De nuevo en Lourdes con nuestra Madre
Tres veces en mi vida he estado en el Santuario de Lourdes. La primera fue esencial para mi regreso a la Iglesia Católica. Allí llegué con una madre y salí con dos.
La segunda ocasión fue pocos meses después de que mi esposa estuviera a punto de morir por una hemorragia interna. Unos hermanos religiosos nos regalaron unos días allá. Ella se bañó en las piscinas y aunque su enfermedad crónica sigue ahí, no ha vuelto a tener ningún percance grave.
Hace un par de meses, el P. Pedro Estaún, sacerdote de la prelatura del Opus Dei que realiza su labor aquí en Huesca, se ofreció a llevarnos a Lourdes para pasar un día allá. La idea era salir temprano por la mañana y llegar de noche. Se suponía que en este tercer viaje al santuario iríamos sabiendo cuál es “apellido” de la enfermedad degenerativa que padezco, pero la biopsia a la que me sometí en abril no ha valido para nada. Toca hacerme más pruebas.
Además del sacerdote, vino con nosotros Munia, que junto con su marido es delegada diocesana de la pastoral juvenil de Huesca. Lo bueno de ir en coche con un sacerdote y dos mujeres que saben de cosas del Señor y de la Iglesia, es que la conversación suele ser sustanciosa. Así que las dos horas y media de ida se pasaron rápidamente.
Una vez en Lourdes me di cuenta del gravísimo error de ir al sur de Francia vistiendo una camisa de manga corta. Estaba nublado y hacía un frío de narices, con lo cual no tuve más remedio que pasarme por una tienda a comprar una prenda de abrigo. 30 euros costó la broma pero era eso o acabar convertido en una estalagmita en un rincón del santuario.
Tras la primera visita a la cueva donde se apareció la Inmaculada Concepción a Sta Bernardette, fuimos a la misa en español que se celebra en una de las capillas. Luego me confesé -debí haberlo hecho antes pero no fue posible-. Vuelta a la gruta donde pasamos por debajo de la virgen. Fue entonces cuando encomendé a nuestra Madre todas las peticiones que me habían encargado aquellos que sabían que íbamos a estar allí.
Comimos pronto y regresamos al santuario. Decidí entonces tomar el baño en las piscinas del mismo. Dada la larga cola de hombres que querían hacer lo mismo que yo, tuve tiempo de seguir rezando y meditando sobre el pasado, presente y futuro de mi vida. Una vez dentro de la piscina, tuve la suerte de que el voluntario que me atendió justo antes del baño fuera Josemaría, de Castellón, que lleva la friolera de 33 años sirviendo a Dios, su Madre y la Iglesia de esa manera. Nos contamos brevemente algunas cosas de nuestras vidas y al salir le di un abrazo de gratitud por la labor que hace.
Ya ante la piscina, recé en voz alta un avemaría y la conocida como “Oración de Jesús” (Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, que soy pecador), hice mis peticiones en silencio y me metieron dentro. Antes había pensando que, salvando las distancias, era como mi “bautismo” en el Jordán. Sin ser bautismo, claro. También me acordé de Naamán, a quien el profeta Eliseo mandó lavarse 7 veces en ese río para sanase, y sanó. Aunque a la Madre le pedí que intercediera por mi salud física, puse más énfasis en que le rogara al Señor para que me ayude a librarme de la lepra de mis pecados, que son muchos.
Una vez fuera, nos dirigimos a la explanada ante la gruta donde disfruté de dos de las mejores horas de oración de toda mi vida. Todos podemos orar en todas partes, pero he vuelto a experimentar que aquello es lugar santo. La presencia de la Madre de nuestro Señor se hace más “palpable". Y allá donde está la Madre, el Hijo va con ella. Me acordé de las palabras de Isabel: “¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?” (Luc 1,43). Quien va a Lourdes, más que ir a visitar a la Madre del Señor, se encuentra con que la Madre del Señor le visita. E, insisto, con la Madre, su Hijo, nuestro Dios y Salvador.
En esas horas de oración creo haber recibido una serie de indicaciones de cara a mejorar mi vida espiritual. Algunas muy concretas. En definitiva, no parece de momento que haya recibido la gracia de mejorar mi salud física, pero sí la gracia del fortalecimiento de mi espíritu, que es lo verdaderamente importante. Si lo otro también llega, pues loado sea el Señor. Y si la enfermedad se convierte en cruz para llevar y ofrecer por la salvación de otros, loado sea el Señor.
De regreso a Huesca, pasamos una buena parte del viaje escuchando “Historia de un alma", la vida de Sta Teresa de Lisieux, que es un canto glorioso a la gracia de Dios obrando en el alma de una de sus más bellas hijas. Os recomiendo que compréis en Edibesa el CD con esa vida de la doctora de la Iglesia y se la hagáis escuchar a vuestros seres queridos.
Vaya desde aquí nuestra gratitud al P. Pedro, que nos ha dado uno de los mejores regalos que se puede hacer a un matrimonio católico. Y sobre todo, gracias al Señor por el don de su Madre, la criatura más bella y santa que ha salido de sus manos creadoras y de su gracia inefable. Tras la salvación no existe otro regalo más grande para el cristiano que la maternidad de María. Ambos regalos nos los dio Cristo en la cruz. Ojalá todos los cristianos supieran recibir los dos con la misma gratitud.
Luis Fernando Pérez Bustamante
38 comentarios
Gracias por su crónica, y espero de todo corazón que el apellido de esa enfermedad no sea muy rimbombante.
Saludos,
C.-
Y espero que mejore esa salud.
Que la Santísima Virgen nos guarde.
:)
Con María.
Amén. Dios te proteja en lo que el solo sabe es lo mejor para tí.
Ánimo, Luís Fernando, aprecio mucho tus artículos y rezaré por ti y por tu mujer.
Ya sabes que puedes contar conmigo. Un abrazo en Xto
La verdad, es cuando he leído el título del post, he sentido cierta envidia sana, porque Lourdes para mí es un lugar especial, he estado cinco veces 76,05,08,10,12 e intentaré al menos, una vez cada dos años acudir allí, para salir lleno, nuevo, limpio y tengo unas experiencias muy bonitas a pesar de que en el fondo eran difíciles.
Aún así, de vez en cuando entro en la página web del santuario y rezo ante la imagen de nuestra Madre (vía webcam).
Por otro lado, estaba preocupado por el estado del santuario tras las segundas inundaciones, después de las de octubre, aunque siempre he pensado, que quizás dado que hoy las sociedades necesitan mucho espiritualmente de este "agua sagrada", es una forma de que este agua llegue a muchos rincones lejanos.
Ojala Luis Fernando que pronto pueda darnos buenas noticias sobre su salud.
Que la Santísima Virgen nos guarde.
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LF:
Perdona, fue un simple error de tecla. Ahí está publicado. Mil perdones y gracias por vuestras oraciones.
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LF:
Este sujeto, que acostumbra a firmar como acolito en todas partes, es uno de los que lleva acosándome, insultándome por todas partes -no solo en este blog- y enviando comentarios llenos de obscenidades desde hace semanas:
http://www.intereconomia.com/users/acolito
Su nombre real es Jesús Brea Perez y este es su facebook:
https://www.facebook.com/jesus.breaperez
Hay más. Según vayan asomando, los iré dando paso.
Saludos desde México
Ya estás en mi lista de por quien orar.
Dios quiera puedas continuar guiándonos, pero mucho más a tu familia.
http://www.youtube.com/embed/R33xhKQWwtE
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LF:
Lo de mi enfermedad -miopatía- tiene una explicación fácil. A falta de confirmación, en un 90% es de origen genético. No tiene cura. Y, al menos por el momento, Dios quiere que la tenga.
Pasando a otra cosa: ¿Sabe que me gusta del insulto de este señor "Lim"? Que sin duda tiene muchísima fe en la Santísima Virgen en su advocación de Lourdes, porque asegura que "ni ella" sería capaz de salvarlo (y mire qué razón tiene, porque el que salva es el Señor, nuestra Señora "sólo" intercede).
Ahora lo de falso... vamos, si hubiera sido cierto habría quedado atrás después de la confesión, así que, ni caso.
Que el Señor lo bendiga en su enfermedad y si El quiere y nos conviene, en su salud. No sería usted el primer santo aquejado con males de apellidos rimbombantes, ni el último sanado milagrosamente; así que lo ponemos en las manos de El -y de Ella, que también ayuda- y que Ellos decidan.
Que Dios te bendiga.
Porque el hecho de que existan gentes que rezuman un odio tan profundo como ese Lim, una maldad tan acendrada, es la prueba de que tiene necesariamente que existir el infierno.
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LF:
Pues todavía no has visto casi nada.
Un abrazo.
Solamente seres empapados por el demonio pueden destilar tanto odio y tanto rencor, un odio, por cierto, inútil, ridículo y patético.
LF:
Dios te guarde. Que la Virgen María te colme de consuelo y de paz.
Odiar no te hace bien, trata de amar.
Madrecita. Tu amado Hijo te escucha . Por favor ayuda a mi hija Katia, hoy su Fe está resquebrajada . Está embarazada y llora mucho por Jorge Lino.
También pido por la conversión de mi hija Katia y mi yerno Lino para que sean fieles siervos de Cristo.
Madre regálales a Katia y a Lino una Navidad de Amor te lo pido por la Sangre de Cristo.
Bendita seas. Gracias.
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LF:
Amén.
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