Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante
Evangelio del cuarto domingo de Pascua:
En verdad, en verdad os digo: “el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños".
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: “En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante“.
Jn 10,1-10
Estamos las manos del Buen Pastor. Solo a Él debemos escuchar. Debemos cerrar nuestros oídos a los que buscan robarnos la salvación. Debemos negarnos a seguir los pasos de quienes nos muestran una senda distinta a la marcada por Cristo. Y debemos ser fieles aunque nos causa “problemas". Esto nos dice San Pedro: