Amicus Plato sed magis amica veritas
La frase que da título a mi post, y que significa “Platón es amigo, pero la verdad es más amiga", aparece en la obra La vida de Aristóteles de Ammonio. Parece ser que Aristóteles, discípulo de Platón, admiraba a su maestro, la profundidad de sus pensamientos y de sus razonamientos filosóficos, la corrección moral de su vida y de sus sentimientos, pero juzgaba más importante la búsqueda de la verdad en sus múltiples formas.
Por pura gracia de Dios, los que hemos recibido el don de la fe no necesitamos buscar la verdad. La misma se nos presenta en la persona de Cristo y de sus enseñanzas. Se nos concede el privilegio de ser libres para amar a Dios y obrar el bien, huyendo de la esclavitud del pecado. Ni Aristóteles ni Platón tuvieron la ocasión de alcanzar tal merced. Al menos no en el grado máximo que es ofrecido a los que aceptan el señorío del Salvador.
Ahora bien, Cristo no dejó tras de sí una mera serie de enseñanzas que sirvieran de guía para quienes se dejan abrazar por sus brazos salvadores. Cierto que lo más importante de sus palabras y de sus obras quedaron por escrito en los evangelios, pero el gran regalo del Señor al mundo, aparte de su sacrificio redentor, es la Iglesia, columna y baluarte de la verdad. Ella es su cuerpo, su plenitud.