Al sacerdote Juan Rubio le parece fabuloso que Hans Küng se quiera suicidar
Hace unas semanas que se hizo público que la editorial PPC, del grupo SM (marianistas), había decidido cesar al sacerdote jienense Juan Rubio como director de la revista Vida Nueva. Desde entonces, es probable que el P. Rubio haya escrito cosas interesantes o esté embarcado en alguno de los proyectos mencionados en la nota de prensa de PPC, pero ha sido hoy cuando he leído algo de su autoría.
Resulta que el teólogo Hans Küng, enfermo de Parkinson, ha publicado el que seguramente sea el último libro de su vida. Y no digo que sea el último por decir. Es que en el mismo asegura que tiene la intención de morir cuando a él le dé la real gana. Afirma:
“Yo, teólogo católico, quiero decidir cuándo y cómo de he morir".
Esa frase es un resumen de lo que ese pobre hombre entiende por ser católico. Consiste en decir y hacer lo que se quiera y cuando se quiera. Y si uno se ha hartado de la vida porque está enfermo o por cualquier otra razón -¿acaso sufre más el que tiene impedimentos físicos que el que vive en una depresión sin fin?-, pues se mata y santas pascuas.
Dado que en Suiza el suicidio asistido es legal y está a la orden del día, es harto probable que un día nos desayunemos con titulares de prensa dando la noticia de que Küng se ha suicidado.
Ahora bien, que Küng piense eso no debe extrañarnos a nadie. Hace muchas décadas que decidió vivir de la apasionante profesión de “pisoteador público de la fe católica” que había dejado de profesar. Que alguien así simplemente fuera apartado de la docencia católica y no suspendido a divinis y excomulgado, es uno de lo síntomas de la crisis del catolicismo postconciliar, pero ese es otro tema.
El caso es que al sacerdote Juan Rubio no se le ha ocurrido otra cosa mejor que afirmar que las tesis de Küng son la prueba del algodón para el papa Francisco. Cito:
Dejo algunas ideas expuestas en el libro y que, con certeza, levantarán ampollas, mientras que en la Iglesia se esperará la reacción de Roma. Una prueba de algodón para el Papa Francisco.
-Si la vida es un regalo de Dios, por qué no aceptar la posibilidad de devolvérselo con agradecimiento y generosidad.
-Si se cree en la Vida Eterna, tal y como enseña la Iglesia, no hay por qué prorrogar innecesariamente el gozo de vivir esa eternidad, si se dan en circunstancias extremas” (Para ello pone el ejemplo del martirio de los primeros cristianos ante las torturas . Preferían morir antes que renegar a la fe).
-El principio de la Dignidad Humana incluye la dignidad en la última etapa, la muerte. Del derecho de la vida no se deriva el deber de la vida o el deber de continuar viviendo en circunstancias extremas. Ayudar a morir es como ayudar vivir.
-No es algo que deba hacerse de forma heterónoma, sino desde la propia autonomía personal.
Y no contento, añade:
Küng no espera rehabilitación alguna por parte de la Conferencia Episcopal Alemana, pero sí recomienda que, al mismo tiempo que la Iglesia no debería hacer oídos sordos a este tema moral tan hondo y preocupante. Una Iglesia de misericordia no puede desatender a quienes sufren estas situaciones. Y lo hace desde la experiencia, como un canto de cisne, pero, lo más grande es que lo hace, desde la fe de la Iglesia, desde su amor a ella y en esos últimos momentos, los de las verdades supremas.
¿Está diciendo el P. Rubio que para saber de qué va de verdad este papado, tenemos que estar pendientes de lo que dice sobre la eutanasia? ¿en serio cree que un Papa puede manifestarse a favor del suicidio asistido que quiere para sí mismo Küng?
¿Qué concepto tiene este hombre de la doctrina católica, del papado y de la soberanía de Dios sobre la vida humana? ¿Qué se puede decir de un sacerdote que asegura que habla desde la fe católica alguien que plantea que la Iglesia puede pisotear sus dogmas? ¿En serio un sacerdote pueden plantear que hay que seguir atentamente los pasos de un hereje anciano enfermo que antes de morir quiere seguir haciendo daño al resto del mundo apoyando el suicidio asistido?
Vamos a los argumentos:
-Si la vida es un regalo de Dios, por qué no aceptar la posibilidad de devolvérselo con agradecimiento y generosidad
O sea, como la vida es un regalo de Dios, decidimos cuando se la devolvemos matándonos o haciendo que otros nos maten. Glorioso, oiga.
-Si se cree en la Vida Eterna, tal y como enseña la Iglesia, no hay por qué prorrogar innecesariamente el gozo de vivir esa eternidad, si se dan en circunstancias extremas” (Para ello pone el ejemplo del martirio de los primeros cristianos ante las torturas. Preferían morir antes que renegar a la fe).
Está claro. Justo después de salir de confesarte con el sacerdote y cumplir la penitencia, te pegas un tiro y te vas corriendo al cielo a gozar de la eternidad con Dios. Y eso, señores míos, es algo muy parecido a quienes prefirieron morir antes que negar al que les dio el don de la vida. Quizás Küng, en su delirio, o el P. Rubio en su deriva, no son capaces de entender la diferencia entre matarse y afrontar la muerte antes que apostatar, pero les aseguro que no son lo mismo.
-El principio de la Dignidad Humana incluye la dignidad en la última etapa, la muerte. Del derecho de la vida no se deriva el deber de la vida o el deber de continuar viviendo en circunstancias extremas. Ayudar a morir es como ayudar vivir.
Ayudar a morir es una cosa y matar o ayudar a suicidarse al que no quiere vivir es otra. La Iglesia no se opone a los cuidados paliativos que evitan el sufrimiento físico. Es más, tampoco se opone a que esos cuidados puedan adelantar, como consecuencia no buscada, la muerte. Pero, para que se me entienda, no es lo mismo sedar a un enfermo terminal para que no sufra, que sedarle para matarlo. Los seres humanos no somos animales a los que se mata para que no sigan sufriendo. Küng mismo no es un caballo cojo y viejo al que convenga pegar un tiro entre ceja y ceja.
-No es algo que deba hacerse de forma heterónoma, sino desde la propia autonomía personal.
Hombre, solo faltaba que además de abogar porque las personas se puedan suicidar, abogara porque un ente externo a las mismas decidiera cuándo sus vidas han dejado de tener sentido y es mejor acabar con ellas. Aunque, sinceramente, al final viene a ser casi lo mismo. Se trata de si el hombre es quien tiene autoridad para acabar con la vida propia o la ajena en una situación de enfermedad física o mental.
Y todo eso, insisto, es para el sacerdote Juan Rubio, que ha sido director durante varios años de una revista católica de gran difusión, la clave para saber de qué va este papado. Yo más bien pienso que es la clave para saber si uno es católico o no. Küng, desde luego, no lo es. Y quien le apoya en sus tesis, tampoco.
Por cierto, Roma ya respondió al teólogo suizo. Lo hizo el cardenal Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Cito:
-Hace unos días, Hans Küng pedía el suicidio asistido, si se agrava su Parkinson. ¿Qué le parecen sus declaraciones?
Es muy lamentable. Él es teólogo, tiene que saber que Dios es el dueño de nuestra vida, y que el suicidio no es una solución legal o ética responsable. Espero que nadie siga el ejemplo de Hans Küng en esto que ha dicho. Es muy triste para mí que un teólogo que cree en el Dios creador se explique de esta manera. Está realizando la negación de la gracia. Nuestra vida está en las manos de Dios.
¿Saben dónde se publicaron esas declaraciones? En el mismo portal donde se ha publicado lo del P. Juan Rubio. Sería bueno que al menos se leyeran las cosas antes de pedir a la Santa Sede que opine sobre lo que ya ha opinado.
Luis Fernando Pérez Bustamante
PD: Para que no se quede enterrado entre los comentario, copio acá la respuesta el P. Juan Rubio a este post:
Si hablar de un libro que abrirá un debate que pronto se abrirá en toda Europa es estar de acuerdo con lo que se dice en el libro…algo hay detrás. Solo he hablado de la NOVEDAD BIBLIOGRAFICA y de la situación personal que vive el Sr, Küng. Habría que leer cuanto dice en su entrevista a la revista CARTA CAPITAL brasileña…Solo he adelantado el debate. No me he pronunciado. Creo en la vida desde el útero hasta la tumba y en su defensa estaré siempre.
Y mi comentario a su respuesta:
LF:
Ya, y decir que el libro es la prueba del algodón para el Papa y que el autor habla desde la fe católica, cuando está arremetiendo contra dicha fe… es simplemente hablar de una novedad bibliográfica.
Me alegro que digas que crees en la vida desde el útero hasta la tumba.
47 comentarios
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LF:
Posiblemente.
Lo que sí está totalmente fuera de lugar son los comentarios de Juan Rubio. Desprecian el poder de la gracia en nuestras vidas y creo que justificar el suicidio de esta forma puede hacer muchísimo daño a muchas personas
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LF:
A mí, sinceramente, me cuesta tener compasión de quien hace apología de la eutanasia. Si se quiere matar, que se mate. Pero que no dé razones a otros para matarse. Aun así, rezo por su alma, porque da toda la sensación que va camino del abismo que ya no tiene vuelta atrás.
Del P. Juan Rubio cabe incluso esperar alguna actuación por parte de su obispo. Que lo tiene.
Es como si a uno que nos ha regalado una joya, se la devolvemos después de haberla destruído a martillazos.
!Mira, amigo, esta joya tan preciosa que me has regalado te la devuelvo generosa y agradecidamente después de encargarme yo mismo de destruirla dandole golpes de martillo¡ Esta destructiva manera de devolver un regalo tiene de todo menos de generosa y agradecida.
Enfín, nunca debemos resignarnos al refrán de quien mal anda mal acaba, pero este Kung lleva muy mal camino y sólo queda rezar porque, aunque sea a última hora, cambie de rumbo.
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Si por teólogo católico se pretende entender de aquel que se interesa, y conoce al Dios católico; Y a más quiere decidir cuándo y cómo morir.
Habrá que decir que quien así se presta ni es teólogo, ni es católico; ni menos sabe lo que es
morir alejado de Dios.
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LF:
De Córdoba, desde luego, nada. Si acaso, de Jaén.
Es la postmoderna ética de mínimos, consensualista y autoconstructiva, que ha sido utilizada como fundamento de la ideología de género, del aborto y la eutanasia, (y que fue propagada -con ciertas variantes- por Adela Cortina, Savater y Jose Antonio Marina, entre otros);
ha impregnado la mentalidad de muchos católicos,laicos o sacerdotes, entre ellos, sobre todo, teólogos, como Castillo, o este Kühn, que ha sido uno de sus promotores, y es en la actualidad el principal instrumento filosófico a lanzar por la progresía contra la objetividad de la Ley natural.
Venga, va, lo digo yo:
0) El tema de la duración de la vida es de profunda relación pastoral: no se puede coaccionar a nadie a que viva en una relación problemática-critico-extrema con su propio cuerpo, causando por ello un menoscabo en su dignidad personal. Como ya adelantó proféticamente un preclaro teologo alemán (uber alles), al que voy a parafrasear:
Si una persona quiere decidir el momento en el que se va a encontrar con Cristo, y
a. Se arrepiente de su fracaso en una vida que reconoce que no ha sido totalmente conforme al Cristo,
c. Si ha aclarado las obligaciones de su vida terrena (deudas, responsabilidades familiares), si ha excluido definitivamente que vuelva atrás en su intención,
c. Si no pude abandonar sin otras culpas su decisión de acabar con su propia vida, en particular debido a enfermedades-degenerativas/grandes-dificultades-financieras/hastio-vital,
d. Si se esfuerza en vivir de la mejor forma posible lo que profesa en el credo: "creo en la vida eterna y en la resurrección de los cuerpos"
e. Si tiene el deseo de encontrarse con el Cristo como fuente de fuerza en su situación,
¿somos alguien para juzgar, debemos o podemos negarle, después de un tiempo de madura reflexión (metanoia), la opción de poner fin a su vida terrena?
Y de bonus track, otras reflexiones:
1) El tema de la duración física-terreno-temporal de la vida no tiene relevancia espiritual, es simple disciplina pastoral. Lo importante es "estar con los pobres", lo demás viene con añadidura;
2) La Palabra de Dios no condena el suicidio: es mas, en casos como el de Sansón, lo presenta como un ejemplo a seguir;
3) La verdadera Iglesia (la del Evangelio, la de antes del 313) ofrecía como ejemplo a aquellos que preferían acortar su vida (negándose a colaborar con el poder constituido), y condenaba a aquellos que optaban obedecer al estado, (prolongando con ello el gozo de la vida terrena);
4) La vida es un don personal e intransferible; nadie puede interferir en esta relación tan íntima: ab internis nem Eclesiam;
5) Como ya está demostrado hasta la saciedad con el tema del aborto, el derecho a decidir es un derecho fundamental de la dignidad Humana, y la Iglesia apoya la dignidad humana, como ya lo dijo Pablo VI en la DH;
6) El mundo vive en una gran crisis ecológica y de recursos: si la ICAR quiere realmente el bien de la Humanidad, tiene que contribuir a reducir el consumo de recursos por parte del género humano; que escuchen al otro teólogo relevante en el tema, R. Dawkins.
Bueno, aquí se me acabó el papel donde recogía las ideas del Ilustrisimo Magnifico Profesor Doctor Higinio Fernández; cuando encuentre más, vuelvo.
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LF:
Aclara que Higinio es un personaje ficticio, que aquí habrá mucha gente que no lo sepa, :D
Creo que es bueno leer todo el artículo en La Vanguardia blog Atrio y otros artículos para opinar con mayor criterio. No conviene hacer juicios tan sumarios. Como dice el Papa, la palabra también mata. Pero lamentablemente algunos hacen su fe a su medida.
De todos modos, no quiero juzgar a Küng. Dios lo hará. Pero yo, en su lugar, no podría aceptar la eutanasia sin sentir con ello que estoy traicionando al Crucificado.
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LF:
Ya, y decir que el libro es la prueba del algodón para el Papa y que el autor habla desde la fe católica, cuando está arremetiendo contra dicha fe... es simplemente hablar de una novedad bibliográfica.
Me alegro que digas que crees en la vida desde el útero hasta la tumba.
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LF:
El Parkinson no tiene cura.
Si una persona que se encuentra en una situación extrema de su vida, que se prolonga sin solución de continuidad, sin un fin vislumbrable, en un sufrimiento radical, que le causa UNA INEVITABLE PERDIDA DE FE, no tiene acaso EL DEBER de acabar con esta situación (en esta caso, la propia vida) en beneficio de nuestro supremo bien que es LA FE? Nadie podría achacar a un pecado el poner la FE por encima de todo...
Los mártires cristianos (los buenos, los de la Iglesia-de-verdad-de-antes-de-Costantino) acaso no hacían JUSTAMENTE ESO, Y POR ESO SON EJEMPLOS?
Ante la posibilidad de perder la fe, no elegían activamente poner fin a su vida terrena (activamente-desobedeciendo la orden de adorar a los dioses paganos), en beneficio de LA FE?
El propio Cristo, no eligió libre y activamente poner fin a su vida, en beneficio de todos los hombres? Si hubiera tenido la mentalidad de la iglesia catolica-pequeña-burguesa-vaticana actual, habría elegido seguir viviendo. Y no lo hizo.
A.V.E. (Ahí Va Eso)
Como dijo San Agustín: "Higinio locuta, causa finita"
Pero yo sigo pensando que la filatelia o la cocina china son más entretenidas que dedicarse a crear escándalos progresistas de este tipo.
Hay que estar muy en la lona.
Saludos cordiales.
Ya ves, y yo toda la vida pensando que la forma de mostrar agradecimiento por un regalo es recibirlo y conservarlo incluso si no nos gusta.
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LF:
Hay ocasiones en que Dios, por razones que solo Él conoce, ya no concede el arrepentimiento. Esaú sabe de ello. No sé si el caso de Küng es una de ellas. Tiene toda la pinta. Por si acaso, hay que seguir rezando por él.
Acabo de leerlo y, como cualquiera puede hacer, he comprobado que lo que dices aquí en tu comentario de las 5:42 contradice visiblemente la sarta de puyas contra la Iglesia, los tres papas anteriores, los católicos auténticos y la doctrina tradicional acerca del respeto a la vida.
Y no hay nada asombroso, porque ese artículo de aires desafiantes y pedradas verbales contra todos los que no sean rabiosamente disidentes es exactamente del mismo tenor que acostumbran a ser tus soflamas ideologizadas y claramente anti-Iglesia, siempre alineadas con el último disidente que surja a la plaza pública, sea quien sea y diga lo que diga. El criterio no es la verdad -en la objetividad de la Verdad no crees-; ni siquiera es "tu verdad subjetivamente construida de manera autónoma y consensuada", pues careces de ella. Ni falta que te hace para la tarea a la que te dedicas.
Lo cierto es que Küng dice que quiere morirse cuando él decida y, si le da la gana de suicidarse, va y se suicida. Y ahora que se fastidie el sargento, porque no ceno.
Pues vale. Que lo haga. Una pena, un malísimo final para quien otrora fue teólogo y católico. Ahora, viejo, enfermo y enrabietado contra el mundo y contra la Iglesia a la que una vez perteneció, se dedica no a suicidarse (eso se hace calladito, de una vez, rápido y dejando, como mucho, una despedida a los deudos) sino a dar la tabarra, y a la puesta en escena de su rabia, su cabreo y su rebeldía ante Dios. Y así lleva meses. Y tú aprovechas el posible tirón mediático del acting deneste desdichado anciano, que se resiste a enfermar y morir sin que el mundo esté pendiente de él, porque vives de eso. Encontraste tu " nicho de mercado" en la disidencia agresiva y en la propaganda contra la Iglesia. Curiosa, pero tristemente frecuente, conducta esquizoide en personas que viven DE la Iglesia eso de vivir más y aún mejor CONTRA la Iglesia.
Pues eso; no vengas ahora reivindicándote como quien "solo ha adelantado el debate y no se ha pronunciado" porque está a la vista, y publicado, lo que has opinado, en esta como en otras ocasiones. Por más que aquí digas, escuetamente, "Creo en la vida desde el útero hasta la tumba y en su defensa estaré siempre", si omites los peros, los matices y las contradicciones (que están bien visibles en muchos sitios) te va a creer Rita la cantaora. Yo, que no soy nadie, que no vivo de esto,pero que conozco a ti y a los de tu cuerda desde niña, no te creo. No te creo porque hay montones de motivos para no creerte, uno de ellos publicado hoy mismo en RD y en Atrio; y el resto esparcidos por años y años de publicaciones e intervenciones públicas siempre en el mismo sentido: una disidencia destructiva y pendenciera, agresiva y agria, provocadora y agitadora, sin que se te haya visto retractarte de tanto daño como llevas hecho.
Anda y lamenta como cualquier cristiano el triste final de un hombre que pudo mirar el ejemplo de tantos que le han precedido en el dolor y la enfermedad ( ¿se creerá Küng que es el único o que su dolor ha de dolernos más que el de nadie?) y han muerto DIGNA y cristianamente. Y sin dar tanta lata. Pero si escribes eso no vendes, claro, ni vendes ni prosigue tu labor de zapa.
Y no hay debate. La Igleia, Maestra y MADRE que mima a sus hijos, ya ha dicho todo lo que tiene que decir al respecto. Y, gracias a Dios, lo que ha dicho ¡es tan humano, es tan realista, es tan consolador!
Me extraña tu expresión:
"Me alegro que digas que crees en la vida desde el útero hasta la tumba"...
Pues la vida no es vida desde el útero sino antes, desde la trompa de falopio, donde ocurre la fecundación. En el útero ocurre la implantación del embrión, es decir la anidación de una pequeña vida que empezó días antes un poco más arriba, en la trompa.
Ahora, creer en la vida hasta la tumba, pues tal vez en eso crea también Hans Kung, sólo que sería una tumba muy especial que él pedirá en un momento y lugar determinado a algún facilitador de su posible suicido.
Dado lo dicho, las palabras del padre Rubio "Creo en la vida desde el útero hasta la tumba y en su defensa estaré siempre" no se oponen ni al aborto ni a la eutanasia. Tal vez sea consecuente con ellas.
Saludos
Jorge
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LF:
Hombre... me parece rizar mucho el rizo afirmar que cuando alguien dice que cree en la vida desde el útero es abortista.
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LF:
A pesar de su desafortunadísimo artículo, no metería al P. Rubio en ese saco. Y esa gente no es católica.
Interesante lo del cesaropapismo.
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LF:
Hombre, torear, lo que se dice torear, pues no. Que está muy visto es claro. Pero yo también, je je.
Aquí ya nos conocemos todos, :D
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LF:
El artículo del P. Rubio me sigue pareciendo -y no solo a mí- un apoyo explícito a las tesis de Küng, incluso aunque no fuera su intención como él ha manifestado.
Con poner como post data su aclaración, es más que suficiente.
Por otra parte, me parece oportuno recordar aquí, tanto a la filegreses como a sacerdotes, que en su origen el sacramento de la Unción de los enfermos tenía el objetivo principal de obtener la salud física mediante la oración hecha con fe y la unción con el óleo como puede leerse en Santiago 5,14-16: “Si (alguien) está enfermo, que llame a los presbíteros de la Iglesia, para que oren por él y lo unjan con óleo en el nombre del Señor. La oración que nace de la fe salvará al enfermo, el Señor lo aliviará (lo levantará, en la traducción original), y si tuviera pecados, le serán perdonados. Confiesen mutuamente sus pecados y oren los unos por los otros, para ser curados. La oración perseverante del justo es poderosa”. Parece como si se hubiera perdido la fe en el poder de la oración y en que el Señor puede curar al enfermo si le parece conveniente.
En última instancia, hablando en serio, lo que aquí pasma de esta gente que se dice católica, es el horror a la CRUZ, y la desconfianza de los caminos de la Providencia para nuestro mayor bien.
-¿Obediencia? A quien quiero y como quiero.
-¿Dolor o humillación? No; prefiero salir por la puerta del fondo, cacareando sobre la dignidad, autonomía, y adultez.
La consigna final es "lo que yo quiero, como yo quiero, donde yo quiero y cuando yo quiero".
Algo podrido hay en la raíz, ¿no?...
Es un último servicio a Satanás muy peligroso para su alma, porque si finalmente decidiera matarse, su remotísima posibilidad de salvación vía la Divina Misericordia se vería muy comprometida por esta pública apología de un acto abyecto a los ojos de Dios.
-En este portal se ha hablado mucho últimamente de la primacía de la gracia, de Dios. Por tanto la vida nos la da Él y Él es quien la reclama, quien elige o permite el modo para que nuestra vida alcance su fin: la vida eterna. Decir que suicidarse, en cualquier circunstancia, es entregar la vida a Dios puede ser incluso de patología mental.
-La doctrina de la Iglesia advierte contra el encarnizamiento terapéutico. Por tanto, nadie trata de prorrogar la vida en circunstancias "extremas". Además, las circunstancias no son fuente de la moralidad. Por tanto, suicidarse es siempre un mal objetivo. ¿Quién marca la línea? ¿Puedo suicidarme por un dolor intenso en el brazo? La línea que la marque Dios, o la ley natural si no se es creyente.
Ayudar a morir sí es ayudar a vivir, cuando entendemos por esto el prepararnos para el momento que Dios ha preparado, acompañar al moribundo, ser su apoyo, rezar con él, prestarle servicios que puedan serle útiles. Adelantar la muerte es asesinato. Por tanto ayudar en el momento de la muerte es ayudar en un momento, y crucial, de la vida. Decidir el momento de la muerte o ejecutarlo es matar.
- Y por Dios, los mártires reciben una gracia especialísima de Dios para aceptar (repito: aceptar) con misericordia la ira de sus agresores.
Lamento decir lo que me parece que es obvio, pero hay mucha desinformación.
Off topic: Hay circulando una carta del periodista católico decapitado James Fooley que, merece mucho la pena leerse. Ahí se ve lo que es un católico, un auténtico king.
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LF:
No, almas a su cuidado, ni una. Desde hace décadas.
Sancho:
Si algo he ido entendiendo en mi regreso a la obediencia a la ortodoxia es que la propuesta moral de la Iglesia es la del sentido común. Por eso, y aunque es cierto el valor redentor del sufrimiento unido al de Cristo y ofrecido con paciencia, no lo es menos que la Iglesia no exige sufrimientos heroicos a ninguno de sus hijos, a ningún ser humano.
De ahí la maldad de Küng, de Juan Rubio, y de tantos "eutanasistas" eclesiales solapados o explícitos: ellos SABEN que sus premisas para defender la "muerte digna" (o sea, el suicidio, asistido o sin asistir; la eutanasia, voluntaria o no tanto) son falsas.
La moral católica rechaza abierta y explícitamente el encarnizamiento terapéutico y el alargamiento artificial del proceso de muerte, tanto como las acciones directamente orientadas a acabar con una vida (pero no, por ejemplo, el acortamiento del proceso de muerte mediante acciones que no tengan ese propósito sino el de aliviar el sufrimiento, aunque de resultas de ese alivio,y no habiendo otros medios, se acorte el proceso de morir en una enfermedad terminal.
Aun así, ellos difunden su defensa de la muerte por soberbia (así es como debería llamarse el caso Küng) basándose en premisas que SABEN falsas. De ahí la extrema perversidad de las tesis de Küng y de la retorcida y sibilina reseña-defensa de Juan Rubio.
Acerca de la obligatoriedad de padecer sufrimientos insoportables, hay Magisterio, y reciente, sobrado. Y hay el ejemplo de miles y miles de personas que NO piden la muerte en circunstancias extremas, pero sí unos cuidados paliativos, que existen tanto para situaciones terminales como para las crónicas.
Engañar a la gente común acerca de una presunta exigencia de sufrir lo indecible es tarea de los muchos Juanes Rubios que por desgracia siguen viviendo de su condición de sacerdotes, frailes o monjas, a pesar de que su principal dedicación en la vida es disparar contra la línea de flotación de la Iglesia, ganar notoriedad, fotos, cámaras, entrevistas y aplauso mundano gracias a su condición de rebelde a la Iglesia que le ha formado y amamantado, y, si llega el caso, por qué no, forrarse a costa de todo ello.
Creo que vale aclarar que si alguna (o algunas) vez te he respondido ásperamente, no era por animosidad sino porque percibía que junto a agudas observaciones a veces de gran valor, mezclabas tópicos mundanos de manera poco coherente.
ültimamente no encuentro esos tópicos en tus comentarios, así que una de dos: o ya no los pones (y has cambiado -a mi juicio- para bien), o es que yo ya no los percibo, y entonces yo he cambiado para mal :-((
:)
Pero conmigo te has equivocado fiero: yo no pienso que el hombre sea superior a la mujer. Es que me lo tienen terminantemente prohibido tanto mi esposa como mis seis hijas! >:-o
Y Hans Kung, que se suicide ya, pero que por favor no saque mas libros, que se gasta pasta de papel y es malo para el cambio climático. y el J rubio si quiere y le gusta tanto eso, que le devueva a Dios su regalo cuando quiera, pero que no nos tome por imbéciles.
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LF:
No, que no se suicide. Que se arrepienta y lo cuente en un libro.
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LF:
Alguna palabra había en el otro comentario largo que has escrito, que ha hecho que vaya a spam (estamos actualizando eso) y no se puede publicar.
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LF:
Küng no es católico. Y su apuesta por la eutanasia es una prueba más de ello. A partir de ahí, ya le juzgará Dios.
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