24.07.14

El matrimonio cristiano es cosa de tres

El Vicario de Cristo ha querido que la Iglesia celebre un Sínodo extraordinario sobre la familia. Quiera Dios que sea provechoso para el bien de su pueblo y para ser luz en medio de un mundo que vive en tinieblas. Son muchos los temas a tratar en el Sínodo, pero creo que conviene reafirmar la verdad sobre el verdadero amor conyugal y la importancia de la gracia como fuente inagotable de vida.

Seamos claros. El enamoramiento y la pasión son algo muy bonito, pero el verdadero amor, que es mucho más, solo lo puede poner Dios. Y es Él quien lo sostiene cuando aquellos desaparecen, cosa que puede ocurrir. Por eso hay tantas separaciones. Si no dejamos que el Señor tome control del matrimonio, este se desmorona.

No hay crisis matrimonial que dure si ambos cónyuges se ponen en manos de Dios y dejan que Él sane las heridas y restaure lo que el pecado ha destruido. Una verdadera pastoral familiar debe centrarse en recuperar para el matrimonio la primacía de la gracia que se nos da en el sacramento.

Sin gracia, somos un barco a la deriva que naufragará irremediablemente. Con gracia, somos como el barco en medio de una tormenta que tiene como pasajero a Cristo. En cuanto clamamos a Él, se levanta, da una voz y los vientos se calman y las olas desaparecen.

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23.07.14

Porque no creen...

Porque no creen en el poder de la gracia, buscan atajos pastorales para tapar y justificar el pecado.

Porque no creen en el carácter redentor y expiatorio de la Cruz, buscan evitar que los fieles carguen con sus propias cruces.

Porque no creen en la gloria de Dios, glorifican e idolatran al hombre, ignorando el efecto del pecado original en él.

Porque no creen en los sacramentos, los exponen a escarnio público y los convierten en instrumento de iniquidad.

Porque no creen especialmente en la Eucaristía, profanan el Cuerpo de Cristo añadiendo pecado al que en pecado mortal está.

Porque no creen en la Escritura y en la Tradición, prostituyen la primera en manos del liberalismo teológico e ignoran y esconden la segunda.

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16.07.14

Imploro a Justin Welby que cree un ordinariato para pseudo-católicos

El nueve de noviembre del 2010 publiqué un post titulado “Imploro a Rowan Williams que cree un ordinariato para pseudo-católicos”. Lamentablemente, el bueno de Williams, a la sazón arzobispo de Canterbury y sacerdote druida, no me hizo ni caso. Bromas aparte, lo cierto es que la decisión de los anglicanos ingleses de aprobar la ordenación de obispesas ha entusiasmado a ese sector del catolicismo que quiere que la Iglesia deje de ser lo que es para convertirse en un refrito del protestantismo liberal.

El director de Religión Digital escribió ayer:

La medida es, ciertamente histórica, crea un precedente decisivo y deja en evidencia a las otras ramas del cristianismo, especialmente a la Iglesia católica y a la Iglesia ortodoxa, dado que en las Iglesias protestantes también hay denominaciones que admiten mujeres sacerdotes y obispas. Si los anglicanos, que son tan cristianos como el que más, lo hacen, ¿por qué no pueden hacerlo también los católicos y los ortodoxos?

Lo que queda en evidencia es que José Manuel Vidal es más anglicano o protestante que católico. Cosa que algunos ya hemos dicho con anterioridad.

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15.07.14

¿Continente de la esperanza?

Tanto Pablo VI, como San Juan Pablo II y Benedicto XVI dijeron a lo largo de sus pontificados que Iberoamérica -lo del latino se lo dejo a los masones y quienes siguen su juego- era el continente de la esperanza.

Pues bien, si echan ustedes un vistazo a este gráfico, pueden darse cuenta en qué se ha convertido esa esperanza a nivel de la institución familiar.

Hay países donde lo verdaderamente milagroso es que un niño nazca en el seno de un matrimonio. La inmensa mayoría nacen fuera del mismo. Dado que, todavía, la mayoría de la población de esos países es bautizada católica, esos datos, necesariamente, implican dos cosas:

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12.07.14

Un cristianismo más falso que el beso de Judas

Existe un tipo de cristiano que ama la tibieza, que no aprecia el papel pedagógico de la ley de Dios y las leyes que la Iglesia da a los fieles, que gusta de hacer lo mismo que Satanás. Es decir, cita la Escritura para que encaje con sus ideas propias, llegando incluso a ser tentación para los demás -Satanás lo intentó con el mismísimo Cristo-. Y si lo hacen con la Escritura, también con el Magisterio. La táctica es la misma.

Por ejemplo, cuando alguien dice que eso de ser santo se lleva mal con vivir en adulterio o en cualquier otro pecado mortal, y que para saber lo que está mal o está bien conviene, y mucho, acudir a la Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, nos salen con el siguiente pasaje del evangelio.

Caminando El a través de las mieses en día de sábado, sus discípulos, mientras iban, comenzaron a arrancar espigas. Los fariseos le dijeron: Mira, ¿cómo hacen en sábado lo que no está permitido?
Y les dijo: ¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad y sintió hambre él y los suyos? ¿Cómo entró en la casa de Dios, bajo el pontífice Abiatar, y comió los panes de la proposición, que no es lícito comer sino a los sacerdotes, y los dio asimismo a los suyos?
Y añadió: El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. Y dueño del sábado es el Hijo del hombre.
(Marcos 2,23-28)

Ese pasaje queda complementado perfectamente por estos otros relatos evangélicos:

Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano. Y le acechaban para ver si en el sábadole sanaría, a fin de poder acusarle. Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio. Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban.
Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana. Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle.
(Marcos 3,1-6)

Y

Habiendo entrado en casa de uno de los principales fariseos para comer en día de sábado, le estaban observando. Había delante de él un hidrópico. Y tomando Jesús la palabra, habló a los doctores de la Ley y a los fariseos, diciendo: ¿Es lícito curar en sábado o no?
Ellos guardaron silencio. Y, asiéndole, le curó y le despidió, y les dijo: ¿Quién de vosotros, si su hijo o su asno cayere en un pozo, no le saca al instante en día de sábado?
Y no podían replicar a esto.
(Lucas 14,1-6)

Es evidente que Cristo no tenía NADA en contra de la necesidad de guardar el sábado y sí mucho contra una interpretación torticera de dicho mandamiento.

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