De acuerdo sobre la beatificación de Juan Pablo II
35 comentarios
Aunque en algo estaría de acuerdo cualquier católico de buena fe: fue inexplicablemente torpe en afrontar el problema de la pederastia, probablemente por ciertos prejuicios, exceso de confianza en ciertos oscuros colaboradores y cierta necedad. Lo de Maciel es inexplicable. Pero no es lo único.
Bueno, yo no me sitúo ni en el lugar del sedevacantista antisemita, ni en el del progre, pero tampoco en el de la pía monja que se las da de moderada. Los grandes errores del pontificado de Wojtyla quedarán para la historiografía eclesial. Aquí se reconoce una virtud personal y una gran devoción para millones de católicos. Pues hale.
Saludos.
Yo diría que los "tradis" no pueden identificarse como un grupo dentro de la Iglesia. No se puede ser católico sin ser tradicional o tradicionalista. Sería como ser católico sin amar la Escritura o sin obedecer al Magisterio. Es decir, como ser católico sin ser católico.
En cuanto a lo de "inexplicablemente torpe en...", las beatificaciones/canonizaciones no beatifican ni mucho menos todas las decisiones prudenciales de los interesados (si lo hicieran, no se habría canonizado a ni una sola persona con misión de gobierno desde San Pedro, inclusive).
Saludos.
Todavía tengo la esperanza de que el card. Stanisław Dziwisz explique qué hizo con la carta que le enviaron las víctimas de Maciel en 2002. En los portales católicos de información que leo, no noto que se procure aclarar el tema. Y como de costumbre, la prensa no católica ha dado difusión al asunto, con las peores interpretaciones posibles. Así, millones de católicos se han enterado de la noticia en CNN y en en youtube. A veces diera la impresión de que en el Vaticano algunos creen que seguimos en la era de la imprenta, y que lo que no se escribe en papel es irrelevante. Si el cardenal quiere esconder la cabeza como el avestruz, no es asunto de mi responsabilidad personal. Eso sí, lo que espero es que luego no caigamos en el ridículo de hacer piruetas retóricas para hacer apologética de algo sobre lo que, en verdad, no tenemos respuesta razonable. Y deseo fervientemente que a nadie se le ocurra volver a matar al mensajero, estigmatizando nuevamente a las víctimas de Maciel, por haber hecho pública la carta de 2002, luego de las declaraciones del cardenal Amato.
Así como Newman opinó en contra de la o p o r t u n i d a d de una definición dogmática -¡nada menos!- en mi modesta opinión, la beatificación de Juan Pablo II resulta precipitada, e inoportuna, hasta tanto no se clarifiquen plenamente varios hechos públicos de su vida, que resultan de difícil explicación si se quiere considerar al próximo beato como modelo de virtudes, y no se desea correr el peligro de devaluar el prestigio de las beatificaciones.
Saludos.
la prudencia es una parte inextricable de la vis gubernativa, tanto en el orden natural como sobrenatural. Implica, en este caso, la capacidad para informarse debidamente sobre los súbditos, protegerlos eficazmente e investigar las serias dudas que puedan surgir sobre los subordinados. Implica también saber rodearse de personas dignas de confianza, y evitar que te aislen o engañen respecto de tus graves responsabilidades.
Su carencia comporta una grave deficiencia en el deber de estado, cuyo cumplimiento debe ser evaluado necesariamente cuando se canoniza a alguien. La falta de prudencia política no es cualquier falla, es la esencia del oficio que el candidato desempeñaba.
Bruno, por su puesto que se puede ser católico sin ser tradicionalista, yo soy 100% católico y de tradicionalista no tengo ni un pelo. (Y entendiendo el término como lo entiende Benedicto XVI en su audiencia del 28 de Marzo del 2007: http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/audiences/2007/documents/hf_ben-xvi_aud_20070328_sp.html)
Ciertamente, no hablamos de lo mismo, así que hay que definir bien los términos. Podemos ver a qué se refiere el Papa por otras palabras suyas, de antes de ser Papa (y que tú citaste en un artículo):
"Segunda: del mismo modo, es imposible decidirse a favor de Trento y del Vaticano I y en contra del Vaticano II. Quien niega el Vaticano II, niega la autoridad que sostiene a los otros dos concilios y los arranca así de su fundamento. Valga esto para el así llamado “tradicionalismo” , también éste en sus formas extremas" (Informe sobre la fe).
Por supuesto, el tradicionalismo extremo así entendido no es católico. Ahí se pueden englobar sedevacantistas, en buena parte los lefebrianos, etc. En ese sentido, los católicos no pueden ser tradicionalistas (o tradicionalistas extremos, según otra forma de denominarlo).
Sin embargo, hay multitud de gente que se autodefine como tradicionalista y no se niega a aceptar el Concilio Vaticano II (o la forma ordinaria del rito, o al Papa...). Por ejemplo, muchos carlistas españoles, muchos enamorados de la forma extraordinaria del Rito Romano y un largo etcétera, que simplemente quieren resaltar el valor insustituible de la Tradición dentro de la Iglesia, en su liturgia, en su doctrina y en su vida en general, en particular en una época en la que el mundo idolatra el progreso. En ese sentido, todos los católicos somos tradicionalistas. O, en el vocabulario que supongo que usas tú, todos los católicos somos tradicionales.
En cualquier caso, gracias por precisar los términos que, en efecto, era muy necesario para no hablar de cosas diferentes sin darnos cuenta.
Saludos.
"la beatificación de Juan Pablo II resulta precipitada, e inoportuna..."
Es una opinión legítima, ciertamente, pero yo diría que, en ese caso, lo que uno cree es que las normas de los procesos de beatificación/canonización actuales no son adecuadas, porque es de suponer que esas normas se han seguido.
Saludos.
"la prudencia es una parte inextricable de la vis gubernativa, tanto en el orden natural como sobrenatural. Implica, en este caso, la capacidad para informarse debidamente sobre los súbditos, protegerlos eficazmente e investigar las serias dudas que puedan surgir sobre los subordinados. Implica también saber rodearse de personas dignas de confianza, y evitar que te aislen o engañen respecto de tus graves responsabilidades."
Yo diría que en ese párrafo mezclas la prudencia con la ciencia infusa. La virtud de la prudencia no implica acertar necesariamente en las decisiones, porque en ello influyen otras circunstancias además del ejercicio de esa virtud, especialmente la información de la que se dispone, que puede ser incompleta, el propio grado de inteligencia, que es diferente en distintas personas, los objetivos y condicionantes de cada acción, que a menudo no se conocen, la libertad de las personas con las que se trabaja, etc.
Exigir que alguien acierte siempre en todas y cada una de sus decisiones de gobierno para afirmar que es prudente resulta excesivo e impediría la canonización de absolutamente todos los papas (excepto los mártires).
Saludos.
- La buena fe subjetiva la presumo en todos. Creo todos actúan con buena conciencia; no tengo por qué dudarlo a priori de nadie.
- Pero presumir la correcta aplicación de las normas vigentes es cosa distinta. Es de experiencia jurídica, civil y canónica, que las normas muchas veces no se cumplen, o se aplican mal.
- Nada impide, con las normas vigentes para las causas de canonización, demorar el proceso todo el tiempo que sea necesario para esclarecer ciertos hechos. No hace falta ser crítico de las reformas introducidas por Juan Pablo II.
Pienso que todos queremos pensar que los hechos están clarísimos para los responsables de la causa de Juan Pablo II. Pero debo reconocer que mis deseos no siempre se corresponden con la realidad, y supongo que otros les ocurrirá muchas veces lo mismo...
- Canonizar a un papa supone afirmar que ha sido heroico en el cumplimiento de su deber de estado. Parte esencial de su deber de estado es gobernar la Iglesia; no sólo enseñar; ni sólo publicar documentos; ni sólo participar de eventos masivos... El que gobierna delega, pero debe ser diligente en la elección de sus colaboradores. No es responsable de todos los actos de sus subordinados, pero a veces, como decían los romanos, puede ser negligente en la elección o en la vigilancia de sus colaboradores inmediatos.
Si alguien no ha sido un héroe en su deber de gobernar, ¿cómo sostenerse que su vida tiene la ejemplaridad (material, en su conducta objetiva) que es dable esperar en un canonizado que va a ser propuesto como modelo de virtudes gubernativas, y no sólo docentes, para toda la Iglesia universal?
- Espero que los vaticanistas, que acceden a la Curia Romana, se atrevan a preguntarle a Stanisław Dziwisz sobre la carta que enviaron las víctimas de Maciel en 2002. Y si no pueden, o no quieren hacerlo, y nadie aclara de manera verosímil qué pasó con esa carta; no es bueno que se espere de los fieles el ejercicio de un ciego voluntarismo apologético de "sostenerla y no enmendarla".
Saludos.
Si fuera por estos escrùpulos de gente, que descalifica olìmplicamente y casi metòdicamente todo y a todos, salvo sus arraigadas opiniones, habría que revisar si le seguimos concediendo el tìtulo de santo a Pablo, que tuvo tal "paroxismo" con Bernabé, que debieron que separarse (Hech 15, 36 - 40). Y nada digamos de S. Jerónimo, que, al morir su adversario, Rufino, declarò: "Ya está el alacrán bajo tierra".
Por favor....
Realmente, no me parece comparable a un San Ambrosio, Obispo de Milán (que no tuvo escrúpulos en excomulgar al Emperador Teodosio), ni a un San Pío V, ni a un San Pío X...
Tu observación tiene miga, Bruno. Efectivamente, salvo con los mártires, la Iglesia tradicionalmente fue muy cauta en las canonizaciones de los Papas. Siempre se trató de evitar la idea de que ser un Santo Padre equivale a ser un Padre Santo. Desgraciadamente, el aparato mediático de exaltaciòn de multitudes, desplegado a partir del siglo XX, ha implantado la falsa idea en los fieles de que basta con ser Papa para ser un santo. Desgraciadamente, parece que el aparato canonizador está en falta si no procede a canonizar de inmediato a los últimos Papas.
Entre las canonizaciones de San Pío V y San Pío X transcurrieron tres siglos largos, y no creo que haya sido por falta de santidad de los Papas preconciliares. Esto de la primavera de Papas santos recientes es difícil de digerir. Se confunde la sacralidad augusta de la función con las calidades de la persona y se termina considerando la canonizaciòn como una ratificacion o apoteosis de tal concepción.
Algunos creen que canonizar es mandatorio para todo aquel que ha vivido una vida santa. No es así, hay que también tomar en consideraciòn la repercusiòn en el pueblo fiel.
Tiene muy mala óptica eso de "yo me lo guiso y yo me lo como". Hasta por un prurito de ética corporativa habría que ser màs moderado en las canonizaciones de Papas, suena mucho a autocanonización. Yo creo que la moderación desplegada por la Santa Sede a partir de la canonización de san Pío V tiene mucho que ver con esa autorrestricción, lamentablemente rota por Juan Pablo II, que llegó a beatificar en un mismo día a dos Papas tan disímiles como Pío IX y Juan XXIII.
"Los defectos de los Santos".
Ellos mismos son los primeros en aceptar lo pecadores que son. Si lo declaran por humildad mogigata, eso sí que sería impedimento para aceptar sus virtudes heroicas. Sería fariseísmo puro.
Por lo tanto,por más "abogado del diablo", que haya, en todo procedimiento de beatificación o canonización no se entendieron tales virtudes como practicadas por arcángeles y querubines.
Y...¿hubo o no "abogado del diablo" para la cononización de S. Pío X, quien, como consta y ya se ha dicho, trató con tan poca consideracion al P. J.M. Lagrange?
¿Le quita santidad a S. Pablo su carácter irascible, que llega a recomedar hasta que "se castren", quienes insistían en la necesidad de la circuncisión? (Gal 5, 12)?
¿Y el "manso y humilde" Jerónimo?
Razonemos un poco.
1. Que algunos defectos no han sido óbice para la canonización de algunos santos, cierto.
2. Pero también es cierto que muchas causas no han prosperado por algunos defectos del candidato. Defectos públicos, no reparados públicamente, que afectan negativamente su ejemplaridad. Pueden ser santos no ejemplares, no canonizables.
3. Lo del “abogado del diablo”, o promotor de justicia, sería para una discusión larga. Sólo apuntar aquí que la reforma de 1983 transformó un proceso romano (análogo a un proceso penal con juez instructor, fiscal y querellante) en un procedimiento semi-diocesano (con sólo un juez instructor, para seguir con la analogía penal).
3. Los ejemplos que trae Barriola guardan más diferencias que semejanzas con el caso de Juan Pablo II. Si quiere usar de la analogía, sería deseable que trajera ejemplos de: a) papas canonizados; b) de manera solemne, y, c) que no hayan sido mártires.
4. El caso del P. Lagrange se vuelve en contra de Barriola: muestra el celo de san Pío X por la sana doctrina, su preocupación por el bien común eclesial implicado en la pacífica posesión de la fe, y la diligencia no sólo en reprimir los delitos contra la fe, sino en prevenirlos, tomando medidas disciplinarias contra un teólogo sospechoso. ¿Se puede decir lo mismo de Juan Pablo II, en el mismo plano, el disciplinario, de prevención y aplicación de sanciones, a teólogos heterodoxos? “Infidelidades…” del P. Iraburu trae una buena relación de ejemplos; algunos han sido profesores de universidades pontificas de Roma, durante muchos años. Allí crearon escuela teológica, con cientos de alumnos, que luego llegaron a ser obispos, publicaron y enseñaron con amplia libertad… Ningún secreto. ¿Se puede decir que Juan Pablo II fue un héroe, objetivamente ejemplar, en la PREVENCIÓN y REPRESIÓN de la los delitos contra la fe o el Magisterio?
6. Otra pregunta: ¿se puede decir que Juan Pablo II fue un héroe, objetivamente ejemplar, en la PREVENCIÓN y REPRESIÓN de la pederastia clerical?
Saludos.
Y cuando se lo va a beatificar, pues cero responsabilidad. Una afirmación dogmática: el Papa no es responsable de Maciel.
Nadie se hace cargo, nadie dice "El Santo Padre no sabía nada, yo (Sodano, Dwiscz, el que sea) se lo oculté y maniobré para frenar la demanda canónica que el card. Ratzinger tenía en su Congregación, presionándolo. Me hago cargo".
Ver para creer.
En los últimos días he seguido los comentarios a este artículo, y he llegado a la conclusión que las opiniones de luis en él no tienen nada de excepcional. Son puro sentido común. Absolutamente irrebatible sentido común.
Habienso sido del primero de la total confianza de León XIII, habièndole pedido el mismo La grange que le indicaran en qué había errado, SIN RECIBIR RESPUETA ACLARATORIA ALGUNA.
Lo de los abusos de Maciel, ¿no les parecealgo demasiado "gordo", como para que no se haya tratado el tema en el proceso?
Y...Dios concederáun milagro para un encubridor de semejantes desatinos?
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