Despejadas todas las dudas: el COI, nido de miserables
Quizás alguien podía tener alguna duda sobre la verdadera naturaleza de esa institución llamada Comité Olímpico Internacional. Corrupciones pasadas aparte, la permisividad y pasividad de la organización ante el ataque del régimen despótico chino a los derechos humanos de los propios deportistas en la Villa Olímpica (p.e, en la atención religiosa), debería de servir para que todo el mundo comprendiera para qué sirve ese comité infame. Pero de lo que ya no queda duda es que además de cómplices de la peor dictadura mundial, los responsables del COI son malas personas. Prohibir a la delegación española manifestar su luto tras el accidente de Barajas es propio de miserables. Da absolutamente igual los argumentos que puedan aportar para justificar su infamia. Son gentuza. Y con gentuza así no se puede ir a ningún sitio.
Dicen las agencias de información que no han puesto problemas a los deportistas que han llevado un lazo negro. Hombre, sólo faltaba que los jueces se acercaran a un atleta para quitarle el lazo. Pero no permitirán ni minutos de silencio ni la bandera española a media asta. Ya me contarán a quién puede molestar algo así. Es impensable que el resto de atletas se opongan a tal cosa. Si ese es el espíritu olímpico, está claro que se parece mucho al espíritu del príncipe de este mundo del que advirtió Cristo. El deporte está prostituido en manos de esa chusma dirigente. No sé si alguien puede hacer algo para evitarlo, pero de ser posible, que se haga. Es preferible no celebrar ninguna Olimpiada más en España si al frente de ese organismo sigue gente tan insensible, tan perversa y tan falta del más mínimo sentido de solidaridad con un país que hoy llora su tragedia.
Luis Fernando Pérez Bustamante