Nadie va a tomarse en serio una Iglesia de taifas
Algo estamos haciendo al revés desde hace mucho tiempo. Mis compañeros sacerdotes son trabajadores. Muy trabajadores en general, salvando las excepciones que sean salvables. Una gran mayoría de sacerdotes se pasan el día haciendo cosas: misas, encuentros, reuniones, grupos, papeles, más reuniones, formación. Yo no llamo por teléfono a un compañero antes de las diez de la noche. Incluso comer juntos no es fácil.
Pues eso, que mucho nos movemos, pero la cuenta de resultados pastorales tiende a cero. Un dato más: el número de matrimonios por la Iglesia en España no llega a un 30 % del total. Algo está pasando y de enorme gravedad.
Hace días daba cuenta del dato según el cual España es el quinto país del mundo en número de ateos. Y encima lo de las bodas. Pues si trabajamos, si nos movemos, si tenemos en nuestras manos un buen número de niños y jóvenes ¿qué es lo que está pasando?
A mi modo de ver el problema de fondo es el de haber convertido a nuestra Iglesia en un reino de taifas en el que cabe absolutamente todo en dogma, moral y liturgia. ¿Quién se va a fiar de una institución en la que, dependiendo de donde acudas, las cosas son no solo diferentes, sino hasta contradictorias? No. No hace falta pasar de una diócesis a otra, basta pedir confesión en media docena de parroquias y está claro el problema. En unas no habrá confesionario, en otra el sacerdote no tendrá tiempo, en esta que si lo que usted dice ni es pecado ni nada y haga lo que quiera, en aquella que pecado mortal y en esa otra lo de confesarse no tiene sentido.
Se puede también hacer el esfuerzo de acudir a misa dominical cambiando de iglesia para encontrar celebraciones con o sin casulla, con lavabo quizá si hay suerte, exactas en las rúbricas o de liturgia alternativa. Parroquias en las que lo mismo tienen establecidas las cuarenta horas que un grupo de taichí, otro de yoga y uno más de cultivo de la memoria. En la predicación mejor ni entramos. Difícil encontrar algo más que un “Dios es bueno y hay que quererse y ayudar a los pobres”, que está bien, pero quizá quede un poco justo.
Lo de la teología mejor lo dejamos. Cristo es Dios, o no es Dios, o es un profeta, o es vaya usted a saber. La resurrección es, o no es, o se trata de una experiencia, o que está vivo en nuestros corazones. Y para la eucaristía dejemos de utilizar la palabra transustanciación, que no se entiende.
Total, que la gente dice: esto es un cachondeo y no se ponen de acuerdo ni ellos mismos. Vamos, que cada cura hace lo que quiere, atiende lo que le parece y como le parece, tiene sus ideas y todo es exactamente igual de válido. Mejor dicho, todo válido sobre todo si es novedoso y rompedor, que los partidarios de lo de siempre tienen que andarse con ojo. Pues señores y señoras, esto es lo que hay, que ante tamaña falta de seriedad, la gente deja de tomarnos en serio, lógico, y a otra cosa mariposa.
¿Confesarse? Bah, a ver lo que está mal y lo que no, y si los curas no confiesan no será tan importante. ¿Ir a misa? Si se puede. ¿Comulgar? Siempre que apetezca. El infierno no existe, Dios es bueno, todos igualmente al cielo y Lutero un santo. Toda la vida diciéndonos el dolor de la división protestante y ahora mira por donde, Lutero santo súbito.
¿La culpa? No. No nos la echen solo a los curas, que no digo yo que seamos perfectos. La culpa, más arriba. Se entiende, creo.
55 comentarios
De todas maneras no preocuparse, que ya están los obispos para no hacer NADA. Que es lo que mejor se les da.
Tan preocupados estaban algunos porque unos pocos miles de homosexuales se iban a casar por lo civil, que se olvidaron de que muchas decenas de miles de bautizados heterosexuales estaban dejando de casarse por la Iglesia.
Y ahora encima como manda el PP ya no hay que enfadarse tanto porque los gais se casen, total si hasta los peperos homosexuales han salido del armario y hay ministros casados con sus novios, y los obispos le han perdido el gusto a la pancarta.
Así que matrimonio gay por un lado y deserción hetero por el otro.
Esto debería hacerles reflexionar a los obispos, que bastante tienen en su casa por arreglar y no distraerse tanto con otras cosas.
Incluso en Infocatólica muchas veces se habla de los gais, Trump, calentamiento global, teoría de la evolucion, crisis de Ucrania, PODEMOS y todas esas cosas que les quitan el sueño, antes que de religión propiamente dicha, la cual a veces queda como mera excusa. Y el que mucho abarca poco aprieta.
Y a se sabe: Orad para que el Padre envíe obreros a mies, pues la mies es mucha y los obreros pocos. En esto hemos fallado los laicos.
Además, tampoco lo simples fieles laicos, cuando la doctrina que se nos daba por parte de los Pastores era pura e incontaminada de progremodernismo, nos hemos tomado realmente en serio en ser coherentes con la misma. El divorcio entre la vida diaria y la vera doctrina, la incoherencia entre lo que creemos y lo que vivimos, creo que ha sido evidente.
Así que aquí nadie está libre de culpa. Sólo nos queda vestirnos de saco y ceniza, reconocer nuestros pecados y culpas, y sobre todo, rectificar y volver no sólo a la sana doctrina sino a practiarla fielmente, dando a los demás ejemplo vivo de coherencia entre los valores que proclamamos y la vida que vivimos. Sólo recordaré que una de las causas por las que al principio se extendió rápidamente el cristianismo, además de la sana predicación apóstólica, fué precisamente el ejemplo de vida y de coherencia que daban los fieles de a pié. !Mira cómo se aman¡ decían los de afuera, y ello les incitaba a interesarse y a ingresar en las filas del cristianismo. Así que oración, sana doctrina y ejemplo de viva y coherencia entre Fe y praxis. Perdón por este pequeño sermón, ultimamente no hago más que sermonear.
Suyo en Cristo.
Insisto, en su dimensión humana. Si mi fe dependiera de las personas que he conocido en ella, salvo excepciones, naturalmente, hoy estaría deseando que volviera el 36.
Mi parroquia parece una academia de baile,y que pase la gente cuando hay funeral y se vea por los ventanales a los del tachin,tachin,yo lo llevo fatal.
Y lo peor es que esas personas jamás entran a misa,pero les sale muy barata la clase de baile,y con ese dinero la parroquia paga la luz.
- La superstición de género, que amenaza con castrar a nuestros niños con el eufemismo de "niña transexual".
- El materialismo que hace énfasis en el bienestar material
- Cambiar la religión desde dentro, mezclando herejías con sana doctrina.
Recordando que es mas fuerte la pluma que la espada, un buen inicio es una web como infocatólica que publica ideas católicas. Lo que sigue es que los que la leemos nos convirtamos en un factor de cambio.
PD: eso no quita que los curas inventores de liturgias sean la los sacerdotes. "Por sus frutos..."
En el punto 158 se describe la Eucaristía como memoria (anamnesis), tal y como siempre lo han entendido los luteranos. Y Jesús se hace presente por la fe de la asamblea (no por el poder del sacerdote).
En el punto 159 se abandona la doctrina de que en cada Misa se revive y se renueva el sacrificio de Cristo de forma incruenta, como lo ha sostenido la Iglesia Católica por más de dos mil años. Al final pego el texto del punto 154 para que lo lea usted mismo.
Sobre Lutero, el card. Knoc dijo, y cito palabras textuales: " No es posible, levantar la excomunión al fraile (esto solo puede hacerse en vida), pero sí reconocer -el Papa ya lo ha hecho- que "las intenciones de Martín Lutero no estaban erradas". Y ahora afirma:" "Hoy estamos en el camino hacia la plena comunión entre luteranos y católicos".
O sea que ellos mismos reconocen que estamos en camino hacia la plena comunión con un hombre que murió hereje ( nunca se retractó) y excomulgado (no se puede levantar la excomunión por haber muerto). Y para ello renunciamos a lo que para mí es central la Transustanciación, por lo tanto la Eucaristía, la indisolubilidad del matrimonio ( ya han empezado a atacarlo con A. L. es cuestión de tiempo que la adhesión de los Obispos sea si no total sí mayoritaria), la Confesión lleva el mismo camino en vista de la poca importancia que muchos creyentes y sacerdotes le dan ya, en Alemania muchos sacerdotes han dejado de hacer uso de este sacramento y otros lo hacen una vez al año, del 9ª mandamiento ya ni hablamos. Cada vez está más de manifiesto que lo que se pretende desde el Vaticano es la unión con los Luteranos aunque para ello tengamos que renunciar a la fe católica. Dijo Kasper que nos "esperan sorpresas", ¿qué será lo próximo?: el matrimonio gay en la Iglesia, la ordenación de mujeres, los curas casados (no veo mal esto último) pero son los pasos que nos faltan y de los que ya se hablan para unirnos a los protestantes.
154. "Tanto luteranos como católicos pueden afirmar en conjunto
la presencia real de Jesucristo en la Cena del Señor: «En el
sacramento de la Cena del Señor, Jesucristo, verdadero Dios
y verdadero hombre, está presente total y enteramente, con
su cuerpo y su sangre, bajo los signos del pan y del vino»
(Eucaristía 16). Esta declaración en común afirma todos los
elementos esenciales de la fe en la presencia eucarística de
Jesucristo sin adoptar la terminología conceptual de «transustanciación».
De esta forma, católicos y luteranos entienden
que «el Señor exaltado está presente en la Cena del Señor,
en el cuerpo y la sangre que él ofreció, con su divinidad y su
humanidad, mediante la palabra de promesa, en los dones del
pan y del vino, en el poder del Espíritu Santo, para su recepción
mediante la congregación»".
Yo lo siento pero cuando la fórmula de la Consagración se cambie ( no me refiero al cambio de ahora "Por muchos" en lugar de "Por todos los hombres") y la Iglesia no crea en la Transustanciación yo o me busco una parroquia dónde esta permanezca o dejo de ir a Misa porque el Comulgar con Herejes no entra en mis planes y si tengo que vivir mi fe en solitario espero que el Señor lo comprenda pero hay personas que nos enteramos de lo que está pasando y no vamos a tragar con todo.
De todos modos, el mal no prevalecerá.
Dios sabrá por qué sucede lo que sucede. Es un tiempo para vivir en la confianza, la esperanza. Para trascender el día a día del noticiero eclesial y ver la Iglesia en su dimensión milenaria, en clave de eternidad. Él dijo que reinará a pesar de sus enemigos. Y lo hará, lo veamos o no.
Spadaro dice que el Papa ya ha respondido al "aprobar y fomentar prácticas pastorales positivas. Un ejemplo claro y evidente era su respuesta a los obispos en la zona de Buenos Aires, cuando los alentó y confirmó que su lectura de Amoris Laetitia era correcta", ya que "le encanta responder a las preguntas sinceras que le hacen los pastores", que son quienes "realmente entienden la doctrina católica [...] .
Al ser preguntado por las recientes declaraciones del Cardenal George Pell, en las que afirmaba que muchos católicos se sienten "desconcertados" por la situación actual que se está produciendo en la Iglesia, y en la que dice que la carta de los cuatro cardenales es "significativa" , Spadaro responde "Depende de lo que entendemos por 'significativo'. Sin duda, ha dado aliento a ciertos entornos en los que existe una resistencia a la enseñanza de 'Amoris Laetitia'".
Vamos que está claro que los que están interpretando A.L como una autorización para que los divorciados vueltos a casar puedan comulgar están en lo cierto y que los que no estamos de acuerdo con esa medida somos un pequeño sector que se resiste a los cambios.
//catholicvs.blogspot.com.es/2016/12/escandalosa-entrevista-al-jesuita.html
Ya en 1938 el artista católico argentino Benjamin Solari Parravicini, en una de sus más de 500 psicografías pronosticaba:
"El papado tendrá nuevas normas.
Lo malo de ayer dejará de serlo.
La misa será protestante, sin serla.
Los protestantes serán católicos sin serlo.
El Papa se alejará del vaticano en viajes y llegará a
América en tanto la humanidad caerá.
(Psicografía de 1938).
Estoy totalmente desacuerdo con todo el análisis y la conclusión de María López. Todo lo que vemos que está pasando - desde el Vaticano a las parroquias- es trágico y penoso. Y lo dice alguien que se ha convertido hace menos de dos años después de décadas de alejamiento de Dios y de la Iglesia. Ya sólo me confieso con carmelitas o franciscanos ancianos y trato de vivir mi fe y orar en soledad. Las misas, salvo escasas excepciones, me parecen rutinarias y carente de devoción y misterio. Los sermones, vacíos e infantiloides, tal como los describe el padre Guadalix. La formación y vida parroquial, inexistentes. Estamos en plena "ceremonia de la confusión". Dios lo permite, es cierto. Pero, ¿no habrá en toda la Iglesia algún pastor con la FE y la VALENTIA necesarias para rebelarse públicamente contra este estado de cosas y aglutinar a las ovejas que necesitamos verdaderamente guías para encontrar/seguir el CAMINO de la VERDAD y la SALVACION?. ¿O al menos que lo intente?.
Veo a los sacerdotes actuales como funcionarios o empleados precarios, temerosos de la jerarquía. Todos pareen tener mucho que perder en este mundo material y no pensar para nada en el plano espiritual, el único que debiera importarles, especialmente a ellos, dado que ésa es su MISION y ¿VOCACION?. Qué pena.
¡¡¡¡Dulce Corazón de María, sed nuestra Salvación!!!. ¡¡¡¡Sagrado Corazon de Jesús en Vos Confío!!!!.
Pues siguen encantados de haberse conocido y erre que erre que el Vaticano por aquí, la acogida el encuentro y el caminat juntos y bla bla bla.
Y ahora, la segunda primavera.
Si no quieres caldo, taza y media.
Estamos en úlrimos tiempos y estos se caracterizan por una gran apostasía que surge del centro mismo de la Iglesia y de las más altas jerarquías. No nos debe extrañar. Se está cumpliendo lo que predijo San Pablo en Tesalonicenses II. Esto es solamente el comienzo. Veremos cosas más fuertes de las que estamos viendo. Lo inconcebible es que haya tantos necios que aplauden todo y no se percatan de la grave situacion por la que está pasando la Iglesia. Por ello le felicito por este artículo.
No me extraña que estén aflojando las exigencias, necesitan recaudar fondos como sea y los que se alejan de la Iglesia no colaboran económicamente en su mantenimiento, pero hasta el punto de enfrentar a sus sacerdotes entre ellos, se dará cuenta del ejemplo que está dando???
Ya solo les queda vivir su fe a su manera, porque lo de pretender que la sociedad viva una determinada fe olvidense, no van a poder, ni con la nueva iglesia de Francisco ni con la de antes.
Todos con el Papa a Jesús por María.
Feliz domingo,
Lo que pasa es que ahora quieren meter baza en el sistema de partidos, sin tener partido.
Antes era juego limpio. Es juego limpio que los principios del Evangelio rijan la comunidad política.
Pero lo que hacen "desde hace décadas" mo lo es.
También debería estudiarse detenidamente, como prepararse para contraer matrimonio, e insistir mucho que es un sacramento que concede una gracia especial para santificar a los cónyuges.
El pecador no modifica porque es pecador en función de la regla que transgrede. Ahora bien, si para que no haya transgresión se quita la regla ya no podremos decir que Jesús amaba a los pecadores. ¿De qué pecadores hablan? La extensión del pecado a todos sin definirlo es la muerte del concepto, como siempre pasa cuando uno se pasa de listo.
Es decir, cuando años atrás yo me di cuenta de que estaba cometiendo pecados mortales lo hice en función de los Diez Mandamientos pero, si estos quedaran obsoletos, la conclusión a la que llegué podría ser errónea incluso según la Iglesia, pero yo sigo pensando que, en efecto, mi pecado era mortal, lo que me deja en la soledad de mi conciencia.
Las contundentes declaraciones del cardenal Gerhard Müller, Prefecto de la Fe, al canal televisivo Tgcom24, ofrecen un punto de luz y serenidad en medio de la agria polémica en torno a algunos puntos de la Exhortación Amoris Laetitia. Para Müller no tiene sentido que alguien plantee una especie de «corrección» al Papa, dado que la doctrina de Amoris Laetitia es plenamente coherente con la Tradición y no contiene nada que plantee un peligro para la fe.
La polémica arranca, en realidad, con el final de la segunda Asamblea Sinodal sobre la familia, y se centra en el capítulo 8, dedicado al acompañamiento pastoral de las situaciones irregulares respecto a la doctrina de la Iglesia. Recordemos aquí la reciente afirmación del cardenal Sebastián en El Espejo de COPE, en el sentido de que «la situación trágica de tantas familias requiere un cambio de actitud pastoral». Un cambio de actitud pastoral que de ningún modo implicaría una rebaja en la propuesta cristiana sobre el matrimonio, que arraiga directamente en las palabras de Jesús en el Evangelio y ha sido custodiada ininterrumpidamente por la Tradición de la Iglesia.
Sin embargo, el modo en que se expresa esa nueva actitud pastoral para «acompañar, discernir e integrar la fragilidad» ha suscitado algunas reservas, sobre todo en lo que respecta a la posibilidad de que los divorciados vueltos a casar puedan acercarse a los sacramentos tras un cuidadoso discernimiento y bajo determinadas condiciones, y también respecto al papel de la conciencia personal y su relación con la ley de la Iglesia. Esas reservas han encontrado su expresión más clara en la carta que cuatro cardenales (Burke, Cafarra, Meissner y Brandmüller) dirigieron al Papa, planteando cuatro preguntas (las conocidas como «Dubia») para aclarar si el magisterio contenido en Amoris Laetitia supondría una ruptura, especialmente con la exhortación Familiaris Consortio y con la encíclica Veritatis Splendor, ambas de san Juan Pablo II. Dado que la carta no encontraba respuesta, estos purpurados decidieron hacerla pública, momento en que la polémica se encendió con tonos cada vez más desabridos. Uno de los cuatro firmantes, el norteamericano Burke, ha llegado incluso a sugerir que si el Papa no respondía, habría de ser objeto de una «corrección» pública, algo en lo que no parecen haberle seguido sus compañeros.
Durante los meses en que se ha prolongado la polémica, muchas miradas se han concentrado sobre el cardenal Müller por diversos motivos. El primero, su responsabilidad al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, pero también por su cercanía personal al Papa emérito Benedicto XVI y porque no es ningún secreto que participó activamente en los debates sinodales, oponiéndose a la línea de sus colegas alemanes Kasper y Marx. Es cierto que Müller no ha respondido de modo formal (por ejemplo mediante una carta con membrete de la Congregación), algo que sólo podría haber hecho por encargo del Papa, sino a través de una entrevista televisiva. Pero eso no resta valor a su entrada en el campo.
El Prefecto ha reconocido que «los cardenales de la Iglesia Romana tienen derecho de escribir una carta al Papa», pero ha mostrado su disgusto por el hecho de que dicha carta fuese hecha pública, «casi obligando al Papa a decir Sí o No». Por otra parte Müller ha dicho que la «corrección» invocada por el cardenal Burke «no es posible en este momento, porque no está en juego un peligro para la fe, como Santo Tomás habría planteado». Además advierte que «es un daño para la Iglesia discutir sobre estas cosas públicamente», y sentencia que «Amoris Laetitia es muy clara en su doctrina», siguiendo toda la enseñanza de Jesús sobre el matrimonio y toda la doctrina de la Iglesia en dos mil años de historia.
Y con una perspectiva muy similar a la planteada por el cardenal Sebastián, explica que lo que el Papa Francisco pide es «discernir la situación de estas personas que viven en una unión no regular, es decir no según la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio, y ayudarles a encontrar un camino para una nueva integración en la Iglesia según las condiciones de los sacramentos, del mensaje cristiano del matrimonio». Desde luego Müller no ha empleado un lenguaje evasivo, tampoco en este caso: «yo no veo ninguna contraposición: por una parte tenemos la doctrina clara sobre el matrimonio, por otra, la obligación de la Iglesia de preocuparse por estas personas en dificultades».
En cualquier caso la intervención de Müller tiene una gran virtud: es legítimo preguntar, debatir y profundizar sobre el contenido de un documento pontificio, puede serlo incluso discrepar en algunos aspectos, con deseo de construir y de entender. Lo que no tiene sentido es dibujar un panorama apocalíptico e irreal de riesgo latente para la fe y para la unidad de la Iglesia, y suscitar con ello una desconfianza amarga hacia el Sucesor de Pedro, que no tiene nada de católica. El Prefecto de la Fe ha hablado.
Lo que más me extraña es que no le extrañe al párroco cómo será que los ex-comulgantes y sus familias no se vuelven a dejar ver por allí, sabiendo (que lo sabe) que hay hasta quien no falta un domingo a misa... a sitios incluso más lejos.
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¿Dices que opinas como Muller que NO hay peligro para la continuidad de la fe y la doctrina católicas?¿ Y por qué hay, no digo fieles, que al fin y al cabo somos como peones en un ajedrez, Obispos, sacerdotes y Cardenales que opinan lo contrario?. ¿Por qué hay países donde se está contraviniendo el 6 y el 9 mandamientos como Alemania, diócesis de Roma, Buenos Aires, Austria, Grecia, Fiipinas, Malta y S. Diego y hay otros Cardenales que ven un peligro real contra la fe Burke, Brandmüller, Meisner, Cafarra y Mons. Schneider?, es obvio que hay división de opiniones en una exhortación que a juicio de muchos católicos contraviene el 6º y 9º mandamientos dados directamente por Dios, el magisterio de la Iglesia en algo tan importante debe ser claro, y cuando como en este caso no lo es, corresponde al Papa aclararlo, en este caso el Papa está omitiendo su deber de clarificarlo, pero desmintió enseguida cuando circuló el rumor de que pensaba fusionar el catolicismo con el islam, es claro de que le interesa la división, o más aún quisiera que todo el mundo aceptara la comunión de personas que viven en adulterio a ojos de la Iglesia.
Pueden darle los sacramentos de la confesión y de la comunión pero no pueden volverles a casar porque están legítimamente casados con otras personas, pero la cosa no acaba aquí, según el famoso Doctor en Derecho Canónico Edward Peters si un sacerdote les da la absolución, dicho sacerdote incurriría él mismo en pecado, cito palabras textuales: "Esa orden levanta el espectro de la aprobación de confesiones sacrílegas y la comisión de la solicitación en la confesión. Ningún sacerdote desearía tener sobre su conciencia el peso de una de estas faltas, y menos aún de ambas.". "Los obispos de Malta también asestan un golpe al Bautismo y la Confirmación al abrir la puerta a que los católicos divorciados y casados de nuevo sean padrinos en contra de lo dispuesto en el canon 874 § ". Me parece que no es cosa de poca importancia.
Pongo esta aclaración para quienes no lo sepan: La solicitación es un delito canónico que consiste en incitar, en el sacramento de la confesión, a cometer actos contrarios al sexto mandamiento. Para que exista el delito de solicitación no es necesario que el pecado contra el sexto mandamiento sea cometido con el confesor (si bien esta circunstancia agrava el delito), sino que puede ser cometido con un tercero.
Así pues, si el confesor absuelve e incita al penitente a permanecer en adulterio, comete el delito canónico de solicitación con arreglo al Código de Derecho Canónico (canon 1387).
"Amoris Laetitia", a diferencia de "Familiaris Consortio" n. 84, que dice que no, no responde a esta pregunta. Por eso los "dubia" de los Cardenales.
Y el Card. Müller tampoco responde, como es evidente por el texto que se ha transcrito.
Así que los "dubia" siguen teniendo razón de ser.
Saludos cordiales.
Verdadero.
Pero es que la CEE no clama, y politiquea. Además de apoyar abiertamente a partidos de derecha liberal y a nacionalistas.
No digamos en ciertas regiones de España como Cataluña o País Vasco pues da la sensación de que estás en otra religión que la nuestra.
De todos modos aunque las misas, el mensaje y todo fuera impecable las formas de vida moderna, el secularismo existente y demás es imparable lo que lleva no al ateismo si no a la indeferencia total. Pero el enemigo no está fuera está dentro como ya dijo en muchas ocasiones Benedicto XVI. La prueba es que cuando las cosas se hacen bien en una parroquia crece en fieles, catequesis, bodas etc y cuando se hace mal pues desaparece la Fe en ese pueblo o parroquia pues muchos dejan de asistir o se van a otras la minoría.
Lo único que me alienta (¿o no?) es que los documentos de la Iglesia, sólo los leen los curas (y no sé cuántos, y no sé tampoco si les prestan atención) y algunos, pocos, muy pocos, laicos interesados.
Que el Buen Pastor tenga piedad de nosotros, pecadores e ignorantes.
"En cualquier caso la intervención de Müller tiene una gran virtud: es legítimo preguntar, debatir y profundizar sobre el contenido de un documento pontificio, puede serlo incluso discrepar en algunos aspectos, con deseo de construir y de entender. Lo que no tiene sentido es dibujar un panorama apocalíptico e irreal de riesgo latente para la fe y para la unidad de la Iglesia, y suscitar con ello una desconfianza amarga hacia el Sucesor de Pedro, que no tiene nada de católica. El Prefecto de la Fe ha hablado". El que quiera ponerme a caldo, que antes rece por mi conversión: necesito esto más que aquello. Gracias.
"Las personas buscan sobre todo a alguien que las escuche. Alguien dispuesto a dar su propio tiempo para escuchar sus dramas y sus dificultades. Es lo que yo llamo «el apostolado de la oreja», y es importante. Muy importante. Me oigo decir a los confesores: «Hablad, escuchad con paciencia y sobre todo decidles a las personas que Dios las quiere bien. Y si el confesor no puede absolver, que explique por qué, pero que dé de todos modos una bendición, aunque sea sin absolución sacramental. El amor de Dios también existe para quien no está en la disposición de recibir el sacramento: también ese hombre o esa mujer, ese joven o esa chica son amados por Dios, son buscados por Dios, están necesitados de bendición. Sed tiernos con esas personas. No las alejéis. La gente sufre. Ser un confesor es una gran responsabilidad. Los confesores tienen frente a ellos a sus ovejas descarriadas que Dios tanto ama; si no les dejamos advertir su amor y la misericordia de Dios, se alejan y quizá no vuelvan más. Así pues, abrazadlas y sed misericordiosos, aunque no podáis absolverlas. Dadles de todos modos una bendición». Yo tengo una sobrina que se ha casado civilmente con un hombre antes de que este obtuviera la nulidad matrimonial. Querían casarse, se amaban, querían hijos y han tenido tres. El tribunal le había asignado a él también la custodia de los hijos que tuvo en su primer matrimonio. Este hombre era tan religioso que todos los domingos, yendo a misa, iba al confesionario y le decía al sacerdote: «Sé que
usted no me puede absolver, pero he pecado en esto y en aquello otro, deme una bendición». Esto es un hombre formado religiosamente."
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