Dios y fascinación por el espectáculo del mal, y la consecuente tristeza y desánimo que ello produce. Y para ilustrarlo, presenta con mucha sabiduría la imagen de María Magdalena llorando, en ese pasaje del Evangelio de San Juan, «mujer, ¿por qué lloras?». Teniendo al Resucitado frente a ella, está llorando por esa ceguera, y el padre resalta que es Jesús quien nos saca de la misma por su gracia, como lo hizo con la Magdalena, después de llamarla por su nombre y decirle «soy yo».
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Juanjo
Claro, Feri. Se me quedó la frase cortada y le daba otro sentido. Gracias por la advertencia.
Gracias Juanjo por la buena noticia
Al padre Alberto Cutie le gano la Soberbia. Ahora quiere ganar reflector y aplausos diciendo cosas en contra de la docrtina cátolica., muy decepcionante disculpando la cultura de la muerte con los anticonceptivos, si realmente fuera un pastor que cuida el rebaño deberia alertar al catolico sobre todo lo negro en la salud que hay de tras de estos productos farmaceuticos y de intereses obscuros.
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