¿Qué diferencia hay entre matarlos antes o después de nacer?
Mucho revuelvo ha provocado el artículo publicado en el Journal of Medical Ethics dedicado a defender la “moralidad” del asesinato de los niños recién nacidos, bajo el argumento de que son seres humanos pero no personas. Los autores son un tal Alberto Giubilini y una tal Francesca Minerva, que seguramente eran conscientes del escándalo mediático que iban a causar. El editor del medio, Julian Savulescu, va por ahí rasgándose las vestiduras porque a Alberto y a Francesca les han dicho de todo menos guapos. Dice incluso que les han amenazado de muerte. Algo que, de ser cierto, es condenable. Pero no es condenable que toda persona de bien sienta el mayor de los desprecios hacia gentuza capaz de apoyar la legitimidad del asesinato de bebés recién nacidos.
Ahora bien, es necesario que la sociedad sea coherente. Si acepta que se puede matar a un ser humano antes de nacer, ¿por qué no aceptar que se le puede quitar la vida nada más salir del seno materno? ¿cuál es la diferencia esencial entre un no nacido y un recién nacido? Ya lo digo yo: ninguna. Ambos necesitan de su madre para sobrevivir. Ambos son incapaces de valerse por sí mismos. Ambos tienen la misma identidad biológica. Y por supuesto, aunque esto es un argumento que ignoran los impíos e incrédulos, ambos tienen la misma dignidad como seres creados a imagen y semejanza de Dios.