Toc, toc... ¿se puede?.... ya la tenemos aquí.
Que sí, que ya está ahí, a la vuelta de la esquina. Un año más nos visita. Llama a la puerta de nuestro corazón para que lo abramos de par en par. Es la Navidad. Es la celebración del milagro más maravilloso que ha ocurrido en la creación. Dios se ha hecho hombre y habita entre nosotros.
Para muchos este es un tiempo de compras, comidas y cenas de empresa, encuentros familiares, regalos, juergas, excesos, etc. Pero ay de aquellos que sólo viven el lado "laico" de la Navidad. Se pierden lo mejor. Se pierden el anuncio del profeta:
"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz."(Is 9,6)