Sólo falta que el sindicato de la ceja se manifieste contra Munilla
Monseñor Munilla, o más bien lo que él representa, va camino de conseguir un récord dentro de la Iglesia en España. Puede ser el obispo contra el que más se manifiesten los enemigos de la Iglesia, tanto internos como externos. Hasta ahora se habían pronunciado contra su nombramiento como obispo de San Sebastián políticos nacionalistas, algunos socialistas, curas, religiosos y, en general, todos los cismáticos progre-liberales (lo de liberal lo digo en un sentido teológico) del “Estado español". Sin embargo, faltaba el perejil de todas las salsas, la guinda del pastel. Pero nadie se aflija. Feministas, gays y transexuales acaban de anunciar que piensan manifestarse contra el obispo vasco y que lo piensan hacer delante de la catedral de San Sebastián. El círculo de opositores se cierra. Sólo echo de menos al sindicato de la ceja (*). Si mañana los Bardem y cía arremeten contra don José Ignacio, todo se habrá consumado. Si acaso, no descartaría que algún espía de la SGAE fuera el día nueve a comprobar si en la misa de toma de posesión se canta algún tema del que se pueda recaudar dinero de derechos de autor.
Los argumentos de feministas, gays y transexuales -Dios los cría y ell?s se juntan- son demoledores, contundentes, impresionantes, novedosos, agudos, imaginativos. Se resumen en: Munilla es un heterofascista. Hay que ver qué imaginación le echan esos muchach?s. También les molesta que el obispo haya dicho que el aborto es un asesinato, que es lo mismo que decimos todos los católicos que lo somos de verdad y no de boquilla, como los cismáticos progre-liberales.