48 años de sacerdocio
Entrevista-ficción al P. José María Iraburu con ocasión de la celebración del cuadragésimo octavo aniversario (48º para los amigos y cuarentayochoavo para los conocidos) de su ordenación sacerdotal.
- Dígame, Padre, ¿usted cuándo se ordenó?
Para que te hagas una idea, en aquella época, en vez de estola llevábamos los urim y tummim.
- ¿Así que es usted preconciliar?
Sí, pero de antes del Concilio de Jerusalén.
- Háblenos un poco de los viejos tiempos.
En lugar de ecumenismo, usábamos el garrote. En vez de conferencias episcopales, los obispos se juntaban para cazar el dinosaurio. Los curas hablaban de la innovación que suponía usar el latín en la liturgia. “Inculturación” se decía “talar los árboles sagrados de esos testarudos paganos”. Eran tiempos felices…
- Cuando era joven, ¿cómo celebraba su ordenación?
Las cosas se hacían de otra forma. Teníamos más sentido del humor. Por ejemplo, para mi tercer aniversario de ordenación, el obispo me envió a convertir a la tribu de los caníbales asesinos con dientes afilados que había al norte. Todo el mundo se rió mucho en la caverna.
- ¿Y qué pasó?
Tuve la suerte de que mi compañero era otro cura al que llamábamos “el Gordito”.
- ¿Ha recibido algún premio en todos estos años?
Muchos. El premio de llevar cuarenta y ocho años dedicado a los duros trabajos del Evangelio. El premio de haber conocido a sacerdotes, monjas y seglares santos. El premio de celebrar todos los días la Santa Misa. El premio de poder sufrir de vez en cuando algún desprecio por Jesucristo. El premio de poder perdonar los pecados en nombre de Cristo y de recibir el perdón de mis propios pecados. El premio de consolar a los que sufren, enseñar a los que no saben y llevar la Buena Nueva a los pobres. Es la suerte de servir a un Señor tan generoso.
- ¿Le costó adaptarse a escribir en Internet?
Sólo en algunas pequeñeces. Desde que Juanjo Romero me explicó que las teclas no había que pulsarlas con martillo y escoplo sino con los dedos, todo fue sobre ruedas. Esto me recuerda al día aquel en que se inventó la rueda…
- [Interrumpiendo] ¿Así que todo ha cambiado mucho desde que se ordenó?
En realidad, no. Lo importante para un sacerdote sigue siendo amar a Cristo y dar la vida por él y por su Iglesia. Jesucristo es el mismo, ayer hoy y siempre.
- Muchas felicidades y gracias por la entrevista.
Arqueológico Brutote
12 comentarios
Mira que no preguntarle al P.Iraburu con qué aparato detecta a los filo-lefebvrianenses. ¿Y por esto te pagan? Servidor del poder establecido, abrazajefes, etc.
!Anda ya¡, Arqueológico, que te pise un Diplodocus la próxima vez que salgas a entrevistar... Amos ya....no te digo... lo que faltaba.
!Que falta de oficio¡
Bueno, ya vas listo. Ahora vas y lo cascas a alguna piedra de tu cueva.
Por cierto, no cuela que digas que es una entrevista de mentirijilla porque lo de Juanjo Romero ha delatado al P. Iraburu. Y le perdonamos al Padre porque sabemos que los libros que tiene en internet los ha pasado de la piedra en los que los había escrito con aquel punzón negro y eso... bueno pues que tiene que costar mucho porque los había escrito sin el libro de estilo de la Fundaçao Dalo to Gratis y eso, pues que también tie mérito.
Y ya está... se acabó el comentario. Ya t'he llenao unas cuentas líneas.
Lo siento, Padre, es que si no decía esto me se reventaba un grano. Buenas noches y que Ud. lo pase bien. Y a entrevistador que busque mejores preguntas p'a la próxima ves.
(Con el permiso del Padre, me permito tener una porcioncilla de envidia.... bueno, ya pasó)
Esos premios sí que valen la pena.
Y la ordenación.
Y la vida.
Alzo (con las dos manos, uff!..) mi copa de sílice rebosante de leche de coco, para desearle al P. Iraburu : ¡Ad multos annos!
Si incluso juraría yo haberle visto intervenir en las controversias suscitadas allá hacia la primera mitad del siglo V, cuando se instituyó el Premio León Magno, ¿no lo recuerdan? Sí, aquel premio con el que galardonaron a Eutiques de Constantinopla y cuya concesión causó cierto revuelo entre la curiosa alianza formada por filopaleovéterocaóticos y pogrehomoiousinaos por un lado, contra los infocavernícolas que lideraban el P. Iraburu y otros cavernícolas de pro, por otro.
Muy graciosa la entrevista, ingeniosa. Justo para celebrar! Felicidades, padre Iraburu.
Muchas felicidades al P. Iraburu, y tb felicitémonos por tenerlo entre nosotros, pese al tercer anidversario. A ver que se les ocurre para el 50. ¿mandarlo a un congreso del psoe? ¿Una confesión-exorcismo a lady pajín?
La entrevista es exacta.
Te completo un detalle.
Yo participé (era costumbre entonces) del Gordito sacrificado, y estaba bien rico. Eso sí, poco hecho, para mi gusto.
Bendición + JMI
O sea que lo de la inculturación empezó ya por aquel entonces. Y yo que creía que era una moda post-conciliar (post-Concilio IV de Letrán, quiero decir).
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