A la tarde te examinarán del amor
"Ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la esperanza, la caridad; pero la más excelente de ellas es la caridad."
(1ª Cor 13,13)
El que se enamora de Cristo, necesariamente se enamora de aquellos a quien Cristo ama, pues de lo contrario, no ama a Cristo. No hay amor a Cristo sin amor a los hombres, especialmente a los pobres, enfermos, viudas, huérfanos y necesitados de toda especie. Y no hay mejor forma de demostrar el amor a Cristo que amando precisamente a aquellos que más lo necesitan. De lo contrario, el amor puede convertirse en una simple palabra, en un simple vocablo que sale de nuestras bocas y que puede reflejar un mero sentimentalismo de nuestros corazones, pero que no es el amor divino que Dios ha tenido a bien el regalarnos para que lo vivamos.
¿De verdad amas a Cristo?