22.06.10

Cambios en la moderación de este blog

El próximo 19 de septiembre se cumplirán cuatro años desde mi primer post en “Cor ad cor loquitur". La práctica totalidad de mis artículos se pueden encontrar en InfoCatólica, salvo los que perdí en el periodo de tiempo entre mi salida de Religión Digital y el inicio de Religión en Libertad. En esos meses mantuve el blog en coradcor.com -hoy ya no existe- pero un problema técnico me llevó a perder gran parte del material.

Durante estos casi cuatro años he moderado el blog de forma bastante uniforme. A unos les habrá parecido bien, a otros mal y a algunos regular. A partir de hoy, cambiarán las cosas.

En los últimos tiempos he recibido multitud de comentarios acusándome de falta de caridad al criticar a los heterodoxos. Los argumentos siempre son los mismos. La originalidad en ese tipo de críticas brilla por su ausencia. Todas son respetables, pero llega un momento en que cansan. Al menos yo me he cansado de leerlas. Hace un par de años escribí dos artículos en los que explicaba las razones de mi proceder ante lo que considero una de las necesidades más apremiantes de la Iglesia en este momento de la historia. Se pueden leer aquí:

El verdadero “tono evangélico” ante los que propagan el error
Apologia pro vita sua

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21.06.10

En otras palabras: es un bocazas

Los franciscanos de Arantzazu por fin se han pronunciado. Debieron hacerlo al día siguiente de que su “hermano” Arregui publicara una carta victimista que tenía como objetivo poner en solfa al obispo de San Sebastián. Pero más vale tarde que nunca. El texto, por más “suave” que pueda parecer en las formas, es bien clarito. Y confirma punto por punto el comunicado de la diócesis donostiarra.

Los religiosos lamentan “que unilateralmente se haya roto la privacidad y confidencialidad de un proceso de conversaciones no acabadas“. Ocurre que quien ha hecho eso tiene nombre y apellidos. Dicen también que “con frecuencia una expresión sacada de su contexto se distorsiona en su significado y adquiere muchas veces proporciones distintas a las reales. Lamentamos que también en este caso haya ocurrido así“. Ocurre que quien ha hecho eso tiene nombre y apellidos.

Como yo no tengo porqué adecuarme al lenguaje diplomático de un documento de este jaez, resumo lo dicho por los franciscanos de la siguiente manera: Arregui ha sido un bocazas y un manipulador de la realidad, que ha distorsionado para su propio interés.

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20.06.10

Guardada, defendida y transmitida en su pureza e integridad

Así quiere el Papa que se actúe con la fe. Como dice el título de este post. Y así se lo cuenta a quienes tienen el deber de hacer tal cosa: lo obispos. En este caso, a los de Brasil, pero sus palabras valen para todos.

La responsabilidad de cada obispo al frente de su diócesis es única e insustituible. El Papa, y todo al aparato vaticano que le rodea, no puede gobernar el día a día de todas las diócesis en el mundo. En las visitas ad limina se analiza la situación de las iglesias locales, pero no sé hasta qué punto los informes que se presentan reflejan bien la realidad o, por el contrario, la disfrazan o maquillan para no tener problemas en Roma.

Me parece innecesario explicar por qué es necesario guardar, defender y transmitir la fe en su pureza e integridad. De ella depende nuestra salvación. La adulteración o la supresión de cualquiera de sus aspectos pone en peligro la salud espiritual de los fieles. No hay caridad alguna en permitir que el virus del error haga enfermar al rebaño que pastorea cada obispo. Los que piden manga ancha con los heterodoxos sirven al enemigo de nuestras almas. Los que acusan de inmisericordes a los defensores de la sana doctrina, sirven al padre de la mentira. Los que animan a los obispos a mirar para otro lado cuando un sacerdote vive abiertamente en pecado carnal o desvío doctrinal, son peones de Satanás.

Dice el Santo Padre:

… el obispo está llamado también a juzgar y disciplinar la vida del pueblo de Dios confiado a sus cuidados pastorales, a través de leyes, directivas y sugerencias, como está previsto en la disciplina universal de la Iglesia. Este derecho y deber es muy importante para que la comunidad diocesana permanezca unida en su interior y camine en sincera comunión de fe, de amor y de disciplina con el obispo de Roma y con toda la Iglesia.

Hágase pues, allá donde no se hace bien. No hay otro camino. Sólo puede haber unidad y caridad en la verdad.

Luis Fernando Pérez

18.06.10

Arregui el hereje y sus palmeros mediáticos

Érase una vez una iglesia local, la de San Sebastián, cuya trayectoria apuntaba a la necesidad de que se la proveyera de un pastor con unas características muy concretas. En Roma se dieron cuenta de que dicho pastor no era otro que don José Ignacio Munilla, que tras ser sacerdote en dicha diócesis había sido ordenado como obispo el frente de la Iglesia en Palencia. Monseñor Munilla representa el modelo de obispo que el Vaticano quiere para la Iglesia en España. Justo el mismo que odian los que desean que se profundice en la secularización interna denunciada por los obispos españoles en el 2006.

Además, Monseñor Munilla es vasco de origen, de corazón y hasta de lengua, pues habla el euskera perfectamente. Políticamente no es ni nacionalista ni no-nacionalista. Ya como párroco en Zumárraga supo ser sacerdote para todos, independientemente de su adscripción política. Eso sienta mal a ese sector de la Iglesia en el País Vasco que antepone antes la identidad sociopolítica a la espiritual.

Por eso, cuando el Papa le nombró como nuevo obispo de San Sebastián, empezó una campaña brutal contra él. Aunque la misma se desarrolló en varios medios de comunicación, fue en uno de ellos, Religión Digital, el que llevó la voz cantante. Su director, José Manuel Vidal, llegó a pedirle que renunciara antes de tomar posesión. Hubo de todo, cartas de sacerdotes guipuzcoanos incluida. Ya entonces el franciscano José Arregui protagonizó uno de los sucesos más patéticos y repugnantes de dicha campaña, haciendo alusión a una carpeta del ordenador, supuestamente titulada “Mafia", que Monseñor Munilla se había dejado en la parroquia de Zumárraga. En la misma habría archivos con notas sobre otros sacerdotes de la misma diócesis. Precisamente el párroco que tomó el relevo de don José Ignacio aseguró que el franciscano había calumniado al obispo. Y, conviente tener muy en cuenta este dato, fue Monseñor Uriarte, no Munilla, quien ordenó callar al franciscano.

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17.06.10

¿Islamofobia? Es un chiste, ¿verdad?

Yo no sé el resto de los lectores de Infocatólica, pero personalmente estoy hasta el gorro de tener que dar y leer noticias del maltrato, discriminación y persecución abierta de los cristianos en países musulmanes. Todo ello con la complicidad de un Occidente que mira cobardemente hacia otro lado.

Es por ello que me resulta alucinante que unos cuantos países musulmanes hayan tenido la desvergüenza, el descaro, la indecencia y la desfachatez de pedir a la ONU que tome medidas contra la islamofobia en Occidente. Les molesta especialmente la que, según ellos, se da en los medios de comunicación.

Esto es como si la asociación de prostitutas de la calla madrileña de la Montera se planta ante el Congreso de los Diputados para exigir una ley de defensa de la castidad y la fidelidad conyugal.

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