¡Sacerdote perseguido por las calles!
(ECOS de la CAVERNA) “Es terrible", afirmó Julia G., vecina del lugar. “Nunca había visto algo así. Mi abuela me contó que, cuando la guerra, habían perseguido a los curas por la calle, pero nunca creí que pudiera pasar en nuestra época".
En efecto, el viernes pasado un grupo de entre diez y quince personas persiguió durante cuatro manzanas a don Roberto J., párroco de San Alipio de Torrelaguardia, hasta que el clérigo pudo refugiarse en la iglesia y cerrar las puertas con llave.
“Pasé mucho miedo de que me alcanzaran", declaró D. Roberto. “Tuve que correr como alma que lleva el diablo y creí que no conseguiría llegar a la iglesia".
No es la primera vez que sucede algo así en la diócesis castellanoleonesa de Villanueva. Según D. Julio P., arcipreste, “casi todos los sacerdotes de la zona tenemos historias parecidas que contar. No nos dejan tranquilos. Algunos de mis compañeros incluso están pensando en abandonar el sacerdocio o, al menos, tomarse unas largas vacaciones".
“Antes de salir de casa", explica el arcipreste, “siempre miro por la ventana para ver si hay alguien acechando. Es una tensión constante. He tenido que volver a ir al psicólogo".
Ante las preguntas de nuestro reportero, D. Julio reconoció que conocía a los perseguidores, pero que no quería denunciarlos, porque le daban “un poco de pena". “Los he visto muchas veces, incluso en ocasiones se cuelan en la parroquia cuando no hay nadie dentro. Entiendo su punto de vista, pero ellos tienen que comprender que no puedo hacer nada".
“Les he explicado un montón de veces que eso de la conversión ya no se lleva. Lo que tienen que hacer es ser buenos budistas, protestantes, agnósticos o lo que sea cada uno. Eso es lo importante. Da igual lo mucho que me lo pidan: no puedo darles el bautismo", sentenció con firmeza el arcipreste. “No puedo”, repitió, como intentando convencerse a sí mismo.
Otro sacerdote, que prefiere guardar el anonimato, explica que está aterrado por si alguien le ve hablando con uno de los aspirantes a conversos. “Sería el fin de mi carrera. Monseñor ha dicho que no quiere proselitismo en su diócesis y que, como a alguien le pillen proseliteando, se va a enterar de lo que vale un incensario. Por eso huimos de ellos como de la peste. Pobrecillos, ellos no tienen la culpa, sólo están equivocados".
20 comentarios
Se comprende la alarma de los perseguidos, porque ¿te imaginas si ellos claudicaran y cundiera en cambio la terrible obligación de hacer lo que Dios manda? Podrían suceder cosas como éstas:
Los políticos tendrían que ocuparse del bien común en vez de medrar. Los jueces deberían condenar a los culpables en vez de negociar las sentencias.
Los policías deberían combatir el narcotráfico en vez de coordinar las jurisdicciones de cada narco.
Los periodistas deberían informar, y los maestros deberían educar con la verdad, en vez de llenar las cabezas con ideología.
¡Sería el acabóse!
Saludos cordiales.
Pax
Enhorabuena por estos artículos de "Ecos de la Caverna". Me encantan. Os animo a seguir así.
Saludos a todos.
Sin duda, Don Francisco de Quevedo no creo que estuviera muy disgustado jajajajajajaja
Muy buenos artículos
Seguid así Ecos de la Caverna
Saludos
Al final de cuentas desde que comenzaron en el centro de Europa -que todos sabemos es el centro del universo universal- con esto de los ecologismos primaverales y la práctica de la "CORRIDA DEL TORO MUDO" (le vienen "corriendo" desde hace muchas décadas), las leticiaciones evolucionaron hasta esta insalubre tentativa de deporte.
¿Conversión, Sacramentos? ¡cavernarios medioevolíticos sine dubia!
En fin, ¿Qué decir? Creo que hace bien aunque hace mal, quiero decir que hace bien en correr, desde una perspectiva plenificante, liberadora, autónoma y concretizadora de la ortopraxis; aunque mal hace al mismo tiempo -y sin desmedro del espacio ni del vértice de la circunferencia-, en no denunciar; pero bien también, ciertamente y reafirmando lo negado anteriormente, en sentir pena en un sentido del sentir y, como claramente dijimos, no denunciar, lo que comenzó estando mal a nuestro juicio pero que termina estando un poco mejor, lo que podría plenitudinarse estando bien...
Por ahora hasta aquí y hasta las astas.
Me voy nuevamente al futuro, a seguir leyendo "The kissing Theology" el nuevo tratado sobre los metalenguajes de Babel, prologado por Don Higinio (quien tuvo, además, la gentileza de traducirlo directamente, del alto germán del manual kasperidiano de teología rotuliana, al bajo leticiano coloquial)
Post: Una amiga me sugiere que repartan volantes con la leyenda
"¡Basta de barbarie!¡No a las 'corridas de curas'!¡Cavernarios no pasarán!"...
No me parece, pero dejo la inquietud y se arreglan con ella luego.
EL CENTRO DEL UNIVERSO MUNDO ES BILBAO.
Y conste que por mucho menos estalló la primera guerra carlista. Así que, humildemente (buenos somos los de mi pueblo), EXIJO una rectificación inmediata.
Me has hecho reir con ganas, eso sí, yo contra los bilbaínos no me metería a competir por el cetro del centro... nosotros, los perifiarles finismundaínos estamos muy ocupados en ejercitar el don de lenguas también conocido como trucho básico (tercer capítulo de "The Kissing Theology"). Imagínate liarla con vosotros, pues no ni no me niego, y me afirmo en la negación.
Post - Hablando de que-no-ni-no-me niego, por aquí tenemos nuestra propia "Guerra carlista": Desde 1935 estamos guerreando contra el ejército de los tercios tercos de Montevideanos, que reclaman como propio el nacimiento de "Carlitos"... y creo que en eso son bastante bilbaínos nuestros vecinos ;)
Abrazo grande. Bendecido sábado para tí y toda la caverna
Saludos cordiales.
Eso fue lo que le dijo Razzano cuando le vió la Libreta de Enrolamiento "¿Tacuarén, vo'?"... jejejeje
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