Es necesario insistir en cuál es el lugar que corresponde a los heterodoxos
Sí, lo sé. Para muchos soy un pesado que parece vivir obsesionado con dogmas, doctrinas, herejías, cánones, bulas de excomunión, etc. Numerosos son igualmente los que me recuerdan que no tengo autoridad alguna para decir que tal o cual sacerdote, religioso, teólogo o bloguero viven apartados de la fe de la Iglesia. Y luego están quienes piensan que es bueno que ocupe parte de mi tiempo a estos menesteres pero debería de moderar mi tono, mis expresiones, etc.
No es necesario explicar que cuando un católico se pone a rezar a Dios, no se dedica a pensar en las implicaciones del término homousios en la doctrina trinitaria. Cuando va camino de comulgar, no suele meditar sobre el significado de la palabra “transubstanciación”. Y cuando dirige sus ojos a la Madre del Señor, no tiende a reflexionar sobre el alcance de las expresiones marianas de San Ireneo y San Justino Mártir en el siglo II.
De hecho, cuando se nos juzgue al final de nuestros días, no se nos va a poner delante de los ojos un examen de teología. “Al atardecer de la vida, te examinarán del amor“, dijo San Juan de la Cruz. Y San Pablo dice que la caridad pesa más que la fe, cosa que suelen ignorar los solafideístas.
Ahora bien, ¿habrá quien crea que nuestro comportamiento es independiente de aquello en lo que creemos y aquello que confesamos? Voy a poner un ejemplo que creo que sirve para que se entienda lo que quiero decir. Los protestantes creen que María concibió siendo virgen. Y prácticamente no creen una sola doctrina más que tenga que ver con la Madre del Señor. ¿En qué se traduce tal hecho? En que es casi imposible encontrar a un solo protestante en cuya vida devocional y espiritual haya un lugar para la Virgen. Los que hemos recibido la gracia de reconocerla como Madre sabemos bien lo que se pierden con ello. Les pasa algo parecido al no aceptar la doctrina de la comunión de los santos
Pues de igual manera, aquellos bautizados que viven su vida alejados en mayor o menor medida de las enseñanzas de aquella que es Madre y Maestra, de quien es columna y baluarte de la verdad, sufren las consecuencias en sus almas. Quien no acepta la doctrina católica sobre la Cruz, difícilmente podrá creer en el mismo Cristo que cree la Iglesia. Quien se rebela contra la doctrina católica sobre la confesión, se pone en peligro de muerte eterna al negarse a sí mismo el medio ordinario para recibir el perdón de Dios. Quien no acepta la doctrina católica sobre el episcopado y el papado, difícilmente podrá librarse del capricho nefasto del “libre examen", germen de todo error.
Es por ello que los apóstoles señalaron la necesidad de ser obedientes a la fe, a la sana doctrina, a aquello que la Iglesia enseña. San Pablo lo explica de muchas maneras. Hoy quiero señalar esta:
Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados
Rom 6,17
Quien no obedece de corazón a la buena doctrina sigue siendo esclavo del pecado. Da igual lo mucho que se adorne la desobediencia. El libro de Proverbios nos dice que “el camino del necio es derecho en su opinión” (Prov 12,15). Hay soberbia malsana e incompatible con la salvación en quien pretende erigirse como maestro de la Iglesia. Hay rebeldía perversa en quienes siguen el camino de Coré, negando la autoridad eclesial establecida por Dios para edificación de su pueblo. Lean ustedes el capítulo 16 del libro de Números y encontrarán un guión que se repite a diario delante de nuestros ojos en blogs, artículos, reuniones, etc, de los heterodoxos.
San Pablo nos advirtió:
Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas.
2 Tim 4,3-4
No hay hereje que no tenga discípulos que siguen sus errores. Es más, la relación entre el maestro de mentiras y sus seguidores suele ser simbiótica. Se retroalimentan unos a otros. A cada escrito del heterodoxo sigue una cascada de apoyos, de mensajes elogiosos, de frases tipo “por fin alguien se atreve a decir lo que muchos pensamos". Y cuanto más se aleja el heterodoxo de la línea de la ortodoxia, más apoyo recibe de aquellos a los que San Pablo describe tan bien en la cita anterior.
Todos deberían conocer la gravedad del pecado de herejía. Vean al lado de qué otros pecados aparece:
… la ley no fue establecida para los justos, sino para los malvados y los rebeldes, para los impíos y pecadores, los sacrílegos y profanadores, los parricidas y matricidas, los asesinos, los impúdicos y pervertidos, los traficantes de seres humanos, los tramposos y los perjuros y para todo cuanto se opone a la sana doctrina, según el Evangelio que me ha sido confiado, y que nos revela la gloria del bienaventurado Dios.
1ª Tim 1,9-11
Es lógico que los apóstoles fueran radicales en advertir del peligro de seguir a los que se separan de la sana doctrina. Incluso en el Apocalipsis vemos a Cristo advirtiendo a dos de las iglesias de Asia del error de consentir entre sus filas a quienes sostenían doctrinas heréticas. Hoy resuenan contundencia esas palabras cuando vemos el silencio eclesial ante determinadas herejías.
La Iglesia no debe admitir el error en su seno. La Iglesia no debe mirar para otro lado cuando entre sus fieles, no digamos nada entre sus ministros, se extiende la herejía. La Iglesia no debe apelar a la caridad como excusa para no disciplinar a quienes llevan a los demás por la senda de la mentira. No hay mayor caridad que salvar las almas. Santiago, inspirado por el Espíritu Santo, lo dejó bien claro:
Hermanos míos, si uno de ustedes se desvía de la verdad y otro lo hace volver, sepan que el que hace volver a un pecador de su mal camino salvará su vida de la muerte y obtendrá el perdón de numerosos pecados.
Stg 5,19-20
Eso es lo que, sin autoridad eclesial, intentamos hacer unos cuantos en la red. Eso es lo que, con autoridad eclesial, deberían hacer todos los pastores en todas las diócesis.
Luis Fernando Pérez Bustamante
28 comentarios
Creo que no hay que moderar el tono, si nos aburguesamos, el Maligno acabará con nosostros.
Los herejes se mueven por el odio a la Iglesia y por tanto a Cristo.
Tienen que estar todos fuera de la Iglesia.
Hasta hace no mucho en los medios de comunicación sólo se podían leer las habituales deformaciones de la fe que promueven los progres. Las respuestas de los obispos resultaban en su mayoría confusas y timoratas. Hoy la cosa ha cambiado. En gran medida gracias a vosotros. Gracias.
Quizás en algún momento y con algunas personas hay que ser suave en el modo. Con otras, más bien fuertes. Pero con todas firmes en la verdad. En un portal, sin tener delante a las personas, no es fácil acertar siempre.
Pero estoy convencidísimo de que "corregir al que yerra", así sea doctorado en una Ponti el equivocado, es obra de exquisita caridad.
Buscar uno mismo la verdad donde está, que es en la Iglesia, y comunicarla a los demás, y en algún caso, corregir los eventuales errores, y denunciar las eventuales mentiras, es caridad pura. Por amor a la verdad y por amor a uno mismo y a los demás.
Este portal puede ser en algún momento indelicado y hasta brusco. No digamos algunos comentarios que se admiten. Pero está haciendo un servicio extraordinario a la verdad en la caridad. Y yo lo agradezco muchísimo.
Un abrazo para todos los bloggers i LF! (incluso para GG)
Solo en el estudio y consecuentemente con una vida ejemplar, podremos combatir las herejías al estilo de los grandes apologetas y santos católicos.
Solo así podremos decir junto con Santo Tomás:
"¿Si alguien, sacando gloria de su pretendida ciencia, quiere criticar lo que hemos escrito, que no se explique a escondidas o delante de "gurises" incapaces de emitir un juicio sobre cuestiones tan difíciles, sino que conteste abiertamente a este tratado, si se atreve. Este "fulano" me encontrará delante de él, y no solamente yo, el más insignificante de todos, sino que tendrá que toparse con muchos otros que han cultivado la verdad. Nosotros nos opondremos a sus errores o le acercaremos el remedio a su ignorancia".
Saludos en Cristo y Maria Santísima! +
Bendiciones, para ti y toda tu familia
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LF:
Ni se puede amar aquello que se niega. Quien niega la Cruz, no ama la Cruz y no ama a Cristo. Esto lo digo por aquel a quien ayer dediqué la mitad del post.
De los obispos de los que he tenido cierto conocimiento de su actuación, a los que han demostrado una cierta preocupación por cuestiones doctrinales los puedo contar con los dedos de una mano.
Por eso a falta de pan buenas son tortas. Me parece muy bien que los laicos hagan por vocación lo que los obispos deberían por obligación. Cuando los perros están mudos, bien viene un ladrido laico.
Los heterodoxos no nos deben escandalizar demasiado ni desalentarnos jamás en nuestra FE. Muy al contrario, nos invitan a afianzar y a afirmar mejor nuestras crencias, para seguir dando razones de ellas a quienes nos las pidan. La Providencia de Dios sabe llevar nuestra historia por los vericuetos que a Él le parezcan más apropiados para manifestar su Sabiduría y su Misericordia con todos nosotros. Al mismo tiempo, nos hacen vigilar, porque nadie está seguro de no caer. "Qui se existimat stare, videat ne cadat", nos dice san Pablo en 1 Corintios 10, 12, es decir, " el que se cree estar firme, cuide para no caer ".
Y tenemos la suerte de contar en este Blog, con LF hombre lúcido y de acrisolada FE que es un preclaro VIGILANTE frente a las fuerzas de la necedad y del mal. Un nuevo profeta moderno que no necesita de más titulos para conservar fiel y sano el rebaño de INFOCATÓLICA de su muy digna, honesta, honrada y confiada direccción.
Y donde se encuentran numerosos saderdotes de Cristo que le arropan y estimulan a ser siempre el cristiano más sabio, humilde y mejor.
Gracias LF, por vigilar y conducir este rebaño católico siempre en la buena y correcta dirección apostólica y eclesial.
Particularmente te veo como un valladar y un cancerbero que defiende siempre la mejor y más sabia doctrina.
Gracias LF. ¡ Muchas gracias ¡ por tu gran esfuerzo y ejemplar generosidad.
Buen día a todos.
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LF:
Gracias por tus palabras pero no ha sido, no es y no será mi tarea vigilar y conducir rebaño alguno que no sea el de mi hogar. No soy pastor de la Iglesia. En relación a la sana doctrina, hago lo que cualquier católico con cierta formación puede hacer. Ojalá muchos más lo hicieran.
Vuelvo a decirte que sobre ese tema (lo de S. Anselmo) debatimos en este mismo blog en otras ocasiones (p.e, aquí). Y quedaron claras todas las posturas. Y como en mi blog mando yo, el tema queda zanjado. Si te gusta, bien. Si no, también bien. De hecho, no hago otra cosa que cumplir con las normas de netiqueta de los blogs comunmente aceptadas en internet. La primera es esta:
1 Principio de soberanía del autor: La interacción se produce entre blogs no en los blogs. Los comentarios en blogs son un espacio de participación en la creación o la argumentación de otros, por tanto, rechazar o borrar comentarios no es censura. A diferencia de USENET o de la prensa tradicional, en la blogsfera ningún administrador tiene poder como para evitar que nadie abra o se vea obligado a cerrar su propio blog, lo que sí sería censura. Un blog y sus posts son creaciones de su autor que asume los costes de su mantenimiento técnico y da la oportunidad a otros de complementarlos con sus comentarios. El autor tiene por tanto, toda la legitimidad para determinar qué comentarios lo complementan y cuales no.
Si tienes o no expresiones fuera de tono, no me preocupa, ya se encagará tu conciencia de aclarártelo.
Prefiero una persona de fe aguerrida que ninguna persona.
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LF:
Tan necesario es difundir la sana doctrina como combatir el error. Ambas van de la mano y si falta una, se comete un error. Los apóstoles fueron muy claros al respecto.
Aun admitiendo todo este tipo de valoraciones (que es mucho admitir), tu labor sigue siendo de una importancia fundamental para la Iglesia de hoy. Incluso con independencia de la calidad como pastores de nuestros obispos. Deberían existir muchos más laicos que cumplieran esta función que ejerces. Y con todas tus limitaciones y tus evidentes e indudables capacidades, el resultado de tu hacer es notable, pues más allá de que encuentres el tono adecuado o el tratamiento más oportuno al error que denuncias, sueles dar en la diana.
A mí no me preocuparía demasiado el tipo de crítica que intenta descalificarte porque careces de los "títulos" oficiales que te avalen. ¿A quién llamó a Jesús en primer lugar?; ¿a quién reveló el Señor la verdad con preferencia? Lo dicho: a seguir.
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LF:
A mí no me preocupa nada, pero nada de nada, que me digan que no tengo títulos oficiales. Es mejor no tener un título y sr fiel al magisterio que ser doctor en teología y negar una sola doctrina que pertenezca al depósito de la fe.
Sin títulos desarollé durante años una labor apologética en la red debatiendo con pastores protestantes que contaban con todo tipo de titulación y no fue del todo mal la cosa.
Yo animo a todos a formarse un poco más, a leer la Biblia con frecuencia teniendo el Catecismo a mano, a leer a los padres de la Iglesia, a Santo Tomás de Aquino y a los que han sido proclamados como doctores de la Iglesia. Manejando bien esas herramientas, no hay hereje que soporte un debate.
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-De lo que se deduce que la "autoridad eclesial, está mal depositada.
-¿La del Papa también?
-¿...?
-¡Y al saco,..!
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LF:
La autoridad eclesial está donde debe estar.
Yo añado que por la errada Caridad se ocultó a los pederastas físicos.
Por la errada Caridad se cuida a los pederastas espirituales.
La caridad primera es para con los inocentes y débiles, sres Obispos. Es ABC del orden moral.
Las víctimas y las ovejas son esos, no los lobos.
Tan difícil es de entender?
Por cierto, que mientras LF es severo al corregir errores graves, los progres, con Masiá a la cabeza son faltones y descalificadores. No veo, sin embargo, que sus seguidores les pidan conversión cuaresmal.
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LF:
Mi mujer está estudiando ciencias religiosas y en el tercer año de carrera todavía no ha estudiado nada sobre teología que yo no sepa. Ni poco ni mucho. Nada. Es más, algunos de los libros de texto que está usando ya los había leído yo por mi cuenta.
Como me dijo el P. Guillermo Juan Morado, solo tendría que estudiar filosofía para tener una formación académica "potente". Pero me basta y me sobra con lo que sé.
Que Dios te siga bendiciendo con esa "santa intransigencia", falta hace que muchos de nuestros pastores la tengan también.
PAX CHRISTI,
Muchas veces, cuando los "laicos" (los no profesionales de la teología) salen a la palestra, no defienden "una" teología frente a otras. Yo creo que simplemente intentan defender la fe. La teología es un acto segundo. Lo más importante es la fe. Sin fe no hay teología.
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LF:
Ya lo decía yo... :D
Destaco que se refiere a que la fe de Ringleben, señalado por él mismo como protestante, es la misma que la suya.
Si la fe católica debe adecuarse a la interpretación autorizada del Magisterio y si, como principio subjetivo, debe seguir el modelo de la fe de la Iglesia, no entiendo en qué sentido pueda tratarse de la misma fe en un protestante y un católico.
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LF:
La fe cristológica de católicos y protestantes evangélicos -que no los liberales- es exactamente la misma.
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