El futuro que se le escapó a Juan Pablo II y que intuyó Benedicto XVI - César Uribarri
Hoy iba a dedicar el post a contaros alguna de las iniciativas que me gustaría acometer en el blog. Pero, la actualidad manda.
A raíz de la situación por la que atraviesa la Iglesia, estos días, he tenido la oportunidad de intercambiar impresiones con mucha gente. Búsquedas de motivos, de enfoques, de claves que me ayudasen a interpretar mejor la realidad. Uno de los temas recurrentes está siendo el supuesto enfrentamiento entre los papados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, como antes lo fue entre el primero y Pablo VI y antes con Juan XXIII. Una especie de dialéctica marxistoide, que florece especialmente en quienes interpretan la realidad exclusivamente en términos de poder (derecha-izquierda, conservador-progresista,…)
Y es curioso —o, no tanto— que el este tipo de análisis lo encontremos tanto entre los autodenominados tradicionalistas (y cuanto más cerca del sedevacantismo con más ahínco) como entre los progresistas. Y digo que es curioso cuando uno de los leit motiv del Papa es la «hermenéutica de la continuidad».
Huyo siempre de este enfoque. Aún así, quería compartir la reflexión de un buen amigo, César Uribarri, que plantea la diferencia entre los dos papados en términos de misión. El texto es largo, pero se lee bien. Y el análisis, que no comparto al 100% (para empezar no me gusta el título), es muy sugerente. Creo que le tiraré más de la lengua, al fin y al cabo, su especialidad son las apariciones marianas y los últimos tiempos. Pero de eso os cuento otro día. De aquí en adelante César (las negritas, mías)
El futuro que se le escapó a Juan Pablo II y que intuyó Benedicto XVI - César Uribarri
Los grandes hombres no se adaptan a los tiempos, sino que desde los tiempos, cambian las realidades presentes. Así Juan Pablo II y, la historia nos lo enseñará con clara crudeza, así Benedicto XVI. Dos colosos del papado, frente a frente, de talla tan alta como distintos en su espíritu. Juan Pablo II era un místico. Vivía el mismo imbuido de sobrenaturalidad casi tangible, tocable, asible. Verle rezar era entender que no hacía oración como quien hace un tejado, sino que estaba frente a un alguien para nosotros inaccesible pero para él presente. Benedicto XVI es de tal humildad que en reiteradas preguntas de sus periodistas de confianza ha reconocido que no tiene nada de místico, pero que necesita del rezar como del respirar. Y uno no tiene claro al verle con tanta serenidad en tiempos tan difíciles si no sabe de antemano lo que ha de pasar. Uno no lo sabe, pero se lo pergeña. Pero así como el conocimiento de Juan Pablo II sobre los tiempos futuros era místico, profético, el conocimiento de Benedicto XVI es plenamente inductivo y por tanto las más de las veces parece intuitivo, pues yendo a la esencia del problema, lo anticipa y lo clava.
Cuando se alcanza un cargo de gobierno resulta ingenuo pensar que se llegue a este a la buena de Dios, sin plano ni proyecto previo, sin estrategia y meta pretendida. Habrá quien haya llegado al albur de las casualidades a tales cargos, pero la fuerza de las cosas enseña que o redefine sus por qués o las consecuencias se las definirán. Juan Pablo II tenía un por qué y Benedicto XVI no pudo ser más claro en su homilía como Cardenal Decano ante el cuerpo de Juan Pablo II. Ambos al subir a la silla de san Pedro, sabían bien lo que querían hacer y entendían bien lo que el Cielo quería de ellos. Otra cosa es que pudieran concluir todos sus proyectos y que su meta no les pudiera costar la vida.
¿Cual es el «para dónde» de estos colosos del papado? Casi con miedo de pecar de simplista se me antoja, que la labor de Benedicto XVI es clara: mirar ad intra, curando a la Iglesia desde su santidad: rezar y pensar, al modo de los benedictinos medievales tan admirados por él. Un “rezar” que requiere para Benedicto XVI de la restauración litúrgica y de la purificación de los pecados internos de la Iglesia (y como consecuencia luchar contra el culto a las personas y a las instituciones, impulsando la oración, la penitencia y la adoración eucarística) y un “pensar” que, ante todo, ponga a los hombres frente a la belleza, frente a la verdad. Y, desde este mismo simplismo, se me antoja que la labor de Juan Pablo II era una permanente y perpetua catequesis ad extra, ad gentiles. Siendo los gentiles el ancho mundo, nunca antes tan pequeño para las ventanas del Vaticano. Pero una labor ad extra, que su postulador, don Slalek, nos ha dejado vislumbrar en que benditas columnas soportaba tan infatigable proyecto: su amor a Dios y a Santa María, que le hacía vivir rodeado de la presencia mística y sobrenatural de la ayuda de lo Alto. No en vano desde la curia romana, ya de antiguo emergía una queja blasfema y brutal contra el Papa polaco: éste sólo hace caso de la Virgen.
¿Por qué tan distintas sus estrategias, máxime cuando ambos prohombres compartieron largos años de amistad y gobierno? Más de 20 años estuvo Ratzinger mano a mano con Juan Pablo II, como hombre de confianza, como nave segura en los procelosos mares que le tocó gobernar al «santo subito». No eran desafortunados los comentarios que hablaron, al ser elegido sucesor de Juan Pablo II, de un papado de la continuidad. Y, sin embargo, estos 5 años de Ratzinger parecen una verdadera revolución en comparación con los largos años de papado Wojtyla. Es como si de repente, la nave de la Iglesia viera en su timón a un gobernante donde antes estuviera un timón vació, y cómo si se hubiera dejado la otrora y diaria zodiac de los viajes catequéticos bien al resguardo esperando ocasiones propicias. Juan Pablo II así lo reconocería en sus últimos años de vida cuando afirmaba que se arrepentía de no haber dado algún puñetazo en la mesa. Quiso gobernar desde la catequesis, desde la apologética del santo, pero algunos no eran sumisos más que a la fuerza del poder, no de las palabras, las razones o las oraciones. Benedicto XVI cree en el dialogo de la razón, que alimentado por la fe, lleva a las puertas mismas de la verdad y la belleza, lo que no le impide gobernar con mano firme cuando está en juego la justicia y el bien de las almas. Claro fue en el motu proprio liberando la misa gregoriana, y desolado lo mostró en su carta de queja a los obispos católicos ante el caso Williamson. El papa se encuentra sólo, pero valiente alza el timón de la maltrecha nave de la Iglesia ayudado por una serenidad que sigue sorprendiendo al mundo. No en vano su lema malaquiano encuentra un significado preciso y admirable: de gloria olive. La gloria del olivo, el árbol signo de la paz. La paz, la serenidad que rezuma este papa y que en lo más terrible de la burla, el insulto y el ataque sistemático le hace parecer al mundo un humilde trabajador de la Viña del Señor, y por tanto, elegido del Señor.
¿No veía Juan Pablo II la crítica situación de la Iglesia? Lo veía, lo padecía y le dolía. Pero Juan Pablo II, como buen místico, se movía por dos ideas madre proféticas: ambas reconocidas por él mismo en sus escrito y ambas confirmadas por Ratzinger. Juan Pablo II creía que los siglos tenían su significado en la historia de de Dios, y que a cada siglo le tocaba jugar un papel en los planos de Dios: el siglo XX era el siglo de las persecuciones a la fe y a la Iglesia, tanto desde dentro como desde fuera; pero el siglo XXI sería el siglo del triunfo de María. Él se sabía elegido por Dios para soportar sobre sus espaldas el peso de tamaño suplicio hasta la entrada en el nuevo milenio. Sus espaldas y su confianza eran anchas, su valor también. Y quiso cargar con la Iglesia hasta el tercer milenio, con el convencimiento de que en su cruz tendría la compañía de lo Alto. Don Slalek lo deja intuir en su libro “Por qué es santo” y las hemerotecas lo confirman indirectamente. Juan Pablo II tuvo la compañía especial de María, pero también buscó la compañía de los místicos. Conocidas son sus visitas y cartas al padre Pío, su correspondencia con sor Lucia, su encuentro con tantos videntes y místicos… a los que, las más de las veces, pedía consejo.
Este convencimiento sobrenatural está en lo más profundo y claro de su papado y sin él difícilmente se podrá valorar y entender las actuaciones del papa Magno. Pero era un convencimiento que tenía su origen no en unas intuiciones desarraigadas de la razón, sino en unas profecías en las que vivía y en las que se sabía llamado. Se entiende así porque tras el año 2000 quería dimitir pues creía cumplida su misión, y se entiende así su descorazonamiento cuando pasado el año 2001 vio que esas nubes negras que parecieron esfumarse en el año 1991 con la silente y pacífica caída del comunismo soviético, volvían a resurgir con fuerza. Entendió que su cruz no finalizaba, que ahora el Cielo le pedía su consumación en tan humillante y escalvizadora incapacidad, pero al mismo tiempo entendió que el futuro no lo había medido correctamente, que las pruebas de la Iglesia no habían hecho más que empezar y que la Misericordia divina a la que tanto amó, no sólo debía caer sobre los hitos políticos más señeros, sino que su meta eran los corazones y sólo entrando en ellos, se derribarían las sombras del futuro.
Y esto, todo esto, ya lo veía Ratzinger cuando como cardenal decía que esa era la opinión del Papa (Wojtyla) pero que él no era tan optimista. Ratzinger intuía que esa imagen del tercer secreto quizá, quizá, la vieran futuros ojos. Y él, ya papa, sólo pidió fuerza para no huir de los lobos.
Ayer en Lisboa nos ha enseñado oscuros planos del secreto de Fátima, otros los guarda sólo para sí.
65 comentarios
Si mal no recuerdo, el Papa Magno se hico la siguiente reflexión: "si Dios me ha elegido para Papa y yo soy como soy, debo ser Papa así", más o menos.
Juan Pablo II es verdad que había estado en el Vaticano II, pero venía de una Iglesia perseguida, de un bastión oculto y en permanente lucha contra el poder comunista, que allí significaba acción encubierta, seminarios secretos, lucha cultural en red etc, etc.
Juan Pablo conocía como enfrentarse políticamente contra un régimen materialista, sabía como mover a la juventud (los organizaba culturalmente), sabía subir a un escenario y actuar, y encima era un buen filósofo (no puntero, pero sí profundo). Para colmo de los colmos, tenía carisma y elegancia y era "expansivo" hacia afuera. Era el "líder total".
El motor era sin duda su misticismo, su fe, pero se dedicó a hacer las cosas no tanto sabiendo de antemano "el qué", sino sabiendo el "cómo".
Por contra, Benedicto XVI no es un líder total, pero estando 20 años en Roma se sabía todo lo habido y por haber. Y sabía lo que tendría que hacer.
Lo asombroso es lo valiente que es, y como haciendo cosas que hasta a Juan Pablo II le harían temblar, sale de todas ellas limpio y sin demasiados arañazos.
Misa Tradicional y Lefevre perdonado y hasta los progres hablan bien de él! ¿Como lo consigue si con mucho menos a Juan Pablo II le hacían la vida imposible?
Sí que se han quejado de la situación, sobre todo en el caso del actual Papa. Y sí que han marcado el camino a seguir. Pero sin usar la autoridad para obligar a seguirlo.
Conste que no digo ni dejo de decir que debieran de haberlo hecho. Sólo constato que no lo han hecho.
Catholicus: Cuando se perdonó a Lefebvre?
Que Benedicto XVI ha salido limpio es cuando menos dudoso, la imagen del Papa ha sido muy deteriorada sobre todo por su actuar en la Congregación para la Doctrina de la Fe
Por su parte, Benedicto XVI ha "restaurado" (no en todo, pero sí en su mayor parte) el lenguaje que era común a los católicos hasta hace 30 años. Es más, por su buenísima formación patrística, creo que lo ha enriquecido, recuperando muchos conceptos que estaban un poco olvidados.
Puede parecer una diferencia trivial, semántica. Pero creo que es muy importante.
Recuerdo hace tiempo cómo se quejaba un padre de la distinta vida de sus dos hijos: "pero si han sido educados en la misma familia"
El profesor les contestó, "no, el primero nació en una familia en la que había dos, y el segundo en la que había tres".
Así ocurre cuando se intentan comparar pontificados. No es exactamente la misma familia. Creo que es injusto ver a B16 simplemente como la mejor herencia que pudo dejarnos JPII. El Papa es el Papa, cada uno con su manera de ver y afrontar las cosas, pero en ningún caso era la misma realidad. B16 hereda la Iglesia y la sociedad del Papado de JPII, y ahí prosigue, con sus cadaunadas.
LF, JPII es el Papa de "la fe propuesta". Creo que a veces, como con el Ratzinger Prefecto de la CDF, los vemos con seres omnipotentes. Están sólos (hay que rezar por ellos).
Cuando leo que era un inquisidor sonrío, ¿con qué amenazaba?
Yo también soy juampablista, y benedictista: dulce Cristo en la Tierra.
Lo que comentas es interesante. Siendo como es B16 el Papa de la "hermenéutica de la continuidad", no creo que se pueda hablar de una restauración. JPII, también por el pontificado largo, marca una línea divisoria. Hoy pocos han vivido o tienen fresco una Iglesia previa al Vaticano II, pura biología.
De todas formas recojo el guante. Creo que se merece un post aparte. Muchas gracias.
Lo de la caída del muro fué otro teatro, la Unión Soviética ha conservado su poderío, solo se expidió a si misma una acta de defunción. Pero está en estado latente, puede levantarse en cualquier momento. Y discrepo del blogger en que no se pueden comparar papas. Están los santos, los tontos, los mediocres, los antipapas y no olvidemos a Alejandro Borgia.
Buenas a todos. Mi análisis es este, el pontificado de JP2 se orientó tanto ad intra como ad extra. Cierto que el seguimiento mediático se centró en la parte ad extra y quizás el propio JP2 se volcó más directamente con ella pero precisamente por ello eligió a Ratzinger, para que se ocupara más directamente de la parte interna. Y en ello no se puede hablar de falta de actuaciones (teología de la liberación, excomunión de los lefevbristas, llamadas de atención a determinados autores heterodoxos, amplio respaldo de la Humanae Vitae, etc.) y lo demuestra la extensa literatura antipapal. Eso no significa que Papa y Prefecto no fueran a una. Pienso que tal vez el seguimiento mediático de los viajes papales y encuentros multitudinarios eclipsaron en cierta medida la labor muy intensa ad intra. Yo también soy juampablista y benedictista porque ellos hicieron mucho porque conociera a nuestro Señor.
La magnitud de Juan Pablo II - Julián Marías
La euforia inicial tras la muerte de Juan Pablo II, en la que se reclamaba su santificación en las mismas exequias, se ha transformado en un standby. ¿Alguien se pregunta qué ha pasado para que el proceso de beatificación del papa polaco se haya visto, cuanto menos, ralentizado?
Con la distancia que dan los 5 años que han pasado tras su fallecimiento, puedo decir, y puedo equivocarme, que el pontificado de Juan Pablo II tiene muchas más sombras que luces. Obviamente cada personalidad es distinta y la forma de actuar de JP2 y B16 es realmente distinta, pero, no debemos olvidar que el papa es "el Cristo" y no un idolo de masas que crea euforia en el momento pero que no logra calar en los corazones de la gente.
_______
Lo que resultó cismático, provocador, desobediente y más propio de iluminados. Tonterías las precisas.
Benedicto XVI no está haciendo otra cosa que lo mismo sobre lo que lleva reflexionando durante muchos años, y de lo que sus escritos son un ejemplo.
Yo diría que, la actuación de Benedicto XVI está haciendo "problemático", por llamarlo de alguna manera, ciertos aspectos del pontificado anterior.
Pienso que, Benedicto XVI, sería el Papa del Concilio Vaticano II, igual que San Pío V, fue el de Trento, si se me permite hacer este símil.
Este escrito que me envió César está enmarcado en una conversación mucho más larga. Hemos tenido la inmensa ¿suerte? (Providencia) de contar con unos portentos como Papas, casi ininterumpidamente desde el XVIII, pero qué ocurriría si nos tocase un Calixto III, por ejemplo. O por no irnos tan lejos, un Maciel. Mis tiros iban más por ahí.
Y no estoy de acuerdo con luces-sombras. Espera, busco un post de Bruno que resume muy bien...., sí ya está: Juan Pablo II y su pontificado.
No seguimos a héroes, pero es indudable, que incluso humanamente JPII lo fue. Pero le quiero como Papa.
Y respeto al proceso de canonización, creo que hay una cierta confusión con este tipo de procesos. Se reconoce las virtudes heróicas, no se santifica sus obras o sus decisiones, vamos que hasta un torpe puede ser santo. Terminaríamos cayendo en lo mismo que intentan hacer los "canonizadores" de Mons. Romero.
Tampoco es cierto lo que afirmas de que B16 «no está haciendo otra cosa que lo mismo sobre lo que lleva reflexionando durante muchos años». ¿Desde cuántos años?, ¿desde que escribía en Concilium?. No hombre, no. Que, como todo el mundo, su pensamiento evoluciona, profundiza, y desde el punto de vista práctico lo adapta al receptor. Personalmente creo que es uno de los grandes teólogos del XX.
También me parece un poco simple lo que piensan algunos (no tú) de que el Vaticano II fue el origen del desastre. El desastre ya existía antes, y los abusos litúrgicos también. No existe la Arcadia feliz.
Y sí que estoy de acuerdo en lo que planteas de que va a poder «desplegar» más el Vaticano II, pero creo que más que nada por cuestión generacional, ya quedan pocos de antes del Concilio. Eso sí, el CIC y el Catecismo del CVII, son fruto del tandem Wojtyła-Ratzinger.
Supongo que tenemos en cuenta las mismas publicaciones, sí, porque hemos hablado más de una vez al respecto. Es que no entendía bien la vía que abres al principio del artículo.
Por otra parte - y me vas a meter en el terreno de la Filosofía del Lenguaje en el cual no quiero entrar -, creo que mi enunciado se entiende. He dicho muchos años, no 35, 40, o pi años. "Muchos" podría entenderse como más de dos, no sé, ¿diez años? Es decir, no estaba intentando hacer una tesis doctoral, sino expresar una idea general. De ahí a afirmar o no la veracidad de un enunciado genérico, pues no sé...
Respecto a lo del CVII, yo pienso igual que tú. Por ejemplo, en el tema litúrgico, los cambios se estaban haciendo antes del Concilio, como muestran las fotos que colgué en mi blog - esto me recuerda a lo de "mi libro"... -. Lo que vino después fue la irrupción de lo que había. Y no olvidemos que toda esa gente instalada en la contestación, tenían la formación anterior al CVII.
Yo me refería precisamente a eso, que un sedevacantista no plantea ningún tipo de dialectica porque, para ellos, los dos papados son iguales.
Es posible que lo haya entendido mal, si es así, me corriges.
Saludos.
Se aprecian, asimismo, algunas diferencias en el tratamiento de algunas cuestiones.
1. La reacción comunicacional ante campañas anti-católicas. Para mí el tandem JPII-Navarro Valls sigue siendo insuperable.
2. El nombramiento de obispos. B16 le da una importancia y un seguimiento de cerca que JP II no realizaba. Hay que ver que resultados tiene este énfasis para el futuro de la Iglesia. Yo parto de la base que si la cabeza -el Papa- funciona bien, el resto lo hace. Lo contrario también es verdad. Me inclino a confiar en la actitud de JP en este tema.
3. Por último, hay una diferencia grande en el tratamiento del cisma lefebvriano. No en el fondo del problema, ya que ambos Papas coinciden en la misma visión doctrinal. Sino en cómo solucionarlo (si es que tiene solución). Por ello, opino que es un error el levantamiento de las excomuniones a cambio de nada. Aumenta la soberbia en los cismáticos, ratificándolos en la desobediencia (consecuencia no querida por B16, pero real).
2. Los "teólogos" católicos que niegan las verdades eternas de la iglesia un día sí y otro también nunca han sido excomulgados y siguen tan campantes.
3. El discurso de su Excelencia, el obispo Bernard Fellay es muy claro y contundente. La enorme ola progre amenaza con destruir la iglesia, pero hay una pequeña ola, que comienza a tomar fuerza y que se opone a las malas intenciones de la gran ola. La gente no es tonta y ha comprendido que hay fuerzas obscuras moviendose en la Iglesia, ya comienzan a ser más críticos
y los revolucionario muestran preocupación. Eso es buena señal. Se les ha acabado la impunidad y el Santo Padre comienza a limpiar la inmundicia acumulada por tantos años. Hay que estar apoyando a nuestro amado papa, Benedicto XVI y QUE VIVA CRISTO REY!!
Hay que ser coherente, rasgo esencial de la verdad.
"Siempre he sido reacio a las comparaciones. Cuando Juan Pablo II fue elegido tenía 58 años y cuando lo fue el cardenal Ratzinger, tenía 78 años. ¡Por el hecho de haber aceptado ya es como para levantarle un monumento! Yo he vivido desde dentro la estrechísima colaboración personal entre Juan Pablo II y el cardenal Ratzinger. En los borradores de documentos escritos por Juan Pablo II se repetía siempre una frase: «Que lo vea Ratzinger»."
Dicho en muy interesante entrevista (linkeala Juanjo si te parece oportuno)
http://www.conelpapa.com/papabenedictoxvi/pederastia54.htm
Perdon, perdón Juango aclare este punto y que es lo que quiere decir con Monseñor Romero? Dice que Monseñor Romero no tuvo virtudes heroicas?
MENTIRA
"El asistir a una de sus misas es perfectamente válido y los sacramentos son válidos."
TAMBIEN ES VÁLIDO ASISTIR A MISAS DE las iglesias ortodoxas cuando no se puede en una Iglesia en comunión con Roma, y?
"Las excomuniones se retiraron porque en retrospectiva no había motivo para ellas, lo han dicho canonistas. "
FALSO, ESO NO ES LO QUE DICE EL PAPA EN SU CARTA A TODOS LOS OBISPOS
Benedicto XVI, Carta a los Obispos sobre la remisión de la excomunión de los obispos consagrados por el Arzobispo Lefebvre
De modo llamativo me parecen dos papas cuyo pontificado gira y está ligado plenamente a Fátima. Y esto lo sabía y sabe. Lo que varía es en cómo midieron los tiempos.
JPII tenía el convencimiento místico de que con la entrada en el dosmil (antes que tarde) vendría el triunfo de María predicho en Fátima, y entendía que Dios le pedía cargar con la cruz de la Iglesia, ser el un crucificado pagando por los pecados de sus hijos, hasta el triunfo predicho por su amado san Luis María Grignion de Monfort.
Creyó que ese ofrecimiento de su vida libraría a la Iglesia de los males, y por eso no quiso dar más golpes en la mesa, para evitar rupturas antes del triunfo de María.
Ratzinger que conocía la creencia de su amado predecesor, no compartía su optimismo en que el tercer milenio por si mismo supusiera el fin de la prueba. Y hoy en Fátima lo ha vuelto a recordar con crudeza: el triunfo de María vendrá, sí, pero las culpas pasadas, presentes y futuras se agolpan en el dique contenido por la Misercordia de Dios (empleando otras palabras, por supuesto).
____________________
JAJAJJAJJAJJAJAJJAJJAJJAJAJJA
¿En serio? Es es real????
JAJJAJJAJJJAJJA
Yencima sería un periodista cubriendo información religiosas, jajajajjajajja
No puedo contestar hasta mañana. Esta noche migran los servidores en los que está alojado InfoCatólica. Cuando acabe todo vuelvo (estoy monitorizando, la noche puede ser larga), son muy interesantes los últimos comentarios.
Perdonad y gracias por la paciencia.
Creo que Juan Pablo II y Mons. Lefebvre no se entendieron, nada más y nada menos, con toda la gravedad del asunto y a la vez tan sencillamente humano. Fue grave, pero da que pensar que le dediquen al obispos francés insultos tan graves cuando otros obispos hacen de su capa un sayo en materia doctrinal sin llamar tanto la atención.
Por otra parte, el empeño de Su Santidad Benedicto XVI en levantar las excomuniones a los lefebvrianos y la actitud de algunos de éstos, pone de relieve que la decisión de Lefebvre en su día ha tenido consecuencias a largo plazo: los hay entre los fieles y prelados de la FSSPX más papistas que el Papa y que se creen más católicos que la propia Iglesia. Desde mi punto de vista, Lefebvre se pudo equivocar, pero no cayó en la arrogancia de algunos de sus sucesores.
"En las presentes circunstancias, deseo sobre todo dirigir una llamada a la vez solemne y ferviente, paterna y fraterna, a todos los que hasta ahora han estado vinculados de diversos modos con las actividades del arzobispo Lefebvre, para que cumplan el grave deber de permanecer unidos al Vicario de Cristo en la unidad de la Iglesia católica y dejen de sostener de cualquier forma que sea esa reprobable forma de actuar. Todos deben saber que la ADHESION FORMAL AL CISMA constituye una grave ofensa a Dios y lleva consigo la excomunión debidamente establecida por la ley de la Iglesia". (mayúsculas mías)
De manera que -un romano pontífice ya lo definió sin lugar a dudas- ordenar obispos sin mandato apostólico es un acto de desobediencia al sucesor de Pedro en materia grave y lo llama por su nombre: CISMA.
En la Iglesia de Dios no creemos en el goebbelsiano "una mentira repetida mil veces se convierte en verdad".
Por más que los cismáticos sigan mandando millones de post, la realidad, la verdad sigue resplandenciendo. Cisma=Lefebvrianismo.
Y la papa lo han tratado siempre de Su Santidad. Mmmmh...! La verdad tarda, pero resplandece.
...Y NO HA HABIDO CASOS DE PEDERASTIA O ABUSOS SEXUALES. Y eso ya es mucho decir.
Y lo principal es que la Iglesia de Dios es la única institución del mundo que se hace cargo y encara estos males. Por supuesto, las fuerzas anticatolicas, por definición, no se van a ocupar de los casos de abusos sexuales de los cismáticos, si los hubiere.
Segundo. El problema de fondo no es la campaña mediatica contra los sacerdotes, que en conjunto sigue siendo el grupo humano más valioso, por eso son atacados. La Iglesia todo perdona, como y con el Señor ¿Pero la desobediencia contumaz, permanente al Vicario de Cristo? Ella lleva a la condenación eterna. Es bueno que los lefebvrianos, dejen de serlo y obedezcan al Papa. Ya que es enseñanza irreformable del Magisterio infalible -al decretar solemnemente Bonifacio VIII- que "someterse al Romano Pontífice, lo declaramos, decimos, definimos y pronunciamos como de toda necesidad de salvación para toda criatura humana."
Tercero. No olvidemos que el pecado sexual es el que el Señor más fácilmente perdona, al igual que todos aquellos que son de la carne. En cambio, los del ESPIRITU son más difíciles de erradicar y porque son más graves, de perdonar. Ejemplos son la HIPOCRESIA. Lefebvre, la practicaba en alto grado. Firmó TODOS los documentos del CV II y luego atacó violentamente lo mismo que aprobó con su firma. No hay una sóla biografía de él que desmienta esto. Y, también la SOBERBIA de Lefebvre provocando el cisma, ordenando obispos sin mandato apostólico, desobedeciendo al Papa -que le rogó que no lo hiciera- y a la ley canónica, que lo excomulga latae sententiae.
Usted afirma de Lefebvre que "su decisión no fue un cisma porque no pretendía la separación de la Iglesia ni consituir una autoridad propia".
Esto no parece ser así. Veamos estos rasgos típicos de un cisma en los lefebvrianos.
1. Adherir a la conducta antieclesial -basada en una incompleta y contradictoria noción de tradición- de Lefebvre POR ENCIMA DE LA OBEDIENCIA al Papa. Absolutamente necesaria para la salvación.
2. Participar EXCLUSIVAMENTE de la funciones eclesiásticas lefebvristas, sin hacerlo en las de la Iglesia Católica, ya marca -exteriormente- el ánimo cismático.
3. Y por último, la constitución de TRIBUNALES PARALELOS a ROMA para entender casos de nulidad matrimonial. Esto es asumir una juridiscción que no le corresponde a la FSSPX. Es la prueba irrefutable de que son y están en CISMA.
Solodoctrina, ya me he capoteado en el ruedo a incontables protestantes, que no le haga una verónica a un católico confundido:
1. Cisma: "La posición oficial de la Iglesia Católica en lo referente a la situación canónica de la Fraternidad San Pío X, recogida en las declaraciones del Card. Darío Castrillón Hoyos, Prefecto de la Sagrada Congregación para el Clero y Presidente de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei, en entrevista a la Revista 30 Giorni,8 es que «no se trata de un cisma formal». Para ser "cisma formal" se deben cumplir varios requisitos, como recibir diócesis, formar una jerarquía paralela.
Msr. Lefebvre dijo solamente: "Estoy creando obispos para que mis seminaristas puedan ser ordenados. No van a desplazar a otros obispos, ni a tomar su lugar. NO ESTOY CREANDO UNA IGLESIA PARALELA". Por lo tanto ése acto no fué , per sé un acto cismático y por lo tanto no está excomulgado". Conde Nero Capponi, profesor de Ley canónica de la Universidad de Florencia, abogado retirado y habiendo ejercido ante la Signatura Apostólica.
2. La Fraternidad de San Pío X no concelebra con herejes, cismáticos u otras religiones no cristianas, porque sostiene el Extra Ecclesiam Nulla Salus, que fuera de la Santa Iglesia Católica no hay salvación. (SS Inocencio III, Cuarto Concilio de Letrán, 1215; SS Bonifacio VIII, bula Unam Sanctam, 1302; SS Eugenio IV, bula Cantate Domino, 1441). Y eso mismo me dijo mi propio sacerdote, a los doce años, cuando le pedí permiso para asistir a un servicio protestante que me invitaba un amigo y me prohibió expresamente ir, so pena de incurrir en grave pecado. O qué los pecados cambian con el tiempo?
El Santo Sacrificio de la Misa se celebra con el Rito Extraordinario, lo más hermoso de éste lado del Paraíso y que es 100% católico. Nuestro obispo diocesano es enemigo acérrimo de esta celebración y se ha negado a celebrarla, de acuerdo con el motu propio, pero ya enviamos cartas a la Santa Sede.
3. El Santo Padre puede equivocarse cuando habla a nivel humano. Bien puede cometer un error, sólo cuando habla Ex-cathedra, su enseñanza es infalible.
Pero la infalibilidad ocurre allá casi cada siglo. Si mi padre me ordena ir a robar, o a matar, por conciencia tengo que desobedecer, porque se me está violentando mi Salvación eterna. Desobedezco a mi padre, pero sigue siendo mi padre y el tiene el deber moral de escuchar mis razones de porqué lo desobedezco.
_______________
Uf, me parece un error gravísimo comparar los casos de pderastia con simples pecados de carne. Lo mismo que comaprar un acto sexual consentido con una violación, con el particular de la edad de las víctimas. Es una salvajada pretender asimilarlos a simples pecados de la carne.
Sobre alguna cosa que dice, Solodoctrina, estoy de acuerdo con Vd., como la creación de tribunales propios. Sobre el resto, le ha respondido perfectamente Pioquinto y no puedo decir más.
Simplente insisto en que Marcel Lefebvre no parece que actuara por rebeldía hacia la Iglesia, sino por amor y temor a que la tradición católica peligrara seriamente para las siguientes generaciones.
Saludos
Creo que usted no ha leido bien mi post. Los casos de pederastia -como insiste la campaña anticatólica en generalizar para enchastrar- son ínfima minoría. Los demás no son pederastia y en gran proporción obedecen a actos homosexuales.
Que los pecados de la carne, en igualdad de condiciones, son menos graves que los del espíritu es doctrina católica. Ahora no voy a abundar en Santo Tomás, entre otros que la sostienen.
Para ver la gravedad de los pecados es una buena guía ver cómo pena la Iglesia su comisión. Los de sanción más dura -que no son los abusos sexuales ni los de la carne en general- son aquellos que se castigan con pena latae sententiae y son del espíritu. Se los recuerdo:
-Profanación de la Eucaristía.
-Violencia fisica contra el Romano Pontífice.
-Atentado de ordenación sacerdotal de una mujer.
-Violación del sigilo sacramental.
-Absolución del cómplice en pecado torpe.
-Apostasía, herejía, cisma. Cuidado lefebvrianos.
-Aborto.
-Captación o divulgación, por medios técnicos, de lo que se dice en confesión.
-Violencia física a un obispo.
-Atentado de celebrar Misa.
-Atentado de absolver u oír en confesión, quien no puede hacerlo válidamente.
-Religioso con votos perpetuos, no clérigo, que atenta matrimonio.
-Clérigo que atenta matrimonio.
-Falsa denuncia de solicitación. Es lo que ha ocurrido en la mayoría de los casos en Estados Unidos, dónde del 100% de las denuncias, sólo se comprobaron el 3%. Es decir, la Iglesia considera mucho más grave la falsa denuncia -pecado del espíritu- que el abuso sexual mismo. Esto es otra comprobación más de que el pecado sexual es menos grave que los del espiritu, en igualdad de condiciones como en este caso mencionado.
-Ordenación de un obispo sin mandato apostólico. Objetivamente, observamos que para la Iglesia de Dios, el pecado de Lefebvre es mas grave que cualquier abuso sexual, para el cual no se sanciona latae sententiae.
Dos preguntas.
¿Participar EXCLUSIVAMENTE de la funciones eclesiásticas lefebvristas, sin hacerlo en las de la Iglesia Católica, para usted marca o no -al menos exteriormente- el ánimo cismático?
¿Ordenar obispos sin mandato apostólico -la Iglesia no distingue casos con un fin "bueno" o no- para usted puede no ser un acto de rebeldía grave y, en cambio, ser un acto de amor y, por lo tanto, la Iglesia con su Código de Derecho canónico se equivoca al plantear pena latae sententiae en todos los casos?
Y le respondo además con otra pregunta: ¿recuerda Vd. que el Papa ha levantado la excomunión a los Obispos de la FSSPX? ¿Qué clase de pecado y qué gravedad conlleva llamar continuamente cismáticos a quienes ya no están excomulgados?
Es el colmo que uno defienda el cometer uno de los pecados objetivos más graves - el cisma o cuasi-cisma - apelando a la subjetividad de la propia intención. ¿A Dios piensas engañar?
El colmo de los colmos.
_____
Casi ninguna, o hasta casi-premio, porque no estar excomulgados no excluye que sean cuasi-cismáticos.
El Cardenal no dijo que no fuesen cismáticos, sino que no era "cisma FORMAL". Si quiso matizar, sería por algo....
Segundo, yo no me invento nada: durante todas estas décadas se ha discutido si la decisión de ordenar a los Obispos se podía entender desde lo que el DC describe estado de necesidad y la conciencia subjetiva del que comete ese acto así se lo ha dictado. De hecho, era el -único asidero legal por el que algunos decían que las excomuniones podrían haber sido inválidas. Si tiene Vd. que enmendar la plana este argumento de raíz, va a apñado. Porque una cosa es decir que NO había estado de necesidad (repito, es mi opinión) y que el ordenante erró gravemente fuera su inteción subjetiva la que fuera, y otra, como Vd., negar que esta posibilidad está contemplada en el propio DC.
Lo único que pretendía en mis posts era que no se satanizara a un Obispo que, errado o no, no quiso atentar contra la unidad de la Iglesia (ni se declaró así mismo cabeza de la Iglesia visible, ni ordenó sacerdotes para diócesis alguna). Compararlos con los ortodoxos o los protestantes, como hacen algunos histéricos bienpensantes, que luego en cambio, dedican elogios vergonzantes a los popes ortodoxos, es un error se mire como se mire.
Peor ya veo que aquí se tacha de cismático o de querer engañar a Dios a todo el que no vea la cuestión como una película de dibujos animados.
Pego aquí un enlace de una entrevista al Card. Castrillón en el que habla del asunto, así como de los atenuantes mencionados anteriormente sobre que en conciencia se ordenaran los obispos pensando que había un estado de encesidad. A lo mejor es que el propio Castrillón pretende engañar a Dios, ¿verdad, Catholicus?
http://porlafecatolica.org/quienes_somos/desde_el_pulpito/crisisdelaiglesia/0706%20BOG%20FSSPX%20cisma%20excomuni%C3%B3n.pdf
Por otro lado, yo no satanizo ni a Monseñor Lefevre ni a nadie de la FSSPX. Dios les bendiga por su celo y su conservación de la fe, porque realmente en eso son fieles.
Sólo le digo a uno, que nadie está libre de pecado, y ese ACTO de ordenación fue cismático, no profético, y que tonterias las precisas.
Me alegro como el que más de la posible vuelta a la comunión plena de la FSSPX, porque DENTRO tienen mcuhísimo bueno que ofrecer, que además lo necesitamos.
Pero si están dentro, que breguen junto con los demás, en el patio mezclados con los infieles, y no encerrados en sus cuarteles de invierno, arrogándose una defensa del depósito de la fe que le corresponde a Pedro y no a ellos, según los designios del Señor.
Una aclaración previa, no estar excomulgado no significa automáticamente no ser cismatico y estar en comunión con la Iglesia de Dios. No se confunda.
Por otro lado le agradezco que haya reconocido que la constitución de tribunales paralelos a Roma y la participación exclusiva en funciones sacramentales lefebvrianas corresponden a una actitud cismática o al cisma propiamente dicho, ya definido con esta misma palabra por JP II en Eclessia Dei, tal lo he citado más arriba.
Antes de abordar la petición del eximente de responsabilidad por parte de Lefebvre debido a un supuesto estado de necesidad, que obviamente existe en la fantasía cismática, le hago estas preguntas:
-¿Afirmar que las misas del Novus Orden son inválidas y que sólo son válidas las que celebra la FSSPX lo son es herético o no?
-¿No reconocer la validez del nuevo CIC por parte de la FSSPX es herético o no?
-¿Recorrer el mundo como lo hizo Lefebvre oficiando sacramentos sin la autorización del Obispo diocesano de cada lugar es cismático o no?
-¿No reconocer la validez del nuevo CIC por parte de la FSSPX es herético o no?
-¿Recorrer el mundo como lo hizo Lefebvre oficiando sacramentos sin la autorización del Obispo diocesano de cada lugar es cismático o no?
__________________________________
1. La FSSPX nunca ha negado la valdiez del Novus Ordo. Otra cosa es individualmente algún elemento -o varios- de su entorno. Su dirigentes, no, y menos la institución como tal.
2. Debería empezar por disitinguir las difertencias entre herético y cismático. Por favor, índíqueme que dogma o verdad de fe rechaza la FSSPX como para ser catalogadada de herétca.
3. Cismático es considerar a un obispo no aprobado por Roma el ordinario del lugar en vez de al obispo diocesano nombrado por Roma.
Solodoctrina, cuando me meto en estos berenjenales siempre es por lo mismo, tanto por un lado como por otro los extremos en los que caen algunos lefebvrianso se ven compensados por los extremos en los que caen algunos antilefebvrianos. Acusaciones mutuas que acaban siendo simples hipérboles en las que la acusación de heréjía es lanzada de manera harto frívola en una y otra dirección.
Con respecto a las anulaciones matrimoniales, el negarle el divorcio a Enrique VIII provocó el cisma de la Iglesia Anglicana, para que se compare lo que es un verdadero cisma y no sueños de opio. Hoy día las anulaciones matrimoniales se dan como programas de cine, algunas veces hasta dos o tres anulaciones(!!!!!!) a la misma persona. Esto me parece un despropósito, por llamrlo de alguna manera. Y los tribunales los dan sin tantas averiguaciones, expidiendo MILES DE ANULACIONES AL AÑO. No es la doctrina católica que nos dejaron nuestros mayores. Gracias indirectamente a Monseñor Lefebvre, que en el Cielo esté, se crearon los Institutos de Cristo Rey y de la Fraternidad de San Pedro. Ecclesia Dei, cada día crece más el movimiento tradicional para la restauración de la iglesia y en esas estamos, promoviendo más misas de Indulto y más misas diocesanas. El moviento UNA VOCE está muy activo con los laicos también, para coraje y escarnio de algunos progres.
Me parece que usted carece de la información necesaria para comentar con rigor en estas cuestiones en debate.
Paso a paso intentaré mostrarle la liviandad de sus algunas de sus afirmaciones.
Usted asegura que:
"La FSSPX nunca ha negado la valdiez del Novus Ordo. Otra cosa es individualmente algún elemento -o varios- de su entorno. Su dirigentes, no, y menos la institución como tal."
Le pregunto: ¿Tiene usted alguna idea de quienes son los autores de los sigientes juicios y en qué páginas web oficiales de la FSSPX se pueden ubicar?
- Ahora bien, con la misa nueva de Pablo VI, estamos ante un caso de consciencia: “la nueva misa, aun dicha con piedad y con el respeto de las normas litúrgicas (…) está impregnada de espíritu protestante. Esa misa lleva dentro un espíritu protestante”.
- La misa nueva de Pablo VI no es una profesión de fe católica. No puede considerarse como un rito católico que agrade a Dios. Monseñor Lefebvre no dudaba en decir que “esta nueva misa es un símbolo, una imagen de una fe nueva, una fe modernista”.
“Es una misa envenenada: porque no afirma más la verdad católica y poco a poco la fe en esas verdades desaparece”.
- “Conduce a la herejía (…), lleva a la herejía, es peligrosa para la fe”.
- Puesto que “la ley de la fe debe establecer la oración”, no se puede evitar la siguiente conclusión: “Por todo eso es que pienso que debemos evitar asistir a esas misas, absolutamente, aun si no tenemos la Misa más que una vez por mes (…) Puede conservarse la fe sin ir a Misa todos los domingos, siendo preferible esto [antes] que asistir a una Misa envenenada y que tiene el peligro de hacernos perder la fe”.
- “Un católico que desea conservar su fe y agradar a Dios no puede asistir a la misa nueva”.
Castizo, todas estas afirmaciones que pertenecen a Lefebvre, están, hoy, en la página de la FSSPX sudamérica y usted, al mismo tiempo, me dice que Lefebvre y la institución como tal reconoce la validez de la misa del NOVUS ORDO. Por eso, digo que usted no maneja información imprescindible para opinar.
Incluso, debe recordar que la Santa Sede le impuso a Lefebvre en el protocolo que aceptó y rechazo al día siguiente, "reconocer la validez de la Misa y de los Sacramentos celebrados con la intención requerida y según los ritos de las ediciones típicas, promulgadas por Pablo VI y Juan Pablo II". Por qué se incluye este punto si jamás Lefebvre y menos la FSSPX, según usted, ha negado la validez de la Misa? Son tontos acaso?
¿Decir de la Santa Misa a la que millones de católicos en el mundo la practicamos a diario, sea con “espíritu protestante”, que “no es una profesión de fe católica”, que “no es un rito católico que agrade a Dios”, que es una “misa envenenada que no afirma la verdad católica”, que “lleva a la herejía, es peligrosa para la fe” y que “debemos evitar asistir a esas misas, un católico no puede asistir a la misa nueva.” no es un rechazo a la validez de ella?
La respuesta es, en resumen, que estas afirmaciones de Lefebvre rechazando la Santa Misa decretada por un Papa legítimo y nadie duda, excepto los sedevacantistas, que Pablo VI lo fue, son absolutamente heréticas.
Tengo en claro la diferencia entre herético y cismático.
Negar el primado de Pedro en los hechos, ordenando obispos sin mandato apostólico, es cismático.
Negar la validez de la Misa del Novus Ordo aprobada por un Papa legítimo, como ocurre con las afirmaciones citadas de Lefebvre, son heréticas algunas de ellas y otras errores en doctrina católica.
Ampliaré.
Dejar un comentario
Últimos comentarios