Padres objetores: solos ante el peligro
Cuando el gobierno de Zapatero anunció su intención de adoctrinar a todos los niños y adolescentes de España mediante la asignatura Educación para la Ciudadanía, la derecha social puso el grito en el cielo y se preparó para movilizarse contra semejante afrenta al derecho paterno sobre la educación de los hijos. Hablo de derecha pero es de suponer que los ciudadanos de centro-izquierda que creen que el Estado no puede atentar contra ese derecho, también estaban en contra de las intenciones zapateriles.
Entre las reacciones más firmes contra la EpC estaban la de los obispos españoles. Muchos recordamos al cardenal Cañizares y a Monseñor Martínez Camino usando los programas de más audiencia de la Cope (esos que en breve van a oír cuatro gatos) para dar mil y una razones para oponerse a la asignatura. El por entonces Primado de España llegó a decir que “educación para la Ciudadanía es terriblemente mala, no solo por algunos de sus contenidos, sino sobre todo porque desfigura la verdad del hombre” y “los jóvenes de hoy también son robados: les roban el corazón y se lo llenan de ideología y pseudocultura“. Y como él, muchos prelados se unieron a esa parte de la sociedad civil que no estaba dispuesta a dejar la educación de sus hijos en manos de un gobierno que, en cuestiones de ética y moral, es de extrema izquierda.
Ahora bien, desde un primer momento hubo alguien que se mostró dispuesto a no secundar la oposición a la EpC. ¿Quién? Pues ni más ni menos que la FERE, la patronal de los colegios católicos. Es decir, aquellos que de verdad tenían en su mano bloquear y hasta boicotear la EpC, se echaron en brazos del gobierno a cambio de promesas etéreas de supuesto respeto a su ideario. No les importó oponerse a los obispos ni a los padres católicos que ya habían empezado a movilizarse para objetar. El concierto ($$$) o la afinidad ideológica con la izquierda pesaban más en la balanza. El propio cardenal Cañizares se quejó amargamente de la postura de la FERE: “Los obispos hemos dicho muchas cosas sobre diversos aspectos de la legislación educativa y ha habido sectores de la Iglesia que no han hecho caso“. “¡Qué bien aprovechan nuestras fisuras -prosiguió- quienes son enemigos del hombre para fomentar la división!“. Bien…. sigamos.
El Partido Popular también se opuso radicalmente a la EpC. Rajoy hizo de dicha oposición una de sus banderas y declaró en el Congreso, con el aire de solemnidad que el gallego da a algunas de sus frases, que el PP retiraría la asignatura del currículum escolar en caso de gobernar.
La objeción de conciencia se presentó entonces como el caballo de batalla contra las intenciones totalitarista del zapaterismo. Los padres objetores eran apoyados por el principal partido de la oposición, por los movimientos civiles favorables a la cultura de la vida y por gran parte de la Iglesia, en especial su jerarquía.
En relación a la objeción, el mismísimo cardenal Cañizares llego a decir era “legítima y que hay que asegurarla y respetarla“. Es más, escribió una carta a los centros religiosos de su archidiócesis en la que afirmaba que “no podemos ni debemos impartir a nuestros alumnos” la asignatura de EpC “tal y como está configurada en los reales decretos“. El caso es que al año siguiente, hasta los colegios que dependían directamente de la archiciócesis, dieron la EpC.
Así estaban las cosas hace un par de años. La realidad hoy es la siguiente: los padres objetores están solos, la Iglesia ha adoptado las tesis de la FERE y no hay un solo colegio de titularidad diocesana que se haya negado a dar la asignatura y el Partido Popular ha dicho que no piensa quitarla del currículum, conformándose con moderar sus contenidos pero dejando la puerta abierta a que otro futuro gobierno socialista vuelva a usarla como herramienta adoctrinadora.