Jesús Neira, hombre del año para Religión en Libertad
De todos es sabido que la ley de Dios se resume en dos mandamientos fundamentales: “amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo". De hecho, se puede decir que quien ama a Dios ama al prójimo, pues de lo contrario se está engañando a sí mismo. Ya escribió el apóstol San Juan que “el que no ama a su hermano, a quien ve, no es posible que ame a Dios, a quien no ve".
A veces el amor por el prójimo puede llevarnos a dar la vida por él. Cristo mismo nos dijo que “nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos". Si eso dice el Señor del que se sacrifica por sus seres queridos, ¿qué diremos del que arriesga su vida por alguien a quien no conoce?
Ese es el caso del profesor Jesús Neira. Cuando vio que una mujer estaba siendo agredida por un energúmeno indeseable, no dudó en intentar protegerla. Como resultado, se llevó unos golpes que, unidos a una posible negligencia médica, casi acaban llevándole a la otra vida. Jesús hizo honor a su nombre de pìla y salió en defensa de una víctima, sin pensar siquiera si ella se lo agradecería después. De hecho ha ocurrido justo lo contrario y la agredida se ha forrado tras vender su indignidad en una cadena indigna, pero eso no resta ni un ápice al mérito de Neira.