De vicepapas en España va la cosa
José Manuel Vidal, director de Religión Digital, ha escrito un artículo elogioso sobre el Cardenal Arzobispo de Barcelona, S.E.R D. Lluís Martínez Sistach, que ha sido replicado por Francisco José Fernández de la Cigoña desde su blog en Intereconomía.
El primero, bien lo saben todos los que le leen habitualmente, profesa una especie de odio enfermizo hacia el Cardenal Arzobispo de Madrid, S.E.R don Antonio María Rouco Varela, que le lleva a criticar casi hasta la manera en que el cardenal gallego respira. Y Paco Pepe es el “feliz” inventor del término “Nostach” para referirse al purpurado catalán, el cual es objeto igualmente de sus críticas.
Desde un punto de vista eclesial, es evidente que la archidiócesis de Madrid goza de muchísima mejor salud que la de Barcelona. Bastaría echar un vistazo a las cifras de seminaristas para comprender lo verdadero de mi afirmación anterior, pero hay además muchos otros factores que apuntan en la misma dirección. Por ejemplo, lo que en Madrid es un caso más o menos excepcional, Entrevías, en Barcelona es lo habitual. Cierto es que, según mi particular opinión, en la archidiócesis de la capital de España hay asuntos, como el de la presencia de bastantes profesores de religión poco recomendables, que requerirían una acción más decidida por parte de su pastor. Pero al cardenal Rouco todavía no le ha aparecido ningún sacerdote anunciando que paga abortos, ni un párroco recomendando no marcar la X de la casilla de la Iglesia en la Declaración de la Renta, ni le han organizado una concentración antipapal en una basílica. Todo ello ha contado con el silencio cardenalicio de don Lluís. En otras palabras, Germinans germinabit no es necesario en Madrid, mientras que, con todos los matices y críticas que se quieran, es un verdadero faro de luz en Barcelona.