La prefecta
Ha sido la noticia de los últimos días. El papa Francisco ha nombrado a una mujer, la religiosa Simona Brambilla, de 59 años, como prefecta del Dicasterio para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. La noticia, en todos los medios, también generalistas, ha sido que ¡por fin! una mujer accede a un altísimo cargo vaticano.
Me van a permitir que les diga que si la gran noticia es el nombramiento de una mujer, y no han visto más, se la han colado. Del todo. Porque para cualquiera que sepa un poco de teología, la grandísima novedad, la enorme ruptura no es que se hayannombrado una prefecta mujer, sino que tengamos al frente del dicasterio responsable de la vida religiosa en el mundo a una persona no ordenada in sacris. ¿Y esto es importante? Esto no es importante. Es clave.

La verdad es que en estas parroquias vivimos como buenamente se puede. Las colectas son mínimas, cuando se hacen, no voy a pasarle el cesto a la Juana. Intenciones de misas prácticamente inexistentes y apenas nos mantenemos con los donativos de las fiestas. Es verdad que nuestro sueldo, por llamarlo así, nos lo hacen llegar directamente del arzobispado, pero es que aquí cualquier gasto es una montaña. Estoy ahora cerrando las cuentas del año 2024. En La Serna, por ejemplo, las colectas han supuesto, en todo un año, algo más de 500 euros. 40 euros al mes. En Gandullas no llegamos ni a 400 euros de colectas en doce meses. Gracias a Dios hay amigos que de vez en cuando nos mandan una ayudita.
Lo de la vacaburra de fin de año enseñando una imagen del Sagrado Corazón de Jesús con cabeza de simpática vaca, hasta ahora podríamos decir que era de juzgado de guardia. Hasta ahora, porque con la nueva ley que elimina del código civil las ofensas a los sentimientos religiosos, me temo que la querella poco iba a prosperar.
Son muchas las cualidades que nuestros fieles nos tribuyen a los sacerdotes, especialmente a los párrocos. Yo creo que como nos ven en el altar y, nos sienten así como hombres de Dios, se piensan que nuestros son todos los atributos del mismo Dios.
Los textos tanto de la Escritura como de la liturgia en estos días de Navidad tienen su profundidad. Quizá los teólogos y los sacerdotes pesquemos la mayoría, pero para la gente del pueblo hay cosas que no son fáciles de entender. Es verdad que uno pone todo su empeño en explicar las lecturas, aunque ese lector que decidió cambiar lo de “