19.04.20

Qué será de nuestros hijos

En los años setenta, en ese frenesí post conciliar, uno de los discos que más marcó la pastoral y la vida de muchos grupos en la Iglesia fue “El profeta” de Ricardo Cantalapiedra. Lo recuerdo perfectamente de mis años de seminario.

Cosas de la juventud, debe ser, pero en estos días de confinamiento hay una canción de ese disco que me viene a la cabeza constantemente. Dicen que cuando una melodía, una canción, no puedes sacarla de tu cabeza, es o bien porque te produce una especial sensación de bienestar o porque expresa una preocupación que sientes en el momento.

Lo que en estos momentos menos me preocupa soy yo mismo. Vivo en una casa cómoda, tengo jardín y encime en un pueblo pequeño donde, hasta hoy que sepamos, no hay casos de coronavirus. Además, tengo a Socio, que es mucho tener. Lo que me preocupa es la gente.

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18.04.20

Ni a recoger una herencia

Estoy muy contento con las charlas de formación on line que vengo ofreciendo desde hace unas semanas. Contento por el número de personas que las siguen, el último jueves más de cien en directo y muchas más que ven los videos en otros momentos. La charla de este pasado jueves lleva en este momento 513 reproducciones, 117 comentarios, se ha compartido 15 veces y 98 personas han indicado “me gusta”. No está nada mal.

Les decía algo tan simple, pero tan olvidado, como que nuestra fe tiene su lógica aplastante. Nosotros creemos lo que hemos recibido de los apóstoles, es decir, la sagrada escritura, una tradición y tenemos un magisterio que nos va clarificando y proponiendo sin error lo que es la fe de la Iglesia.

¿Por qué creemos y practicamos ciertas cosas? Porque así nos lo entregaron y transmitieron los apóstoles, porque así lo ha creído y vivido siempre la Iglesia y así nos lo ha confirmado el magisterio. Salirse de aquí es perder el tiempo.

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16.04.20

No están siendo días fáciles

Para nada. Más de un mes encerrados en casa. Quinta semana de confinamiento para prevenir contagios y colaborar con el fin de la pandemia. Nuestros templos, cerrados. Hemos visto que los pequeños amagos de apertura han sido frustrados diligentemente por las fuerzas del orden. Lo de Granada ha sido solo un ejemplo entre muchos casos.

La gente de mis pueblos está aterrorizada y eso que apenas hay algún caso muy aislado. Hay que entender que son población mayor y el miedo es libre. Mantenemos contacto por teléfono y redes sociales y parece que están bien, aunque no dejan de pedirme que no salga, “que usted es población de riesgo”. Y es cierto.

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14.04.20

Me gustaría conocer, en esta crisis, las aportaciones del islam

Ya saben. Todo inútil necesita una cortina de humo para ocultar sus miserias. La gestión de la epidemia de coronavirus en España es manifiestamente mejorable. Nadie se explica cómo España ostenta el terrible record del número de muertos por cien mil habitantes.

La cortina de humo es atacar a la Iglesia porque no hace nada en esta pandemia. Consignas que se lanzan para que, en lugar de chillar contra el gobierno, la gente se entretenga hablando una vez más, como es costumbre en nuestra piel de toro, de las maldades de la Iglesia.

Estoy esperando que alguien se rasgue las vestiduras exigiendo que el islam, los países árabes, se mojen en esta historia. Porque dinero tienen, más que nadie. Solo un dato. Solo en la gran mezquita de Dubai se han gastado más de seiscientos millones de dólares. Y si hablamos de grandes tesoros, podemos marcar mezquitas, desde las extraordinarias de Estambul, Damasco o El Cairo, hasta la de la M-30 madrileña. ¿Alguien sabe la colaboración de los musulmanes españoles ante esta crisis? ¿Dónde van a por alimentos los musulmanes pobres? ¿Alguien sabe que hayan aportado una sola mascarilla?

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13.04.20

Hasta abrimos la boquita

Me ha tocado las narices el desalojo de la catedral de Granada este pasado viernes santo. Estamos de acuerdo en la existencia de una situación sanitaria límite que requiere la colaboración de todos. El Boletín oficial del estado publicó en su momento la declaración del estado de alarma y las normas de este. Entre otras, las relativas a los actos de culto: “La asistencia a los lugares de culto y a las ceremonias civiles y religiosas, incluidas las fúnebres, se condicionan a la adopción de medidas organizativas consistentes en evitar aglomeraciones de personas, en función de las dimensiones y características de los lugares, de tal manera que se garantice a los asistentes la posibilidad de respetar la distancia entre ellos de, al menos, un metro”.

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