He pedido a los Reyes Magos el libro de Cohen
Como ya no tengo edad para pedir juguetes y me cansé de recibir colonias cada 6 de enero, este año he decidido que voy a pedir un par de libros. Y uno de ellos va a ser, sin el menor género de dudas, “Comprender y Sanar la homosexualidad”, de Richard Cohen. No porque sea homosexual ni porque conozca a nadie que lo sea y quiera dejar de serlo -aunque sí lo conocí hace años-, sino precisamente porque me he dado cuenta de que el lobby gay de este país va camino de convertirse en una especie de Santo Oficio laicista capaz de elaborar un Índice de libros prohibidos. Y claro, por ahí no paso.
Yo entendería que las asociaciones de LGTB vetaran un libro como ese en sus librerías o editoriales -si es que las tienen- e incluso que promovieran una campaña destinada a que nadie lo compre, pero si lo que quieren es una guerra de vetos y censuras en grandes centros comerciales, nos van a tener enfrente. No tengo nada claro que a empresas como el Corte Inglés le interese entrar en una guerra de vetos. Por ejemplo, si el lobby gay logra su objetivo con este libro, lo mismo unos cuantos cristianos decidimos que no vamos a comprar un solo libro más en esa cadena de centros comerciales. Y quien dice un libro, dice un pantalón o una cubertería. Habrá quien piense que el lobby gay es infinitamente más potente en este país, al menos mediáticamente, de lo que podamos ser unos cuantos blogueros sueltos, pero si echan ustedes un vistazo a la capacidad de movilización cívica y mediática de la conocida como “derecha social” de este país, la cosa cambia. Un par de alertas de HO valen bastante más que todos los comunicados que quieran hacer las fedederaciones de gays y lesbianas.