¿Y… por qué no apostatar? ¿No les pedimos demasiado?
Tengo que hablar con Don Jorge, porque me encantaría conocer a Doña Rafaela. A ver si me apaña una cita…No sé, a veces me gustaría salir de la catacumba para hablar con alguien que, al menos, reconozca que algunas cosas le causan cierta perplejidad. Para sentirme menos rara, o menos sola.
Y es que me pasa eso, que estoy así, como perpleja, incluso un punto cabreada, para qué les voy a mentir.
Cada vez que recuerdo lo que Mons. Marcello Semeraro, obispo de la diócesis italiana de Albano y secretario del Consejo de Cardenales del Papa, dijo en la Universidad Pontificia de Comillas me hierve la sangre. Por muchas razones, ya que nos deja a la altura de los animalicos que no pueden prescindir de lo que les pide el instinto. Pero expondré aquí solamente la que tiene que ver con este blog: los perseguidos y mártires por su fe, esos de quienes es el reino de los cielos…
Al parecer, se está difundiendo la idea en ciertos círculos eclesiales de que hay situaciones de pecado de las que es muy difícil, si no imposible, salir. De modo que, como no puede ser que les pidamos tanto, ni que Dios les pida tanto, debemos dejar que sigan como están, y para adormecer sus conciencias hay que tejer un manto misericordioso que les ayude a no cambiar sus vidas sin inquietarse.
Por supuesto que esta pastoral voluntarista y derrotada no recuerda de cuánto es capaz la gracia de Dios ya que, por lo visto –como dice Luis Fernando- “no creen en el poder de la gracia. Eso es todo.”
Ejemplo vivo y cotidiano de lo que es capaz de darnos hacer la gracia de Dios son los perseguidos y mártires por Cristo. Sin embargo, esta pastoral voluntarista y nada graciosa parece no acordarse, por ejemplo, de la pakistaní Asia Bibi. Todos ustedes la conocen y saben de ella. Siete años encarcelada por una acusación de blasfemia. Cada vez más triste y más enferma. Y el juicio definitivo no llega nunca. (¿Llegará alguna vez o seguirán enredando para que se les muera en prisión?)
“- Si no quieres morir –añade el joven mulá-, debes convertirte al islam. ¿Estás de acuerdo en redimirte convirtiéndote en una buena musulmana?
Respondo sollozando:
- No, no quiero cambiar de religión.”
Asia Bibi. ¡Sacadme de aquí!
Y yo me pregunto, al hilo de aquello de que Dios no puede pedir esto y aquello, de que nosotros no podemos pedir según qué actos que nos parecen heroicos porque los vemos sólo humanos: ¿por qué no apostatar? Asia Bibi no habría pasado por esos siete años de prisión si hubiera renunciado a seguir a Cristo. Pero no lo hizo. ¿Es una heroína capaz sólo con su voluntad humana de realizar actos humanamente inalcanzables? No. Es la gracia de Dios.
Les pondré otro ejemplo: sucedió hace solo una semana en Nigeria.
Hombres armados -miembros de las tribus Fulani- invadieron Godogodo en el estado de Kaduna, Nigeria, -un asentamiento predominantemente cristiano- el pasado 15 de octubre y mataron al menos a 40 personas de una comunidad cristiana. (La Gaceta)
El reverendo Thomas Akut, de la Iglesia Evangélica ‘Winning All Good News’ en Godogodo dijo que el ataque provocó la expulsión de 245 miembros de su iglesia. “La mayoría de los pueblos de los alrededores de Godogodo fueron destruidos y miles de cristianos fueron expulsados de sus hogares”, señaló tras considerar que este ataque es parte de una guerra islámica contra los cristianos. “Esta es una yihad. Es una guerra santa islámica contra los cristianos en la parte sur del estado de Kaduna”.
En Nigeria mueren asesinados más cristianos que en ningún otro país del mundo y, sin embargo, lejos de apostatar, nuestros hermanos en la fe regresan cada domingo a los escombros que quedaron tras el último atentado en la Iglesia, después de las últimas docenas de muertos. ¿No les pide Dios demasiado? ¿No les pedimos demasiado? ¿Por qué no apostatar y sobrevivir acudiendo a la mezquita? ¿Son héroes, existen en Nigeria hombres con una voluntad naturalmente más fuerte que la pusilanimidad occidental? No. Rotundamente no. Es, otra vez, la gracia de Dios.
Vayamos ahora a Corea del Norte, que encabeza desde hace 14 años la Lista Mundial de la Persecución que cada año publica Open Doors.
“Los cristianos practican su fe habitualmente en secreto. Si son descubiertos son detenidos y llevados a campos de concentración (kwanliso). Los crímenes contra ellos en esos campos incluyen ejecuciones extrajudiciales, exterminio, esclavitud y trabajos forzados, traslados forzosos de domicilio, prisión sin juicio, tortura, persecución, desapariciones, violaciones y violencia sexual entre otros.”(UCA News)
¿Por qué soportar esto? ¿No es llevar la fe a límites demasiado arriesgados? ¿No les pide Dios demasiado? ¿No les pedimos demasiado? ¿Por qué no apostatar y seguir viviendo cómodamente, sin persecución? ¿Por qué lo hacen? ¿Son más valientes que nosotros? No. Es la gracia de Dios.
Sin dejar el continente asiático, vayamos ahora a China. Iglesia oficial e iglesia subterránea. Allí, aparentemente, es mucho más fácil salvar el pellejo. No hay que apostatar, sólo adherirse a la Asociación Patriótica, la de las ordenaciones ilícitas de obispos, la que obedece al Gobierno y no al papa de Roma. ¿Por qué no?
He aquí el testimonio de un “sacerdote subterráneo” que -¿valiente o receptor de gracia divina?- se niega a inscribirse en la AP:
La parroquia donde yo trabajo es una no oficial; no existe un templo, ni siquiera uno, que pueda ser llamado un lugar público para la oración. Nuestra Iglesia clandestina tiene sólo diez puntos de encuentro. Éstos son todos casas de los fieles, o lugares provisorios. Algunos de estos lugares, los más grandes, pueden albergar entre 200 y 300 personas; otros, tan sólo un centenar. Normalmente para la misa dominical es necesario dividirse en tres o cuatro puntos o lugares, pues de otro modo los fieles no logran caber. (…)
En estas condiciones, sucede que cuando celebramos una festividad o una solemnidad con gran dignidad y encontramos un lugar relativamente grande, la ASAR y la policía del gobierno (Gong An) nos ordenan detener todo, o cancelar la actividad eclesial con la excusa de que nosotros desarrollamos “actividades religiosas en un lugar no registrado” o un “encuentro masivo ilegal”, o bien ponen la excusa de la “seguridad”. A veces usan amenazas, acosos, intimidaciones, etc. Otras veces incluso nos imponen la prohibición o secuestran los bienes de la Iglesia. Estos casos suceden muy a menudo, sobre todo –lo cual es particularmente grave- en Navidad y en Pascua.
(Les invito a leer el testimonio completo en este enlace)
Al parecer, los fieles de la iglesia perseguida en China están viviendo con amargura el acercamiento de la Santa Sede al Gobierno Chino: “Algunos llegan a acusar al Vaticano de utilizar “dos pesos y dos medidas” distintas: caricias para los obispos y sacerdotes oficiales; indiferencia y marginación para los no oficiales.”(Asia News)
¿Por qué esas negociaciones con un gobierno que no tiene ninguna intención de reconocer la libertad de culto, y especialmente la libertad de obedecer al papa de Roma y no al presidente del Partido Comunista? ¿Será que estábamos pidiendo demasiado a los católicos clandestinos y queremos aligerar su yugo…nosotros, negociando con la Verdad, como hacen últimamente en occidente los Semeraro y compañía? ¿Dios pide demasiado? ¿Pedimos demasiado?
Esta falta de confianza en el poder de la gracia de Dios deja a los mártires como imbéciles: escándalo, necedad…¿Para qué, si hay un modo de evitar el sufrimiento?
Pero los perseguidos y mártires nos recuerdan que Dios existe, y que no es el relojero ese que se sienta con un cubo de palomitas a ver qué tal nos lo montamos con su creación y nuestro pecado original. Él es Amor. “La gracia, -decía Benedicto XVI- es ser contemplado por Dios, ser tocado por Su amor”. Y, además, es un amor que actúa. Que da.Porque Dios no pide, Dios da.Si tienen alguna duda al respecto, lean al Padre Iraburu:
Toda la vida cristiana, toda, está movida por la gracia de Dios, toda es gracia, toda es don de Dios. Es Él quien «obra en nosotros el querer y el obrar según su beneplácito» (Flp 2,13); de tal modo que «cuantas veces obramos bien, Dios, para que obremos, obra en nosotros y con nosotros» (Orange II, c.9). Ahora bien, cuando alguien da algo a otro, a esa acción le llamamos donativo, y no petición. Y cuando alguien pide algo a alguien, su acción es una petición. ¿Es así o no es así?… Pues bien, si Dios da a los hombres su gracia, siempre gratuita, moviéndoles a querer y a obrar el bien, ¿por qué a esa acción no se le da el nombre de donación, que le corresponde, y se dice en cambio que Dios pide al cristiano esto y lo otro? ¿A qué viene hablar de que Dios pide a éste que dé más limosna, al otro que se case, a otro más que ingrese en un monasterio, etc.? «Siempre Dios pidiendo», en vez de «siempre Dios dando», como es la verdad. ¿Qué sentido tiene, en la fe católica ese modo de expresar la vida espiritual? «Recibir, más me parece a mí eso, que no dar nosotros nada» (Sta. Teresa, Vida 11,13). ¿Tan difícil es esto de entender; o mejor, de creer?
¿Tan difícil de entender, de creer? ¿Por qué tanto negociar, tanta falsa misericordia, tanta falta de confianza en el poder de la gracia de Dios? Si no hubiera gracia para salir del pecado, tampoco la habría para los mártires. Dejen, pues, de pedir, y dejen también a Dios hacer lo suyo: dar.
28 comentarios
Francisco nunca recibió a los familiares de Asia Bibi (solamente los tuvo delante en la plaza medio minuto), sí a Angelina Jolie y otros tantos famosos. Nunca dirigió una palabra expresa por la liberación de esta presa cristiana.
Desde Lesbos se ha traído a Roma refugiados musulmanes, indicando que no hace distinción de religión.
Tiene como "monaguillo" a un preso musulmán (convicto por el abuso sexual). Esto es un sacrilegio.
Dice que son "los comunistas los que piensan como cristianos".
Un observador independiente dirá que Francisco promueve una religión natural, una religión mundialista unión de todas las religiones en una gran familia humana.
Elogia a Lutero, coloca su estatua en el Vaticano y habla maravillas de él. Consintió hace meses que la comunión se de a los luteranos en el mismo Vaticano. ¿Alguien ha sido sancionado por ello?
Si esta condescendencia se aplicara a otros pecados graves el caos anegaría todos los espacios sanos que aún quedan en la Iglesia de Cristo.
Desconfiar del poder de Dios no puede llevarnos a buen puerto.
Santísima Virgen María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.
San José, así como cuidaste con paternal solicitud al niño Jesús, vela incansablemente ahora por su cuerpo místico.
Por lo de Da. Rafaela, desde finales de 2014 que estoy en la fila para pedirle disculpas. Advertía una y otra vez que cuidáramos nuestra salud, pero... ahora con la ALERGIA que me viene dando ESTA PRIMAVERA, no sé ya como disculparme con ella, así que estoy en la fila, con paciencia. No sé si será la misma fila que le toque a usted, pero si llega primero, pídale disculpas de parte de este imprudente.
Abrazo grande, María. Gran artículo, continúe malacostumbrándonos :)
Saludos cordiales.
Por eso es tan importante que la Iglesia no baje el listón porque si no puede encontrarse conque individuos particulares estén moralmente por encima de la institución. Es el problema del justo, que siempre está solo y lo canonizan a toro pasado y cuando las aguas se han calmado.
Ningún cristiano se hizo esa pregunta, porque sabía perfectamente la respuesta: nunca jamás, pase lo que pase. Y sabía perfectamente que se unía su sufrimiento al del Señor en la cruz tenía la certeza de salvarse, estar con Cristo y alcanzar la Gloria. Eso no excluía la posibilidad de defección en casos en que la fe no estaba lo suficientemente asentada y la presión fuese terrible. Pero la respuesta la tenían muy clara: nunca jamás.
Pero si se predica -como se hace hoy- que el cristiano no debe aspirar a una fe heroica -no debe pedirla-, y que si cede ante el peligro Dios por supuesto le entiende y le apoya, es por una razón concreta: para facilitar -como bien indica Menka- la irrupción de una religión natural, moldeable, laxa, pelagiana y nada dogmática; una religión asumible hasta por personas nada religiosas.
Para que el cristiano elimine esa posibilidad de heroísmo -para que renuncie al sacrificio por defender la única Verdad que nos salva-, basta que por nuestros pastores se nos repitan esos mensajes venenosos: que no hay una única Verdad sobre Dios, porque todas las religiones tienen parte de razón; que Dios lo que más ama es la vida de cada uno -hagamos lo que hagamos-, que por supuesto no quiso la muerte de su Hijo en la cruz; que aunque seamos apóstatas, tenemos el Cielo ganado. Incluso que nos podemos salvar, siendo ateos.
Ese horrible mensaje -que va calando poco a poco como una lluvia incesante-, llegará un momento -si no ha llegado ya- en que será acogido por la inmensa mayoría de los cristianos. Quizás por ello, el Señor dijese en el discurso escatológico esas impresionantes palabras: "Si no se acortasen esos días se pondría en peligro hasta la salvación de los elegidos" (Mt. 24,22)
En este caso podría ocurrir otro tanto, no con el cociente de inteligencia sino con el grado de virtud de la fortaleza. ¿Que es un blandengue? puede apostatar ¿Que es fuerte como una roca? entonces no.
La psicología metida por todas partes guiándonos a trompicones. Porque si la psicología del individuo le hace imposible la fidelidad matrimonial, el aceptar al hijo que viene y otras cuantas cosas más, en el caso del martirio ya ni os cuento. Aquellos coptos que fueron decapitados en una playa de Libia eran piedras angulares de la fe y habrá que suponer que estaban clonados para tener todos el mismo grado de fortaleza, porque si entran los psicólogos seguro que nos dirían que uno estaba muerto de miedo, el otro sereno y el demás allá incluso orgulloso, pero como el resultado fue el mismo, ahí es donde los psicólogos no saben el porqué. El porqué se llama Gracia de Dios pero Ésta estará presente también en los casos de divorcio, práctica de la homosexualidad, aborto, etc...¿o no?
Y yo me pregunto ¿cómo fueron elegidos estos pastores que son lobos disfrazados?... Creo que la labor de discernir entre buenos y malos ha estado muy, pero que muy descuidada en los últimos tiempos. Pues no son una minoría, sino una porción importante de la Jerarquía.
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Gracias a usted, Luis.
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