El Papa como arma arrojadiza contra los obispos españoles
En el progre-eclesialismo español andan la mar de ilusionados esperando que el papa Francisco eche a patadas a los obispos que no son del gusto de esos paladines del mal. Piensan que el Santo Padre va a dedicarse a poner patas arriba la Iglesia en España y ya tienen fijada su hoja de ruta. Les caen mal Mons Munilla, Iceta, Sanz Montes, Demetrio Fernández, Reig Pla, Francisco Pérez, etc, y han llegado a la siguiente conclusión: “Como Francisco es de los nuestros, se va a cargar a los que no nos gustan".
Ciertamente no sabemos por dónde irán los nombramientos episcopales en nuestro país. Por delante tenemos la inmediata sucesión de Madrid y Barcelona, que sin duda marcarán una tendencia. Y dado que el cardenal Cañizares va a volver, sospecho que una de esas dos sedes será ocupada por él. Ahora bien, me parece muy aventurado suponer que un papa argentino es un gran conocedor de todas las vicisitudes de las diócesis españolas. Para eso está el Nuncio y los cardenales españoles que sirven a la Iglesia desde la Congregación para los Obipos, que es la responsable de presentarle los nombramientos al Vicario de Cristo. Con Francisco, como ocurrió con otros papas anteriores, lo normal es esperar que elija personalmente a los arzobispos de las diócesis más importantes del país. Del resto, confiará en lo que le propongan.