Japón, tierra del catolicismo decreciente
Al auge del cristianismo en el continente asiático es innegable. La sangre de los mártires va produciendo frutos allá donde la Iglesia sabe mantenerse fiel a su misión y a sus raíces. Sin embargo, hay una nación donde el catolicismo no sólo no avanza sino que retrocede. Se trata de Japón, el país económicamente más próspero de todo el continente. Es probable que ese factor, el de su riqueza material, sea uno de los determinantes para explicar la poca querencia hacia el cristianismo de la población nipona. Ya dijo Cristo que la riqueza y el reino de los cielos no suelen llevarse bien.
Sin embargo, creo que lo que mejor explica la decadencia del catolicismo en tierras japonesas es el modelo eclesial allá presente. La otrora misionera Compañía de Jesús es hoy una fábrica de secularización y sincretismo (p.e, Masiá). Y los obispos japoneses huyen de los verdaderos misioneros (pe., familias neocatecumenales) como gato escaldado del agua. Prefieren tener menos fieles a permitir que alguien venga de fuera a predicar de verdad el evangelio.