12.08.09

Los nuevos monjes quieren hábito

En pleno cumplimiento de refrán que dice que “no hay mal que cien años dure", la realidad de vida consagrada en EEUU, y posiblemente en el resto del mundo, empieza a dar un giro hacia sus raíces, hacia su esencia. El informe del que nos hacemos eco hoy en InfoCatólica señala en esa dirección. Que los nuevos aspirantes a ingresar en las órdenes religiosas busquen aquellas en las que se sigue usando el hábito puede parecer ridículo a los que no entienden que aunque “el hábito no hace al monje", lo normal es que el monje lleve hábito como símbolo externo de lo que es una realidad interior. Lo que ocurre es que cuando no hay realidad interior adecuada, el símbolo externo acaba desechándose.

Pero no es sólo una cuestión de hábitos. El informe habla también de la búsqueda de una vida comunitaria conforme a las reglas tradicionales. Y es que poca cosa tan ridícula hay como un fraile o una monja de clausura pasándose media vida fuera del claustro, dando conferencias, charlas y titulares anti-magisteriales a los medios de comunicación. Poca cosa tan absurda como unos religiosos pasándose por el forro el carisma de los fundadores de sus órdenes. Poca cosa tan estúpida como unos monjes y unas monjas mundanizados, que en vez de ser luz del mundo y ayuda para la Iglesia han dejado que el mundo, en la concepción bíblica del término, les corrompa una vocación cristiana de vida entregada a Dios y a su Iglesia.

Las consecuencias “pastorales” de la deriva de la vida consagrada tras el “pastoral” concilio Vaticano II están a la vista. La crisis de vocaciones al sacerdocio “diocesano” es un chiste comparada con la que se ha producido en muchas de las grandes órdenes religiosas. Al fin y al cabo, ¿quién puede querer ser jesuita, franciscano y dominico, por poner tres ejemplos obvios, en aquellos países -no todos- donde jesuitas, franciscanos y dominicos han estado en la vanguardia de la disidencia eclesial? Si uno quiere meterse a revolucionario, lo normal es dedicarse a la vida política, no a la religiosa.

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10.08.09

Así que defender la vida es un insulto gravísimo a la democracia, ¿verdad?

Los socialistas entienden que la democracia es un sistema por el cual ellos imponen las leyes y todo aquel que les critique no es demócrata. A la portavoz del PSOE en el Senado, favorable a que las niñas que pueden mantener relaciones sexuales puedan abortar, el Bebé-Aído le parece un gravísimo insulto a la democracia. Y yo digo que si la democracia es lo que esa señora dice, pues que “vivan las caenas", porque siempre será preferible cualquier sistema en el que los seres humanos tengan derecho a nacer y en el que los padres puedan impedir a sus hijas menores de edad que cometan un crimen.

Que la democracia española está en crisis es algo cada vez más evidente. El poder judicial está politizado desde hace tiempo, el gobierno usa a la policía para atacar al principal partido de la oposición, la unidad de la nación está en peligro por una política autonómica desastrosa en las últimas décadas y la ingeniería social fruto del laicismo radical se ha convertido en el pan nuestro de cada día desde hace más de cinco años.

El partido con alma totalitarista que nos gobierna por la voluntad de una mayoría de españoles no está dispuesto a que nadie le plante cara. Y si vemos lo que son capaces de hacer con el Partido Popular, al que empiezan a tratar de forma similar a como Chávez trata a sus opositores venezolanos, ¿qué no harán con los ciudadanos que se organicen para oponerse civilmente a sus propósitos?

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7.08.09

¿Hace falta que la Iglesia nos diga que no debemos ver la tele-basura?

He de reconocer que el cero absoluto es una cifra bastante apropiada para calificar mi interés por el mundillo de la prensa del corazón. No recuerdo haber visto nunca un programa entero de esos que pululan por las tardes en las parrillas televisivas y que rompen los índices de audiencias en las noches de los viernes y los sábados. En mi opinión, sentarse delante de la pantalla de televisión para ver cómo unos desechos humanos venden sus miserias morales tiene el mismo sentido que irse de paseo a un vertedero para ver las montañas de basura apiladas unas al lado de las otras. El olor “físico” del vertedero debe de ser muy parecido a la pestilencia “espiritual” de los multi-adúlteros y multi-fornicarios que asoman sus gaitas por la caja tonta. Y sin embargo, a millones de españoles les encanta desperdiciar horas de su ocio consumiendo ese material, señal inequívoca de que el temple moral de nuestra sociedad está a niveles más cercanos al subsuelo infernal que al espacio celestial.

A pesar de que, como digo, no soy consumidor de esos programas, el otro día vi en Periodista Digital que se había producido una pelea entre dos de los habituales de la prensa rosa: un tal Pipi Estrada, al que yo situaba más bien en el ámbito deportivo, y el ya entrado en años Jimmy Giménez Arnau. Ni sé ni me importa a cuento de qué se pegaron, pero el caso es que el primero le ha roto el tendón de aquiles al segundo, además de lesionarle uno de los oídos. O sea, la cosa es más seria de lo que pudiera parecer en un primer momento y ya veremos si no acaba con pena de prisión para el Pipi. Pero eso no es lo más peculiar de este personaje. Ayer leí que el pájaro ha presumido de haberse acostado con más de 3000 mujeres. No sé si en este caso cabe aplicar aquello de “dime de qué presumes y te diré de qué careces", pero ¿qué más da? ¿alguien se imagina a un tipo diciendo eso por televisión en la España de los 80? No digo en la España de Franco, no. En la de los 80.

Yo creo que un católico con la conciencia bien formada no sólo no debe de ver ese tipo de programas, salvo alguna cata ocasional para comprobar si la degeneración va a más, sino que incluso ha de procurar ser un instrumento activo contra los mismos entre sus familiares y amigos. Cuando en mi casa se hace zapping y se llega a un canal donde emiten esa basura, inmediatamente digo “¡Quita eso!". De hecho, me pasa algo parecido con muchas de las series que se hacen en este país. Casi todas proponen unos valores que se dan de tortas con los míos y los que quiero para mis hijos. A ver si con la TDT llega más variedad y podemos elegir de verdad entre la basura y lo decente. Porque si lo que vamos a tener es más de lo mismo, mi televisor acabará por convertirse en un trasto casi inservible. Sólo lo usaré para ver deporte.

Luis Fernando Pérez Bustamante

6.08.09

Internet y las relaciones sociales

El primado de Inglaterra y Gales, monseñor Vincent Nichols, ha advertido de los efectos secundarios de la proliferación de redes sociales en internet. Y a mí me parece que sus palabras son muy adecuadas y necesarias en estos momentos. Facebook, MySpace, Twitter, etc, son instrumentos de comunicación muy poderosos pero, como todo en esta vida, si no se les da un buen uso, pueden causar no pocos incovenientes a personas con una personalidad problemática o no muy asentada. Y en ese sentido, los adolescentes son uno de los “grupos de riesgo” y soy partidario de que los padres sepan bien en qué redes están metidos sus hijos y quiénes son sus contactos. No se trata de fiscalizar toda la actividad de nuestros hijos en la red pero sí de supervisarla al menos de la misma manera que con sus amistades “de carne y hueso". El dime con quién andas y te diré quién eres es también cierto a la hora de elegir las amistades cybernéticas.

Puede parecer demagógico e hipócrita que alquien como yo, que llevo años pasando horas delante del ordenador cada día, diga que hay que tener cuidado de que internet no se convierta en una verdadera red que atrape la vida social de las personas. Ni los chats, ni las videollamadas, ni los foros, ni los blogs pueden sustituir al contacto directo con los amigos de siempre. En todo caso internet puede servir, y de hecho sirve, para aumentar el círculo de amistades, pero ojo con convertir la vida en una gran sentada delante de la pantalla del ordenador. Por no hablar de la adicción que produce en no pocos individuos, a los que si les quitas internet de sus vidas durante una semana sienten verdadero “mono".

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3.08.09

Mújica da la razón a la campaña de la CEE contra el aborto

Cuando la Conferencia Episcopal lanzó su campaña contra la futura ley del aborto, en la que el cartel mostraba a un lince y a un bebé mostrando que las crías del animal tenían más protección legal que las del ser humano, las críticas de los pro-abortistas y de sectores progre-eclesiales fueron furibundas. Pues hete aquí que este fin de semana el Defensor del Pueblo, Enrique Mújioca, ha advertido de que la futura ley abortista protege menos a los fetos humanos que a los animales.

Eso sí, Mújica defiende la ley de plazos y dice que en ningún caso se debe de mandar a nadie a la cárcel ni por abortar ni por provocar abortos incluso fuera de esos plazos. Ante lo cual, sus palabras no dejan de ser un brindis al sol. Sólo quiere que se guarden un poco las formas. Y es que, se quiera o no, queda muy mal el que haya pena de cárcel para el que mata a palos a un perro o se carga un huevo de quebrantahuesos y sin embargo se penalice sólo con una multa a los miserables hijos de Satanás que se dedican a triturar fetos humanos que ya podrían sobrevivir fuera del seno materno. Es más, estoy convencido de que la multa que se les pondrá será menor en su cuantía que el dinero que saquen de matar a un feto de 7-8 meses. Así que, aunque les pillen, el negocio les saldrá rentable.

El caso es que aunque se cumplan los deseos del Defensor del Pueblo y se aplique una “pena ligera” -nunca cárcel- por aborto ilegal, los fetos humanos -y no digamos nada los embriones- seguirán teniendo menos protección que el lince ibérico y que los bosques. Así que Mújica debería de llamarse Defensor del Pueblo menos de los seres humanos no nacidos. Ah, y por favor, que no nos venga con la cantaleta de que “los que somos partidarios de los plazos no nos gusta el aborto". Es como si los mafiosos que se dedican a la trata de blancas dicen que no les gusta practicar el sexo con prostitutas.

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