San Francisco, 1961. Barcelona, 1965.
Un problema en los ojos me ha tenido apartado del ordenador varios días. Os aseguro que cuando se vuelve, «se ven» las cosas de otra manera.
Este año se conmemora el 50 aniversario de una de las mayores concentraciones de personas en la ciudad de San Francisco, se calcula que 550.000. Y desde luego, reunir más de medio millón en los años sesenta no era fácil. Aunque quizá lo más extraordinario fue el motivo: rezar el rosario. Por contextualizar, ocho años después, en 1969 el festival de Woodstock congregó a sólo 400 mil personas, y a primera vista pudiera parecer que el asunto era más ‘atractivo’: sexo, drogas y rock&roll.
Lo de San Francisco debió de ser impresionante, basta ver la fotografía. El Padre Peyton, iba de ciudad en ciudad con su «Cruzada de la Oración» o «Cruzada del Rosario» con aquel lema que se hizo tan entrañable: «familia que reza unida permanece unida». Miles de católicos respondían.
Se calcula que a las predicaciones del Padre Peyton han asistido 28 millones de personas, unas cifras que sólo supera el beato Juan Pablo II.
Aprovechando la ocasión, la Legión de María ha convocado el 15 de octubre en el Civic Center Plaza, al rezo del rosario, predicará el padre Andrew Apostoli, de los Franciscanos de la Renovación. No sé cuantos acudirán, pero me preguntaba qué queda de aquello de 1961.
O, para no irnos tan lejos, qué queda del multitudinario rezo del Rosario con el P. Peyton en Barcelona en 1965: 800.000 personas reventaban la Diagonal. Creo que en este caso sí que es la mayor manifestación que ha habido en Cataluña; hoy es una región con un proceso de descristianización que recuerda mucho a Holanda. Yo estuve en la consagración de la Sagrada Familia el 7 de noviembre de 2010 por el papa Benedicto XVI, y no había tanta gente. En la zona en la que estaba con mi familia, muchos ecuatorianos. Vamos que no había ni la mitad de la mitad que hace medio siglo, y catalanes, menos.
No lo digo con pesimismo, todo lo contrario. Pero hay quien confunde optimismo con Esperanza; y la promesa de que «las puertas del Infierno no prevalecerán» con un «aquí no pasa nada, no es tan grave». Abandonan toda lucha personal fiados a la estructura, como si un gobernante u otro, una política u otra, marcasen la diferencia.
También es igual de preocupante el otro extremo, el de buenos cristianos atenazados por la nostalgia de otros tiempos. Como si los cristianos actuales hubiésemos nacido por generación espontánea y no seamos herederos y deudores de nuestros mayores.
Lo repito, nada de pesimismo. Hoy más que nunca tiene vigencia el lema de Peyton: «familia que reza unida permanece unida»; pero de verdad, ya no vale delegar la transmisión de la fe al «Estado» o «al colegio de curas». De no ser así, el previsible colapso de la civilización occidental lo será también del cristianismo, al menos en Europa.
No podré estar el 15 de octubre en San Francisco, pero me uniré desde mi casa.
8 comentarios
Demos gracias que muchos de esos jóvenes incluso consiguen en su tibieza mantener la fe.
después”: ¿por qué no convocan otro evento así en USA, a ver si reunen de nuevo al mismo número de personas?, ya que es posible que hoy día la “secularización” sea myor que en hace 50 años, puede ser que no logren jalar tanta gente, lo mismo en España.
Dejar un comentario
Últimos comentarios