5.07.10

Test de ortodoxia catolica I (nivel medio-alto)

El bueno de Daniel Iglesias, cuyo blog está siendo todo un éxito en visitas -cosa que no sé si él sabe pero se lo digo desde aquí-, presentó el sábado a sus lectores una especie de test o prueba de conocimientos básicos sobre la doctrina católica. Las preguntas, lógicamente, no eran muy complicadas, pero abarcaban un buen número de temas. Aunque lo ideal es acertar en todas, fallar en algunas de las respuestas puede ser hasta cierto punto normal si no se ha comprendido bien el enunciado o si se no se ha recibido una formación doctrinal adecuada.

El post de Daniel me recordó otras pruebas similares que nos propusieron en Facebook la buena gente de Schola Veritatis. Pero a diferencia del test de nuestro blogger, los de SV requerían de un nivel teológico superior para responder correctamente a las preguntas.

El tema del primer test tiene que ver con la doctrina católica sobre la gracia. En mi opinión, es sobre la que menos formación tiene el pueblo católico. De hecho, creo que no forma parte de la predicación habitual en los púlpitos de nuestras iglesias. Y es una pena, porque una buena exposición de la gracia de Dios es imprescindible para que el fiel no caiga en errores que acaban afectándole, más de lo que parece, a su vida espiritual.

Os propongo que hagáis este primer test, pero antes quiero que quede claro que debe de tomarse no como una especie de examen para ver lo católicos que somos, sino más bien para que nos demos cuenta de si, siendo católicos, realmente conocemos la doctrina de nuestra Iglesia.

En esta primera página aparecen las preguntas. En la página dos, vendrán las respuestas: Verdadero/Falso. Y en el próximo post, publicaré las explicaciones doctrinales a dichas respuestas. Un consejo. Ante la duda, consultar los artículos sobre la gracia en el blog “Reforma o Apostasía”, del padre Iraburu:

TEST DE ORTODOXIA I
Gracia

1) Lo único que podemos ofrecer a Dios como buenos frutos son los bienes que Él mismo nos da. De nuestra parte no tenemos nada.

2) El hombre, con sus solas fuerzas naturales, no puede hacer nada para merecer la justificación. Ni aun sus oraciones son meritorias, ni sus obras buenas, ni los actos internos o externos de virtud natural.

3) Para exhortar a la reforma de costumbres y a la santidad de vida, lo mejor es comenzar demostrando la fuerza y el valor de la naturaleza humana, precisando la capacidad de la misma para el bien.

4) El hombre por sí mismo puede cumplir todos los mandamientos de Dios. Él nos da su gracia para que con nuestra libertad podamos más fácilmente cumplir cuanto nos manda.

5) Es la fuerza de Dios la que causa siempre toda la fuerza del hombre para el bien. Es Él quien da al hombre el poder querer una obra buena salvífica y poder hacerla.

6) Dios ama a todos los hombres por igual y, por lo tanto, a todos da de la misma forma su gracia. La única razón por la cual hay algunos más buenos y santos que otros es porque han respondido mejor a las exigencias de Dios.

7) Cada vez que tomamos alguna buena iniciativa, para alguna obra buena, Dios nos secundará con su gracia para asistirnos a llevarla a buen término.

8) La gracia de Dios es eficaz por sí misma, es decir, intrínsecamente, de tal modo que su eficacia no viene causada extrínsecamente por el acto de la voluntad humana que consiente a ella.

9) La mejor actitud para acercarse al Sacramento de la Penitencia es diciendo: “soy pecador, e inevitablemente lo seguiré siendo, pero pongo toda mi fe en Cristo, Dios me perdona, y me seguirá perdonando”.

10) La acción de la gracia divina es la causa de la acción libre del hombre buena y salvífica. Solo de este modo puede merecer la vida eterna.

11) El hombre está totalmente corrompido por el pecado. Peca siempre, aun cuando intente obrar el bien. Está tan corrompido que lo único posible para alcanzar la salvación es que Dios no le impute esos pecados.

12) Querer obrar activamente es ofender a Dios, que quiere ser el único agente; por tanto es necesario abandonarse a sí mismo todo y enteramente a Dios.

13) Cuando la gracia actúa en el hombre, le hace hacer actos virtuosos meritorios de vida eterna. Pero esto no suprime el esfuerzo humano, sino que lo supone.

14) En la oración hay que permanecer en fe oscura y universal, en quietud y olvido de cualquier pensamiento particular…, sin producir actos, porque Dios no se complace en ellos.

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4.07.10

El País ladra, señal de que cabalgamos

El diario El País, que como todo el mundo sabe es de orientación cristiana, conservadora e incluso reaccionaria (*), nos dedica hoy unas líneas en su noticia-reportaje “La vara del cardenal”, basada en la denuncia de una ex-monja contra el cardenal arzobispo de Madrid, S.E.R Antonio María Rouco Varela. La cosa tiene su gracia porque la religiosa se queja ni más ni menos que al Papa Benedicto XVI por causa de la instrucción vaticana en la que se pide a los fieles que denuncien los casos en los que se producen abusos litúrgicos. Lo primero que uno piensa es a cuento de qué denuncia a un cardenal ante el Papa por hacer lo que el Papa quiere que se haga, pero en realidad todo esto es una excusa para poder salir en la prensa del Movimiento (**).

La ex-monja, que representa uno de esos claros ejemplos de la secularización interna de la Iglesia, también se molestó cuando el cardenal, y con él el resto de obispos españoles, se opuso a la legalización del matrimonio homosexual. Al preguntar a don Antonio María por las razones de su oposición, el prelado le respondió si acaso ella ignoraba la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad. Bien sabía el arzobispo que ella no la desconoce. El problema es que no la acepta.

Ahora bien, esta buena mujer, que se llama María Victoria Gómez y que tiene ya 84 años, hizo algo coherente. En vista de que no se sentía a gusto con la doctrina católica, se exclaustró. Cuántos males no se ahorraría la Iglesia si hicieran lo mismo la totalidad de los sacerdotes, religiosos, teólogos, etc, que no profesan la misma fe y la misma moral que la Iglesia propone a los fieles. En repetidas ocasiones he dicho que un sacerdote, una monja o un teólogo católico pueden opinar como ciudadanos lo que les venga en gana, pero que como católicos han de adecuar su conciencia y su opinión a las enseñanzas de la Iglesia. Y si no pueden o no quiere, nada les impide abandonar la barca de Pedro. Es una lástima que así ocurra y sería deseable su conversión, pero de no producirse, el único destino que les espera es el abandono de una comunión eclesial a la que ellos perjudican gravemente. Y es que, como dijo Mons. Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, en su última carta:

… en nuestra condición de católicos estas dos condiciones son innegociables, y uno deja de ser católico si no acepta alguna de estas condiciones. El Catecismo y el Papa. A veces se encuentra uno con cristianos que diseñan ellos mismos la religión que quieren, tomando lo que les gusta y no aceptando lo que les disgusta. Se constituyen ellos mismos en norma de su vida. Prefieren una religión a la carta, en lugar de acoger la salvación que les viene dada. Algunos incluso se permiten el lujo de despreciar la doctrina de la Iglesia o de no atenerse a esa disciplina.

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2.07.10

Yo también soy Intereconomía

Dando un paso más en la dirección de un totalitarismo de izquierdas dispuesto a acabar con cualquier tipo de oposición social que pretenda plantarle cara, el gobierno de Zapatero ha decidido multar con 100.000 euros al Grupo Intereconomía por haber tenido la “osadía” de emitir un spot contrario al Día del Orgullo Gay.

El mensaje del gobierno es claro: “Cualquiera que se muestre crítico con el lobby gay, compañero nuestro de camino, se las tendrá que ver con nosotros. Y si para ello tenemos que censurar y acabar con la libertad de opinión, lo haremos sin el menor recato".

Yo comparto la idea de que debe evitarse cualquier discriminación injusta por razón de orientación sexual. Respetamos a las personas homosexuales –gays, lesbianas y transexuales-, a quien creemos que no debe de confundirse con el lobby gay. Al mismo tiempo creo que los fieles debemos mantenernos firmes en la defensa de la moral católica sobre las relaciones homosexuales. Asimismo, creo que el desfile del Día del Orgullo Gay tiende a ser una muestra de chabacanería y de promoción de la inmoralidad, legítimamente criticable por los ciudadanos.

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Los que fueron y ya no son, pero siguen siendo

En su carta a los gálatas, San Pablo explica cómo fue aceptado por aquellos que tenían la responsabilidad máxima en la Iglesia. Y es justo entonces cuando menciona un asunto que yo creo que no es muy tenido en cuenta hoy en día.

Gal 2,6
“De los que eran algo — lo que hayan sido en otro tiempo no interesa, que Dios no hace acepción de personas —, éstos que eran algo, digo, nada me añadieron".

Efectivamente, hay gente de Iglesia, pastores incluidos, que en su día “eran algo". Entiéndase como personas que eran importantes, que desempeñaban una tarea loable. Pero san Pablo señala también a los que en su día eran algo y ya no lo son. A esos les pone en su sitio y dice que Dios no hace acepción de personas. Es decir, que por ser quienes son y tener el nombre que tienen, no hay bula para ellos.

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1.07.10

Posible contenido de la sentencia sobre la nueva ley del aborto con este TC

El Partido Popular, responsable de no mover un solo dedo para acabar con el aborto -o al menos forzar una aplicación real de la anterior legislación- mientras estuvo en el gobierno, está convencido de que la nueva ley es contraria a la Constitución porque no respeta el derecho a la vida. Un derecho en el que tampoco creen los populares, ya que de lo contrario no admitirán excepciones. O el derecho a la vida es el primero de los derechos, no no es derecho de ninguna de las maneras. Si se cree que por encima del derecho a existir están los derechos de otros, aunque sea la madre, a no tener “problemas", uno no puede tener la desvergüenza de presentarse como paladín de la vida.

Fue Rajoy el que dijo que estaba la mar de feliz con la ley anterior, la misma que ha llevado a este país a más de cien mil abortos al año. Por tanto, digan lo que digan, la presentación del recurso de inconstitucionalidad es un acto de propaganda electoral destinado a dar algún argumento a las conciencias débiles de los pocos cristianos que, creyendo que la defensa de los valores evangélicos ha de ser tenida en cuenta a la hora de votar, buscan justificar su apoyo al PP.

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