Padre Fortea, permítame que le dé un consejo.
Estimado padre Fortea, exorcice más y hable menos en los medios. Sobre todo en aquellos que obviamente se toman a chufla todo lo relacionado con el mundo espiritual, las posesiones y sucedáneos de las mismas. Conozco en España a un exorcista con mucha más experiencia que usted y no me lo imagino cada dos por tres en la tele, en la radio o en los periódicos. Usted corre el riesgo de convertirse, si no lo es ya, en un personaje perjudicial para la credibilidad de los exorcistas que hacen su trabajo calladamente y sin bombo. No me gustaría que llegara a ser el "Apeles" del exorcismo y además me huelo que eso llevaría a su obispo a tener que tomar medidas que restringieran su ministerio.
Y no vaya a pensar que soy un incrédulo respecto a la existencia de actividad demoniaca. Aparte de que me bastaría leer los evangelios para constatar esa realidad, en mi vida he tenido oportunidad de comprobarla con mis propios ojos y oídos. Pero créame que no es algo de lo que me guste hablar o escribir. Sé que tan malo es mirar para otro lado y negar la existencia de Satanás y sus ángeles, como andar buscándolos debajo de cada piedra.