Carta enviada a Roma y Cartagena
Hoy al mediodía ha salido, en dirección a la Curia Generalizia de la Compañía de Jesús en Roma y a la sede del obispado de Cartagena, la carta abierta al Prepósito General de los jesuitas y al obispo de Cartagena, Rvdmo P. Adolfo Nicolás y Excmo y Rvdmo D. José Manuel Lorca Planes respectivamente, que escribí el sábado 26 de diciembre en este blog.
El motivo de la carta, como todos los lectores de este blog saben, es el escándalo que supone leer en un periódico español un artículo de un sacerdote jesuita en el que se ofende gravemente el sentimiento de los católicos. El que no sepa a qué me refiero, que lea la carta abierta, en la que doy detalles del escándalo.
A la carta he sumado los datos personales -nombres, apellidos y DNI o documento acreditativo- de los fieles que se han querido adherir a la misma. En total, han sido 148 las personas que se han sumado al texto. A todas ellas quiero dar las gracias por su adhesión y por su confianza en darme sus datos. Entre los apoyos a la carta se encuentran diez sacerdotes y un religioso. Al menos que se hayan presentado como tales. Es posible que algún otro sacerdote, religioso o religiosa me haya enviado sus datos sin hacer referencia a su condición. También hay abogados, periodistas, médicos y miembros de otras profesiones pero en la carta enviada sólo he señalado a los que son sacerdotes y al religioso (sin mencionar su orden). La mayoría de los co-firmantes son españoles pero también he recibido adhesiones de argentinos, chilenos, venezolanos, italianos y españoles residentes en el extranjero. Uno de ellos, curiosamente, me escribió desde Japón, donde reside el padre Masiá.
Quiero además reproducir unos párrafos del email que un sacerdote murciano me envió ayer mismo:
Ante la publicación de Masiá me alegró enormemente ver que había tenido alguna repercusión el hecho y que tanto el Sr. de la Gigoña, así como usted mismo han reaccionado.
Me parece muy bien la carta, pero si me lo permite, le diré que lo considero una acción poco contundente. Aquí lo que hay que hacer ver de una vez por todas es que los fieles tienen derechos y que pueden exigirlos y reclamarlos. No se trata ya de pedir, rogar y suplicar que por favor digan o hagan algo sino de exigir que digan y hagan. ¡Es un DERECHO de los fieles!
…
Por cierto, que en el mismo ejemplar del diario “La Verdad” en el que venía el artículo de Masiá aparecía otro artículo de un miembro de Comunidades de base de la Diócesis que colabora también habitualmente, cuestionando el celibato sacerdotal y reclamando el sacerdocio femenino.
O los fieles se espabilan y comienzan a exigir el que se respeten sus derechos o las cosas van a cambiar muy poco.
Pues de eso se trata amigos y hermanos en el Señor. De que los fieles hagamos aquello que se nos pidió que hiciéramos en el Concilio Vaticano II:
Los laicos, como todos los fieles cristianos, tienen el derecho de recibir con abundancia, de los sagrados pastores, de entre los bienes espirituales de la Iglesia, ante todo, los auxilios de la Palabra de Dios y de los sacramentos; y han de hacerles saber, con aquella libertad y confianza digna de Dios y de los hermanos en Cristo, sus necesidades y sus deseos. En la medida de los conocimientos, de la competencia y del prestigio que poseen, tienen el derecho y, en algún caso, la obligación de manifestar su parecer sobre aquellas cosas que dicen relación al bien de la Iglesia. Hágase esto, si las circunstancias lo requieren, mediante instituciones establecidas al efecto por la Iglesia, y siempre con veracidad, fortaleza y prudencia, con reverencia y caridad hacia aquellos que, por razón de su oficio sagrado, personifican a Cristo. (LG 37)
Como he dicho, en este caso varios sacerdotes se han sumado a la carta, así que no es sólo una iniciativa de laicos. Pero para el caso, creo que es lo mismo.
Esta es la lista de los que se han adherido a la carta abierta. Pongo sólo el nombre y las iniciales. Si alguien no se encuentra, que me lo diga. Esto lo hago todo a mano y se me puede haber perdido algún nombre: