Benvenuto, monseñor Fratini. Obrigado, monseñor Monteiro
Monseñor Renzo Fratini es el Nuevo Nuncio de Su Santidad el Papa en España. Sucede a monseñor Monteiro de Castro, que se va a Roma de nº 2 del dicasterio que, entre otras responsabilidades, se encarga de presentar al Papa a los candidatos para ser obispos de las diócesis de la Iglesia Católica de rito latino. Como quiera que del nuevo Nuncio sólo sé lo que se puede intuir de su trayectoria eclesial, no puedo dar una opinión formada sobre él. Ni falta que hace. Si el Papa le ha elegido para ser su Nuncio en España, no cabe duda de que debe ser un prelado con muy buenas cualidades para encargarse de un destino tan importante. Pocas nunciaturas tienen tanta solera como la de nuestro país.
Tampoco me considero capacitado para darle ningún consejo. Hay quienes ya quieren marcarle los pasos y decirle lo que tiene que hacer. Hay quienes buscan ya enfrentarle al cardenal Rouco. Pues allá ellos. De mí sólo va a recibir una calurosa bienvenida y mis oraciones para que el Señor le ayude a cumplir fielmente su servicio a la Iglesia en nuestro país. Como todo el mundo, no estamos en una etapa especialmente feliz en las relaciones entre el gobierno y la Iglesia, aunque tampoco creo que el panorama sea dramático. Si monseñor Fratini es de la escuela italiana, y todo parece indicar que así es, sabrá capear los temporales que nos quedan por sortear. Y en cuanto a la política de nombramientos episcopales para España, supongo que habrá una continuidad marcada por la etapa anterior. Quizás, eso sí, veamos una mayor agilidad en los nombramientos. De ser así, ya habríamos salido ganando algo. El sucesor de monseñor Monteiro tiene todavía por delante la patata caliente de los “Bienes de la Franja", aunque ese conflicto está ya más en manos de los políticos y los tribunales que de la Iglesia. Poco podrá arreglar o desarreglar que no se haya arreglado o desarreglado ya.