¿Qué ha cambiado para que el cardenal Rouco no vaya al 17-O?
El cardenal Rouco ha animado a los católicos a que acudan a la manifestación en contra de la nueva ley del aborto que se celebrará el próximo 17 de octubre. Y al mismo tiempo ha dicho que no piensa ir. O sea, como yo, que animo a que la gente vaya pero no iré. Lo que ocurre es que yo soy quien soy y el cardenal es quien es. Mi presencia no añadiría nada a la manifestación. La suya sí.
Si el cardenal Rouco no hubiera ido nunca a ninguna manifestación en contra de la ingeniería social de Zapatero, su postura actual sería comprensible. Pero, tal y como se ve en la foto que adjunto al post, don Antonio María sí estuvo al menos en la manifestación a favor de la familia natural y en contra de la aprobación del matrimonio gay. ¿Qué ha ocurrido en estos años para que se pase de una presencia a una ausencia? Desde luego la materia que provoca la manifestación del 17-O es más grave, pues estamos ante el crimen de inocentes. Así que es normal que algunos fieles opinen que o fue un error el acudir a la manifestación contra el matrimonio gay o lo es el no acudir a la de dentro de nueve días. También habrá quien diga que no es un error ni una cosa ni la otra, pues nada obliga a un cardenal o a un obispo a ir o dejar de ir a manifestaciones no convocadas expresamente por la Iglesia, pero incluso quien así lo piense no me negará que resulta peculiar este cambio de criterio.
Lo cierto es que la imagen que está dando la jerarquía española en el último año y medio ha cambiado respecto a la que dio en la legislatura pasada. Eso es un hecho innegable. Por supuesto, se mantiene el mismo discurso en defensa de la vida y de la ley natural, pero hay menos gestos “externos”. Ahora bien, tampoco sería justo acusar a los obispos de quedarse de brazos cruzados. No se nos olvide que en relación con el aborto, se llevó a cabo la famosa “campaña del lince", que tuvo la capacidad de obtener una repercusión mediática importante. Y ayer pudimos leer una magnífica carta de monseñor Sánchez, obispo de Guadalajara-Sigüenza. Ese es el camino. Los pastores deben de ponerse al frente de la oposición contra la cultura de la muerte. Algunos creemos que deberían de hacerlo de forma más “visible", siguiendo el patrón de hace unos años, pero, al menos yo, no voy a perder mucho el tiempo diciéndole a los obispos lo que tienen que hacer. Baste con que sepan nuestra opinión. Si la tienen en cuenta, bien. Si no, también bien.
Luis Fernando Pérez