InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Sobre el autor

20.06.16

Él tiene que crecer, y yo tengo que menguar

Como bien dijo Cristo, san Juan Bautista fue el más grande profeta nacido de mujer. Su labor de preparación de la llegada del Mesías llevaba aparejada el llamado a la conversión de los pecados (Mt 3,2). Una conversión real, no de mera palabra, no una trampa legal para quedar bien. No en vano, cuando Cristo empieza su ministerio público, dice las mismas palabras que el Bautista: “Convertíos, porque está cerca el Reino de los cielos” (Mat 4,17).

El caso es que cuando el profeta vio que el Mesías comenzaba su labor, supo claramente cuál era su papel a partir de entonces:

El que tiene la esposa es el esposo; en cambio, el amigo del esposo, que asiste y lo oye, se alegra con la voz del esposo; pues esta alegría mía está colmada. Él tiene que crecer, y yo tengo que menguar.
Jn 3,29-30

Aunque el paralelismo puede parecer exagerado, creo que, efectivamente, hay ocasiones en la vida en que uno debe dejar paso a otros, sobre todo si esos otros están más capacitados para llevar a cabo la obra del Señor. Eso es especialmente necesario cuando pueden darse conflictos entre el que lleva mucho tiempo haciendo una labor y el que llega de nuevo para realizarla mejor según el plan de Dios. Algo así pasó entre los discípulos de San Juan y los del Señor.

En casos así, no es necesario esperar a la decapitación para retirarse de circulación. Tampoco hace falta largarse de inmediato. En ese crecimiento del que llega y mengüe del que ha estado y ya se va, hay un tiempo de coincidencia temporal, que solo Dios sabe lo que puede y debe durar.

Por otra parte, no siempre es fácil discernir cuando uno debe largarse para dejar paso a otros. Ir contra la voluntad de Dios es mal negocio para quien anda en las cosas de la fe. El profeta Jonás quiso huir de su ministerio profético y ya sabemos lo que le pasó. Y el profeta Elías sufrió una crisis de desesperación justo después de haber derrotado públicamente a los falsos profetas de Baal. Esos que hoy tan ufanos andan porque creen haber vencido. 

De lo único que podemos estar seguros es que el único camino del que no podemos apartarnos es del de la santidad personal. Y ello, si Dios nos lo concede, pues sin Cristo nada podemos hacer.

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9.06.16

3.06.16

El protestante auténtico rechaza la Conmemoración conjunta de la Reforma

Durante ocho años y medio de mi vida fui protestante evangélico. Por tanto conozco bastante bien cómo piensan buena parte de ellos. 

Dentro del protestantismo evangélico existen diversas actitudes hacia el catolicismo. Un sector muy amplio considera que es casi imposible ser católico sincero y a la vez cristiano. Otro sector, quizás el mayoritario, cree que aunque el catolicismo se alejó del cristianismo bíblico, hay católicos verdaderamente cristianos, que si fueran iluminados por la verdad -la de los principios protestantes, obviamente-, abandonarían la Iglesia Católica. Esos dos sectores tienen algo en común: piensan que el ecumenismo entre protestantes y católicos es una gran farsa, una herejía, incluso un signo de apostasía. Y luego hay otro sector, minoritario, que cree que hay un espacio de comunión entre protestantes y católicos. 

Aparte del protestantismo evangélico, existe un protestantismo liberal, que niega la inerrancia de la Escritura, que acepta prácticamente todos los valores de la sociedad occidental de principios de tercer milenio. A saber, aborto, eutanasia, “matrimonio” homosexual, adulterio masivo, etc. En mi opinión el protestantismo liberal no merece el nombre de protestantismo y ni siquiera el nombre de cristiano. No albergo la menor duda de que Lutero, Calvino, Zwinglio, Wesley, etc, echarían a patadas -sí, a patadas- de sus congregaciones a los protestantes liberales.

Y no soy yo el único que piensa así. El presidente de la Comisión de Teología de la Alianza Evangélica Española, José Hutler, habla por boca de la gran mayoría de los protestantes españoles cuando asegura que las iglesias luteranas de Europa se han alegado totalmente de Martín Lutero

D. José también dice algo que es mero sentido común. Dado que los protestantes auténticos no han abandonado los principios de la “Reforma” y la Iglesia Católica sigue manteniendo oficialmente todas y cada una de las doctrinas que los protestantes rechazan, no parece que tenga el menor sentido una conmemoración conjunta como la que tiene previsto celebrase en Suecia con la asistencia del papa Francisco.

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Perdonad, pero no puedo atender a todos

Publicado el 15 de febrero del 2016. Republicado el 3 de junio de este mismo año.

Cada vez son más los emails y mensajes abiertos o privados en redes sociales que recibo, con todo tipo de peticiones, comentarios, ideas, quejas, alabanzas, peticiones de oración, de consejo espiritual, etc.

Sencilla y llanamente, no puedo atender a todos. Por tanto, si no obtenéis respuesta o la que os llega parece un tanto fría o distante, os ruego me disculpéis, pero a día de hoy no doy más de sí.

Esto no significa que os pida que no me escribáis en caso de que realmente sea por una razón importante, pero sabed que aunque lo leo todo, y siempre procuro atender las peticiones de oración, de ahora en adelante apenas responderé a menos que lo crea absolutamente necesario.

Gracias por vuestra comprensión.

Luis Fernando Pérez Bustamante

Director de InfoCatólica

18.05.16

Lo que es sublime entre los hombres es abominable ante Dios

Prov 23-19-21
Escucha, hijo mío, sé sabio; pórtate siempre con rectitud. No andes mezclado con bebedores ni con gente que se harta de carne; pues borrachos y comilones empobrecen, los holgazanes se visten de harapos.

Luc 16,13
Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.

Luc 16,15
Vosotros os las dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, pues lo que es sublime entre los hombres es abominable ante Dios.

Jn 17,14
… y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

2 Co 6,15-16
No os unzáis en yugo desigual con los infieles: ¿qué tienen en común la justicia y la maldad?, ¿qué relación hay entre la luz y las tinieblas?, ¿qué concordia puede haber entre Cristo y Belial?, ¿qué pueden compartir el fiel y el infiel?

Gal 1,10
¿busco la aprobación de los hombres, o la de Dios?, ¿o trato de agradar a los hombres? Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo.

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