Hillary Clinton aspira a suceder al Papa Francisco

(ECOS de la CAVERNA) “He decidido presentarme a las elecciones para ser la sucesora del Papa Francisco”, declaró Hillary Clinton el pasado 1 de enero, ante las miradas atónitas de los periodistas que habían acudido a su rueda de prensa.

Al parecer, la ex Secretaria de Estado, tras ser derrotada en las elecciones a la Presidencia de los Estados Unidos, ha decidido aspirar a otro puesto de relevancia internacional. “Voy a ser la primera mujer de la historia elegida Papa. ¡La primera!”, explicó. “Esta vez, nadie me lo podrá quitar”.

Según explicó su nuevo jefe de campaña, la candidata demócrata tuvo la idea al enterarse de que el Papado es vitalicio. “Lo que menos le gustaba a Hillary de la Presidencia era la perspectiva de tener que volver a presentarse a unas elecciones al cabo de cuatro años. Su experiencia vital le ha enseñado que, cuando se ha alcanza el poder, ya no hay que volver a soltarlo”.

“Soy perfecta para el puesto”, respondió Mrs. Clinton a un periodista que le preguntó por sus cualificaciones para desempeñar el Papado. “A fin de cuentas, soy mujer. ¿Qué cardenal se va a atrever a no votarme? Quedaría como un racista y un homófobo. Además, soy norteamericana. Quiero decir que la última vez eligieron a un candidato argentino o chileno o de uno de esos paisillos centroamericanos, ¿verdad? No creo que vayan a desaprovechar la oportunidad de conseguir un Papa de los Estados Unidos. Eso le daría mucho prestigio a la Iglesia. ¿Y he mencionado que soy mujer?”.

Harry S. Caveman, corresponsal del Poughkeepsie Monitor, recordó a la ex Secretaria de Estado que, para ser Papa, había que ser católico. “Según tengo entendido, no se trata de un requisito imprescindible”, respondió Mrs. Clinton. “En cualquier caso, cualquiera puede ser católico. Si el Vicepresidente Biden y Nancy Pelosi son católicos, yo también lo soy. Y no sé si he dicho ya que soy mujer”.

La estadista norteamericana tiene grandes planes para su pontificado: “Lo primero que haré será declarar que las mujeres tienen alma, poniendo así fin a siglos de oscurantismo machista de la Iglesia”, señaló. “Después… después… Bueno, creo que con eso basta, ¿no? Lo importante es pasar a la historia por ser la primera. Todo lo demás da igual. Supongo que me sentaré en el trono de oro, como los otros Papas y excomulgaré a unos cuantos enemigos para entretenerme. Pero con mi caniche Barry en brazos, para mostrar lo ecológica que soy. Y, por supuesto, con pantalones, como los Papas-hombre”.

La rueda de prensa terminó de forma inesperada cuando uno de los periodistas presentes señaló que, en las pasadas elecciones, la mayoría de los católicos habían votado por Donald Trump. Al escuchar sus palabras y el nombre de Aquel-que-no-debe-ser-nombrado, la excandidata sufrió un ataque de nervios y tuvo que ser reducida por el servicio secreto, por su propia seguridad y la de los asistentes.