17.04.12

Amicus Plato sed magis amica veritas

La frase que da título a mi post, y que significa “Platón es amigo, pero la verdad es más amiga", aparece en la obra La vida de Aristóteles de Ammonio. Parece ser que Aristóteles, discípulo de Platón, admiraba a su maestro, la profundidad de sus pensamientos y de sus razonamientos filosóficos, la corrección moral de su vida y de sus sentimientos, pero juzgaba más importante la búsqueda de la verdad en sus múltiples formas.

Por pura gracia de Dios, los que hemos recibido el don de la fe no necesitamos buscar la verdad. La misma se nos presenta en la persona de Cristo y de sus enseñanzas. Se nos concede el privilegio de ser libres para amar a Dios y obrar el bien, huyendo de la esclavitud del pecado. Ni Aristóteles ni Platón tuvieron la ocasión de alcanzar tal merced. Al menos no en el grado máximo que es ofrecido a los que aceptan el señorío del Salvador.

Ahora bien, Cristo no dejó tras de sí una mera serie de enseñanzas que sirvieran de guía para quienes se dejan abrazar por sus brazos salvadores. Cierto que lo más importante de sus palabras y de sus obras quedaron por escrito en los evangelios, pero el gran regalo del Señor al mundo, aparte de su sacrificio redentor, es la Iglesia, columna y baluarte de la verdad. Ella es su cuerpo, su plenitud.

Leer más... »

16.04.12

Los herejes ante la Escritura y la Tradición

Desde que en las últimas semanas la Iglesia parece decidida a dar un paso adelante a la hora de defender la sana doctrina y amonestar, siquiera someramente, a quienes se oponen públicamente a la misma (curas austriacos, Queiruga, Flannery), los defensores de los heterodoxos se rasgan las vestiduras hablando del regreso de la Inquisición, de la Edad Media, etc.

Ciertamente la Iglesia ha combatido la herejía antes del último concilio. En dicho combate se llegaron a usar métodos absolutamente brutales, que esperamos y deseamos que no se vuelvan a repetir. Ahora bien, la defensa de la sana doctrina contra la heterodoxia no es cosa de Torquemadas, ni empezó cuando se implantaron las hogueras para quemar herejes. Aparece en el Nuevo Testamento y sigue, sin solución de continuidad, en los primeros siglos del cristianismo. Prueba de ello es que una de las obras cumbre del siglo II lleva como títlo “Contra los herejes”. Escrita por San Ireneo de Lyon, tiene hoy exactamente la misma actualidad que en el momento de su composición.

Leer más... »

15.04.12

El milagro del perdón

Mons. José Ignacio Munilla ha sido hoy el buen pastor de las víctimas del terrorismo durante la Misa que ha oficiado en la catedral de San Sebastián. Y lo ha sido no solo por ofrecer a Dios el sacrificio eucarístico por el alma de los asesinados y por el sufrimiento de los que no llegaron a morir y por todas sus familias, sino por las palabras dirigidas precisamente a aquellos que hoy lloran por el daño que les causaron los asesinos.

El camino mostrado hoy por el obispo de San Sebastián no es otro que el de la cruz. La misericordia divina alcanza en el Calvario su mayor expresión. Allí llega el Cordero de Dios, inocente de todo pecado, para cargar con nuestras faltas y ofrecernos, desde su sufrimiento, el perdón. El sacrificio de Cristo abre la puerta de la justicia divina que toma como alma la misericordia, dejando a un lado la justicia, igualmente divina, sin dañarla, que tiene como alma la retribución por el mal causado.

Desde el temor de quien sabe muy bien lo que está pidiendo, el obispo ruega a las víctimas que recen por la conversión de sus verdugos. Es lo que hizo Cristo en la cruz, cuando exclamó “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Luc 23,24). Es ese perdón que se ofrece sin que siquiera lo pidan aquellos que son objeto del mismo.

Leer más... »

14.04.12

Vida Nueva, Progresismo Muerto

¿Ustedes se imaginan que una revista católica se dedicara a atacar a obispos que predican conforme a la fe de la Iglesia a la vez que defiende a un teólogo cuya obra está alejada del magisterio en al menos siete puntos? Pues esa revista existe. Y se llama Vida Nueva. Su director, el sacerdote jienense Juan Rubio, ha escrito una “crónica del director” y un “a ras de suelo” en los que arremete contra Mons. Reig Pla y llega a considerar que su homilía de Viernes Santo, a la que califica de incendiaria, puede ser más peligrosa que las elaboraciones teológicas de Queiruga.

La primera de sus crónicas la titula “Una palabra oportuna que aliente al hermano”. Recomiendo que le lean ustedes, pero no sin antes hacer lo que llevo pidiendo que se haga en relación a lo que predicó Mons. Reig Pla. A saber, escuchen entera la homilía del obispo. Y si de paso se escuchan las otras dos homilías del Triduo Pascual, tanto mejor. Vuelvo a poner los enlaces:

Leer más... »

13.04.12

Torres Queiruga se mantiene en su herejía

Si alguien concibió alguna vez la idea de que el teólogo gallego Andrés Torres Queiruga aceptaría las indicaciones que el magisterio le ha hecho sobre su teología, que vaya olvidándose de ello. Y hasta cierto punto es lógico. Toda una vida pensando lo mismo, escribiendo lo mismo, difundiendo lo mismo, no se va a dejar a un lado porque una comisión episcopal para la doctrina de la fe diga que eso que se piensa, escribe y difunde no es conforme a la fe católica. Daría igual, creo yo, que la nota llegara de Roma, aunque espero y deseo que tal cosa ocurra algún día, siquiera sea para dar más fuerza magisterial a lo que los obispos españoles han manifestado.

Una prueba más del carácter pertinaz en el error de Queiruga se manifestó ayer en el programa de la televisión gallega “Vía V”. Don Andrés fue objeto de una amplia entrevista en la que manifestó su opinión sobre todo lo ocurrido con motivo de la nota de la CEE. Resumir media hora de entrevista no es el objeto de este post, así que voy a ir a los dos asuntos que me parecen más importantes.

El primero consiste en la clara afirmación de Queiruga acerca de su intención de seguir haciendo exactamente lo mismo. Es decir, escribir sobre teología en base a como él cree que son las cosas. Y eso no cambiaría ni siquiera en el caso, que no se ha dado todavía, de que la Iglesia se lo prohibiera. También es lógico. Si no acepta la autoridad doctrinal del magisterio, ¿cómo va a aceptar la autoridad disciplinar de la Iglesia? Otra cosa es que eso nos lleve a constatar como evidencia irrebatible el hecho de que este señor no es católico. Eso, digan lo que digan la totalidad de los que le defienden, no admite discusión.

Leer más... »