Fray Nelson, menos "Nelson", más Fray
No sé si serán ya 12 o 13 los años que han pasado desde que me encontré por primera vez a Fray Nelson en un foro llamado “Foro del Reino de Dios", abierto y moderado por un pastor evangélico del que creo recordar que se llamaba Carlos Devetac.
Por aquel entonces yo era el típico protestante evangélico que cada vez que se encontraba en un foro con un católico “bien formado", me le tiraba al cuello con las típicas acusaciones de idolatría y paganismo por adorar imágenes y sostener doctrinas ajenas a la Escritura. Muchos de esos debates no acababan precisamente con buenas palabras, aunque tampoco recuerdo haber caído en descalificaciones gruesas e insultos con nadie.
Con Nelson la cosa fue distinta desde un principio. Tuvo una paciencia cuasi infinita conmigo y aunque no nos movíamos de nuestras respectivas posiciones, conseguimos alcanzar primero el respeto mutuo y luego un cariño sincero, propio de cristianos que aun estando distantes en muchas cosas, reconocen en el otro a un verdadero hermano en el Señor.
Sólo hubo una ocasión en la que Nelson se mostró especialmente duro y dolido conmigo. Fue cuando otro forista protestante me propuso que me preparara para ser pastor evangélico, a lo cual le respondí que esa era una de las posibilidades que había previsto para mi vida. Por aquel entonces mi teología particular tenía influencias un tanto diversas. Era arminiano en relación a la predestinación y la gracia, cada vez más universalista (me refiero a la herejía origenista sobre la apocatástasis) y preterista en cuanto a escatología, y bastante menonita, con un buen toque cuáquero, en eclesiología y teología sacramental. Todo ello sin renunciar a un pentecostalismo moderado, lejos de los histerismos presentes en el mundillo evangélico pentecostal. Por tanto ese Luis Fernando pastor habría sido ciertamente un tipo peculiar. Fue entonces cuando Fray Nelson me abordó directamente vía messenger y me dijo algo parecido a esto: “¿De verdad, Luis Fernando, que quieres seguir dividiendo el cuerpo de Cristo, que es su Iglesia?“. El fraile dominico parecía realmente enfadado ante la posibilidad de que yo acabara “inventándome” otra denominación protestante más y guiando a otras almas por ese camino. Hoy estoy convencido de que me faltaba el “carisma” para lograr tal cosa, pero tampoco se ha dado la oportunidad de saber si hubiera sido posible.