Hacer el amor es vivir en castidad
Tanto el evangelio de hoy como la segunda lectura son de esos textos manipulados en su interpretación hasta decir basta y traídos y llevados por lo ancho y largo de este mundo en demostración palmaria de que lo único que importa es que nos amemos y todo lo demás, sobre todo lo desagradable, como los mandamientos, o lo que cuesta como ir a misa o confesarse son inventos que se alejan de la doctrina de Jesucristo.
El argumento es tan débil y tan falaz que aburre: lo único que importa es amarse y lo demás paparruchas inventadas por los curas y los obispos, que ya se sabe que, por definición, son gente tan de buen vivir como de aviesas intenciones.