La falsa misericordia al servicio del mal
Hay caminos que a uno le parecen rectos, pero al final son caminos de muerte.
Prov 14,12
Cuando los españoles votaron masivamente (87,78%) a favor de la Constitución el 6 de diciembre de 1978, España contaba hasta entonces con una legislación que fue definida de la siguiente manera por San Juan XXIII, Papa, hablando de Franco (*):
Da leyes católicas, ayuda a la Iglesia, es un buen católico… ¿Qué más quieren?
En 1978 no había ley del divorcio, ley del aborto, ley del matrimonio homosexual, leyes de imposición de la ideología de género, ni ley de eutanasia.
La mayor parte de la jerarquía de la Iglesia de este país apoyó el texto constitucional, a pesar de que sabían, como reconoció el cardenal Tarancón en un libro-entrevista autobiográfico, que la Carta Magna traería el aborto a España. Apenas unas pocas voces, como la del cardenal primado de España y arzobispo de Toledo, don Marcelo, y el obispo de Cuenca, Mons. Guerra Campos (vean cómo le trataba El País) , advirtieron de los peligros que acechaban al país a nivel de familia, derecho a la vida y abandono absoluto de la ley de Dios como referente para el bien común. Pues bien, esos pocos obispos fieles a Cristo se quedaron cortos.
La primera en caer fue la ley del divorcio, que había sido definido por el CVII como “epidemia” (Gaudium et Spes,47). Y ya por entonces se planteó el divorcio apelando a la misericordia tanto con los cónyuges como con los hijos. Se decía algo así como “no puede ser que una persona tenga que soportar de por vida un error” y “los niños tienen derecho a vivir en un hogar donde no haya discusiones y mal ambiente".
Años más tarde llegó la ley del aborto. Mismo discurso “misericordista” respecto a las mujeres, “tienen derecho a discernir cuándo es el mejor momento para ser madre", “no deben cargar con una responsabilidad para la que no se sienten preparadas” e incluso respecto a los que iban a ser aniquilados en el vientre materno, “no es bueno para ellos venir al mundo sin ser deseados".
Lo mismo sucedió cuando se planteó el reconocimiento legal de las uniones homosexuales, pastel cuya guinda final fue llamarlas matrimonio: “Tienen el mismo derecho que las uniones heterosexuales a formar una familia", “no importa la orientación sexual sino el amor".
Inmediatamente llegó el adoctrinamiento estatal vía imposición de la ideología de género, especialmente en las escuelas. Por supuesto, se aceptó como la cosa más natural del mundo los cambios de sexo, incluso en niños. Y de nuevo, la misericordia al servicio del mal: “son personas atrapadas en un cuerpo que no es el suyo", “todos tienen derecho a elegir el sexo con el que se sienten identificados aunque no coincida con el que han nacido". Es más, se llega a prohibir la posibilidad de que un homosexual que quiera cambiar su inclinación acuda a un profesional de la psiquiatría o la psicología bajo la excusa, entre otras, de que ello podría hacer que el resto de homosexuales que no quieren dejar de serlo se vean ofendidos.
Ahora nos llega la eutanasia y se plantea poco menos que como el mayor acto de caridad con un ser humano que sufre. “Si se mata a un caballo que se queda cojo para que no sufra o a un perro anciano y enfermo, cómo no acabar con la vida de un ser humano que sufre indeciblemente” o “no hay mayor amor que acabar con el sufrimiento de un ser querido que no desea seguir viviendo".
Lo cierto es que hoy el matrimonio, como institución estable abierta a la vida, ha dejado de existir en la ley civil. Eso a lo que se sigue llamando matrimonio tiene menos protección que un simple contrato mercantil. Lo puede romper cualquiera sin dar explicaciones y sin posibilidad alguna de que la otra parte afectada se pueda negar o al menos salga beneficiada en la resolución del “contrato".
Lo cierto es que los hijos son las principales víctimas de los divorcios de sus padres. En no pocas ocasiones son moneda de cambio, instrumentos de presión, objeto de intercambio. Y en todas las ocasiones son víctimas de una ruptura del hogar familiar de la que ellos no son en absoluto culplables.
Lo cierto es que hoy acaban en el cubo de basura de las clínicas abortistas uno de cada seis embarazos en España. Lo cierto es que en la mayor parte de las ocasiones se mata al hijo no nacido simplemente “porque sí". Lo cierto es que desde la primera ley del aborto no han podido nacer dos millones de españoles. Lo cierto es que, en un país con una de las tasas de natalidad más bajas dle mundo, el aborto es visto como si fuera una opción antinconceptiva más. Por cierto, las primeras píldoras anticonceptivas fueron legalizadas en España en octubre de 1978, antes incluso de que se aprobara la Constitución. Y, faltaría más, se vendió aquello como un gran avance para la mujer. Antinconcepción y aborto son las dos caras de una misma moneda.
Lo cierto es que quien hoy defienda públicamente la ley natural y la doctrina católica sobre la homosexualidad y el matrimonio corre peligro de ser perseguido no solo socialmente sino también penalmente, gracias a unas leyes y una justicia cada vez más entregada al totalitarismo feministoide y pro-LGTBI.
Lo cierto es que la eutanasia va camino de ser aprobada en este país con un apoyo social muy considerable. Y cabe pensar que en breve, si no ya, en España ocurrirá lo mismo que en Holanda, donde ya se pide dejar operar y tratar a mayores de 70 años. No duden ustedes que también lo presentarán como un avance: “para qué seguir viviendo con una enfermedad incurable a cuestas".
Es más, aunque pueda parecer que la Iglesian en España se opone radicalmente a la eutanasia, fíense lo que dijo el otro día el secretario general y portavoz de la CEE, Mons. Luis Argüello:
«No pienso, Dios me libre, en la cárcel para nadie, pero sí en la necesidad, desde la radical defensa de la vida»
Pues hombre, resulta que lo que se discute es si se deja sin castigo penal la eutanasia. Si a usted le parece bien que no vaya a la cárcel quien ayuda a otro a morir, ya me dirá usted don Luis dónde está la radicalidad de su defensa. Lo mismo ocurre con aquellos que dicen que el aborto está muy mal pero que otra cosa es meter en la cárcel a las mujeres que abortan… porque sí.
Precisamente Mons. Luis Argüello publicó hace unos días un artículo en el que reflexiona sobre el voto de los católicos de cara a las próximas elecciones. En el mismo, siguiendo la línea de la totalidad de los obispos españoles actuales, afirma:
En sus 40 años de vigencia, la Constitución ha mostrado ser un instrumento válido para la convivencia entre los españoles.
Y dice también:
La crisis global y el positivismo relativista que domina en la cultura occidental están poniendo en riesgo la democracia representativa que cada vez encuentra menos resortes para regenerarse. Por eso son tan importantes las fuentes de valor moral de carácter «pre-político». Entre éstas, destaca el factor religioso como integrante de los bienes de una sociedad.
Por ello, es muy importante que los poderes públicos, desde una laicidad abierta y positiva, favorezcan la vida y expresión religiosa de los ciudadanos no solo en el ámbito privado sino en su acción pública en favor del bien común.
No, mire usted, don Luis. La crisis glogal y el positivismo relativista no ponen en riesgo la democracia liberal. Es la democracia liberal la que nos trajo ese relativismo. Y mire usted también, don Luis, si creemos que la Iglesia Católica es la Iglesia de Cristo y la fe católica es la única fe verdadera, no cabe laicidad positiva que favorezca el bien común, sino unidad católica de la patria como garantía de ese bien común. O sea, lo que la Iglesia venía enseñando, y sus mártires defendiendo, hasta que decidió asumir, primero pastoralmente y luego -siquiera en parte- doctrinalmente, la derrota ante los principios revolucionarios de la Ilustración.
Por último, no pensemos que este avance del mal disfrazándose de falsa misericordia nos llega solo de un Occidente apóstata. ¿Qué otra cosa sino eso es la idea de que pueden comulgar quienes viven en adulterio o quienes sin ser católicos están casados con católicos? Volvemos a lo mismo: “pobrecillos, que quieren comulgar pero no les deja una ley rígida e implacable. Cambiemos la ley".
Tanto se “abrió” la Iglesia al mundo, que hoy parece engullida por el mismo y compartiendo su misma visión sobre la falsa caridad, la falsa misericordia.
Sólo Dios, por la intercesión de su Madre, puede salvarnos de esta deriva catastrófica y de aquellos que quieren acallar las pocas voces proféticas que se levantan y plantan cara al mal apelando a la Tradición y el Reinado Social de nuestro Señor.
Vuelve pronto, Señor.
Luis Fernando Pérez Bustamante
(*) Soy mucho menos partidario del régimen franquista de lo que eran los obispos cuando murió.
41 comentarios
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LF:
La casuística, para los moralistas. Yo no lo soy.
La izquierda política siempre ha propugnado su ingeniería social amparándose en la misericordia o compasión que devenga cierta o ciertas personas en casos particulares. Recientemente la han vuelto a hacer. Un caso inédito. Un señor asesina a su mujer que lleva 30 años en la cama. En menos de 24 horas se levanta la polvareda política y mediatica sobre la eutanasia ¿ De veras no había una acción concertada entre aquel asesino y estos políticos del embuste y la ingeniería social, que rápidamente han salido a compadecerse del criminal ?
Aquellos que colaron el humo de satanás en España con estúpidas excusas, por supuesto no estudian las repercusiones de sus "logros". Si hablamos de aborto: En España se calcula que han dejado de nacer 2 millones de españoles. Si hablamos de divorcio: familias desestructuradas con hijos sin rumbo. Si hablamos gueimonio resulta que el matrimonio entre hombre y mujer es tenido socialmente por poca cosa.
Asentada ya la excusa de la misericordia. Estamos en la etapa de los derechos: derechos a abortar, a divorciarse, a matrimoniarse, etc. ¡ Menudos derechos ! ¡ Menudos avances sociales ! En el fondo esos supuestos derechos sólo son la negación de derechos verdaderos: derecho a nacer, derecho a la protección de la familia. Pero mientras a unos colectivos les otorgan unos derechos valorables por ellos, a otros nos los quitan: derecho a elegir la enseñanza de nuestros hijos. Derecho a ser respetado por las creencias religiosas.
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LF:
La izquierda no hace nada que la derecha no esté dispuesta a conservar e incluso ampliar.
Por cierto, ese señor no asesinó a su esposa. Fue ella quien se bebió el veneno. Él le ayudó, pero no es asesinato sino ayuda al suicidio.
Y sí, obviamente los medios aprovechan el caso.
Verdaderamente es una Gracia del Cielo que, pese a estos obispos, aún conservemos la fe en la Iglesia, madre y maestra.
Veo muy difícil convencer (incluso con buenos argumentos) a un ateo/agnóstico de porque no es correcto el divorcio o el matrimonio homosexual por ejemplo.
El abandono masivo de la fe en occidente, parece que ya sólo lo puede arreglar Dios.
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LF:
Yo tenía 10 años así que no voté, 😎
Hace ya algunos meses (no recuerdo exactamente cuándo) vi una entrevista que le hacían a Luis Argüello en el Canal 24 Horas de TV1. Por un lado, me impresionó favorablemente, en el sentido de que se le ven tablas para el discurso, y una envidiable capacidad para no dejarse avasallar delante de las cámaras.
Desgraciadamente, recuerdo cuando se puso encima de la mesa la cuestión de la exhumación de Franco, y cómo en días posteriores legión de conocidos y amigos mío alabaron grandemente sus palabras al respecto. Indudablemente, dijo una verdad como un templo, que hacía años que no le escuchaba decir tan alto y claro a nadie: que para la Iglesia Católica ésta es una cuestión particularmente complicada, porque tiene contraída literalmente una deuda de sangre con Franco, por salvarla de la persecución y el exterminio a manos del Frente Popular.
Pero acto seguido dijo algo así como que la Iglesia consideraba que la profanación del cadáver de Franco es cuestión que compete a la Justicia, y que en tanto ésta no se pronuncie la Iglesia no manifiesta una posición en particular. Y yo me pregunto: ¿De qué puñetas sirve reconocer los méritos de Franco en relación con la salvación "física" de la Iglesia Católica en España si acto seguido afirmas que no vas a movilizar a tus masas (por pocas que éstas sean) contra el brutal desafuero a través del cual no se pretende más que humillar y mancillar su memoria?
A mi me parece que este aparentar valor para luego, a la hora de la verdad, ponerse de perfil es la peor de las traiciones. Esta apariencia de defensa destinada a encubrir la rendición efectiva es peor no ya que no combatir, sino incluso que combatir abiertamente y sin hipocresías del lado del enemigo. Y esa es la actitud prevalente hoy en día dentro de la Iglesia Católica, del Papa Francisco para abajo con las honrosas excepciones de rigor. Para mi es el colmo de la tibieza medrosa y del fariseismo. Ni fríos ni calientes, solo tibios (en el estilo de la peor cerveza inglesa). Que viva para ver cómo el Señor los vomita de su boca.
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LF:
Pues fíjese que a pesar de todo, Mons. Argüello empieza a parecerme que es de lo mejor que hay en el episcopado español.
Es necesario, pues, advertir a tiempo y destiempo sobre una nota particularmente perversa y peligrosa de esta moderna variante del iluminismo llamada "democracia", a saber: que es capaz de convertir en partidarios confesos de ella, a los mismos a quienes luego va a destruir.
Como dicen que hacen ciertas serpientes...
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LF:
Pues sí. Ya desde la relliement de León XIII, la cosa no hizo sino empeorar.
Si el problema con los Obispos es que uno llega a la conclusión de que la mayoría de ellos, en función de las circunstancias, serían partidarios de lo que sea. Doy por hecho que si las cosas fueran a mejor y, como sorpresa imprevista, viviéramos para ver con nuestros ojos la recristianización en regla del país, hasta los peores y más despreciables de nuestros Obispos correrían a apuntarse el mérito y a darnos condescendientes palmaditas en el hombro, como si ellos hubieran sido los artífices del éxito y los fieles que verdaderamente se hubieran partido la cara por Jesucristo "buenos y dóciles instrumentos" en las manos de una jerarquía "a la altura de las circunstancias".
Pero lo que me da más risa y a la vez me parece más lamentable de todo este escenario de Historia ficción futura es que a muchos fieles se les caería la baba del contento ante la "reconversión" y el "coraje" de esos maravillosos Obispos. Hasta me imagino los comentarios del tipo "Es verdad que en los años de Zapatero y Pedro Sánchez (da igual que Aznar, Rajoy o Casado si gana sean iguales o peores en cuanto a políticas de apostasía, porque los malos malísimos reos de toda maldad son siempre los sociatas) flaqueó y a veces se dejó arrastrar por la ola progre, pero a la hora de la verdad ya ves que tenía razón y demostró ser un pastor digno y todo un sucesor de los Apóstoles".
La conclusión a la que uno llega es que tal vez la memoria de pez sea nuestro peor pecado.
Para mi el PP es izquierda. ¿ En qué se nota que es derecha ? ¿ En que ha echado del partido todo lo que huele a cristianismo ? ¿ En que el socialdemócrata Montoro subió los impuestos como nunca antes en España ? El PP de Rajoy era un partido más a la izquierda que el PSOE de Felipe González. El PP de Casado sólo es una cosa de boquita para afuera. En España el eje político se ha corrido abruptamente a la izquierda. Por eso a Vox lo llaman ultraderecha, cuando Vox sólo es un partido de centro-derecha de toda la vida, que incorpora soluciones a los nuevos problemas: aumentos de delincuencia e inmigración.
"Por cierto, ese señor no asesinó a su esposa. Fue ella quien se bebió el veneno. Él le ayudó, pero no es asesinato sino ayuda al suicidio.
Y sí, obviamente los medios aprovechan el caso."
Agradezco la corrección.
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LF:
Fueron los liberales de dentro los que, en la fase final del régimen, empezaron a planear el fin de la unidad católica del país. Y lo tuvieron fácil dado los vientos que soplaban desde Roma.
Recuerdo una charla de un obispo a un grupo de universitarios donde se planteaban múltiples cuestiones sobre el cambio de régimen político y entre ellas por supuesto la ley del divorcio.
Acabada su disertación y en una especie de ruegos y preguntas llegó a decir algo que me escandalizó: "en realidad el verdadero problema de la jerarquía con el Gobierno (entonces era la UCD) no es el matrimonio, sino el patrimonio".
Con este juego de palabras aludía a la grave preocupación de los obispos sobre cómo quedaría resuelto finalmente el problema de la financiación de la Iglesia. Pero a mí, tal frase me escoció.
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LF:
Pues yo oí algo muy parecido a cuenta de la oposición de la CEE a la ingeniería social del gobierno de Zapatero y la financiación de la JMJ de Madrid.
Que volver a la Tradición es la vía para sacarnos de este marasmo en que se ha metido Occidente desde hace más de tres siglos, no es algo que yo pondré en duda. El reto, insisto, es que cómo volver a la Verdad de Dios desde la vigente y aplastante mentira del hombre sin Él.
Si te has fijado, por ejemplo, sin ir más lejos, en la entrevista que ha concedido hoy a Antena 3 Santiago Abascal, hablando de VOX, dice que en su partido cabe toda persona con distintas creencias y cosmovisiones porque lo que les une y por lo que luchan es por el Bien Común. Tal vez esa sea la vía por la que hay que transitar durante un largo período de tiempo. Por supuesto, no digo que VOX y la reacción política neoconservadora del resto de Europa (muy diversa ética e ideológicamente, por cierto) tengan éxito o sean fieles a esos objetivos, pero parece que esta es la única senda transitable para hacer posible, hacer florecer la verdad de Dios, aunque sea una verdad laica, sin Él en su primera línea, por así decir.
Ni el español ni el ciudadano europeo de hoy está ni remotamente capacitado para escuchar apelaciones al tradicionalismo católico y a la vigencia política del Reinado de Cristo. Pero el Bien Común sí está inscrito en el corazón de todos los hombres, pues todos somos criaturas de Dios, hayan o no conocido poco o nada de la Palabra del Señor.
Sé que no estás de acuerdo, pero debemos partir para luchar en este proceso del actual estado de cosas. Y ello pasa por luchar con los instrumentos que la realidad nos concede, que es esta democracia liberal de la cual yo tampoco soy creyente, pero que es la realidad que me ha tocado vivir y que determina en no pequeña medida mi vida. Me tacharás de ingenuo, y lo comprendo, que crea en el proyecto de que aún puede ser posible cristianizar este sistema ateo y ateizante a través de la lucha del Bien Común. E insisto, no digo que VOX pretenda esto o que sea instrumento útil para ello. Simplemente van en la buena dirección. Cuando comprobemos que la noción que tiene de bien común se parece poco o nada al Bien, la Verdad y la Belleza que procede de Dios, se les podrá desechar, es decir, dejarles sin votos. Quién sabe, si todo va bien, si VOX sólo es el primer estadio político de formaciones políticas nuevas que en un futuro se apoyen en lo logrado por ésta. Pero eso ya es mucho especular... De momento, me siento esperanzado con la reacción que se está dando, aunque no sea la mejor o la más profunda. Hasta ayer, creía que ni ésta era posible. España aún no está ni destruida ni muerta. Y si ello es así, su catolicismo tampoco, aunque hoy parezca postrado y en retirada.
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LF:
El problema con la tesis de Abascal sobre el bien común es que precisamente es imposible que las distintas creencias y cosmovisiones tenga un mismo concepto sobre el mismo. Más bien el contrario. De hecho, cabría preguntarle qué entiende por bien común. Pero claro, pedirle a Susana Griso eso es como pedirle peras al olmo.
Yo no creo que Vox vaya en la buena dirección. Más bien parece un intento de frenar la locomotora de la muerte. Y sé que hay gente dentro que querría desandar parte del camino hacia el abismo que ya se ha recorrido, pero es que la vía del tren de la democracia liberal solo tiene como destino final el que ya tenemos delante de nuestras narices. Volver atrás sin sacar al tren de la vía es solo retrasar el final. Pero si no se descarrila ese tren, el final llegará.
Dicho eso, evidentemente no voy a arremeter contra la gente que quiere apoyar a Vox, tanto trabajando dentro como con su voto. De ninguno de los otros partidos que se presentan puedo decir lo mismo.
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LF:
Efectivamente, no hay nada bueno que no sean capaces de corromper.
A mí este Obispo me parece como cualquier otro de los que tenemos actualmente en España.
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LF:
A mí me parece bastante mejor que la media -no se esconde nada-, pero es que la media... es la que es.
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LF:
je, je, je... grande Eugenio.
Para oír discursos políticos prefiero a los políticos profesionales. Y como hace mucho que evito escucharles, me va divinamente.
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LF:
Pues debes leer muy pocas notas de obispos, je je.
Respeto tu realismo pesimista. Como creyente que soy, mi optimismo radica en que Dios se goza de utilizar instrumentos insuficientes como nosotros para realizar sus fines de salvación. Además, el Imperio romano parecía más rocoso que esta democracia liberal, gigante de barro, tanto más débil cuanto que se ha erigido contra Dios. Si pudimos con aquellos, también podremos con éstos, aunque eso no lo vean aún ni nuestros tataranietos.
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LF:
Dios se valió de un rey pagano, Ciro, para devolver a su pueblo a la Tierra prometida tras el castigo del exilio babilónico. Ahora bien, no parece probable que se valga de un sistema que niega su soberanía para otra cosa que no sea permitir que se recoja el fruto de la apostasía. Y en esas andamos.
El Tribunal Constitucional ha sido un fraude y un engaño. El artículo 15 protege la vida con el todos tienen derecho a la vida, junto con toda la legislación internacional, pero los señoritos del TC retorcieron el cuello del artículo 15 para que el feto y el embrión:
a) no se reconocido nunca como persona humana con derechos humanos
b) permite el aborto casi libre
¿Para qué han servido una Constitución y un Tribunal Constitucional, más un Defensor del Pueblo? Pues después de 40 años, para nada en absoluto, todo ha sido un engaño y una estafa, pues se puede burlar a la Constitución de manera fácil. Y todo con la culpa de parte del Pueblo, también...
1- ¿A Dios Nuestro Señor?
2- ¿A la constitución?
Me dan tembladeras sólo de pensar que ante una legislación genocida nuestros obispos le juren (un decir) lealtad.
Ven Señor a nuestro auxilio.
datos.bancomundial.org/indicador/SP.DYN.CBRT.IN
Hay un ataque directo y sin precedentes disfrazado de falsos derechos contra el matrimonio y la familia porque son la célula básica de la humanidad, la pieza de caza más codiciada por quienes están al servicio del mal y buscan destruirnos; en defenderla nos va la vida y apelar al Reinado Social de Cristo es el camino. Un abrazo.
El régimen de Franco ha sido lo más parecido a la aplicación del reinado social de Cristo en los últimos tiempos?,
Saludo
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LF:
En España, sí. A la cita de San Juan XXIII me remito.
Ahondando en las causas de nuestra situación, ¿Quiénes son los verdaderos culpables?
Pero, desgraciadamente "es lo que hay"., ya lo anunció S.Pablo "al mal lo llamarán bien..etc"
La técnica siempre ha sido la misma (y seguirá igual), plantear "casos extremos" y apelar a la "compasión y comprensión con las víctimas"; por ahí se hace el agujero y una vez entra el primer caso, cuela todo.
Y es muy curioso preguntarse como nos han cambiado el agua en una generación. Donde las abuelas, quienes vivieron un matrimonio para toda la vida, ahora le dicen a sus nietos a las primeras de cambio, que de aguantar nada, que se separen. Y que hijos, los justos (luego dicen adorar a sus nietos, pero quieren poquita cantidad)...y así con todo. Y la eutanasia, hasta hace nada cuestionable, ya empieza a colar
"Ya quisiera yo" (entiéndase bien, que no justifico los "casos extremos", sino que éstos son realmente muy escasos en número) que "solo" se divorciasen aquellos hogares donde la convivencia es ciertamente incompatible en lugar de donde prima el egoísmo de uno o dos de los cónyuges; o "unicamente" (ejem) se abortaran casos muy complicados en lugar de ser otro método anticonceptivo más... etc
Pero "lo mejor" de esto es que de víctimas nadie habla nunca. Parece que la opción es decir "que les den". Y de esos marido/mujer abandonados, de esos hijos rotos, de esos niños asesinados...¿nadie habla nunca? ¿Prima el derecho "a ser feliz" o "decidir cuando ser madre"?. Y, sinceramente aquí, es donde yo, reprocho a la Iglesia su actitud a los largo de todos estos años. Ha hecho victimas, a quien no lo son. Ha tenido comprensión, con quien quizá no lo merecía, y dejado de lado (supongo que "por molesto") a la víctima real. Y lo digo, porque conozco casos muy cercanos donde mucho dorar la píldora a quien "quiere rehacer su vida", pero a la otra parte casi que se le dice, que deje de lloriquear y siga adelante. (Y en cuanto a los abortos ni te cuento, porque total ese niño "no existe").
Nuestra sociedad va como va. Ya muchos abandonaron la Iglesia. Pero es que quienes seguimos muchas veces, somos ovejas sin pastor. Y a cada uno hay que reprocharle lo suyo.
Nos guste o no, nuestra sociedad es pluralista, hay diferentes cosmovisiones, diferentes planteamientos morales; los católicos tenemos los nuestros porque hemos descubierto la fe como don, gracia y camino de salvación, que proponemos a todo aquel que quiera escucharnos, pero ni podemos obligar a nadie, ni pretender el volver a una sociedad teocrática (unidad del trono y el altar).
Por supuesto que hay muchas cosas inaceptables a nivel moral para los creyentes; pero es que resulta que toda la población no es creyente.
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LF:
¿A usted le interesa conocer la doctrina católica sobre el Reinado Social de Cristo? ¿sí o no?
Así obran las naciones con total impunidad.
Es la contestación a Óscar de Caracas que se preguntaba a quién se debe lealtad.
Vamos a ver, lo del Reinado Social de Cristo, como la sociedad del amor, como la fraternidad universal, etc, etc, están muy bien ¿cual es el problema? Que son ideales, doctrinas, y en cierta medida utopías. Habrá que tender hacia ellas, de acuerdo, pero ello presupone que todos son creyentes, convertidos, y los políticos, católicos practicantes, conscientes de su misión, de su sacerdocio común.......¿que decir?
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LF:
La Cristiandad no fue una utopía. Fue una realidad histórica. No perfecta -el pecado siempre está presente- pero sí mucho más conforme al evangelio que lo que tenemos hoy.
No hace falta ser creyente para estar obligado a cumplir la ley natural y la ley divina. Si creen, bien, mejor. Si no creen, igual deben someterse a la soberanía de Dios. San Pablo habla de la OBEDIENCIA a la fe de las naciones, de los pueblos.
A mì me importa un pimiento que un ateo crea que el aborto es un derecho. Es un crimen. Me importa otro pimiento que un animalistas piense que los animales tienen los mismos derechos que las personas. No los tienen. Etc.
El que quiera alterar la ley natural debe primero "derogar" la ley de gravedad, para que tirando piedras hacia arriba no le caigan en la cabeza....
Vale, democracia liberal, no ¿entonces que queremos? ¿una dictadura? ¿una sociedad de cristiandad donde todos estén "convertidos" por obligación sin convicción alguna?
Nos guste o no, nuestra sociedad es pluralista [...]
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Siendo "la sociedad pluralista", precisamente, se hace mas necesario oponerse a lo inaceptable. Si no fuese pluralista, y plural, no habría que oponerse a nada.
Nunca hubo una sociedad teocrática. Si acaso en Inglaterra. No era la unidad del trono y el altar, era la alianza. Son dos esferas ontológicamente distintas y en las que, de facto, siempre hubo una cierta tensión al ser de dificil discernimiento sus límites -cosa normal, por otra parte-. Hay que recordar que Roma no solo fue cabeza de la Iglesia sino también poder temporal -LA Roma moderna es la ONU y ejerce su poder temporal exactamente igual, con sus ejercitos y demás. El poder temporal lo ejerce quién tiene la capacidad punitiva fáctica-.A veces esta tensión resultó sangrienta.
¿Qué entendemos por dictadura? ¿Cuál es la diferencia entre dictadura y democracia? ¿El abuso de la aritmética, como decía Borges? La democracia es la guerra por otros medios, es una guerra incruenta. Lo que hace funcionar una democracia liberal -aparte de ciertas condiciones materiales tales como el desarrollo de una clase media, etc- es la paz social. La paz social depende de la voluntad de los individuos organizados en grupos. Sin salir de nuestro país podemos observar como se ejerce la presión. Ahí tenemos el caso de Fernando Paz, ahí tenemos el caso del obispo de Alcalá, sr Reig Pla. Ahí tenemos las leyes totalitarias aprobadas. A veces esta presión llega a ser violenta.
La valoración sobre la idoneidad de un sistema o no gira en torno a la juicio acerca de los valores que defiende o la propia capacidad de supervivencia de éste. Ahí entran varios factores a tener en cuenta a la hora de posicionarse, entre ellos la prudencia -no provocar guerra cruenta-, Más allá de esto, el dogma moderno de que la democracia liberal es el único sistema político ético posible es un cuento chino. El sistema se protege a si mismo. Todo sistema se protege a si mismo. El sistema actual se podría llamar demacracia liberal de mercado con estado de bienestar. Es un consenso europeo -entre socialdemócratas y democristianos- sobre el que además se fundamenta la UE -junto con el sistema monetario de dinero deuda-. Además de esto, o, precisamente por esto, se ha forjado hoy una ideología democratista con tintes seudoreligiosos. Las ideologías son las religiones modernas de los ateos. La democracia puede ser católica, el democratismo no lo es en ningún caso.
Si yo no defiendo la democracia como si fuera el paraiso terrenal, pero puede que haya que reconocer que es el sistema "menos malo", al menos, garantiza cierta libertad, ¿no?
O si no , dime ¿que sistema propones tu?, pero por favor, con un planteamiento realista, pisando con los pies en la tierra.
Porque puestos a proyectar ideales, doctrinas y cosas parecidas, yo también tengo claro como debería de ser todo y de que manera.
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LF:
¿Cierta libertad? ¿libertad para qué?
Tras 40 años de democracia en los que millones de vidas humanas han sido destruidas antes de nacer, la institución familiar tiene menos protección que un contrato mercantil y la libertad de educación de los padres es una quimera, ¿me quiere usted decir qué queda por salvar o de qué libertad estamos hablando?
La democracia liberal, que en su misma esencia lleva la idea de que la soberanía reside en el pueblo y no en Dios, y que niega de facto la existencia de la ley natural, es instrumento de apostasía.
¿Qué sistema proponemos? Cualquiera en el que se reconozca la soberanía de Cristo. Puede ser electivo, monárquico o autoritario. En España lo tradicional fue la monarquía católica no absolutista.
El truco está en que el mundo nos haga comulgar con las categorías que maneja, que ya determinan de antemano el debate. Hay que perder el miedo a reclamar la soberanía social de Cristo. Un católico no puede proclamar, por ejemplo. que el egoísmo sea algo bueno si es elegido "libremente", "democráticamente".
por otro lado, como he intentado explicar en dos pinceladas, los sistemas polírticos se definen por su concrección real. Al final, contra lo que se suele aducir comunmente, siempre existen poderes que están más allá de ciudadano -por decirlo de algún modo-, que son quienes manejan la macropolítica. Todos los sistemas que deriban de una estructura compleja como son los estados modernos son una suerte de aristocracia. Al nuestro se le podría llamar "partitocracia", y está constituído por un complejo entramado de partidos políticos y consorcios empresariales, que incluyen poderes financieros y mediáticos.
Se nos ha metido en la cabeza que hay tres poderes: Judicial, legislativo y ejecutivo. Es una convención. Gustabo Bueno en su libro sobre la democracia llegaba a distinguir hasta nueve poderes, y no todos tienen la misma categoría. El poder final lo obstenta quien tiene la capacidad punitiva. La separación de poderes: Se puede intentar una separación de poderes formal, pero ésta nunca es real . . . etc, etc.
Decir que el sistema actual -dígase democracia liberal- es el menos malo de los sistemas es una convención que además nos remite al mito del final de la historia. Como digo todos los sistemas se protegen a si mismos .No sabemos cual será el sistema dentro de doscientos años. Siempre dependerá, además, de las condiciones materiales que reinen entonces y le ofrezcan el marco de contextualización.
Son muchos los tópicos y convenciones que nos son impuestos como dogmas. Lo importante, cuando menos, es no caer en las categorías del mundo con las que nos invaden constantemente, y desde la mas tierna infancia.
¡Viva Cristo Rey!
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LF:
La democracia cristiana fue un auténtico desastre. He aquí un ejemplo de ello. Mejor no intentar repetirlo.
¿Libertad para qué? Pues para que cada uno pueda practicar la religión, la filosofía o el estilo de vida que quiera, ¿te parece poco?
Libertad para practicar el culto, predicar el Evangelio, expresar tus ideas (otra cosa es que te hagan caso o no), proponer tus ideales o el camino de salvación. Esto te garantiza una democracia como la actual. ¿te parece poco?
Lo que pasa es que planteais estados confesionales, pero sabeis que eso es inviable hoy en día. Pero ¿no veis que cada dia somos menos y más mayores? Y todavía no hemos tocado fondo. Seremos una minoría social testimonial, hacia eso vamos.
Decir que la democracia liberal, es el sistema "menos malo", y que esto es pura convención (como dice Cos), puede ser verdad, al igual que la economía tiene que ser competitiva (que no debería serlo); y otras cosas, yo no adoro la democracia liberal, pero al margen de doctrinas, ideales, y mundos idílicos es lo que hay, y habrá que cambiarla desde dentro en la medida que se pueda...........pero añorar regímenes pasados, o sistemas que difícilmente volverán......no lo veo.
Y reclamar la soberanía social de Cristo......pues muy bien, como la sociedad del amor, que decía Juan Pablo II, o un mundo donde reinen las bienaventuranzas del Evangelio, o una fraternidad sin límites, etc, etc, Si todo eso está muy bien y habrá que trabajar por ello, claro está; pero no olvidemos que son planteamientos confesionales cristianos; y sin renunciar a ellos, tendremos que reconocer que un gobierno tendrá que gobernar para todos, y todos no piensan ni van a pensar igual.
Que hablamos de pluralismo, no de uniformidad ni unidad.
Ahora que por soñar..............
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LF:
Dice usted:
¿Libertad para qué? Pues para que cada uno pueda practicar la religión, la filosofía o el estilo de vida que quiera, ¿te parece poco?
No, no me parece poco. Me parece MAL. No existe un derecho a vivir como a uno le da la gana.
Un gobierno debe buscar el bien común, y eso pasa porque se someta a la ley natural, a la ley de Dios. Cito del magisterio pontificio:
El imperio de Cristo se extiende no sólo sobre los pueblos católicos y sobre aquellos que habiendo recibido el bautismo pertenecen de derecho a la Iglesia, aunque el error los tenga extraviados o el cisma los separe de la caridad, sino que comprende también a cuantos no participan de la fe cristiana, de suerte que bajo la potestad de Jesús se halla todo el género humano.
Enc. Annum sacrum, León XIII
No se nieguen, pues, los gobernantes de las naciones a dar por sí mismos y por el pueblo públicas muestras de veneración y de obediencia al imperio de Cristo si quieren conservar incólume su autoridad y hacer la felicidad y la fortuna de su patria.
Quas Primas, Pío XI
Etc, etc.
Los textos que expones de León XIII y Pío XI son puramente confesionales.......para un mundo no confesional.
Ahora explícale a los que no participan de la fe en Cristo que bajo la potestad de Jesús se halla todo el género humano, como explica la Annum sacrum.
¿Y que hacemos con los gobernantes y políticos no creyentes (que son la mayoría) ?
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LF:
Los textos son magisterio pontificio. Y como verá usted, se refieren no solo al sometimiento a Dios de los creyentes sino también de los que no lo son.
Ahora bien, aunque la historia da muchas vueltas y lo que hoy parece seguro -régimen democrático liberal- se puede hundir en cualquier momento, no soy tan ingenuo como para pensar que es humanamente posible volver de la mañana a la noche a la unidad católica de las naciones. Pero como católico tradicionalista, soy testigo de esa santa doctrina sobre el Reinado Social de Cristo. Cuando la España apóstata coma las algarrobas de los cerdos por haber abandonado a Cristo para irse con los hijos de la Viuda, algunos quedaremos para recordarla dónde está su hogar. Y entonces veremos lo que hace.
"Si los que nos llamanos católicos leyéramos -no digo a Santo Tomas de Aquino y su "Summa Theologiae" o "Suma Teológica" con sus ~15 tomos, no- sino, 'sólo', las Encíclicas de los sucersores legítimos (por Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo) de San Pedro, tendríamos muchos más elementos positivos de juicio a la hora de aceptar/defender e, incluso, casi 'santificar', alegremente y sin dudar, democracias tan laxas, deficientes y anti-católicas, como la del '78 de España......pues ya León XIII hace casi exactamente 135 años vió lo que se nos venía encima y lo expuso con toda claridad en la Carta Encíclica arriba mencionada, del 20 de abrl de 1884.......y no haría falta (entiéndeme bien) tener que recordar a los católicos, tan 'machaconamente' hablando, los pilares de la fé y dogmas de nuestra Santa Iglesia Católica en lo que a la vida y dignidad humana se refieren...."
Un cordial saludo.
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LF:
Con León XIII ocurre una cosa. Es de los que más claro vio la cosa. Pues bien, a pesar de ello, hizo esto:
https://adelantelafe.com/de-mattei-el-fracaso-de-la-ralliement-pastoral-de-leon-xiii/
De aquellos lodos, estos barros.
Y a mucha honra.
¿Pasa algo?
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LF:
El tiempo, inexorable. Eso pasa, je je.
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LF:
Llamar avance a eso... no sé. Que tenga que ser así es una desgracia.
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LF:
Hay gente pa tó, je je.
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