Zapatero defendiendo el derecho a la vida es como Satanás hablando de la virtud cristiana
“El derecho a la vida es el Derecho Supremo". Esa frase, con la que prácticamente todos estamos de acuerdo, fue pronunciada ayer por una de las personas que, en estos momentos, más empeñado está en conculcar dicho derecho. Zapatero hablando del derecho a la vida es como Satanás hablando de la virtud cristiana: un completo contrasentido.
Obviamente no veremos en él un comportamiento como el de esa gentuza que hace unos días llenó de pintadas asquerosas la sede de Red Madre en Madrid. Entre ellas aparecía una frase especialmente repugnante: “Os beberéis la sangre de nuestros abortos”. Lástima no saber dónde viven los que hicieron esas pintadas para ponerles la siguiente cita del Apocalipsis apócrifo de Pedro en la puerta de sus casas: “Muy cerca de allí vi otro lugar angosto, donde iban a parar el desagüe y la hediondez de los que allí sufrían tormento, y se formaba allí como un lago. Y allí había mujeres sentadas, sumergidas en aquel albañal hasta la garganta; y frente a ellas, sentados y llorando, muchos niños que habían nacido antes de tiempo; y de ellos salían unos rayos como de fuego que herían los ojos de las mujeres; éstas eran las que habían concebido fuera del matrimonio y se habían procurado aborto” (Ap Pedro 26)
Pero, como digo, Zapatero no llega a tanto, siquiera sea por una cuestión de estética. Claro que si convierte el aborto en un derecho, no sé hasta qué punto está muy lejos de los que desprecian a los movimientos pro-vida. Estamos en un momento en que a los defensores del derecho a la vida del no nacido se les va a tachar como opositores al derecho fundamental zapateril y progresista del aborto. No faltará quien en la extrema izquierda proponga que se persiga a los pro-vida. De hecho, supongo que en la Alemania de Hitler debió ser peligroso manifestarse a favor de que no se tratara a los judíos como desecho humano.