31.03.07

Ante el cierre de la parroquia de Entrevías

A mediados del pasado mes de enero escribí un artículo en este blog, acerca de la situación de la parroquia de San Carlos Borromeo, en el madrileño y vallecano barrio de Entrevías. La cosa ya venía de largo pues años atrás había podido leer que Enrique de Castro, uno de los curas responsables de aquello, reconocía cosas tan peculiares como que en su parroquia celebraban misas cristiano-musulmanas. Llegó a decir lo siguiente en una entrevista:

"En mi parroquia celebramos los domingos una misa cristiano-musulmana todos juntos. Rezan en su idioma; ellos leen el Corán, nosotros el Evangelio."

No sólo eso. Por lo que se ve el marasmo doctrinal y litúrgico era tremendo. En el obispado de Madrid dicen que han llegado a comulgar con rosquillas o con turrón, lo cual no es comulgar porque obviamente ahí no hay consagración alguna. Ante semejante panorama el cardenal arzobispo de la diócesis ha demostrado una paciencia que deja pequeña la del mismísimo Job. Y de hecho lo que hoy cabe preguntarse no es porqué ha intervenido drásticamente, sino más bien porqué no lo ha hecho antes. Con todo, él es el pastor de esa diócesis y sabe mejor que yo y que nadie las razones de su actuación.

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30.03.07

Tiempos recios, por Monseñor Demetrio Fernández

Como bien dice mi querido amigo Francisco José Fernández de la Cigoña en su blog, a Aragón le ha tocado la lotería en cuanto a sus últimos nombramientos episcopales. Cosa que hay que agradecer al Papa y a su Nuncio en España. Además de buenos pastores, son valientes a la hora de denunciar el acoso laicista, ateo y anticlerical que estamos sufriendo. Siguiendo la estela del cardenal primado de España y, diría yo, del sentido común, los obispos aragoneses se han puesto a la cabeza del pueblo de Dios a la hora de defender nuestros valores y denunciar el cambio de sociedad que se nos quiere imponder desde las autoridades del país. Valga como ejemplo esta carta de don Demetrio Fernánez González, obispo de Tarazona.

Tiempos recios

"Tiempos recios" llamaba Santa Teresa de Jesús a los de su época, la del siglo XVI. Pero en esos tiempos se forjaron los mejores santos de la historia de España. Hoy también vivimos tiempos recios. Los acontecimientos se suceden a ritmo vertiginoso. No nos da tiempo a recibir una noticia cuando tenemos otra encima, peor que la anterior. Realmente, vivimos tiempos recios en el campo de la fe.

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29.03.07

El Papa, San Ireneo de Lyon y la sucesión apostólica

Esta es la intervención de Benedicto XVI en la audiencia general de este miércoles, 28 de marzo, en la que continuó con su serie de meditaciones sobre los padres apostólicos. En esta ocasión, presentó la figura de san Ireneo de Lyon.

Queridos hermanos y hermanas:

En las catequesis sobre las grandes figuras de la Iglesia de los primeros siglos llegamos hoy a la personalidad eminente de san Ireneo de Lyon. Sus noticias biográficas nos vienen de su mismo testimonio, que nos ha llegado hasta nosotros gracias a Eusebio en el quinto libro de la «Historia eclesiástica».

Ireneo nació con toda probabilidad en Esmirna (hoy Izmir, en Turquía) entre los años 135 y 140, donde en su juventud fue alumno del obispo Policarpo, quien a su vez era discípulo del apóstol Juan. No sabemos cuándo se transfirió de Asia Menor a Galia, pero la mudanza debió coincidir con los primeros desarrollos de la comunidad cristiana de Lyon: allí, en el año 177, encontramos a Ireneo en el colegio de los presbíteros.

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28.03.07

Pisoteando la ética hacia una actitud irresponsable, por el todavía no excom

En Religión Digital se nos informa de lo que el teólogo Hans Küng acaba de decir en México. Y, para no variar, su discurso suscitará el aplauso del mundo, en el sentido bíblico del término, así como la de aquellos que desde dentro de la propia Iglesia siguen todavía en la "la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia" (Ef 2,2).

Y es que Küng llamó a la iglesia católica a no radicalizar la postura que tiene sobre el aborto, la eutanasia, la homosexualidad y la anticoncepción, cuatro problemas que son delicados, porque los mismos católicos tienen visiones diferentes y no es posible hacerlos parte de una ética mundial.

A ver si lo entiendo bien. Como no todo el mundo está de acuerdo en que hay que proteger la vida desde su concepción hasta su fin, como tampoco está conforme en que la práctica de la homosexualidad es pecado y como es obvio que los condones y demás métodos anticonceptivos están a la orden del día, pues entonces la Iglesia ha de retroceder y dejar de defender radicalmente la vida, conceder que su moral sexual ha sido retrógada y debe de adaptarse a los nuevos tiempos, y dedicarse a hacer campañas del "póntelo, pónselo".

Pues mire, señor Küng, métase su ética donde le quepa y deje a la Iglesia en paz de una puñetera vez.

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