3.07.09

Se me parte el alma tras leer el sermón de Fellay

He de reconocer que pocas veces me ha quedado un sabor tan agridulce en la boca después de leer un sermón. Me refiero al que predicó monseñor Fellay el pasado día 19 en la ordenación de sacerdotes de la FSSPX en Ecône. Si se lee el texto sólo a partir del tercer párrafo, se encuentra una predicación impecable, extraordinaria, católica de la A a la Z, con garra, excelsa en no pocas ocasiones, perfecta para que los ordenantes, si la graban en su alma y la llevan a cabo, sean sacerdotes íntegros.

Monseñor Fellay no deja nada en el tintero a la hora de explicar cómo debe ser un buen sacerdote. Aborda el dogma de la transubstanciación y del resto de la doctrina sobre la misa con una claridad expositiva que no es fácil de encontrar en muchos obispos. Habla de la Iglesia Católica en unos términos a los que sólo cabe responder con un amén rotundo y tajante. Incluso cuando toca el tema del papado, vemos una exposición inmaculada de la fe católica sobre el ministerio petrino.

Especialmente impactado me he quedado al leer este párrafo:

Queridos ordenandos, si aguardan tener una vida sacerdotal tranquila, en un sillón, sin pena ni lágrimas, entonces, les suplico, no se acerquen. No es el programa que presenta la Iglesia a sus sacerdotes. No es el programa de Nuestro Señor Jesucristo. “Si alguno quiere ser mi discípulo, renúnciese a sí mismo, lleve su cruz todos los días y sígame”. ¿A dónde fue Nuestro Señor? A la cruz, a ser clavado sobre la cruz. Es hermoso hablar de la resurrección, pero no habría resurrección sin antes Cruz y pasión. La resurrección será para el cielo. Aquí abajo el sacerdote es a la vez sacerdote y víctima. Es lo único seguro en esta vida. Si están unidos al sacerdocio de Nuestro Señor, también están unidos a la hostia, a su sacrificio. Hoy en día el mundo se muere, la Iglesia está en esta crisis por no querer escuchar hablar de eso. Es como si se hubiera eliminado la cruz. Para la Iglesia, el único medio de salir adelante es abrazar de nuevo la cruz, exigir a sus ministros que abracen la cruz, que vivan del espíritu de Jesús. Este es el programa. Querer buscar otro camino es equivocarse.

¿Quién puede decir no a esas palabras? ¿quién?

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2.07.09

¿Pretende el Supremo tomar el pelo a los padres?

Cuando el Tribunal Supremo sentenció a favor de la legitimidad de la asignatura Educación para la Ciudadanía, los magistrados pretendieron arreglar el desaguisado argumentando que los contenidos de la misma no habría de servir para adoctrinar a los alumnos. En otras palabras, se cerraba la puerta de la objeción a toda la asignatura pero parecía que se abría la de la objeción a algunos de sus contenidos. Pues bien, esa puerta la ha cerrado hoy el mismo tribunal.

En Andalucía fueron varios los padres que quisieron objetar basándose en los famosos contenidos que tenía que ver, entre otras cosas, con la ideología de género. El TSJA les dio la razón pero el Supremo se la acaba de quitar. Y lo más peculiar es que el tribunal vuelve a insistir en que “tanto los proyectos educativos de cada centro, como los textos empleados y la actividad docente referida a la asignatura, deben eludir cualquier intento de adoctrinamiento en la exposición de los contenidos que han de reflejar con objetividad el pluralismo social existente". Pero a ver, señores míos, si precisamente se trataba de que los textos objetados eran considerados por los padres como adoctrinadores, ¿a qué viene volver a decir lo mismo?

El Supremo les dice a los centros que no usen textos tendenciosos pero cuando los padres se quejan de esos textos, les mandan callar y someterse a la ley. ¿En dónde queda entonces el derecho de los progenitores sobre la educación de sus hijos? ¿quién decide si un texto sobre ideología de género es apropiado para la educación de un niño o un adolescente? ¿las comunidades autónomas, los centros o los padres?

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1.07.09

¿Esto es periodismo?

Hoy se ha hecho público que el Papa ha aceptado la renuncia por edad de monseñor José Cardoso Sobrinho, arzobispo -ya emérito- de la archidiócesis brasileña de Recife. Este buen hombre de Dios fue objeto de una campaña indigna por haber dicho que estaban excomulgados los médicos que practicaron el aborto a una niña de nueve años que estaba embarazada de gemelos tras haber sido violada por su padrastro. Desgraciadamente algunos de los que contribuyeron a esa campaña eran miembros destacados de la propia Iglesia.

Pues bien, miren qué forma de informar sobre la aceptación papal de la renuncia de Cardoso tienen algunos periodistas:

¿Hace falta que comente ese titular?

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No me han ofrecido dirigir ningún programa de la Cope

Cuando ayer mantuve una conversación telefónica con Pedro Fernández Barbadillo, mis sospechas sobre la posibilidad de que le hubieran ofrecido dirigir La Mañana de Cope quedaron despejadas. La charla fue, más o menos, tal que así:

- Hola Luis, ¿cómo estás?

- Bien, Pedro, algo preocupado por el futuro de la cadena Cope. Es que ya sabes que Coronel de Palma va por esos mundos de Dios ofreciendo a todo bicho viviente la dirección de los dos programas más importantes de la cadena. Y oye, ninguno quiere aceptar. Pero niguno…. ninguno.

- Sí, lo sé, la lista de ofrecimientos y negativas empieza a ser interminable.

- ¿Y a ti no te ha ofrecido nada? Mira que eres un chico muy formal, católico, de buena familia y con buena pluma. Encajas en el perfil.

- Pues no, Coronel todavía no ha hablado conmigo. Te lo digo poniendo por testigo al Niño Jesús.

- Vale Pedro, te creo. Pero déjame darte una gran exclusiva. A mí tampoco me han ofrecido dirigir ningún programa de la Cope.

- No somos nadie, Luis. No somos nadie.

- A Dios gracias, estimado Pedro.

A pesar de todo, y para despejar cualquier duda al respecto, el bueno de Barbadillo ha publicado hoy en su blog un desmentido radical para acallar los rumores de que él está también en la kilométrica lista de las personas a las que se les ha pedido que sustituyan a Losantos, Vidal y Abellán en la Cope.

Y siguiendo el refrán “cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar", he decidido anunciar a todos mis lectores y a la sociedad española en pleno, que tampoco he recibido ninguna llamada de Coronel de Palma pidiéndome que dirija La Mañana o La Linterna. Es más, si me hace un ofrecimiento así, lo rechazaré. Sabiendo lo que sé sobre las posibilidades de supervivencia de la cadena de los obispos a corto plazo, la trapa me parece un destino mucho más apetecible.

Así son las cosas, así se las he contado. Salud,

Luis Fernando Pérez

30.06.09

E.O no exageraba lo más mínimo en su viñeta sobre Torres Queiruga

Cuando nuestro insigne y nunca bien ponderado E.O publicó en su blog de humor una viñeta titulada “Santo súbito” dedicada a Torres Queiruga, poco imaginé que el tiempo le acabaría dando la razón tan pronto. Y es que ya me dirán ustedes qué es lo que le falta al teólogo gallego para que le abran un proceso de beatificación y canonización express una vez que pase a mejor vida -cosa que espero ocurra dentro de muchos años-, si en verdad él es “coherente, austero, orante, sencillo, cercano y trabajador incansable desde las primeras horas de la mañana", “un ejemplo como cura, como teólogo, como cristiano” y alguien que llega “a millares de personas", siendo que en realidad no es él, sino Jesús, quien llega.

Las muestras de afecto y fervor popular de un buen grupo de sacerdotes, religiosos y teólogos gallegos hacia esta figura excelsa de la Iglesia Católica dejan en mantillas a las de aquellos gálatas que recibieron a San Pablo poco más o menos como si fuera un ángel de Dios o el mismísimo Jesucristo (Gal 4,14). Tal pareciera que desde que el apóstol Santiago tuvo a bien llegar por esos pagos, nadie más ha hecho tanto y tan bien por la fe cristiana.

Todo este revuelo filoqueirugano viene motivado por el anuncio de una posible nota de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe acerca de la obra del teólogo paisano de Rosalía de Castro. La nota de los obispos podría anunciar a los fieles de la Iglesia, y a los infieles también, que algunas doctrinas de don Andrés no son conformes a la fe de la Iglesia. Si tal cosa ocurriera, y apuesto a que -con un 90% de posibilidades- va a ocurrir antes o después, cabrá hacerse unas preguntas cuyas respuestas deberían de acarrear graves consecuencias: ¿En qué lugar quedarán aquellos que le dicen a Queiruga “nos ayudaste a crecer en la fe"? ¿de qué fe hablan? Porque si los obispos dicen que la fe que enseña el teólogo gallego no es la fe católica, ¿qué hacemos con los que ahora le proponen como modelo de sacerdote y de transmisor cualificado de la fe?

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