O te pasas o no llegas
Es como una cantinela que servidor repite en cuanto tiene la posibilidad: “el que pretende quedar bien con todo el mundo acaba llevándose mal con todos”. Hay gente experta en nadar entre dos aguas. Lo malo es que al principio uno observa a ver por dónde, luego arruga el entrecejo y termina por concluir que ni a por una herencia.
El último ejemplo lo tenemos con la modificación del canon 230 § 1 según la cual ya no es imprescindible ser varón para recibir los ministerios laicales de lector y acólito. ¿Cuáles han sido las reacciones?
Para mucha gente ninguna. Son simples pasotas del derecho que van a misa, mantienen una relación con la Iglesia sin complicaciones y si lo cambian que lo cambien. Los católicos que en forma de caricatura podrían denominarse “conservadores” no están nada contentos. Entienden que esto no es otra cosa que un primer resquicio para ir colando poco a poco el sacerdocio femenino, y que como no se atreven a decirlo públicamente, lo van dejando caer con estos pequeños gestos. Y el caso es que oficialmente no se ha dicho nada. No se habla de sacramentos sino de una simple institución de ministerios. Es decir, del todo irreprochable. Pero… no huele bien.
Podría pensarse que los partidarios del sacerdocio de la mujer estarían contentos ante lo que podría interpretarse como un guiño del santo padre ante sus reivindicaciones. Parece que tampoco. Vale que mejor eso que nada, pero dicen que la cosa se queda muy corta y que echan en falta un gesto más profético y rompedor de su santidad.
La ambigüedad como forma de estar ante la gente nunca fue cosa buena. Acordémonos de lo que pasó con Amoris laetitia y la cuestión que más tinta ha derramado como es si los divorciados vueltos a casar pueden tener acceso a los sacramentos. Lo más seguro es que quién sabe y que depende de alguna dependencia. Las dubia pretendiendo clarificar las tremendas oscuridades siguen en la dubia.
Podríamos seguir con otras cuestiones. Por ejemplo, todo lo concerniente a la consideración de la homosexualidad desde la antropología y de las practicas homosexuales según la tradición y la moral cristianas. O tal vez el problema de la comunión eucarística a no católicos. La impresión de un nadar constantemente entre dos aguas no nos abandona. El caso es que nadie puede decir que se esté legitimando cosa alguna contra el magisterio, y a la vez se consienten voces, algunas muy autorizadas, que expresan públicamente lo contario.
Mal negocio que unos y otros estén molestos. Juego no menos vil que las siete y media según escribió don Pedro Muñoz Seca en “La venganza de don Mendo”:
…Y un juego vil
que no hay que jugarlo a ciegas,
pues juegas cien veces, mil,
y de las mil, ves febril
Que o te pasas o no llegas.
Y el no llegar da dolor,
pues indica que mal tasas
y eres del otro deudor.
Mas ¡ay de ti si te pasas!
¡Si te pasas es peor!
Pues eso. Que o te pasas o no llegas. Nadie contento. Mal negocio.
Invito encarecidamente a leer lo que al respecto escribe D. Javier Sánchez.
55 comentarios
Esto me parece otra parida contemporizadora del Papa.
Un buen amigo me dijo en una ocasión en referencia a que las niñas hicieran de monaguillos:
Los curas que consienten esto, se equivocan; pues aunque en el hecho en sí no haya nada malo, a futuro no van a poder tener ni continuidad, ni progresión. Y eso puede generar frustraciones y rebotadas.
¡Ave María, padre!
Los de a pie podemos escribir un comentario en un blog, o poco más. Pero lo que falta en España (quizá más que en otros países) son líderes de opinion, que informen, forman y arrastren. La gente está esperando ese "buen señor" que hace nacer el "buen vasallo", que lo seguirá con el alma.
En cuanto a lo que está ocurriendo en la Iglesia, puede calificarse con muchos matices, pero creo que (1) son respuestas a polémicas artificiales y a demandas de grupos activistas, insignifcantes cuantitativamente, (2) son cambios pequeños que abren la puerta otros mayores; (3) son el inicio de un camino cuesta abajo muy peligroso y destructivo; (4) rozan lo inaceptable o entran en ello de lleno; (5) pretenden crear y extender la conciencia de que, si se cambia lo pequeño, también podrá cambiarse lo esencial; (6) parecen un intento de agradar a los poderes de este mundo a toda costa; (7) y juegan siempre con el olvido de lo esencial: la mision e la Iglesia es anunciar a Cristo y su mensaje completo, guste o no a este mundo, anunciándolo a tiempo y a destiempo.
Por eso, blogs como el suyo y sitios como Infocatolica son tan importantes. Y necesarios.
Otra cosa es no estar de acuerdo con que se admitan mujeres para estos ministerios, pero esa es una batalla que ya se había perdido hace mucho, no ahora. Y la modificación canónica no cambia en absoluto que la batalla se la pueda ganar a nivel de cada diócesis, como ya ocurría, aunque son poquisimas las diócesis donde no se admiten mujeres.
Conclusión: no levantemos polvo de todo y de nada de lo que se hace en el Vaticano. Los fieles ya se la están pasando bastante mal como para aumentar injustificados motivos para escandalizarse.
Amar al pecador, pero no al pecado.
No colaboras con tus enemigos, pero los amas.
Cualquier malo, en vez de rechazarlo, lo aceptas, porque puede convertirse y es una criatura amada por Dios.
Todos somos pecadores, pero todos somos "santos en proceso"
Dios está allí, en el Cielo. Pero también aquí, en el pobre, en los sacramentos...
Jesús es verdadero Dios. Pero también verdadero hombre.
Todo es bastante complejo y matizado. Casi cada frase de la Biblia parece encontrar otra contrariándola o matizándola. No puede ser de otra forma porque habla de cosas reales, no de recetas ideológicas.
El paganismo, en cambio, es muy sencillo: los de la otra tribu son el mal absoluto y podemos exterminarlo; si nos va bien, los dioses nos bendicen; el fuerte puede hacer lo que quiera; el jefe es fuerte y es bueno lo que él diga y punto...
A los empáticos y sentimentales, les parece que el cristianismo se pasa de riguroso.
A los fuertotes y deportistas, les parece que el cristianismo es demasiado femenino, blandengue o intelectualillo, para gafitas...
A los blanditos e intelectuales, les parece que el cristianismo es demasiado exigente, con sus ayunos, el ir físicamente a misa, ayudar en Cáritas con cajas, limpiar la parroquia...
A los parlanchines les parece que hay demasiado silencio en la Iglesia; a los que aman el silencio, les molesta que se hable tanto, en el culto y fuera de él...
Los ejemplos son infinitos... Dios ha hecho personas muy diversas y talantes muy diversos. Siempre pensarán que la Iglesia se queda a medias.
A eso se dedican. Porque saben que hoy no pueden hablar a las claras.
Lleva usted razón y está muy bien la ayuda de las santas mujeres, y eso sucede en muchas parroquias. Incluso donde sí asisten suficientes hombres.
Sin embargo y con todo respeto he de decirle que al Lector al que se refiere el Padre Jorge es Lector del Evangelio, que corresponde al diácono y está dentro del Sacramento del Orden, y precede al Sacerdocio.
Existen diáconos permanentes seglares y casados en muchas parroquias que proclaman el Evangelio y echan el sermón y están revestidos con vestidura y cinta del diaconado.
Lo que el Papa pretende, a tenor de la información, es investir diaconisas
Y ya le digo yo que en la parroquia que una diaconisa proclame el Evangelio yo no estaré.
así mismo si siguen pisando mas en ese sentido es porque quieren ser diferentes que se les reconozca como los revolucionarios. Los del cambio...en eso ha mucha vanidad...peligrosísima.
al fina no hay servicio lo que hay es un montón de falsedad ideológica...que no engaña a nadie!
Tu comentario es una muestra de por qué pienso que este artículo solo sirve para traer más confusión.
En las parroquias están los servidores del altar que son niños, jóvenes y adultos que reciben bendición del sacerdote para llevar el estijarión, el equivalente al alba, para entrar en el santuario y ayudar en los servicios religiosos. En los monasterios este oficio lo ejerce el monje sacristán y no se reviste con el estijarión sino que lo hace con el hábito monástico.
Si no hay un lector ordenado, la lectura del Apóstol y de los salmos en las horas canónicas los hace un varón desde el coro. En el caso de no haber un varón el Apóstol lo lee el sacerdote desde el lateral derecho del altar.
Si en el coro sólo hay mujeres, como ocurre en los monasterios femeninos, leen ellas los salmos de las Horas. Así mismo, en los monasterios femeninos hay una monja anciana como sacristana que mantiene la limpieza del santuario y de los ornamentos y pasa al sacerdote el incensario durante los servicios litúrgicos.
Los vasos sagrados, sólo los pueden tocar el diácono y el sacerdote. El sacerdote, sin hay un subdiácono, puede darle bendición para preparar el cáliz y la patena para el oficio de la preparación de los dones o proscomidia.
Sólo el sacerdote puede dar la santa comunión, que se toma siempre bajo las dos especies en la boca y mediante una cucharilla de plata.
Como se puede ver no hay ninguna cosa extraordinaria, se mantiene inalterable la disciplina de la Iglesia común a oriente y occidente desde el siglo IV pues es de tradición apostólica.
Pero yo hago las lecturas en dos parroquias diferentes y no he recibido ninguna orden menor.
No obstante lo consultaré con personas que sí saben.
Precisamente uno de los motivos de comentar es aprender.
En cualquier caso, gracias por el consejo y espero que te lo apliques a ti mismo.
Sino la oportunidad extraña del gesto, y qué efectos está teniendo en el pueblo de Dios (y en las feministas, de paso).
Uno va poco a poco afirmándose en que lo que comentó Bruno Moreno en su post reciente sobre "Suicidios negacionistas" es cierto y generalizado.
Estoy cada vez más convencido de que cuando se pierde la fe, se inventa de todo para llenar el inmenso agujero que queda. Y el "mundo" está entrando en avalancha para ocupar el lugar de Cristo. En los sociedad y entre muchos "eclesiásticos".
Las lectura/s y el salmo que precede al Evangelio sí se considera un ministerio y no una orden menor.
Como en casi todo, los requisitos que solicita la Iglesia son mínimos y es muy probable que en muchos casos no se cumplan.
No obstante no parece que D. Jorge vaya a crear este post simplemente porque el Papa ha decidido oficializar algo que viene sucediendo en casi todas las parroquias de España desde hace décadaa.
Durante toda mi vida he asisitido a misas en que mujeres leían los textos de la Sagrada Escritura. En muchas ocasiones, sólo leían las mujeres. No sé si hasta ahora era una licencia permitida, o se refiere el lectorado a otra cosa.
Perdonen mi ignorancia. Y desde la ignorancia, aún menos puedo distinguir oscuras intenciones en uno u otro sentido.
"la modificación del canon 230 § 1 según la cual ya no es imprescindible ser varón para recibir los ministerios laicales de lector y acólito."
¿Entiendes lo que significa ministerios laicales? Pues lo contrario de ministerios ordenados.
Lo de órdenes menores, es la manera cómo la Iglesia se refería a esta clase de ministerios laicales antes de la reforma litúrgica. El Papa hizo referencia a ello en su carta explicativa del motu propio que emitió, por eso usé la expresión, para distinguir los ministerios ordenados de los no ordenados. Si lees esa carta, podrás aclarar tus dudas.
En cuanto a tu comentario final:
"No obstante no parece que D. Jorge vaya a crear este post simplemente porque el Papa ha decidido oficializar algo que viene sucediendo en casi todas las parroquias de España desde hace décadaa."
Das en el clavo. El problema es que el p. Jorge sí que creó este post por esa circunstancia, y por eso se lo he reprochado en mi primer comentario.
Yo, al igual que usted, D. Jorge, soy posterior al VII.
https://es.catholic.net/op/articulos/18442/cat/746/el-acolitado.html
En Mata las Cabrillas del Duque, mi pueblo, cuando las mujeres salen con minifalda y apretada camiseta aunque esté helando para gustar a todos los hombres, les llamamos prostitutas.
En la parroquia tenemos un diácono permanente, hasta hace pocos años eran dos, uno se ha jubilado.
Espero que tú también entiendas que los que nos hemos criado con el Novus Ordo Missae no comprendemos, de primeras, términos preconciliares obsoletos.
Desde la Giralda: Lleva usted razón y yo estaba equivocado. Gracias y saludos cordiales.
Mucho trabajo para dejar las cosas como estaban.
Es llamativo esto, siempre introduce confusión y luego se queja de las tretas del Diablo que son la confusión, la división y la discordia. Algo así como Pablo VI cuando habló del humo del infierno que se coló por una rendija cuando por su gobierno, sus colaboradores más allegados y todo un cúmulo de circunstancias ayudaron a que entrara no ya por una rendija, si no casi por la cúpula de San Pedro.
Si se habla de participación de los laicos es una cosa ahora hablar de acolitado y lectorado que son órdenes menores y se aplican a los seminaristas que no han sido ordenado diáconos es algo diferente.
¿se abre la veda a que un obispo conceda órdenes menores a una mujer de 40 años vestida como el diácono casi y que lea cantando el Evangelio por ejemplo?. ¿o lo mismo que ayude a misa como acólito?. ¿es el acólito algo más que una monaguilla?.
Si es así dejarán contentos a los alemanes y será perjudicada la Iglesia.
Los que no están haciendo las cosas bien son ellos y es necesario que Roma intervenga y pare esa locura, no que se eche leña al fuego.
Ya es un abuso en la práctica el reparto de la comunión, los ministros extraordinarios de la Eucaristía que ya no son extraordinarios y la mayoría sin preparación siquiera, los abusos litúrgicos en funerales donde se raya en lo ridículo e hipócrita, en ciertas bodas, en las peticiones donde sube medio barrio pidendo la conversión de medio mundo para transformarlo mientras al vecino de la esquina que le den; ofrendas interminables, introducciones en Misa para decirnos de que va ir y que se realiza cosa que no está mal pero alarga; los avisos para no se que charla, que si el ropero, que si me comunica Doña Veremunda que pueden recoger la estampita de su santo favorito y al final si hay niños oración de gracias con los padres entusiasmados sacando fotos. Pues pareciera al final que uno en vez de ir a Misa ha ido al teatro o a una pasarela de modelos corrientes.
Porque la cosa es bien clara:
- Hace unas décadas se suprimieron las órdenes menores, precisamente para que los laicos pudieran ser lectores y acólitos.
- Ahora se retoma el carácter ministerial, precisamente para poder "ordenar" a laicos, muy especialmente, laicas.
Y una vez que nos acostumbremos a ver la ceremonia de un obispo instituyendo a una señora como lectora o acólita, de ahí al diaconado es un paso. Y luego al sacerdocio, que es el objetivo.
La ventana de Overton abierta de par en par, que ya estamos mayores y el tiempo vuela. Hay que dejarlo todo atado y bien atado.
Hay que estar muy ciegos para no ver lo que está pasando y quién es quién. Hace un par de años me daba pudor pensar algunas cosas de la jerarquía de la Iglesia, especialmente de algún jerarca en concreto; ya no, la evidencia es abrumadora.
CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO AL PREFECTO DE LA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FEDE SOBRE EL ACCESO DE LAS MUJERES A LOS MINISTERIOS DEL LECTORADO Y DEL ACOLITADO y
CARTA APOSTÓLICA EN FORMA DE «MOTU PROPRIO» SPIRITUS DOMINI
En la primera se sostiene sin duda alguna que:
"Si en lo que se refiere a los ministerios ordenados la Iglesia «no tiene en absoluto la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres» (cf. S. Juan Pablo II, Carta Apostólica Ordinatio sacerdotalis, 22 de mayo de 1994), para los ministerios no ordenados es posible, y hoy parece oportuno, superar esta reserva".
En la segunda se sostiene sin duda que:
"Determinados ministerios instituidos por la Iglesia tengan como fundamento la condición común de ser bautizados y el sacerdocio real recibido en el sacramento del Bautismo; éstos son esencialmente distintos del ministerio ordenado recibido en el sacramento del Orden".
Finalmente el nuevo texto del canon:
"Los laicos que tengan la edad y condiciones determinadas por decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser llamados para el ministerio estable de lector y acólito, mediante el rito litúrgico prescrito; sin embargo, la colación de esos ministerios no les da derecho a ser sustentados o remunerados por la Iglesia".
Como se advierte se mantiene la gratuidad....
El texto anterior decía y dice en lo no reformado:
230 § 1. Los varones laicos que tengan la edad y condiciones determinadas por decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser llamados para el ministerio estable de lector y acólito, mediante el rito litúrgico prescrito; sin embargo, la colación de esos ministerios no les da derecho a ser sustentados o remunerados por la Iglesia.
§ 2. Por encargo temporal, los laicos pueden desempeñar la función de lector en las ceremonias litúrgicas; así mismo, todos los laicos pueden desempeñar las funciones de comentador, cantor y otras, a tenor de la norma del derecho.
§ 3. Donde lo aconseje la necesidad de la Iglesia y no haya ministros, pueden también los laicos, aunque no sean lectores ni acólitos, suplirles en algunas de sus funciones, es decir, ejercitar el ministerio de la palabra, presidir las oraciones litúrgicas, administrar el bautismo y dar la sagrada Comunión, según las prescripciones del derecho.
231 § 1. Los laicos que de modo permanente o temporal se dedican a un servicio especial de la Iglesia tienen el deber de adquirir la formación conveniente que se requiere para desempeñar bien su función, y para ejercerla con conciencia, generosidad y diligencia.
§ 2. Manteniéndose lo que prescribe el ⇒ c. 230 § 1, tienen derecho a una conveniente retribución que responda a su condición, y con la cual puedan proveer decentemente a sus propias necesidades y a las de su familia, de acuerdo también con las prescripciones del derecho civil; y tienen también derecho a que se provea debidamente a su previsión y seguridad social y a la llamada asistencia sanitaria.
Cómo la ves....
Creo que el error viene por intentar contentar las órdenes religiosas "carismáticas" de USA permitiéndoles ser prácticamente independientes de las diócesis y solo necesitar al cura para consagrar las formas y llevarlo todo con Roma.
Al meter las CEs, pues se han saltado las diócesis, y lo que vale para Nueva York, no aplica en Miami.
Al menos el Papa ha dicho clarito que no se consagrarán personas humanas hembras y el que no esté contento que le pregunte en la oración al Señor el porqué de no haber sido mujer.
Me ha costado, pero creo que el Papa la ha liado SOLO entre los seminaristas, pero eso no nos llega a los laicos, seamos monaguillos, lectores, ministros extraordinarios o jubilatas, y lo de las consagradas ha quedado claro como el agua del Bezoya.
QDLB
Lo que me fastidia es la reductio ad disciplinam ecclesiasticam.
A ver si me explico bien y lo entiende hasts José Ángel Antonio: lo que antes la Iglesia reconocimía como de Tradición Apostólica se ha transformado en mera disciplina eclesiástica. Es decir, NOS LO HAN TRANSFORMADO de Traditio a disciplina. Con esta asombrosa mutación todo es modificable, abrogable, obrogable, ninguneable...
Yo no veo motivo para que nadie se altere.
Ave María
Lo inquietante de este Papa no es tanto lo que dice como lo que calla pero un buen observador puede ver pensamiento que hay detrás de todo ello y entre Marta y María, la una dedicada a escuchar la palabra de Jesús y, la otra dedicada al servicio de los demás, Xto mostró su preferencia con ese ... "eligió la mejor parte".
Parece ser que lo progre esta reñido con la espiritualidad y no es casualidad que, si bien, en Sudamerica, un numero importante de fieles, cambian de confesión religiosa como de camisa con ese "total estamos hablando del mismo Dios", en Occidente se nos han quedado las iglesias vacías en pocos años. porque no se puede pasar sin despeinarse de los curas comunistas a "las curas feministas", de la tradición, a los condicionamientos de la progrez.
A un latino, poco le oiremos sobre lo bueno que hay en el presente y si, lo mucho malo del pasado y este Papa no es una excepción. Parece que las bondades dentro de la Iglesia, comenzaron todas con su llegada al Vaticano lo cual dista mucho de la realidad.
Pediré por él pero queda claro que abogo por la unidad de la Iglesia "sin demasiados líos"
Y digo que es positiva porque la labor de deslinde empieza a ser urgente para blindar ese otro ministerio inexpugnable, que es "el ministerio eclesiástico, DE INSTITUCIÓN DIVINA... ejercido en diversos órdenes por aquellos que ya desde antiguo vienen llamándose Obispos, presbíteros y diáconos. Los presbíteros, aunque no tienen la cumbre del pontificado y dependen de los Obispos en el ejercicio de su potestad, están, sin embargo, unidos con ellos en el honor del sacerdocio y, en virtud del sacramento del orden, han sido consagrados como verdaderos sacerdotes del Nuevo Testamento, a imagen de Cristo, sumo y eterno Sacerdote, para predicar el Evangelio y apacentar a los fieles y para celebrar el culto divino" (Constitución dogmática sobre la Iglesia. Lumen Gentium).
Aunque sea por la vía de hecho (la costumbre también es fuente del Derecho canónico), la norma sólo está ajustándose a una práctica que, ya sea por razones de relajación (¿dispensa?), ya por razones de necesidad (no habré participado veces en misas en que no asomó la cabeza ni un solo varón), había venido instalándose con naturalidad y no parecía extrañar a nadie. Digo yo -profana en teología y arrabales- que será porque de algún modo se podía/permitía...¿no? ¿Y ahora nos llevamos las manos a la cabeza?
En mi pueblo, esa medida que ha decretado el Papa se llama seguridad jurídica y unidad de criterio. Y ayuda a apuntalar y a robustecer el ministerio sacerdotal, tan atacado en sus elementos constitutivos y esenciales, y cuyos argumentos de defensa en poco o en nada se diferenciaban de los que se oponen a veces para defender que una cofradía esté formada sólo por hombres, o que el ministerio del lectorado lo deban ejercer sólo estos.
Hay un debate latente en la Iglesia, que quizá no se esté afrontando con serenidad y con verdad; probablemente, porque las consignas y la dialéctica del feminismo han calado más de lo que creemos entre los propios católicos, que hemos terminado por importar los términos de un debate muy mundano y muy pervertido -y fuertemente polarizado- a una institución de origen divino y belleza máxima: la Santa Iglesia. La pregunta, creo, ha de ser: ¿sigue siendo imprescindible y está justificado en el contexto actual, tratándose de un ministerio ejercido por laicos y/o niños que, entre ellos, sólo los varones puedan proclamar la Palabra o servir al altar, respectivamente, en la santa Misa? Para mi, que tengo alma de levita, no.
Porque eso somos para el Señor, almas. Y aún más, "una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido para anunciar las maravillas de aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz. Ustedes, que antes no eran un pueblo, ahora son el Pueblo de Dios" (1Pedro, 2, 9-10).
Muy interesante, lo de cambiar algunas cosas de la tradición.
Nunca he comprendido, porque se leen en algunas epistolas temas de los que habló S. Pablo, pero que pertenecen a constumbres de su tiempo, y no a doctrina de Dios, sin embargo se lee como tal, y se declara palabra de Dios. Por ej. en 1cor 11, 5. Donde se dice: " Mas toda mujer que ora o profetiza no velada la cabeza, afrenta su cabeza......
También me ha resultado incomprensible que se diga que una mujer no puede subir al altar, porque es indigna. Cuando la indignidad dependerá de las obras de la persona, no del sexo de la misma.
A veces parece como si las mujeres fueramos de segunda clase, pero si fuera así Jesucristo lo hubiera dejado claro, otra cosa es que para el ministerio sacerdotal haya elegido a hombres, esto no tiene nada que ver con la dignidad. De hecho su madre no fué sacerdote, y nadie tiene su dignidad.
Los "conservadores" que protestan por las últimas disposiciones del Papa, pienso que lo único que les pasa es que tienen miedo a que les quiten los "asientos", debido al pecado de machismo, y no a querer la voluntad de Dios. No hay que ver más que como se expresan.
Por otra parte en los periódicos han publicado que las mujeres pueden leer el evangelio, supongo que los obispos o alguien tendrán que aclarar que los laicos lo que leen es la epistola.
Estos comentarios me hacen entrever las politiquillas o intereses o divisiones que hay en la Iglesia en cosas funcionales, y pienso que deben ser mayores en lo dogmático y en lo moral y doctrinal.
¡¡¡Que difícil debe ser, ser Papa!!! y mantener la unidad e la Iglesia.
Recemos por la unidad de las Iglesias Cristianas y también por la unidad de los católicos dentro de la Iglesia. Sí, dentro de la diversidad, pero si esta es muy grande...
Parece ser que el problema no es tanto la autorización, sino el miedo de que esto sea el principio para llegar a la ordenación de mujeres en ordenes mayores.
Se habla mucho de si las mujeres deben ser ordenadas o no. Pero con poca paz y sin exponer muy bien razones a favor y en contra. Me parece que hay más pasión que razón basada en la doctrina de Jesús , y si así fuera es lamentable, y se debe reflexionar.
Hace unos años en la iglesia de de La Merced de Calpe, un sacerdote invitado, en la homilía, defendió enérgicamente la imposibilidad de que las mujeres pudieran ser ordenadas sacerdotes. Remato sentenciando como argumento de peso e irrefutable que "Las mujeres jamás podrán ser ordenadas sacerdotes porque en la Institución de la Eucaristía en la Última Cena solo había hombres"
Cuando salimos de misa mi esposa me dijo que efectivamente el argumento del sacerdote era claro y conciso y la había convencido que nunca podrían ser ordenadas las mujeres.
La pregunte ¿Entonces tampoco podréis comulgar las mujeres? Pues según el sacerdote solo comulgaron hombres.
No, eso no, me respondió. Y el convincente argumento del sacerdote se esfumo con la rapidez con que nos gustaría que se derritiese la nieve en Madrid.
De esto hace más de diez años y ni mi esposa no yo hemos encontrado ningún argumento categórico que nos convenza de si la mujer debe ser ordenada sacerdote o no.
Y no es que no los hayamos buscado, pero ciertamente no los hemos encontrado.
Como somos conservadores o dóciles o anticuados o sensatos, ¡vaya Ud. a saber ! pues decimos que lo que diga el Papa, que fue elegido por un montón de cardenales, que no echarían al Espíritu Santo del Conclave y. en el caso que lo intentaran, seguro que Él les buscaría las vueltas y una vez más escribiría derecho con renglones torcidos Seguro.
Me gustaría que todos los comentaristas aportaran su saber a la cuestión planteada por frailevi. Aparte del padre Jorge, el blogger, que rara vez interviene en los comentarios hay personas de mucho nivel como Feri, Desde la Giralda, etc.
Voy a intentar plasmar aquí lo que me enseñaron pero espero y deseo que cada cual haga su aportación por el bien de los demás.
Sta. María Madre de Dios es la mujer más venerada en la Iglesia, sin parangón en ninguna otra creencia, para algunos teólogos es Corredentora.
Cristo en la Cruz le dice: Madre ahí tienes a tu hijo. El papel de la mujer se deduce que es el de ser madre, sea física o espiritualmente (monja).
Es a S. Pedro a quién Cristo nombra como Papa y Cabeza de la Iglesia y le dice: Confirma a tus hermanos.
Aunque sabemos que las mujeres acompañaban a Cristo y los Apóstoles y se ocupaban de ellos. Nuestro Señor escogió a doce hombres para primero evangelizarlos, luego convertirlos en evangelizadores y finalmente Confirmarlos en la Fé mediante el Espíritu Santo por Pentecostés.
Es decir, que basándonos en el relato Histórico de los Evangelios, ratificados y conservados sin cambio, ni corrupción; por la Iglesia; la Tradición Apostólica (siendo la Tradición uno de los tres Pilares de la Santa Iglesia) nos permite dar respuesta al por qué las mujeres no son ordenadas.
Es evidente que también existen razones de tipo humano y mundano pero prefiero basarme en El Evangelio.
Por favor, si otros comentaristas pueden aportar, ruego lo hagan.
Cristo es Dios y Hombre Verdadero. Por el Sacramento del Orden el sacerdote recibe el poder de representar a Cristo Hombre, siempre y en todo momento, durante el resto de su vida.
No parece lógico, ni racional que una mujer pueda representar a Cristo Hombre como sacerdote.
Sin embargo yo pienso que no está probado que en la última cena solo hubiera hombres. Podía haber más gente aunque solo se hable de los doce. De hecho las mujeres que le acompañaban andaban por ahí antes de la pascua y también estaban al pie de la cruz, se supone que andarían por ahí, aunque tampoco sea concluyente.
En cualquier caso, creo que construye un razonamiento lógico imposible, pues equipara la institución de un Sacramento instrumental (orden sacerdotal) con la institución del Sacramento nuclear (la Eucaristía). El primero (el sacerdocio) subordinado a materializar el segundo (la común-union de todos los hijos de Dios con su Hijo Jesucristo), dando puntual cumplimiento a esa promesa que tantas veces repitió, de que Él iba a estar con nosotros, todos los dias, hasta el fin del mundo.
Cómo será la dignidad y la grandeza del asunto, que ni siquiera su propia madre, la Santísima Virgen María, depositaria de todas las gracias, es capaz de hacer lo que hace un sacerdote válidamente ordenado, trayéndonos entre sus propias manos, real y sustancialmente, el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de nuestro Señor Jesucristo.
Para mi, como mujer, María es el gran modelo sacerdotal, toda vez que ofrece a su Hijo y , con Él, por Él y en Él, se ofrece Ella misma en ese sacrificio que se perpetúa, diaria e ininterrumpidamente, en todos los altares del mundo.
Serian sacerdotes mundanos.
Un presbitero protestante, que se convirtió al catolicismo, declaró, que no tiene nada que ver el sacerdocio de los protestantes con el de los católicos.
Me parece que si ahora es dificil ser un buen sacerdote, todavia tendría que serlo mucho más.
También por el afan de competición y mando del hombre.
Solo hay que leer a S. Pablo sobre lo que opina de las mujeres, y que opinan muchos hombres, el resultado sería que o a bronca limpia, o habria sacerdotes de primera, y sacerdotes de segunda.
Estoy convencida que Jesucristo no va a poner a su iglesia nunca en esta situación.
El propio Papa Francisco lo entiende así, y lo ha expresado repetidas veces, la última de ellas su carta sobre el motu proprio dirigida al prefecto de la congregación para la doctrina de la fe.
No hay que darle más vueltas al tema. Mientras más comentarios leo, más compruebo lo inadecuado que ha sido este artículo del p Jorge.
Lo que no tengo tan claro es que todos los comentaristas te entiendan.
De hecho en la cuestión planteada por frailevi, él mismo se contesta: "que lo que diga el Papa..." Le faltó añadir de manera infalible.
Y desde mi punto de vista tanto la duda de frailevi como el post son totalmente acertados. Y esto sí que es materia opinable para ti, para mí y para todos.
Ambos documentos pertenecen al Magisterio de la Iglesia.
No son pronunciaciones Ex Cáthedra por lo que la Apologética sí es necesaria.
No creo que sea inadecuado que el P. Jorge haya sacado este tema en su articulo.
En la iglesia, antes más, ha habido demasiado secretismo. Si me permites, demasiados temas tabú, y yo creo que eso no es bueno. Todo se debe tratar, discutir, pues creo que es bueno para afianzar la fe. No es bueno el no tratar los temas, como si tuviéramos miedo a perder la fe, como si tuviéramos la fe cogida con alfileres.
Hay cosas que no se nos olvidan. Ocurrió hace 71 años, yo tenía 9, cuando el párroco de mi pueblo me llevó a su despacho y, como revelándome un gran misterio que debería seguir oculto, me enseño la Biblia y me leyó que Adán, además de los hijos por mi conocidos, engendró hijos e hijas. Es de comprender que me quitó un peso de encima; ya entre hermanos la cosa no era tan grave. Me faltó tiempo para contárselo a mis amigos; eso no lo sabían ni los chicos mayores, eso de ser monaguillo era un choyo.
Me temo que a más de un adulto le vendría bien profundizar en el tema.
Anímese P. Jorge.
Lucia Victoria.
Han cambiado tanto las cosas que yo no se si, en la Ultima Cena en la institución de la Eucaristía, había solo hombres o también había mujeres, yo supongo que sí habría mujeres, aunque en aquellos tiempos, vaya Ud. a saber.
Pero no es el tema. Lo que yo deseo es que los argumentos sean solidos. Es decir el sacerdote que celebró en la iglesia de la Merced, puso como argumento irrefutable que las mujeres no pueden ser ordenadas porque no estaban presentes en el momento de la Institución de la Eucaristía. Y este argumento nos llevaría a que tampoco las mujeres recibieron el Cuerpo de Cristo por lo que se deduce de dicho argumento, que ni pueden consagrar ni pueden comulgar. O lo que se vuelve en contra de lo que este sacerdote pretendía y es que si las mujeres no estaban presentes y comulgan pues también pueden consagrar.
Quiero decir que los argumentos deben ser consistentes y profundamente meditados, pues de lo contrario, no solamente se crea confusión, si no que consiguen lo contario que el buen sacerdote pretendía.
En mi caso como estudie la doctrina en el "Catecismo de Astete" me sigue pareciendo oportuno aquello que decía: "Eso no me lo preguntéis a mi, que soy ignorante, doctores tiene la Santa Madre Iglesia que os sabrán responder"
Bien, quizás todos tengamos algo o mucho de fe vicaria, pero bueno es que se planteen los temas y se discutan por ignorante, bachilleres y licenciados y seguro que al final asumiremos la mejor opinión de los doctores y, si bien nuestra fe siempre será fe, cuanto más la razonemos y la comprendamos mejor. Vamos... digo yo...
O sea plantear los temas no me parece inoportuno. No señor.
Te pido disculpas de corazón.
Tú llevabas razón y yo he sido un soberbio.
Muchas gracias y que Dios te bendiga.
Los seguidores de Jesús, itinerantes o afincados, como la Familia de Betania, fueron muchos, pero los apóstoles doce y los apóstoles tenían un estatus diferente al resto de los seguidores porque los escogió el mismo Jesús, incluyendo al traidor. No hay en los Evangelios muestras de que escogiera a nadie más, pero sí que decía: "¡Sígueme!" y no sabemos cuántos le seguían dejando atrás su vida pasada y cuántos creyeron en Él y se quedaron en sus casas formando luego la comunidad de los Primeros Cristianos en Palestina.
Elucubrar sobre estas cosas solo lleva a la confusión.
Lo que me parece inadecuado es presentar la noticia del motu proprio del Papa como si fuese con intención, o como un paso en dirección de abrir el ministerio ordenado para las mujeres. Pienso que, dadas las repetidas veces que el Papa Francisco ha dicho que esa cuestión ya ha sido zanjada y sellada por Juan Pablo II. Y con motivo de este motu proprio, ha escrito una carta explicando el asunto al prefecto de la congregación para la doctrina de la fe, donde una vez más confirma que el mandato de restringir el ministerio ordenado a varones proviene del mismo Cristo y no se puede cambiar.
En cuanto al argumento de por qué debe estar restringido a varones, este es sencillamente que así lo ha dispuesto Dios, así lo mandado Cristo a los apóstoles, así se nos ha transmitido este mandato a lo largo de la Tradición, y así lo ha confirmado de manera definitiva el Magisterio con Juan Pablo II. Punto, no hay qué vuelta más darle.
Al argumento principal, se pueden añadir explicaciones secundarias que buscan iluminar más esa disposición divina. Estos argumentos están sobradamente bien explicados en este documento que mandó el Papa Pablo VI redactar a la congregación para la doctrina de la fe:
www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19761015_inter-insigniores_sp.html
Te aconsejo tomarte el tiempo de leerla, responde muy bien a todos los argumentos que se han planteado a favor de cambiar esta norma de la Iglesia, y ofrece también la explicación teológica sobre la restricción a los varones basada en la propia naturaleza del ministerio sacerdotal.
La vocación, sea al estado que sea, más aún al sacerdocio, no es un derecho y por tanto no puede pretenderse -menos aún exigirse- su ejercicio en condiciones de igualdad. La vocación es una llamada del mismo Dios, un regalo del Altísimo, que nos hace dignos de servirle a cada un@ en el puesto que Él considere más oportuno, con arreglo a sus inefables designios en la economía de la Salvacion.
Dios hace lo que quiere y todo lo que hace es perfecto.
"Todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y puesto para intervenir en favor de los hombres en todo aquello que se refiere al servicio de Dios, a fin de ofrecer dones y sacrificios por los pecados.
...
Y nadie se arroga esta dignidad, si no es llamado por Dios como lo fue Aarón. Cristo no se atribuyó a sí mismo la gloria de ser Sumo Sacerdote, sino que la recibió de aquel que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy.
Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec" (Carta a los Hebreos 5, 1-6)
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