¿Quién les haría caso si no fueran religiosos?
El mundo del circo, con sus grandezas y sus miserias, a veces era un instrumento por el cual personas con “anomalías” físicas podían ganarse la vida. Es el caso de las conocidas como “mujeres barbudas", que padecían un desequilibrio hormonal que les provocaba un exceso de vello facial. En ocasiones se convertían en el mayor reclamo publicitario para atraer a la gente a las funciones.
En el no tan maravilloso mundo del circo de los medios de comunicación, es habitual ver aparecer a personajes de lo más peculiares, que se ganan una fama más fruto de sus características anómalas que de su talento personal. Ese fenómeno tiene su apartado “eclesial". En España hay dos monjas a las que se le conoce más por sus declaraciones inicuas ante cámaras y micrófonos que por su fidelidad a la Iglesia. Se trata de Sor Lucía Caram, dominica, y Sor Teresa Forcades, benedictina. Lo más patético del caso es que se supone que ambas pertenecen a comunidades religiosas contemplativas. Pero su actividad para-eclesial les ha convertido en “contempladas” por una sociedad que gusta de consumir material exótico.
A ellas quiere unirse ahora un monje trapense que, demostrando que tiene una vocación por la Trapa similar a la de Rasputín por la castidad sexual, se ha embarcado en la “nobilísima” tarea de dar un barniz espiritual a los promotores de la idolatría populista caribeña -con padrenuestro hugochavista incluído- en España. Es decir, la buena gente de Podemos. Se trata de José Antonio Vázquez, que a día de hoy todavía pertenece a la Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia. A lo que se ve, va camino de convertirse en la Orden Cisterciense de la Ancha Manga.
Estos personajes usan su condición de religiosos -de hecho, visten como tales- para darse a conocer en la sociedad. Pero no se les conoce por su fidelidad al carisma en el que se sintieron la vocación a la vida consagrada. No, se les conoce por cualquier cosa (apoyo al derecho a abortar, secesión de Cataluña, extrema-izquierda antisistema) menos por ser religiosos como Dios y la Iglesia manda. De los tres, solo Sor Lucía Caram podría ser conocida por su participación en obras sociales, pero ella misma sabe que su fama mediática no le viene de ahí.
Su actuación es claramente condenada en el documento “La dimensión contemplativa de la vida religiosa” (1980) de la antes llamada Sagrada Congregación para los Religiosos e Institutos seculares, donde se lee lo siguiente:
… el crecimiento de la dimensión contemplativa ciertamente no puede conciliarse, por ejemplo, con el uso indiscriminado y a veces imprudente de los medios de comunicación social, con un activismo exagerado y extrovertido o con un clima de disipación que contradiga las aspiraciones más profundas de toda vida consagrada
Las dos religiosas y el monje trapense tienen superiores tanto en sus respectivos conventos o monasterios como en sus congregaciones religiosas. Solo hay tres posibilidades:
1- Saben lo que hacen y les parece bien. Señal de la deriva de dichas órdenes.
2- Saben lo que hacen, les parece mal pero no les dicen nada. Señal de la deriva dichas órdenes.
3- Saben lo que hacen, les dicen que no lo hagan, pero cuando desobedecen, miran para otro lado. Señal de la deriva de dichas órdenes.
No parece que en los próximos años vayan a cambiar mucho las cosas. Seguiremos asistiendo a este espectáculo circense, del que en InfoCatólica nos hacemos eco, no sin peligro de caer en el error de ser parte del show. Tendremos que meditar si merece la pena seguir contando las peripecias de esos personajes que visten de religiosos pero están más mundanizados que la inmensa mayoría de los fieles que no tenemos la condición de consagrados.
Luis Fernando Pérez Bustamante
24 comentarios
Tienen también a toda una jerarquía episcopal española que no se atreve a hacer la más mínima crítica, la más escueta reseña en una página diocesana, la más tímida alusión a Sor Forcades en una entrevista, no se vaya a molestar nuestro hermano en el episcopado por injerencia.
Y le tienen también a usted, que desde una página web poco más puede hacer que vociferar en el desierto. ¿Ha escrito vd. ya personalmente al Señor Obispo de San Feliú de Llobregat (creo que es)? Usted se dedica a esto, hágase notar pero en la vida real. Yo, poco más puedo hacer que la lata que doy en mi parroquia con estos temas, que ya los tengo bastante hartos. Si pudiera presentarme allí en el convento a soltar cuatro voces, o si fuera aquí en mi diócesis, vive Dios que lo haría.
En lo personal, muchos feligreses no encontramos más que condenas a lo que hacemos sin molestar a nadie. En lo verdaderamente peligroso, como estos casos, poquito poquito meneamos. Y claro, así está la credibilidad en la calle.
---
LF:
Créame si le digo que en España, sobre este tema, más de lo que hacemos unos pocos, no solo públicamente ... nadie. Y si alguna vez se consigue algo, que lo dudo, será más por lo que se ha hecho de forma discreta, detrás de las cortinas, que públicamente. Tiempo al tiempo.
Y ahora resulta que los católicos de a pie, laicos de chicha y nabo, resultamos más estrictos y estrechos de miras que estos frailes y monjas. Que nos hemos quedado atrás porque entendimos mal a Santo Tomás de Aquino, a San Benito de Nursia y a San Bernardo de Claraval. Que ella/o-s los entienden mejor y nos los tienen que explicar, que como nosotros no les oímos, por puro fariseísmo, se lo tienen que contar a las feministas radicales y a Podemos que lo entienden mucho mejor.
Lo que pasa es que Jesucristo, que conocía el corazón humano, decía a un publicano concreto llamado Mateo: ¡Sígueme! y él le seguía; y a un zelote llamado Judas: ¡Sigueme! y también le seguía, y ambos convivían en paz. Pero Jesucristo no se metió en el gremio de los publicanos ni en el partido de los zelotas. Desde luego la conversión personal de feministas radicales y extremistas de izquierda o de derecha es posible pero, me temo, que cada uno de ellos debe obedecer el ¡Sígueme! de Jesucristo y no al revés.
---
LF:
Más que curioso, que lo es, resulta penoso.
Una vez que consigan poder y no lo necesiten, como a otros bobos inútiles, le darán la patada.
Pero allá él. Otro caso perdido y desnortado...
---
LF:
Lo mismo le den la patada antes desde Podemos.
---
LF:
Hombre, estamos viendo muchas cosas raras, pero lo de niños travestidos en primera comunión...
---
LF:
Lo de ese monje salió ayer. A su superior, que lo mismo es contemplativo de verdad, se le puede dar unos días de margen para actuar. Acabo de leer este comentario en el blog de Paco Pepe:
El Abad está en Roma, participando en el Capítulo General de la Orden Cisterciense.
No se si lo publicarás, pero no está de más echarse unas risas, un saludo Luis Fernando.
---
LF:
Ponlo donde Bruno, :D
Aquí todo el mundo hace lo que le da la gana. No hay disciplina ni compromisos. Lo que no entiendo es que todavía profesen los votos religiosos, porque no los cumplen.
---
LF:
Sí, el obispo lo ha hecho por las vías discretas que usan los obispos ante la Santa Sede. Pero creo que debería de hacer alguna declaración públcia.
Siquiera para que compruebe que, una vez despojada del disfraz con el que hace sus shows, nadie vuelve a ocuparse de ella.
---
LF:
Tengo la sensación de que hasta que no pase lo de noviembre, a Forcades no la tocan. Y después, dudo que lo hagan, pero vete tú a saber.
Caso muy parecido a los hijos adolescentes que pegan a sus padres. Se puede hacer más bien poco si no interviene la autoridad.
Y aquí la autoridad no está en esos superiores, está en otro sitio, y esta autoridad sabemos que no va a intervenir. Quieren evitar el escándalo dejando que haya personas que provoquen escándalo. Incomprensible.
Hace no tanto era seguro que iban a dar una patada en salva sea la parte a esa mujer, para que no siga haciendo sus "activismos" disfrazada de monja católica. ¿Qué ha habido de nuevo para que vayan a seguir haciendo la vista gorda?
Así que ya de la Caram y del trapense ni hablamos.
---
LF:
Hay un tema muchísimo peor, pero que muchísimo peor que lo de Forcades, que ha sido cuasi neutralizado por presiones de alta figura... y que va a explotar en cualquier momento. También de religiosos.
Así que así andamos.
Vuelvo a repetir que me parece que este monje con permiso de su Abad está viviendo un tipo de excedencia, por expresarlo de alguna manera, fuera del monasterio dedicado a los menesteres en los que ahora está. Para un monje profeso y con voto de estabilidad monástica y encima ordenado sacerdote, como es el susodicho trapense, no es tan fácil firmar su renuncia; y de ésto se aprovechan algunos y algunas. Tiene usted razón, LFPB, al hacer referencia al Código de Derecho Canónico, realmente habría que revisarlo para evitar los disparates que se están cometiendo en la Vida Consagrada. La realidad es que en muchos monasterios y conventos ha calado el machacon pensamiento progre de que los allí encerrados no hacen nada teniendo tanto que hacer en el mundo mientras allí están perdiendo el tiempo rezando. El demonio es muy listo utilizando las artimañas para apartar a los centinelas de la Iglesia que proyectan la luz de Dios en el mundo, el orden y el amor. Recemos para que no hayan más que caigan en la trampa.
Sin ir más lejos, yo jamás habría sabido nada de los famosos personajes sin esta página. Y no creo ser el único.
Yo creo que la mayoría de católicos, más aún de este lado del charco, nos mantenemos bastante alejados del circo. De vez en cuando nos suenan campanas sobre algún asuntillo irregular, pero son tan tan tan lejanas que si no vienen a arrestar al párroco por abuso sexual -ya pasó en mi pueblo-, les damos muy poco crédito. De hecho, en el caso particular que menciono, la mitad del pueblo no se lo creyó y la noticia se desvaneció una semana más tarde de la prensa y nadie le ha vuelto a poner atención.
Sin duda es un circo. Y los payasos profesionales hacen tanto uso de los que les aplauden como de los que les abuchean.
---
LF:
Tenemos una razón de peso para hacerlo. Contribuimos a que desde la Iglesia se ponga fin a ese circo. En varias ocasiones ha ocurrido. No solo con personajes de este estilo en España sino, sobre todo, en Hispanoamérica. No voy a dar ejemplos, pero hay unos cuantos.
Dicho eso, toca buscar un equilibrio.
La verdad es que me resulta difícil diferenciar la denuncia profética de la difamación; el señalar para evitar, o el esparcir.
Creo que en general en esta casa se hace bastante bien. Mis felicitaciones.
En cuanto a los 3 protagonistas del artículo:
Dejar un comentario