Cuatro iglesias, cuatro reclinatorios
Lo de la libertad es una filfa si nos llenamos la boca con la palabreja pero luego, en la práctica, usamos mil añagazas para impedir su ejercicio. La nueva democracia, que se dice. Creemos y apostamos por la libertad, pero con tantas condiciones que hacen imposible su disfrute. Y ahora vamos a las parroquias y a lo de recibir la comunión.
No voy a entrar en disquisiciones teológicas, exhibición de documentos magisteriales que probarían A o B, ni mucho menos lanzamiento ad hominem de revelaciones privadas. Tampoco lo voy a admitir en comentarios. Una catarata de textos con el mensaje de Nuestro Señor a san X, los pseudo éxtasis de la vidente Pepita y las cartas que mal fotocopiadas nos llegan a las parroquias sobre el modo de recibir la comunión eucarística ni me inquietan ni añaden cosa alguna a mi forma de considerar el asunto. Tal vez servidor sea más simple que el asa de un cubo. Tampoco sería tan mala cosa.