Yihadistas: ¿seguiremos eternamente con el buenismo?
Si a un servidor eso de acabemos con las armas, lancemos los fusiles al mar, viva el diálogo, y no a la guerra le parece bien. Me creo a pies juntillas lo de bienaventurados los pacíficos, prefiero los claveles a los rifles de asalto y me gustan más los atardeceres junto al mar que el resplandor de las bombas sobre las personas.
Lo de no a la guerra, acabemos con la producción y venta de armas, viva el diálogo como arma definitiva, hagamos una apuesta por la alianza de civilizaciones y la oración en común como forma privilegiada de concordia y entendimiento está bien, aunque luego en la práctica sea algo bastante inútil, tanto que el ocho de junio rezaban juntos el papa Francisco, el presidente israelí y el líder palestino y los pocos días estaban a leches estos dos últimos. Cosas de la condición humana.